26 de Diciembre 2011
No se usted, pero yo no quisiera vivir cerca de una mega-mina. No quisiera además saber, que pudiendo hacer algo para que esa mega-mina no exista, no hice nada. Pensándolo bien, no quisiera ser cómplice de ese inmenso hueco, de esa inmensa herida producida a la tierra para que además sean otros los beneficiados…
No quisiera negarme la oportunidad de construir otra sociedad, con parámetros distintos a los marcados por el progreso industrial que mantienen a la gran mayoría de la población del mundo, en el ‘subdesarrollo’ y el ‘estancamiento’.
La no explotación minera va de la mano de la defensa del agua. Pero cuando nos dicen que argumentar que es absurdo luchar en contra de la contaminación del agua por minería, cuando actualmente el agua está contaminada por heces de ganado, parece una cosa de locos. Ese mismo argumento debería servir para fortalecer los controles ambientales, sobre todo a los grandes propietarios.
Y aquí cabe hacer un paréntesis y preguntar ¿Luego de 4 años de revolución ciudadana, en qué estado está la concentración de las tierras en Ecuador? Volviendo a nuestro tema, se dice que en este gobierno se han revertido concesiones mineras otorgadas por anteriores gobiernos, lo cual es excelente, pero debió revertírselas totalmente, siendo fieles a los principios del Buen Vivir.
El tema de la construcción de nuevas matrices energéticas acordes con la defensa de los DERECHOS DE LA NATURALEZA es un tema difícil. No se trata solo de decir que ‘no podemos ser mendigos sentados en un saco de oro’ o que si nos negamos a la explotación minera ‘deberíamos volver a las cavernas’, sino de pensar estos temas con la comunidad organizada bajo ejes precisos que respeten la vida.
Se ha endilgado parte de la responsabilidad de sostener el proyecto de la no explotación del Yasuní ITT a la sociedad civil, cosa que puede ser positiva porque nos permite a los ciudadanos apropiarnos de la iniciativa conservacionista, pero ¿por qué, si vamos a apoyar la no extracción del petróleo del Yasuní, no ibamos a hacer los mismo por la no explotación minera de Quimsacocha?, Yasunizar Quinsacocha parece algo obvio si somos rigurosos. No obstante, las regalías que recibirían los gobiernos locales y el gobierno central hacen perder de vista cualquier otra consideración.
De gana hablan lo biólogos de las 380 especies de plantas, de las 44 especies de aves de los anfibios endémicos que podrían ser afectados con la explotación. Frente al dinero que se obtendrá como regalías se anulan otras consideraciones. Ni siquiera las mayores expresiones de la democracia como la consulta a la propia ciudadanía, han valido, parece que solo el dinero vale, y mejor está de organizar ya, y desde la sociedad civil, una colecta que iguale a las regalías esperadas, antes de que se acabe con la vida de Quimsacocha.