Mauricio Purto y la batalla para salvar Yerba Loca
por Matías Rivas A. 23/02/2019
Mauricio Purto y la batalla para salvar Yerba Loca:
En esta entrevista con El Mostrador, el primer latinoamericano en escalar las más altas cumbres de cada continente explica por qué está obsesionado con esclarecer las razones del cierre al clásico sendero del glaciar La Paloma, en el Santuario de la Naturaleza Yerba Loca. «Es un paseo extraordinario al alcance de todos: en vez de irse a la Patagonia o a las Torres del Paine, teníamos o vamos a dejar de tener un glaciar a solo horas de caminata», explica. Además, adelanta que varios políticos han sostenido conversaciones con él para preparar un plan de acción que tiene como objetivo garantizar el acceso a las montañas y, de paso, judicializar el tema de Yerba Loca.
Respira hondo, cierra los ojos, aprieta sus manos. A su lado, una guitarra acústica; al frente, la cordillera. Por más de un minuto, Mauricio Purto permanece en silencio e impertérrito. Nadie lo interrumpe.
Desde su cama -donde se recupera de una lesión en la espalda- Purto habla pausado, pero enfatiza con fuerza algunas palabras; mira a los ojos, pero también se pierde en su propia mirada. Hay algo de locura y lucidez en sus expresiones. «Quiero volver al cerro La Paloma», susurra, y tan pronto termina de decirlo, sus ojos vuelven a cerrarse, pero esta vez con una mueca de dolor, de rabia.
Y es que el cierre del sendero al glaciar La Paloma -lugar donde ha estado cientos de veces- le duele más que cualquier otra parte de su cuerpo. Por eso, lleva semanas usando Twitter para interpelar a las autoridades del ministerio de Bienes Nacionales, del Medio Ambiente e, incluso, al Presidente de la República, para que fiscalicen a Anglo American, empresa minera que él apunta como responsable por lo que está ocurriendo en el clásico sendero ubicado en Yerba Loca, que ya cumple más de 4 meses clausurado.
En su dormitorio, donde la luz abunda, se pueden ver a la perfección las cumbres de los cerros Provincia, San Ramón y Punta de Damas, que conforman la precordillera de la ciudad. En las paredes, cuelgan diversas pertenencias: un arnés, un martillo antiguo de montaña, fotos del Everest y algunos recortes de prensa sobre sus hazañas en las cumbres más altas del mundo. Con un cigarro de marihuana en la mano -que usa principalmente para fines medicinales- Purto se propone profundizar en el tema que lo mantiene despierto y angustiado: «la destrucción de los glaciares de nuestra ciudad», según sus propias palabras.
Glaciar La Paloma
-¿Qué significa para ti que los glaciares en Chile no tengan la mejor protección posible?
-Significa desconocer cómo funciona nuestro planeta. El hecho de destruir un glaciar es gravísimo. En India, hace poco, detuvieron la destrucción de dos glaciares tras declararlos entidades vivientes. Lo que defendemos aquí es el planeta. Para mí, no hay ningún problema con la explotación minera, Chile es un país minero, pero mi punto es el cómo se hace.
-En este sentido, has criticado mucho a la minera Anglo American, ubicada a los pies del cerro La Paloma.
-Anglo American, este consorcio inglés y sudafricano, que tiene dueños con nombre y apellido, no podría hacer eso en su país, si quisieran romper un glaciar en otros países, en Canadá, en EE.UU., no podrían hacerlo. Encuentro de la mayor gravedad que ellos sean los responsables del cierre el valle de la Yerba Loca. Ninguna entidad pública ni privada puede cerrar un valle cordillerano porque el río que corre por el valle es un bien nacional de uso público hasta la montaña.
-Pero la montaña, en Chile, puede tener dueños…
-Sí, la montaña, lamentablemente, puede ser de alguien, pero tú puedes llegar, por ejemplo, a Piedra Carvajal, a escasos metros del glaciar La Paloma, porque hay ríos ahí, y eso es de todos los chilenos, no tenemos que pedirle permiso a nadie. Perfectamente podríamos ir a buscar a Carabineros y que nos dejen pasar, porque esta gente está cerrando el paso de forma ilícita, ¡están obligados por ley a dar servidumbre de paso! Aquí ha habido indolencia de las autoridades, sobre todo de Felipe Ward y de Carolina Schmidt.
-Los ríos, entonces, vendrían a ser una forma de garantizar el acceso a las montañas.
-Los arrieros tienen siempre los caminos al lado del río, y tienen que dar acceso porque, repito, son bienes nacionales de uso público. Esa perspectiva es la que quiero lanzar ahora y por eso hace poco vino Tomás Hirsch a mi casa.
-¿Te va a ayudar?
