Activista y actual vocera del movimiento socioambiental que tiene en las cuerdas a Pascua Lama, Constanza San Juan conversó con Tierra Culta sobre los últimos acontecimientos de este polémico proyecto que podría ser cerrado y clausurado definitivamente por el Tribunal Ambiental de Antofagasta. ¿Cómo lo espera la comunidad y de qué manera afectó a los lazos de los habitantes de Alto del Carmen? Esto y más, lo conocemos en la siguiente entrevista a la integrante de la Asamblea por el Agua del Huasco Alto.
¿Cuál es el ambiente que hay después de los últimos alegatos de Pascua Lama para evitar su cierre definitivo?
El ambiente es de expectativa, sin embargo hay que decirlo, que estamos con emociones encontradas. Por un lado con temor, porque sabemos que Barrick está haciendo todo lo posible por dar vuelta este fallo, pero al mismo tiempo estamos muy contentos de que por primera vez la Superintendencia de Medio Ambiente está realizando su trabajo que es justamente defender a las comunidades y el medio ambiente. En los alegatos de reclamación, cuando Barrick presentó sus descargos, la defensa de la Superinendencia fue tan buena y su argumento es tan fuerte, que no entenderíamos cómo es que se pudiera dar vuelta el fallo sino lo es por una presión política.
Hay mucha gente que dice que hay que tener ojo con el Tribunal de Antofagasta, porque sus fallos no son muy beneficiosos para la comunidad, siempre tendiendo a la negociación y a la compensación. Eso nos da un poco de miedo. Pero se ha demostrado que aquí hay una empresa que ha estado afectando al medio ambiente, perjudicando la salud y destruyendo lazos sociales de la comunidad por ya más de 18 años, y quizás más si nos vamos a las prospecciones y los sondajes.
Una vez que se instala Pascua Lama empezaron muchos conflictos entre los propios habitantes, los propios vecinos; con unos a favor y otros en contra. ¿Se pueden sanar esas rupturas una vez que se vaya Pascua Lama?
Yo creo que la herida que deja Barrick es muy grande, sobre todo en las comunidades indígenas diaguitas, también dentro de las propias familias y bueno, en general con las comunidades locales, que tenían una potencia increíble de capacidad de autogestión, con lazos muy fuertes que les permitían sustentarse por sí solas antes de que les entrara la idea de trabajar para las mineras. Entonces, la situación es que por un lado tenemos los efectos graves en cuanto a que se terminó esa tradición de un territorio auto sustentado y la dignidad, a la vez que se rompen muchos vínculos.
Pero no todo es tan malo. Hoy podemos decir que por el lado de las juntas de vecinos en Alto del Carmen se dan experiencias muy interesantes en positivo que dan una luz de esperanza de que se sane el tejido social. ¿En qué sentido? De que el mismo proceso de estar ante una empresa como Barrick y este proyecto contaminante ha permitido pensar el territorio y darse cuenta de que wow! tiene muchas cosas que defender y de las que sentirse con orgullo. Eso ha llevado a la misma gente a tener proyectos propios, sobre todo en rescate patrimonial y salvaguardar actividades tradicionales y sociales antiguas, como las vendimias o las fiestas del verano. Hoy surgen también festivales y veladas comunitarias. Eso justamente va en el sentido de recuperar y defender lo que estábamos perdiendo como tradiciones.
Sin embargo, por el lado de las relaciones entre las comunidades indígenas está muy difícil que se una la gente, porque todo este proceso abrió la llave para que una sección diaguita se abriera a negociar no solo con esta empresa, sino con los proyectos nuevos, como por ejemplo la empresa Nueva Unión, así que hoy tenemos esa tensión a no ser que esos indígenas vuelvan a entender que lo verdaderamente diaguita es cuidar y proteger nuestra tierra, no andar buscando dineros, ni negociaciones.
¿Qué pasa con el miedo a la falta de trabajo que mencionan los grupos que favorables a estos proyectos mineros? El Valle del Huasco sigue siendo de las zonas con más desempleo del país.
Bueno, esa es una de las grandes piedras en el zapato que tenemos como movimiento, como asamblea, como personas que estamos en contra de estos proyectos, porque mucha gente se nos tira encima y nos dice “ya pero si no quieren minería, entonces ¿qué? ¿Qué proponen” y es como “¡Chuta! Estamos luchando contra una gigante, una de las transnacionales más poderosas del mundo que es Barrick Gold, con todos sus secuaces detrás, con redes negras y oscuras de poder, y con todo eso encima, hay que sumar que las personas que defienden la tierra somos perseguidas, llamadas ¡terroristas! y además tenemos que armar una solución a la minería”. Pero hemos entendido que tenemos que proponer, y lo que estamos haciendo es asumir nuestra diversidad y emprender cosas nuevas, y esas son primero rescatar las tradiciones; nuestro patrimonio, dándole valor agregado a la agricultura, rescatándola, darle valor al trabajo de los crianceros, del que viven tantas personas. A los productos típicos, ¡En el valle del Huasco tenemos dos denominaciones de origen! El pisco y el pajarete, que es uno de los primeros vinos que se hizo en Sudamérica. Allí hay una serie de productores que están ganando medallas internacionales que salen al exterior.
