Saúl Ortega
Raúl Delgado Wise, investigador de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), afirmó que la actividad minera ha dejado más daños ecológicos y económicos que beneficios a la entidad.
El destacado académico advirtió que quienes resultan más afectados son los ejidatarios, quienes pierden sus tierras al ser ocupadas por las grandes empresas, y explicó que ellos reciben cantidades de dinero que pudieran parecer atractivas en un primer momento, pero no les devuelve su sustento una vez concluida la vida útil de las minas y, además, no soluciona sus problemas económicos a largo plazo.
“Son cosas que no se prevén, porque en ocasiones simplemente ‘compran’ (corrompen) al presidente ejidal o hacen la negociación de tal manera que los ejidatarios no son los verdaderos beneficiados”, exhibió el investigador universitario.
Delgado Wise agregó que la base para beneficiar no sólo a los ejidatarios, sino a la región y el estado, consistiría en pensar en un plan de desarrollo a largo plazo en la región donde se instalará la planta minera, además de garantizar que no habrá ningún daño ecológico y cuáles son las previsiones que se toman para desarrollar al ejido.
Esto permitiría que, una vez concluida la vida útil de mineras, “el ejido tenga una posibilidad de seguir adelante y desarrollarse; yo iría todavía más lejos, porque es tal el monto de la riqueza que se extrae del subsuelo zacatecano que debería ser un puntal del desarrollo económico”, añadió.
Para ello, planteó Delgado Wise, sería necesario renegociar que los impuestos que se obtienen de la minería se queden en Zacatecas.
El economista expuso que desde el siglo XX la actividad minera “ha sido totalmente extractivista, ha significado una fuga de recursos para Zacatecas, los impuestos no se quedan, lo que se queda es una secuela de destrucción ecológica tremenda, como es el caso de Real de Ángeles (en Noria de Ángeles)”.
Raúl Delgado advirtió que las empresas ocupan muy poca mano de obra zacatecana y la que contratan “en ocasiones es en condiciones de trabajo bastantes malas”.
Enfatizó que el hecho de que la entidad sea uno de los estados mineros más importantes del mundo, en particular en la explotación de plata y ahora en producción de oro, con la apertura de la Mina Peñasquito, en el municipio de Mazapil, “no significa gran cosa para Zacatecas, porque realmente no repercute en el desarrollo de la entidad”.
Delgado Wise calificó de “imperdonable” que sólo se quede en el estado una pequeña derrama salarial de toda la riqueza extraída del subsuelo y es llevada fuera de la entidad para sus procesos de industrialización.
Por ello, planteó la necesidad de generar un proyecto a largo plazo a favor de los ejidatarios que venden o rentan sus tierras a favor de las empresas mineras y que sólo reciben pequeñas cantidades de dinero.
“Se debe tener una visión diferente del desarrollo local, regional y estatal en torno a la minería, y cambiar un poco esa visión que ha predominado, que es extractivista y, de alguna manera, destructiva”, expresó el investigador universitario.
Raúl Delgado reiteró que los menos beneficiados son los ejidatarios, a quienes no les reditúan los trabajos mineros, “porque sólo se llenan la arcas de las grandes empresas, que sólo dan algunos recursos para decorar, por ejemplo, la Catedral o poner un museo”.
Agregó que las proporciones entre lo que extraen y lo que dejan al estado es “una derrama salarial realmente exigua, muy limitada; entonces, más que una ventaja, ahora se convierte en una desgracia para el estado el tener la minería”, acotó.
Ante esta situación, Delgado Wise reiteró la necesidad de replantear que la minería se convierta en un pilar del desarrollo de la entidad.
El investigador dijo que este escenario de daño ecológico y escasa derrama económica, vía pago de salarios, se repetirá con la Minera Peñasquito en Mazapil, “porque es la experiencia que hemos tenido con empresas canadienses”, afirmó.
Y, añadió: “son grandes corporaciones que manejan muchísimo dinero, algunas son de las más importantes de América Latina, y es realmente deplorable que no se pueda negociar con ellas una parte de sus ganancias, que debería ser en el lugar donde están extrayendo, la base principal de sus recursos y de la riqueza”.
Sin descartar que esto provoca la fuga de capitales de Zacatecas, externó; “se podría decir esto si pensamos que la minería genera una renta muy grande que tiene que ver con el recurso natural que está aquí, en Zacatecas, del subsuelo. Y de ese recurso no nada más no le deja nada (al estado), sino que el recurso económico se va al exterior”.
Raúl Delgado externó que no existe impacto económico alguno por la actividad minera que se realiza en la entidad, “sólo un salario muy bajo, porque son como pequeñas maquiladoras y sólo dejan una secuela de destrucción ecológica muy grande”. Incluso dijo que, como es el caso de Peñasquito, las extracciones que son a tajo abierto “son altamente destructivas del medio ambiente”.
“Esto deja sin nada a los ejidatarios, les dan ‘cuentas’ (espejitos) por oro un poco recordando los tiempos en que llegaron los españoles. Realmente son enclaves mineros y esta lógica viene desde la época colonial”, subrayó Delgado Wise.