-Sí, pero más allá de lo político: él vino porque era montañista y subió los cerros El Altar y La Paloma, y no puede entender que los cierren y que los estén haciendo tira. No vino en calidad de figurón, sino porque está tocado dado que el alcalde de Lo Barnechea, Felipe Guevara, ¡ha recibido 5 millones de dólares de Anglo American!, está coludido, junto con el Gobierno, ¡Piñera además tiene acciones en Anglo American! Se está produciendo la dictadura del capital: están coludidos los políticos, las empresas y los medios de comunicación; la corrupción es esa tripleta. Si vieras el artículo que se escribió en El Mercurio, en donde se entrevista a un glaciólogo se da a entender que, antes de que se rompan los glaciares de La Paloma por los derrumbes provocados por Anglo American, estos se van a derretir. Eso es tendencioso, porque quieren sugerir que tarde o temprano se van a derretir los glaciares. ¿Pero dónde esta la mentira? Que debajo de un glaciar está el permafrost, que es hielo puro.
-¿Y qué sucede una vez roto el permafrost?
-El glaciar se muere, y si no lo rompes, sigue acumulando. Lo que han roto los de Anglo American es el permafrost, o sea el glaciar no tiene posibilidades de volver a ser el glaciar que fue. Han tocado al glaciar en el alma.
-¿Hablaste con Hirsch sobre eso también? ¿Qué otras cosas discutieron?
-A ver, la idea de Hirsch es tener un canal político para que la ley garantice el acceso a los ríos, así que se debe legislar en ese sentido. El otro punto es el canal judicial: esto se va a judicializar, porque hay que ver quiénes son los responsables directos del cierre de Yerba Loca, de la plata de la Municipalidad. Y el tercer caso, es el plano mediático, porque esto debe tener salida a flote para que los tipos se vean obligados a cumplir la ley de acceso.
-¿Por qué crees que todo el país habla del acceso a las playas y no de las montañas?
-Yo creo que la mayor parte de la gente no se proyecta en el tema de la montaña porque no tiene idea cuál es El Altar o La Paloma. Somos unos pocos, ya en mi época éramos unos dos o tres, ahora no, pero todavía no hay una masa crítica. En el caso del guatón Pérez Cruz, es algo que se proyecta a todos porque lo que hay ahí es una brecha entre los cuicos y los rotos en Chile, hay un abismo, entonces cuando ves a un tipo como ese, actuando como el señor de la Querencia, que dice que las verdades son porque él las dice, la gente se proyecta y dice: «este es el Chile que no queremos, es lo peor». Pero, ante un glaciar, no es lo mismo, porque hay que generar conciencia ecológica y lograr que la gente sea capaz de decir «esto es un ser vivo, dependemos de ellos». El cobre, por mucho que sea, no va a pagar jamás el daño que estamos haciendo.
-¿Te da la impresión que Chile es un país que piensa más en llegar a fin de año que en el largo plazo?
-Es cortoplacista, y la gente que asesina el mundo, no tienen idea lo que está haciendo. Ellos ven solo la producción de cobre, ese es su foco.
-¿Este tema te toca particularmente porque estuviste muchas veces ahí, en esas montañas?
-He estado ahí más veces de las que recuerdo, he subido por toda las rutas, por todos sus glaciares, cien veces, de día y de noche. ¿Qué es lo que más me gusta? Que es un paseo extraordinario al alcance de todos: en vez de irse a la Patagonia o a las Torres del Paine, teníamos o vamos a dejar de tener un glaciar a solo tres horas caminando rápido o cinco caminando lento. Además, no necesitabas gastar plata ¡y quedaba a 40 minutos de Santiago! Por otra parte, creo que ver la grandeza de la naturaleza es algo que mejora el alma de las personas.
-¿Te interesa que más personas sientan la mismo?
-Yo siempre he tratado de promover la montaña: desde que subí el Everest, no me he tratado de florear, no he dado charlas de liderazgo ni he pintado el mono. Para mí estar en la montaña es no sentirme perseguido, es estar tranquilito. Sabes, ¡lo que están haciendo en Yerba Loca no tiene nombre!
-¿Qué te dicen tus amigos de esto?
-Hablé con Gastón Soublette sobre este tema y me dijo que él no entiende cómo pueden dinamitar un glaciar… Eso es decir que somos como Hitler, que la gente que hace ese tipo de cosas son asesinos. Para mí, que destruyan un glaciar es que me produzcan una sensación interna que me dice «¡cómo yo vivo en este país!». Que la ministra del Medio Ambiente diga «yo soy la ministra del Medio Ambiente y estoy preocupada del medio ambiente» ¡es de un nivel, tautología pura!
-¿Y con respecto al ministro Ward?
