La estatal CODELCO en menos de un mes ha protagonizado episodios escandalosos de corrupción, destrucción del medio ambiente y criminalización de la protesta social, al más puro estilo del modo de operar de las transnacionales mineras, como si se olvidara que es una empresa de propiedad de todos los chilenos y chilenas, imagen del país en el exterior y pilar estratégico de la política nacional.
Por Lucio Cuenca, Director Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales OLCA
Los casos en cuestión son, primero, la compra del 49% de Angloamerican Sur, actual propietaria de los yacimientos El Soldado y Los Bronces, de la Fundición Chagres y los proyectos de exploración Los Sulfatos y San Enrique Monolito, en una cantidad 7 veces mayor de lo que fue ofertado a la administración de Lagos en el 2003 (cuando había 8 años más de reserva mineral en la roca), con la coincidencia de que el actual presidente ejecutivo de la Estatal Diego Hernández, fue empleado de alto rango en Angloamerican.
Segundo, la promoción de la militarización de los alrededores de la zona de Imbabura, en Intag, Ecuador, donde las comunidades locales llevan casi dos décadas defendiendo la vocación agrícola de su territorio contra la invasión minera, de hecho en 1997 ya expulsaron a la misma Codelco que quería explotar la zona, claro que en esos años la respuesta de la Estatal fue la retirada, ahora es el ingreso de tropas militares con todo el apoyo del progresista presidente Rafael Correa. Y tercero, la afectación progresiva del medio ambiente: a la destrucción de glaciares recientemente denunciada que acusa a la División Andina, se suma la contaminación sostenida de Fundición Ventanas, sin solución para las poblaciones aledañas, y el derrame de fines de septiembre de 2011, de 5 mil litros de concentrado de cobre de Codelco Andina sobre el Río Blanco, afluente del Aconcagua.
Un proceder tan defectuoso, que no ha sido sancionado, sino por el contrario ensalzado por el gobierno y los medios de comunicación nacionales ¡si hasta en las páginas del diario la Segunda apareció un perfil elogiando a la funcionaria que compró los yacimientos de ya escaso valor a cifras estratosféricas endeudándose con una transnacional japonesa!… solo puede fundamentarse en una estrategia encubierta de privatización.
Claramente lo que está en juego en este modo de operar de la empresa, no es la rentabilidad de Codelco, sino que la maximización de ganancias de las transnacionales mineras, que usan a nuestra empresa como conejillo de indias, a costa de perder nuestro patrimonio e hipotecar la credibilidad para que una oleada de transnacionales puedan luego entrar a zonas donde las comunidades NO QUIEREN NI NECESITAN MINERIA. Esto ocurre a la par del descuido de la verdadera responsabilidad social que debe tener toda empresa minera, es decir, que sus operaciones den cuenta de un desempeño intachable, responsable de sus externalidades, y en el caso además de CODELCO, que invierta sus utilidades al servicio del país, ayudando a solventar los gastos de salud, educación y bienestar colectivo.
En mi calidad de accionista de CODELCO, o sea de ciudadano de Chile, exijo que se termine con las prácticas abusivas que impunemente está llevando a cabo la empresa, pero más que eso, que se haga un sondeo serio de opinión en el que se nos pregunte qué tipo de minería es la que queremos llevar a cabo, para ver si estamos o no dispuestos y dispuestas a cargar con el peso de haber devastado nuestro hábitat y el hábitat de nuestros pueblos hermanos.