7 de Abril 2011
Hoy más que nunca y en vista de los acontecimientos ocurridos en Japón debemos decirle NO a la Energía Nuclear, energía que, a lo largo del tiempo, ha mostrado no ser limpia, no ser barata, no ser sustentable y mucho menos que sea posible de controlar frente a imprevistos, accidentes, terrorismo o cualquier otro suceso que logre desencadenar la furia del núcleo.
La central Nuclear de Embalse en la provincia de Córdoba se encuentra construida sobre una falla tectónica, la falla de Santa Rosa. Cuestión esta, que puede generar un gran peligro en potencia. Actualmente son conocidas las repetidas veces que fallas en el funcionamiento e infraestructura de la central, causaron la fuga de agua pesada y otros componentes nocivos al lago, como por ejemplo tritio radiactivo. Incluso aumentando en el mismo, tres grados la temperatura del agua.
Sabido es también que la tecnología de la central es anterior al accidente de Chernobyl, y que su vida útil ya ha caducado prácticamente en su totalidad, motivo por el cual desde la CNEA plantean extender la Vida útil de la misma, empresa más que arriesgada, que además de someter a la Argentina a un potencial accidente, costará muy caro, sin tener en cuenta también cual será el precio a pagar por los residuos tóxicos que seguirán contaminando el ambiente en su conjunto durante millones de años.
Desde la primera fase de explotación metalífera de la materia prima para conseguir el combustible nuclear, se contaminan grandemente el agua, el aire y el suelo, y para ello no hay remediación posible. Procesos como el lixiviado, para tratar los metalíferos, se realizan con tóxicos como el ácido sulfúrico y que junto con la utilización del recurso hídrico en exageradas cantidades, perjudican más aún el delicado equilibrio ecológico.
Ejemplo de esto, es la mina abandonada de Los Gigantes en el macizo granítico que lleva el mismo nombre, sobre las Sierras grandes. La misma mina fue trabajada por Sánchez Granel S.A cuya Vida útil fue hasta pasada mitad de la década de los 80. Luego de su “cierre”, no hubo remediación en absoluto, incluso habiendo un plan para ello llamado PRAMU, con un crédito que otorgó el Banco Mundial. Los fondos nunca llegaron a ser ejecutados para su propósito, no solo a esta mina sino a las varias otras que quedaron en diferentes lugares del país sin tratar. Hoy el asesino silencioso, ubicado en Los Gigantes, sigue contaminando y emitiendo sustancias tóxicas, que quedarán pululando por largo tiempo en el medio ambiente.
NO queremos más contaminación radiactiva, NO queremos una matriz energética sustentada en el tratamiento núcleo-eléctrico.
Decir NO a la utilización de energía nuclear es decir no al negocio de la guerra, es decir NO al mega consumo eléctrico de las multinacionales que instalándose en territorio Argentino saquean nuestros recursos.
Chernobyl, Constituyentes en Buenos Aires, y más cercano a nuestros días, Fukushima, son pruebas suficientes para entender que el ciclo del tratamiento nuclear en la humanidad, debe llegar a su fin.
ONG CONCIENCIA SOLIDARIA.