José De Echave C.
En la actualidad, Yanacocha debe ser la empresa que más daña la imagen del sector minero en el Perú y a nivel internacional. Resume las peores prácticas y la prepotencia extrema. Yanacocha ocupa hoy en día el lugar que Doe Run ocupó en la década pasada.
Lo que ha pasado esta semana, donde la prepotencia y la matonería desbocada arremetieron nuevamente en contra de la familia Chaupe Acuña, a más de 4 mil metros de altitud en las alturas de Celendín, no tiene nombre y menos aún justificación. Una de las más poderosas empresas auríferas del mundo entrando con un desmedido contingente policial y miembros de sus fuerzas privadas de seguridad a los terrenos que ocupa una sola familia campesina para destruir parte de las construcciones que habían levantado, es inadmisible.
La noticia y las imágenes que se han podido recoger están dando la vuelta al mundo. La indignación se extiende y organismos internacionales se vienen pronunciando. Flaco favor le está haciendo Yanacocha al resto de empresas mineras y al famoso Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM) que, desde Londres, nos envía mensajes todos los meses que este tipo de comportamiento son cosas del pasado y que sus afiliados implementan las mejores prácticas sociales y ambientales.
La Sociedad Nacional de Minería del Perú forma parte del ICMM y se adhiere a sus principios y Yanacocha forma parte de la Sociedad Nacional de Minería. Este gremio debería aplicar de inmediato su código de conducta y sancionar a Yanacocha. Cabe recordar que en la década pasada Doe Run y la empresa Casapalca fueron expulsadas de la Sociedad Nacional de Minería (eufemísticamente suspendidas) por su pésimo comportamiento.
Lo mejor que podría hacer la comisión de ética del gremio empresarial minero es abrirle un proceso sancionador a Yanacocha. Sería un excelente mensaje hacia fuera, demostrarían que lo que dice en su código de ética no es letra muerta y mejorarían en algo su alicaída imagen como sector. Además, deberían informar de estos lamentables hechos al ICMM.
¿Harán algo? ¿Su flamante presidente, hombre del grupo Buenaventura, socio de Yanacocha, se pondrá duro frente a esta empresa infractora de su código de ética? ¿Le estamos pidiendo peras al olmo?
Se sabe que desde hace tiempo varias empresas afiliadas se sienten incómodas por el estilo Yanacocha y la mala imagen que las afecta. Si no hay reacción y no se aplican sanciones, parece ser que algunas empresas están dispuestas a mirar la puerta de salida y la desafiliación, como ya lo han hecho las empresas de hidrocarburos. Habrá que ver qué pasa.
COOPERACCION
Foto: La Republica