El Movimiento Social 25 de Marzo que aglutina principalmente a organizaciones ecologistas, también tiene mucho que decir ante el derrame de Concentrado de Cobre ocurrido el pasado 22 de septiembre del año en curso en la desembocadura del rio Salado y cuyo responsable auto reconocido es la División Salvador de Codelco Chile.
Derrame de concentrado:
Plantean que la gravedad del derrame de concentrado de cobre reviste tintes dramáticos porque estos contienen metales pesados y químicos que son altamente tóxicos para la salud humana, matan aún más la fauna y flora, contaminando la cadena alimentaria que allí se produce deteriorando con eso la actividad productiva y económica del entorno, afectando además el patrimonio natural de toda la zona. Si bien el relave es toxico, corrosivo y reactivo, el caso es mucho más grave cuando se trata de concentrado que puede contener entre un 30% a 50% de cobre, en menor porcentaje esta el oro, la plata y otros productos como Antimonio, Arsénico, Mercurio, Bismuto, Plomo, Cloro, Flúor y Zinc.
La empresa estatal responsable:
El Movimiento Social relata que la División Salvador de Codelco Chile no ha sido la primera vez que comete estas gravísimas faltas, en el año 2007 una fiscalización sobre residuos líquidos (riles) a cargo de la Superintendencia de Servicios Sanitarios detectó que la cuprera estatal CODELCO contaminó en sus Divisiones Andina, El Teniente, El Salvador y Ventanas, en niveles excesivos por sobre las normas fijadas y establecidos en el Decreto Supremo 90. En esa ocasión el Senador Girardi y Diputado García-Huidobro califican de «chiste» multas que fueron de 5 a 15 millones de pesos. Multas que en definitiva las pagan todos los chilenos.
Asimismo subrayan que la actitud histórica de Codelco, lo expresaba muy bien un grupo de connotados ciudadanos de Chañaral que con fecha 01 de marzo de 2001, producto de la agitación social de los vecinos del sector aeropuerto y las voces de los ecologistas locales, redactaron un valioso documento que remitió al Alcalde Héctor Volta Rojas y al cuerpo de concejales, preocupados del tema de negociación que intentaba la Municipalidad con la contraparte CODELCO CHILE, manifestando en ello que: “Lo observable permite confirmar que la actitud y la estrategia de CODELCO sigue manteniendo características históricas, esto es; no asumir su responsabilidad, omitir todo acto de reparación proporcional por el daño causado y desconocer los hechos jurídicos del caso, esquivando permanentemente las aspiraciones importantes de nuestra comunidad y volver a poner sobre el tapete ofertas difusas y básicas que más apuntan a la dilatación del caso que a resolverlo. CODELCO concentra sus estrategias en conversaciones, análisis, estudios, propuestas vagas y ausencia de resultados a favor del interés de Chañaral y la administración municipal repite el error de poner su mejor fe ante la interlocutora, resultando de todo ello frustración, desengaño y sólo unos pocos e irrelevantes logros en esta materia, los hechos y la historia demuestran una vez más, que CODELCO no tiene intención alguna en asumir su responsabilidad en los hechos y perjuicios históricos de los que es causante; así como sus ejecutivos no tienen las capacidades necesarias para abordar las verdaderas soluciones reclamadas y que en definitiva lo único a que está llana es a entregar pequeños aportes o colaboraciones en el marco de lo que definen como política de buen vecino, omitiendo a todo evento los principios de compensar, indemnizar, reparar o hacer justicia… no podemos perder de vista que este hecho tiene tres características especiales: 1) Es el más grave en términos medioambientales ocurrido alguna vez en Chile; 2) Es un caso no sólo de Hecho, sino de Derecho; y 3) Es el caso medioambiental emblemático de Chile. Del mismo modo agregaban en forma lapidaria: “Nadie, ni autoridad, ni institución ni persona alguna, tiene el derecho a entregar Chañaral por nada”.
El rol de la municipalidad de Chañaral:
En el contexto de el derrame de concentrado acontecido hace unos días, aclaran que «valoran las palabras del Alcalde Volta, sin embargo, nos llama profundamente la atención en que casi quince años de ocupar el cargo de autoridad comunal no haya realizado ninguna gestión o intento de levantar su voz en contra de CODELCO, ni mucho menos presentar algún proyecto tendiente a mitigar al menos los efectos contaminantes de su comuna, más aún que no distinga que el emblemático problema ambiental de Chañaral, ha pasado y sigue pasando por culpa de CODELCO, el sabe o debiera saber que han habido otros derrames anteriores en la desembocadura del rio salado, que existe una grave contaminación por napas subterráneas al centro de la bahía (B. Dold 2006), que hay un importante impacto ambiental negativo por emisión de material particulado tóxico cuando se carga el mineral concentrado en el molo portuario de Barquito, que el crudo desastre climatológico del 25 de Marzo pasado arrastró relaves y actividades mineras actuales tal cual deduce el prestigioso Dr. Tchernitchin que por asociación geográfica y química, muy posiblemente sea concentrado de cobre que se encontraba en la Planta Las Cascadas de División Salvador, y por sobre todo, la contaminación histórica de Chañaral que se arrastra tras varias décadas y que por lo tanto, hacerse cargo de las justas demandas del gremio de pescadores y mariscadores, solo es un apéndice del gran problema que debiera asumirse desde un contexto global que solucione la enorme deuda social y ambiental que tiene la minera estatal con nuestra comunidad».
