Reforma, cultura/ 27 Enero, 2011
Haydé Murakami
A la usanza ancestral, miembros de la comunidad wixárika (huichola) se reunirán en Jalisco para buscar acuerdos encaminados a defender el área sagrada de Wirikuta ante el comienzo de los trabajos de explotación de la minera canadiense First Majestic.
Para la inusual asamblea, que se llevará a cabo hoy y mañana en el Centro Universitario del Norte, están convocados los gobernadores de las cinco comunidades autónomas asentadas en Jalisco, Durango y Nayarit, así como sus secretarios y los otros miembros del consejo de ancianos (los chamanes llamados «mara’kame»).
Gabriel Pacheco, huichol de la comunidad de Guadalupe Ocotán, Nayarit, y director de la División de Cultura y Sociedad del CUNorte, explica que en un intento por hacer un frente común, discutirán y conciliarán según los dictados de su tradición.
«Pensamos que esta forma de organización es la que más se respeta, y la que hemos relegado por atender demasiado a las formas agrarias. Será un espacio abierto, no va a haber hoteles o nada así. Si acaso vamos a hacer casas de campaña y ellos podrán disponer de un espacio donde puedan incluso hasta poner lumbre y soñar», detalla Pacheco.
Aunque no es posible adelantar los resultados de la reunión, ya que los mecanismos se decidirán sobre la marcha, esperan que de ésta surja un representante que hable en nombre de toda la comunidad en cuanto a los asuntos que se refieren a las afectaciones por los trabajos de la mina.
«Lo consulté con un anciano de Santa Catarina y me sugirió eso (convocar a la reunión), atendiendo su palabra es como nos estaremos reuniendo en Colotlán, con la finalidad de que ellos reflexionen hondamente sobre el tema», detalla.
Con voz propia
Algunas de las dificultades que enfrentan los huicholes en cuanto al conflicto, sostiene Pacheco, son la falta de información entre los miembros del grupo, y la dispersión de las comunidades autónomas por los tres estados, que a su vez se dividen por municipios, lo que limita la comunicación.
«Por eso la urgencia de que se vayan empapando de este asunto, pero que lo aborden desde el sentimiento más profundo; y por eso la participación de los ancianos, que son los que van a entregar la palabra y los que respetamos a final de cuentas.
«Quiero ser optimista de que sí se pueda hacer algo y no ocurra algo catastrófico para el pueblo wixárika».
Múltiples grupos de activistas interesados en la preservación de la cultura indígena y en asuntos ambientales también han resultado un factor de confusión, y con la reunión también se pretende que los huicholes adquieran y hagan uso de una voz propia.
«Yo digo que no manejemos esto como los cárteles: el pleito de las plazas. Los wixárika ya tienen muchos profesionistas y gente formada, y afortunadamente ya pueden hablar por sí mismos», aclara Pacheco. «El huichol tiene su ritmo de resolver los problemas, a veces la desesperación de algunas otras organizaciones aceleradas es la que conduce a otro lado, no siempre benéfico».
«No quisiéramos que ellos tomaran la delantera, quisiéramos que dejaran a los huicholes decidir sus asuntos».
A la minera canadiense First Majestic le han sido otorgadas 22 concesiones mineras que abarcan 6 mil 327 hectáreas, dentro de la cuales se incluye el 70 por ciento del territorio sagrado conocido como Wirikuta y, luego de haber concluido la etapa de exploración, está comenzando operaciones en las inmediaciones de Real de Catorce. Para el pueblo huichol, el acceso al área es de vital importancia, ya que resume en mucho toda su cosmogonía.
Honran el mito
Aunque hay grupos minoritarios en Durango y Zacatecas, la población wixáritari se encuentra diseminada principalmente en cinco comunidades autónomas por los estados de Jalisco y Nayarit: San Andrés Cohamiata, Guadalupe Ocotán, San Sebastián Teponahuaxtlán, Santa Catarina Cuexcomatitlán y Tuxpan de Bolaños.
Los gobernadores tradicionales son designados por el consejo de ancianos, quienes gozan del mayor respeto de la comunidad y de los que el mito huichol cuenta que poseen alta sabiduría y capacidad de hacer las veces de vínculo entre lo sagrado y lo mortal, casi siempre por medio de los sueños.
En uno de sus cantos más tradicionales, el mara’kame relata el viaje de sus antepasados a Wirikuta, mismo que es recreado cada año.
Así lo dijo
«Apostar por una cuestión de explotación con miras a hacer negocios para matar un pueblo me causa una impotencia terrible, porque seríamos testigos de cómo mueren los pueblos sin poder hacer nada» (Gabriel Pacheco
Director de la División de Cultura y Sociedad del CUNorte).