Faenas antiguas y de menor ley ya se encuentran operando a un costo superior al precio del metal, mientras que las inversiones paralizadas crecen. Es el panorama minero local.
Un retroceso de 23% muestra en doce meses el precio del cobre en los mercados internacionales. La caída ha encendido alarmas en un sector de la economía que desde 2006 muestra cifras históricas, quiebra récords y alcanza ganancias nunca vistas.
Ayer, el cobre cerró en US$3,01 por libra, lo que representa la cifra más baja en casi tres años y que lo dejó a un paso del temido fantasma de los US$3 por libra. La situación se relaciona con una fuerte incertidumbre global, si bien esta baja no es del todo sorpresiva. En los últimos meses el metal ha venido bajando fuertemente, en medio de una verdadera tormenta perfecta, con dudas sobre China, Europa con una recuperación lenta y Estados Unidos en una situación similar. Por lo mismo, las empresas mineras ya han tomado varias medidas, entre las que se cuentan un fuerte plan de recorte de costos y gastos (en Chile, con Codelco como punta de lanza) y la paralización y/o postergación de proyectos de inversión.
Aún así, los temores persisten, pues estos planes no se han consolidado del todo. Por lo mismo, en la industria plantean que el riesgo de la baja de precio hoy es mucho mayor que antes, porque los costos son muy superiores. Mientras la propia Codelco tenía en 2008 un costo C1 (que elimina créditos por subproductos y costos corporativos) de US$0,7 por libra, hoy esa cifra se empina a los US$1,63 y subiendo. Es más: en el caso de Chuquicamata, el costo C1 alcanza los US$1,93 por libra, cifra que representa un incremento de 78% en sólo dos años.
Es decir, si en 2008 (el anterior período bajo del precio del cobre, que coincidió con la crisis económica global) había cierta holgura para mantener funcionando la gran mayoría de las operaciones mineras locales (lo que se vio beneficiado por una recuperación rápida de la cotización, que ya en noviembre de 2009 había vuelto a un valor superior a US$3), en 2013 ya no es así. Incluso más, el total de costos y gastos de Codelco, conocido como C4, llega a US$2,47. Apenas US$0,7 por sobre el cierre del viernes del metal.
Aún así, el escenario tiene algunos puntos positivos. En la minería existe consenso en que la caída del cobre arrastrará a la baja a los productos y servicios asociados a la minería, hoy disparados y en el centro del debate entre las propias mineras. Ello, porque una reducción en el precio, en el contexto de una merma generalizada en la cotización de los metales, genera también una baja en la demanda por insumos de las empresas, como las bolas de molienda, y los equipos, dado que en general una cotización en picada obliga a frenar proyectos.
En una reciente presentación, en el marco de Exponor 2013, el presidente ejecutivo de Codelco, Thomas Keller, enumeró un total de siete grandes proyectos mineros que han visto modificar su calendario original, principalmente por temas de rentabilidad. Se trata de las primeras señales de un ciclo bajo, algo para lo que la minería chilena ya había perdido la costumbre.