Ejidatarios y habitantes de la comunidad agraria de Tequesquitlán tomaron permanentemente la mina de empresarios chinos denominada Gan-Bo Minera Internacional
Los habitantes, apoyados por barzonistas encabezados por Fidencio Hernández, exigieron a los empresarios chinos “que saquen todo y se vayan”, incluso si se “quieren llevar el edificio que se lo lleven”, pero antes deberán resarcir daños ambientales que han provocado, advirtieron.
Gregorio Zamora Escobar, presidente del Comisariado Ejidal, relató que desde hace cuatro años enfrentan los problemas ambientales, pues los materiales que usan en la mina han contaminado los mantos freáticos con dos lagunas al aire libre, además de que ha dañado severamente la agricultura y realizan una intensa extracción de agua.
Debido a ello se han realizado manifestaciones y plantones oponiéndose a la operación de la mina, el último hace quince días, “donde se les advirtió que en el segundo plantón iba a ser definitivo, y el pueblo está consciente del daño que están haciendo y está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias”.
Entrevistado bajo la sombra de una de las carpas, Zamora Escobar pidió “el apoyo de todo México para esta campaña porque de no ser así Tequesquitlán se convertirá en un pueblo fantasma, en un pueblo donde solo habitarían cadáveres y fantasmas”.
Subrayó que recientemente se analizó “el agua y salió que estaba contaminada con metales pesados, tiene plomo y manganeso”, entre otros. “Y lo que está soltando la mina cuando está moliendo la piedra está dañando toda la vegetación, ya los árboles de tamarindo se están secando; naranjos, limones, todo eso ya no funciona como antes” y según lo que les han dicho los expertos, “la contaminación abarcará unos 30 kilómetros a la redonda ya que empiece a trabajar en forma”.
Por lo pronto, “la lucha es permanente hasta que se vayan, hagan un convenio para que se vayan por que en el pueblo no los queremos” ya que la mina no ha dejado ni empleos ni riqueza. “La mina ha dejado puro perjuicio, utilidad para el pueblo nada”.
Por el actuar de las autoridades de los tres niveles que han intervenido, “parece que están compradas por ellos, pero a simple vista, porque les dan dinero y se quedan callados”, dijo.
Durante la toma llegaron funcionarios del gobierno estatal encabezados por Javier de Jesús Lechuga Millán, director del Área de Desarrollo Político y Atención a la Problemática del estado, quien diálogó con los pobladores comprometiéndose a un respeto mutuo, pero con la advertencia de estos últimos de que “los chinos tienen que irse”.
Desde temprano los habitantes se comenzaron a organizar en la plaza de Tequesquitlan para, después de las dos de la tarde enfilar hacia la mina en camiones y otros vehículos.
En la mina los afectados instalaron carpas y se apoderaron del ingreso principal dejando salir, pero a nadie entrar. En uno de los edificios “los chinos observaban y tomaban fotos y videos a los manifestantes, quienes instalaron mantas sobre la barda en repudio a su presencia.
Fidencio Hernández, líder de El Barzón que acudió en respaldo de los pobladores, dijo a la puerta de la mina, resguardada por policías municipales: “Nadie entra para que no se nos acuse de secuestro, nadie entra, todo mundo puede salir. El diálogo está abierto pero únicamente para que se vayan”, les dijo a los enviados del gobierno estatal, quienes manifestaron que actuarían siempre del lado del pueblo, aunque reconocieron tener competencias acotadas.
Frente a los funcionarios se alzaban pancartas que decían “Tequesquitlan alza la voz y dice no a la minería” y otra manta en el ingreso rezaba: “ya nos contaminaron el agua, ya dañaron la agricultura… ya no queremos que nos dañen la salud o envenen a nuestros hijos con su contaminación… Fuera”.
En algunas bardas de la comunidad es evidente el rechazo y en otras se informa acerca de un amparo que el mes pasado les otorgó el Poder Judicial de la Federación. “El Ejido Tequesquitlán ganó un amparo en contra de Gan-Bo con número número de expediente 1213_13V”.
En noviembre del 2009 con el gobierno panista modificó el uso de suelo y otorgó los permisos de construcción, señalaron.
Cabe añadir que en el ejido de Ayotitlán, en el 2008, esta mina también enfrentó oposición de los pobladores y perdió una lucha legal. Ahora “queremos que se vayan de aquí”, gritaban los pobladores esta tarde con el ya clásico de “el pueblo unido jamás será vencido”.
Hasta la tarde de ayer todos los trabajadores de la mina así como vehículos permanecían en el interior, mientras los pobladores afectados seguían en el exterior.