17 de Enero 2012
Los habitantes del pueblo de Famatina resisten la llegada de la empresa canadiense Osisko Mining Corporation, que tiene la aprobación del gobierno provincial para la exploración de la montaña.
En la fecha de hoy se cumple el plazo previsto para el inicio de las actividades conjuntas con la empresa estatal riojana EMSE, con vistas a la extracción de minerales con cianuro. La actividad de la minera canadiense cuenta con el aval de la presidenta Cristina Fernandez y el Gobernador Luis Beder Herrera
Un grupo de más de 3 mil personas habitantes del pueblo riojano de Famatina, llevan a cabo un corte de ruta para impedir el inicio de las operaciones de la empresa trasnacional canadiense Osisko Mining Corporation, que ha firmado un contrato con el gobierno de La Rioja para la exploración y la extracción de minerales a cielo abierto, es decir, minería con cianuro. En la fecha de hoy se cumple el plazo para que la minera canadiense comience con sus actividades en conjunto con la estatal EMSE (Energía y Minerales Sociedad del Estado) para la exploración y extracción de oro en la montaña.
Los vecinos aseguran que “el grupo de choque” del gobierno controla el ingreso y egreso de la ciudad para intimidar a los manifestantes que se oponen al proyecto de la empresa minera canadiense Osisko, con la que el gobernador Luis Beder Herrera firmó un convenio para explotar el oro de Famatina mediante el proceso de lixiviación con cianuro de sodio.
“La patota de Beder Herrera y la Brigada de Acción Operativa (BAO), grupo de choque de la policía provincial, se colocaron en la entrada a Famatina y en la ruta hacia Chilecito. “Controlan en ingreso y el egreso de los vecinos, intimidan a los manifestantes. Vivimos en un clima de tensión y miedo”, contó la ambientalista Marcela Crabe a LPO, añadiendo que “tenemos miedo que nos pongan droga, armas, algo para criminalizar la protesta. Ya nos habían quitado el transporte público, cuando la empresa de colectivos ‘Ciudad de Chilecito’ – que une Famatina con Chilecito- suspendió sus servicios. Estamos moviéndonos en moto o en remise”.
Los vecinos de Chilecito y Famatina aseguran que es la primera vez en la historia de la provincia que los efectivos de la BAO realizan controles viales. “Los medios de comunicación de la provincia desinforman y contribuyen al gobierno. Están tirando pescado podrido”, se quejó otra de las manifestantes, Carina Díaz Moreno.
Lo cierto es que el único medio en toda La Rioja que acompaña la protesta es FM Famatina, de Walter Álvarez. “Casi todos los medios dependen económicamente de Beder Herrera, y todo el mundo sabe que las notas más sensibles tienen que ser aprobadas previamente por Luis “El Pichi” Solorza, jefe de prensa de la gobernación”, reveló.
Cabe recordar que Beder Herrera es un aliado del kirchnerismo y participó del viaje que realizara la presidenta Cristina Fernandez a Canadá en 2010, para garantizar condiciones favorables a las mineras de ese país, para realizar extracciones contaminantes con cianuro en Argentina. Beder Herrera ha declarado días atrás, que los “ambientalistas se dejen de joder con la minería” porque es el único recurso del que dispone la provincia.
Por su parte, los referentes del pueblo han señalado que no se oponen a la minería, pero sí a la minería a cielo abierto, que utiliza cianuro y contamina las napas de agua por más de 100 años.
Es por estas razones que los vecinos de la zona se agruparon en la “Asamblea de Vecinos Famatina No Se Toca” para bregar contra los emprendimientos mineros, en especial los de la Barrick Gold y ahora de Osisko Mining, ambas del Canadá.
Las operaciones mineras que utilizan la tecnología de extracción de oro con cianuro llevan implícitos altos impactos ambientales, que en muchos casos pueden ser catalogados de desastre ambiental. Dada la alta toxicidad y reactividad natural del cianuro, la contención de esta sustancia es una de las preocupaciones primordiales de las minas en las que se utiliza la extracción por lixiviación. Se han documentado los efectos perjudiciales del cianuro en los peces, la vida silvestre y los humanos.
La lixiviación es un proceso usual en la ingeniería química para separar sustancias fácilmente solubles de un material sólido por extracción con disolventes apropiados, en este caso el oro con una solución de cianuro de sodio, una de las sales más venenosas que existen. La minería a cielo abierto es una actividad industrial de alto impacto ambiental, social y cultural. Es también una actividad industrial insostenible por definición, en la medida en que la explotación del recurso supone su agotamiento.
A medida que los yacimientos se agotan o alejan es necesario usar métodos más agresivos y destructivos, particularmente en la minería, como es el caso de la extracción de petróleo del mar, de gas natural incrustado en las rocas (gas shale) y de la extracción con sales de cianuro a cielo abierto.
El resultado es la explotación de poblaciones indefensas, condenadas a la muerte prematura o la represión gracias a leyes ad hoc si se organizan para defender el patrimonio ancestral.
La minería a cielo abierto remueve la capa superficial o sobrecarga de la tierra para hacer accesibles los extensos yacimientos de mineral de baja calidad. Los modernos equipos de excavación, las cintas transportadoras, la gran maquinaria, el uso de nuevos insumos y las tuberías de distribución permiten hoy remover montañas enteras en cuestión de horas, haciendo rentable la extracción de menos de un gramo de oro por tonelada de material removido.
Existe consenso en la literatura sobre el tema en el sentido de que ninguna actividad industrial es tan agresiva ambiental, social y culturalmente como la minería a cielo abierto
La minería a cielo abierto utiliza, de manera intensiva, grandes cantidades de cianuro, una sustancia muy tóxica, que permite recuperar el oro del resto del material removido. Para desarrollar todo este proceso, se requiere que el yacimiento abarque grandes extensiones y que se encuentre cerca de la superficie. Como parte del proceso, se cavan cráteres gigantescos, que pueden llegar a tener más de 150 hectáreas de extensión y más de 500 metros de profundidad.
Junto al cianuro se emplean diariamente decenas de millones de litros de agua, haciendo uso masivo de los recursos hídricos locales agotando caudales y desviando cursos en ríos y arroyos, afectando caudales y niveles en aguas freáticas (en la mina a cielo abierto de Andalgalá – Catamarca las napas subterráneas bajaron hasta siete metros, dejando sin agua a agricultores y pobladores)
A estos graves impactos hay que agregar la gran contaminación generada por los venenos liberados por este tipo de minería como los metales pesados (arsénico, plomo, mercurio, cadmio, selenio, entre otros) capaces de permanecer en el ambiente por siglos y de difundirse sin control a través de las aguas subterráneas que viajan a distancias incalculables.
MR.