-Por lo menos él, con respecto al volcán Maipo, que también tiene problemas de acceso, dijo que iba a enviar gente para ver cómo estaba la cosa. Yo hice el trámite de forma personal y pregunté cómo accedía al volcán, porque por Argentina llegas a la laguna del Diamante y Gasco no quiere que nadie llegue ahí porque instalaron tuberías para sacar agua. Hay muchas cosas ocultas, pero bueno, por Argentina llegas a esta laguna donde están todas estas instalaciones y llegué sin ningún problema y dije «los argentinos en términos de parques nacionales, nos llevan una buena distancia».
-¿Qué momento de tu vida te llevó a tener esta sensibilidad ecológica que muchos otros montañistas conocidos no han manifestado?
-Yo no puedo hablar por nadie excepto por mí. Lo que me pasa es que me afecta mucho la naturaleza en forma positiva: siento que una parte de mí se sana y que puedo hacer mejor mi trabajo, cuando vuelvo al mundo de los hombres. Además, yo creo que haber estudiado medicina y haber tenido un padre muy humanista, quizás eso a uno lo condiciona a ser ecologista. Para mí el montañismo no es un deporte, es irse a vivir al cerro, y uno dice ya por acá, o por allá, yo nunca anduve rápido.
-Volviendo al cierre de Yerba Loca, ¿te ha irrritado que la ministra del Medio Ambiente no se haya pronunciado al respecto?
-Yo conozco a la ministra del Medio Ambiente porque su hijo Max sube cerros con mi hijo José. Por eso, me dio mucho dolor darle duro, pero si pudiera decirle algo a ella, le diría que haga bien su pega, aunque el lobby en el Gobierno va contra esto y la ley minera es lo que manda, por eso ella hace la vista gorda. Además, yo le digo que ese túnel que construyeron sin permiso, por debajo del glaciar, tienen que cerrarlo, porque es ilegal.
-Anglo American emitió un comunicando y señaló que ellos no tienen ninguna responsabilidad en «la posibilidad de derrumbe» que afecta al sendero y, por lo tanto, en la razón de su cierre.
-Es falso. Ellos son los responsables de todo y han hecho un lavado de imagen para proyectar esta terrible y siniestra acción a través de autoridades chilenas que tienen intereses creados y que han sido sobornadas por este consorcio de una manera muy sutil.
-¿Crees que las donaciones de Anglo American a la Municipalidad de Lo Barnechea comprometen la imparcialidad de ésta última?
-A ver, ¡eso es nepotismo, no tiene otro nombre! Aunque sea para fines benéficos, no se ve bien, no importa el fin que tenga. La gente se está empezando a hacer esa pregunta, la pregunta de qué compra Anglo American con esa plata. Cuando se sepa que son más de 5 millones de dólares, la pregunta sería dónde fue esa plata. Por eso, la demanda que se viene será contra la Municipalidad, contra las autoridades del Gobierno que no han fiscalizado, y contra las autoridades que no siendo de Gobierno han permitido esto, lo cual es gravísimo.
-¿Eres crítico con respecto a cómo se manejó el tema de la protección de los glaciares durante el Gobierno anterior?
-Durante el gobierno de Bachelet me dijo Ítalo Valle expresamente que estaba ya siendo destruido completamente el glaciar La Rinconada de La Paloma y que estaban destruyendo el resto y que iban a hacer un túnel. Entonces, cuando vi que esto se estaba concretando, no lo podía creer. Ahora, tiene el dato duro de que estos tipos quieren explotar todos los glaciares que están detrás del Plomo, el proyecto se llama G-20, tiene nombre y apellido. Ahora, el senador Felipe Harboe me pidió por favor juntarse para ver este problema. Una ministra de la Corte Suprema va a oficiar como abogado en este tema, se ofrece desvincularse de la Corte para proteger los glaciares.
-¿Crees que el tema puntual de Yerba Loca se va a transformar en algo más grande, que incluya a otras áreas que se encuentran en peligro?
-Ya se transformó en algo más grande. Yo partí tuiteando en un momento de dolor, en el hospital, porque un amigo mío en Farellones me empezó a mostrar fotos de toda esta calamidad y yo le dije que no lo podía creer. En esa época, además, vi un aviso de la Municipalidad de Lo Barnechea junto a Anglo American, diciendo «nosotros protegemos el medio ambiente», con una foto de un zorro, y un amigo lo transformó en meme y puso al zorrito diciendo «a mi nadie me preguntó para estar en este aviso, y no les creo nada». Hay que ser duro. Estas montañas pasaron a ser montañas prohibidas, hay una grave crisis de acceso.
-¿Crees que la gente no se preocupa tanto por las montañas porque las desconocen?