Del mismo modo, recalcan que «la autoridad comunal debe tener claro que los deberes y responsabilidades de la municipalidad incluyen disminuir o controlar los efectos ambientales no deseables, por ejemplo respetar y hacer valer el Código Sanitario que es la normativa referida a la salud y el bienestar de las personas, la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades que le establece o le reconoce funciones y atribuciones generales y, la Ley de Bases del Medio Ambiente que le impone determinados deberes y les confiere algunas facultades en materias ambientales. Más en este caso cuando existe un reconocido y responsable legal, legitimado no sólo por la Corte de Apelaciones de Atacama sino también por la Corte Suprema de Chile, como lo es División Salvador de Codelco Chile. En este punto y a propósito de una visita al Consejo Municipal hace algunos años del destacado abogado Hernán Montealegre, este expresaba claramente que “Si no se quiere entender aún que las municipalidades tienen no sólo el derecho sino la obligación de defender a la comuna, ante los tribunales por daños ambientales, bastaría revisar la Ley de Bases del Medio Ambiente. Y si por otra parte, se postula que una acción legal es demasiada lenta y engorrosa, entonces dejemos pasar irresponsablemente otros 20 años de silencio”. “Si la Ilustre Municipalidad de Chañaral actúa, lo haría cumpliendo un mandato legal”.
La afectación al Parque Nacional Pan de Azúcar:
El espeso liquido sobrante del fuerte proceso de agitación en gigantescas celdas de flotación de la Planta Concentradora aledaña a la Mina de El Salvador, con el fin de lograr que el cobre flote atrapado en las espumas superficiales que deja el proceso, incorporados a ese proceso una serie de elementos químicos denominados reactivos de flotación, Aminas, Cianuro, Azufre, Alcoholes butílicos e isopropílicos, disúlfuro de carbono, hidróxido de sodio y otros componentes que forman parte importante de la estructura química de estos reactivos disueltos en las aguas, fueron arrojados al curso antiguo del rio Salado al centro de la Bahía de Chañaral hasta 1975, y luego desde ese año hasta 1990 en Caleta Palitos deteriorando física y químicamente el Parque Nacional pan de Azúcar.
No es ningún secreto que en el Parque Nacional Pan de Azúcar que los efectos afectan el área silvestre protegida y que abarca más de 70 kilómetros de costa al norte de Chañaral. Como si el silencio (en esos años) de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) pudiera negar la realidad.
De hecho, una de las diligencias encargadas por los tribunales durante la tramitación del recurso de protección presentado por la comunidad de Chañaral en 1987 fue pedir un informe al director de CONAF sobre la situación del Parque Nacional. Y en éste, el director de la época reconoce que existe contaminación en el hábitat de la flora y fauna del parque e incluso, que en algunas caletas ésta se aprecia a simple vista. Agrega el informe que no se ha hecho ningún estudio que permita asegurar que la contaminación no esté llegando a la isla e islotes de Pan de Azúcar, lugar donde habitan colonias de chungungos (nutrias de mar) y pingüinos de Humboldt, especies que se presentan como curiosidades únicas a los visitantes del parque.
Hoy, con la gravedad de lo acontecido por el derrame de concentrado de cobre, esperamos una actitud más fuerte ante esta situación.
El error de la autoridad sanitaria regional:
Repudiamos enérgicamente la actitud de la Seremia de Salud de Atacama por cuanto en la toma de muestras del derrame en comento no aplica en el caso de las aguas claras de los depósitos de relaves como desechos líquidos, la normativa vigente, establecida en el D.S. N° 90, sobre Emisión para la Regulación de Contaminantes asociados a la Descarga de Residuos Líquidos a Aguas Marinas y Continentales. Esta norma regula el contenido máximo de los contaminantes de mayor ocurrencia en las aguas claras de relaves, como es el caso de los iones de sulfatos, molibdeno, cobre y manganeso, algunos de los cuales pueden impactar de manera significativa las aguas en general.
La superación de la norma en todos los contaminantes y especialmente en cobre, sulfatos, cloruros y sodio, en periodos «normales», antes del accidente climático del 25 de Marzo, cuando se veían aguas cristalinas arrojaban que existía grave contaminación en el río Salado, y por tanto altos niveles de contaminación continuaba inundando la cuenca y el mar en la zona de Chañaral. Esos estudios fueron realizados por el propio Servicio de Salud Atacama, mediante oficios ordinarios Nos. 35 y 4870 del 3 de enero del 2001 y 23 de noviembre de 2002 respectivamente, las muestras físicas y químicas del agua del Río Salado, arrojaron la siguiente información: Cianuro 0,25 ( Norma 0,20 mg/l.), Manganeso 0,25 (Norma 0,20 mg/l.), Cobre 0,50 (Norma 0,20 mg/l), Cloruros 600 a 75.000 (Norma 200 mg/l.), Sulfatos 1.985 a 2.285 (Norma 250 mg/l.), Sodio 97 (Norma 35 mg/l.) y Cromo 0,17 (Norma 0,10 mg/l.).
La sociedad civil:
La organizaciones sociales y el Movimiento Social 25 de Marzo, esperan que los organismos del estado tanto como la Superintendencia deservicio Sanitarios, la Seremia de Medioambiente y Salud, como asimismo la Armada de Chile y la misma Municipalidad de Chañaral, actúen con acuciosidad y en derecho, que transparenten la situación, actúen más allá del hecho puntual del derrame, se haga justicia y se ejerza de una vez por todas la probidad administrativa que parece tan lejana en estos tiempos.