Ecuador negocia con cinco empresas extranjeras concesiones mineras que implicarían una inversión de 4.020 millones de dólares y con las cuales comenzarían las explotaciones a gran escala en el país, según dijo hoy el ministro de Recursos Naturales no Renovables, Wilson Pástor.
Pese a que comparte las mismas condiciones geológicas que Perú y Chile, dos enormes productores de minerales, Ecuador solo cuenta con explotaciones de pequeño volumen, algo que su Gobierno pretende cambiar.
Pástor dijo esperar que a finales de mes terminará la negociación con las cinco compañías y que los contratos se firmen en agosto.
En el caso «bastante poco probable» de que no hubiera acuerdo, los yacimientos se licitarán y se compensará a las compañías por la inversión ya realizada en la exploración, explicó.
La construcción de los proyectos Fruta del Norte (de la empresa canadiense Kinross), Mirador (de la canadiense Ecuacorriente) y Río Blanco (de la canadiense San Luis Minerales) comenzaría primero, el próximo año, seguida de Quimbacocha (de la canadiense Jambold Ecuador) y Pananza San Carlos (de la china Explorcobre).
No obstante, los planes del Gobierno se enfrentan a la oposición de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), la principal organización indígena del país.
«Estamos muy preocupados. Esto es irracional, una declaración de guerra contra los indígenas, es para botarnos de nuestros territorios», dijo a Efe Delfín Tenesaca, presidente de la Ecuarunari, una de las asociaciones integradas en la Conaie.
Pástor destacó que el 60 % de las regalías de las explotaciones irán a las comunidades de donde salga el mineral, un dinero que se usará para proyectos sociales, como salud, transporte y educación.
No obstante, Tenesaca destacó que «así mismo se dijo con los pozos petroleros, pero en realidad no se han superado los problemas».
Pástor señaló que en las negociaciones con las cinco empresas extranjeras el Estado se garantizará más del 50 % de la renta minera, entre regalías e impuestos, y además se quedará con el 70 % de los ingresos extraordinarios por el aumento del precio del mineral, indicó.
Las concesiones contemplan una rentabilidad mínima para la empresa del 10 % y máxima del 20 %, dijo el ministro.
Pástor explicó que el Estado carece de la experiencia o capacidad para explotar directamente el mineral, por lo que el «eje principal» del sector será la empresa privada, al contrario que con el petróleo, donde las compañías públicas ecuatorianas tienen mayor peso. (Quito/EFE)