-Sí, de todas maneras. Si tu me preguntas por estos cerros emblemáticos que adornan Santiago, bueno, sabes que… ¡hay gente que no sabe ni lo que es un glaciar! Estas cosas producen infelicidad, este cierre de un valle precioso, es infelicidad. ¿Sabes que? Yo me puedo saltar esto y le digo a la gente que vaya a manantiales, en La Parva, y que por ahí lleguen a Yerba Loca.
-¿Crees que los montañistas también pecan en el sentido de no preocuparse lo suficiente por el cuidado de las montañas?
-Sí, porque el montañista, si bien dice estar conectado, es un ser en la mayor parte que conocí, muy desconectado, que usa la montaña como un escape. Ir a la montaña es como ir a la luna, ver un cóndor, ¿a quién le paga contribuciones el cóndor?, ¡a nadie! Mi tema es que la gente se sienta libre, que el alma de la gente vuele por esos lugares hermosos.
-¿Qué crees que pasaría si pusiéramos a todos los habitantes de Santiago, por 5 minutos, en la cumbre de cerro Pintor, donde los glaciares del cerro El Plomo se ven en todo su esplendor?
-Habría desde crisis de pánico a éxtasis, pero en el 95% de esos seres, en el 99%, lo que pasaría es que van a sentirse elevados espiritualmente. Por eso hay que proteger los cerros, pero hay poca consciencia de eso en Chile. Después de subir cuatro ocho miles y el Everest, yo, dándole unas vueltas al tema, siento el impulso de difundir el montañismo en Chile y volver a hacer programas de televisión.
-Podrías partir con el cerro La Paloma…
-Me leíste la mente, era un secreto, pero sí, quiero hacer un programa sobre cómo me acerqué a la montaña, entonces ese lugar es emblemático para mí, como el Cajón del Maipo. Yo el año 92 me dediqué a transformar la montaña en un suceso social y de repente hubo un despertar, empezaron a haber tiendas de montaña en todas partes, y la cuestión cambió, y como que se abrió el mercado. El tema de cuidar la montaña, en todo caso, va por otro carril porque ok, vamos a la montaña, pero ¿a qué montaña vamos si está cerrada? Yo no puedo hacer una guía de montaña si la mitad tiene problemas de acceso.
-En Chile varios activistas ambientales han muerto en circunstancias sospechosas. ¿No sientes miedo de tu activismo?
-Lo que pasa es que yo funciono de la guata, y de la mente también, sopeso todo, yo pienso con diez cerebros al mismo tiempo, fui el mejor alumno de medicina y di uno de los mejores exámenes. Si he subido montañas mortales, ¡no tengo ningún problema que me busquen, si me buscan me encuentran, aquí estoy! No creo que llegue a tanto, en todo caso, esto en Chile. Cuando tenga más fuerza física, me voy a meter incluso más en esto.
-¿Qué opinión tienes de las donaciones que reciben los municipios de parte de empresas como las mineras que tienen yacimientos en su comuna?
-En el caso particular de Lo Barnechea, y de su alcalde Felipe Guevara, eso te indica que él es parte del asunto, esa es la traducción, es una parte interesada, hay un conflicto de interés grave. Cuando Sernageomin, contratado por Anglo American, responda algo, no se puede confiar, porque son jueces y parte. Guevara es juez y parte, recibe plata de Anglo American, ¡eso no corresponde! No puede coludirse la fuerza política con la empresarial, apoyados por ciertos medios de comunicación. Él no está siendo un hombre firme para defender el glaciar La Paloma, pero él puede, él tiene la posibilidad de anotarse un poroto para toda la vida, de ser capaz de defender lo propio. Aquí, todos los actores giran en torno a Anglo American y el poder del Estado está siendo derrotado por el poder de una empresa minera, siniestra, arrogante, que ha destruido montañas y glaciares, ¡nadie le pone freno! Todos los que participan de esto son unos asesinos, porque van a dejar sin agua a la cuenca de Santiago, con esas palabras, aunque suene muy duro. Estamos siendo amenazados por esta gente, mientras el Estado solo piensa en ganar su porcentaje de cobre.
-¿Que debería hacer el Presidente en este caso?
-El Presidente Piñera no ha tenido una acción sobre el tema, simplemente debe pensar que Purto es un montañista loco y que todas estas cosas son chicas, que no pasa nada, que en Chile hay un millón de cerros y que este es uno solo. Imagínate qué pasará por esa mente… Este Gobierno no ha tomado conciencia de que el cobre debe ser explotado de una forma que permita la coexistencia de la explotación con la no destrucción de la naturaleza. Sé que cuesta más plata, pero tienen que hacerlo.
-¿Estás dedicado a otra cosa, además del activismo?
-Estoy dedicado a un libro sobre la marihuana y a otro libro más, que ya tengo
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