Tenemos mucha riqueza para decir que esto sí da para vivir y es lo que se viene ahora, ¡y por mucho tiempo! Va a dar para subsistir por mucho tiempo más porque se conserva a largo plazo, no así una empresa extractivista que nos va a dejar el hoyo, se van a ir y nos va va a contaminar. El turismo se abre como una alternativa, pero obviamente el turismo sostenible. Estamos todos de acuerdo con que no queremos ser un “Valle del Elqui II”, o tener un turismo masivo e invasivo, queremos un turismo respetuoso de visitantes que vengan a valorar el territorio, a quererlo y colaborar en su resguardo. También se está trabajando con cooperativas, una forma de organización para emprendimientos que está surgiendo con fuerza en el Valle del Huasco y a la que le que estamos prestando atención. Es otra lógica de producción más solidaria, con respeto a la comunidad y al medio ambiente.
¿Qué pasa con el proyecto minero Nueva Unión? ¿Qué visión tienes considerando que ese proyecto ha hecho un trabajo mucho más fino de acercamiento a la comunidad? Algo muy diferente de Barrick que tomó la política que suele seguir en África o en los demás países latinoamericanos, imponiéndose, sin hablar con nadie.
Con Nueva Unión pasa que ellos mismos han declarado que “no van a cometer los mismos errores que Barrick”. Es decir que Barrick ha colaborado para ser el peor referente en todos los sentidos. Eso pasó porque la empresa canadiense subestimó a las comunidades y a la Región de Atacama entera, porque pensaban que no íbamos a cachar ni una, que éramos ignorantes, pero les demostramos que no era así. Allí hay un contrapunto con Nueva Unión que ha hecho un trabajo de relojería podríamos decir. Son más calladitos, pero han estado juntándose con gente, tienen productoras y hacen eventos, dan cosas; pero lo importante acá es que aunque hagan todo eso, hoy en día que tenemos más fuerza, porque debemos estar monitoreando múltiples proyectos, para decirles no a la que llamamos “la nueva devastación”. Es uno de los proyectos más grandes de Sudamérica. Sabemos que no lo vamos a permitir y pese a todo el trabajo que ellos han hecho, a todos sus supuestos aliados que tienen sabemos que sólo son unos pocos y la comunidad está la mayoría en su contra.
¿Hay algún cambio entre la administraciones de Bachelet y Piñera en el tratamiento a los conflictos socioambientales en el Valle del Huasco?
A grandes rasgos los gobiernos de izquierda, de esa izquierda entre comillas, y de derecha han sido lo mismo. En cada uno de sus periodos o nos han perjudicado o se judicializan las cosas, pero apoyan los proyectos a cómo dé lugar. La diferencia que vemos hoy como territorio en lo local, es la presión de Baldo Prokurica, que no pasa desapercibido, por algo lo eligieron, Nueva Unión es uno de los proyectos más importantes para el Ministerio de Minería.
¿Qué esperanza tienen las comunidades para poder cambiar estos proyectos?
Bueno ahí desde la misma experiencia de Pascua Lama se saca esperanza. Hace dieciocho años fueron agricultores, crianceros y gente que nunca fue a la universidad los que se plantaron a denunciar que iban a destruir los glaciares. No se necesitaban científicos, sino que era sentido común y conocimiento ancestral sobre la tierra. Fueron ellos quienes ven 18 años después en los papeles de los juicios, que tenían razón.
Pensamos que vamos a tener razón ahora con Nueva Unión, Pachuy, Aguas Claras, El Encierro. Hay cambios de dirigentes, de vecinos, pero seguimos siendo una gran familia que no solo está en la parte alta, sino en todo el valle con las cuatro comunas de la provincia en el Movimiento Socioambiental del Valle del Huasco.
Y ya hay mucha gente que antes no nos quería y que ha cambiado de parecer; hay voluntad de hacer turismo sostenible, agricultura y sí, tenemos una gran masa de gente que sigue empecinada en buscar tener mucho empleo a costa de estos proyectos mineros. Pero sabemos que tenemos la razón y se puede dar vuelta esa situación.
Para terminar: ¿Qué consideras que es lo más lindo del Huasco y le recomendarías a la gente a conocer.
Yo creo que todo el valle, pero me cuesta ¡Me cuesta decir una sola cosa! Me la voy a jugar por hablar de la cordillera, de las formas geológicas que tienen las montañas; sus glaciares, los ríos que son maravillosos; ríos prístinos donde todavía puedes tomar agua directa del cauce desde algunos de ellos. Es el agua más rica del mundo y me encantan los atardeceres con los colores que cambian de los cerros, eso parte de la belleza del Huasco Alto.
Fuente:https://www.elarrebato.cl/2018/11/30/constanza-san-juan-vocera-de-asamblea-por-el-agua-de-huasco-alto-la-herida-que-deja-barrick-es-muy-grande/?fbclid=IwAR0UZXqqQvdJtetQ7kGVvtTANp9PTu6ikydxxX6fjdHxiWC6-3FuxpOetQQ