14/09/2020
Imagen: Madrededios.com
Observatorio de Conflictos Mineros en el Perú – Alerta informativa
En medio de la pandemia y la crisis política que vive el país, los defensores de nuestra Amazonía siguen siendo asesinados por mafias que buscan imponer sus actividades ilícitas.
En esta ocasión la víctima ha sido Roberto Carlos Pacheco Villanueva (34), que junto con su padre Demetrio (vicepresidente del Comité de Gestión de Tambopata), desde hace un tiempo se enfrentaban a las mafias de mineros ilegales que permanentemente trataban de invadir los bosques de una concesión de 800 hectáreas que administraban. El terrible crimen se produjo el pasado 11 de septiembre.
La familia Pacheco había sido amenazada durante años e incluso habían presentado hasta siete denuncias contra mineros invasores. Como ha señalado el portal Ojo Público, la muerte de Roberto Carlos Pacheco es el cuarto asesinato de un líder ambiental desde que se declaró el Estado de Emergencia el 16 de marzo en el país: “en abril asesinaron a Arbildo Meléndez Grández (Huánuco), en mayo a Gonzalo Pío Flores (Junín) y en julio a Lorenzo Wampagkit (Amazonas)”.
Esta terrible noticia es una clara muestra que en Madre de Dios, la minería y la tala ilegal siguen imperando y no dan tregua, pese a las operaciones de incautación y de desmantelamiento de operaciones mineras. Según el Ministerio Público, desde el inicio del estado de emergencia sanitaria se han realizado más de 70 operativos en contra la minería ilegal en Madre de Dios. Sin embargo, los mineros ilegales se siguen desplazando a otras zonas, incluyendo territorios indígenas y concesiones forestales, como las de la familia Pacheco, para realizar sus actividades debido al fuerte control que hay en zonas como La Pampa.
Al parecer el aumento del precio internacional del oro viene siendo uno de los factores que presionan el incremento de esta actividad en zonas como Madre de Dios. Por otro lado, se confirma que esta región sigue siendo una de las zonas con mayores índices de criminalidad en el país en donde las mafias de mineros y taladores ilegales, la han convertido tierra de nadie.