Matthew Gianni, fundador y asesor de la Coalición para la Defensa de los Fondos Marinos (DSCC, por sus siglas en inglés), dio una entrevista a Ecoceanos.cl donde señaló que la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) afirma que el inicio de la minería submarina tendría serios efectos en las economías de 13 países mineros terrestres, incluido Chile, ya que impactaría sobre los precios internacionales del cobre, cobalto y varios otros minerales.
Por: Patricio Igor Melillanca
Santiago de Chile, 18 de noviembre de 2020 (Ecoceanos News)– Una de las últimas fronteras para la exploración científica lo constituyen la observación astronómica y el conocimiento de los fondos marinos del planeta. Recientes investigaciones señalan que en las aguas profundas existe una mayor biodiversidad de la que se estimaba hasta ahora. Junto a la enorme variedad de fauna y flora existente en los vulnerables ecosistemas abisales, existen grandes depósitos de minerales sobre los cuales compañías transnacionales y algunos Estados tienen puesto sus intereses extractivistas.
En momentos en que los países revisan su presencia e intereses geo-políticos en las aguas internacionales, la discusión sobre la entrega de concesiones y prospecciones para dar inicio al extractivismo minero submarino se está incrementando en los foros nacionales e internacionales.
La cancillería chilena anunció hace algunas semanas la entrega de un primer informe ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de las Naciones Unidas, donde se señala que la plataforma continental extendida del territorio insular comprendido entre las islas de Rapa Nui (Isla de Pascua / Easter Island) y la de Salas y Gómez, incrementarán la superficie de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) chilena desde 350 a 700 millas náuticas en el Océano Pacífico Suroriental. El reporte indica que en esta área existen yacimientos de minerales y tierras raras que podrían ser potencialmente explotados.
Matthew Gianni: Gobierno chileno debe respaldar moratoria internacional para la minería submarina
Frente a la emergente amenaza para los bio-diversos y poco conocidos ecosistemas de aguas profundas del planeta, Matthew Gianni, uno de los fundadores y asesor político de la Coalición para la Conservación de los Fondos Marinos (Deep Sea Conservation Coalition / DSCC), red internacional de 80 organizaciones ciudadanas y de científicos preocupados de la protección de los vulnerables ecosistemas de aguas profundas a nivel global, realiza un llamado al gobierno y parlamento chileno para que apoye el establecimiento de una moratoria internacional para la minería submarina.
Gianni, quien durante mas de tres décadas ha desarrollado un exitoso trabajo internacional de conservación de los ecosistemas costeros y océanicos a nivel global, mediante campañas caracterizadas por una activa participación de la ciudadanía organizada, científicos, comunidades locales, pescadores y trabajadores del mar, concedió una entrevista a los medios chilenos ecocéanos.cl y radiodelmar.cl, donde entrega su visión sobre la carrera de algunos Estados y compañías transnacionales por acceder a las depósitos de minerales existentes en los fondos marinos del planeta.
Matthew, ¿Cuál es tu percepción sobre los potenciales impactos que provocaría la minería submarina en los fondos marinos del Pacífico Suroriental Latinoamericano?
Esta es una nueva industria, la que aún no se desarrolla como tal. Se encuentra en la etapa de exploración, especialmente en las aguas profundas internacionales de los diversos océanos, particularmente en el Pacífico Oriental. Allí está a la búsqueda de cobre, cobalto, manganeso y níquel. El área de prospección se extiende entre Ecuador y México. En Hawai una compañía de Estados Unidos busca realizar operaciones mineras en el área llamada Clarion-Clipperton, la cual posee profundidades que van desde los 4 mil a 6 mil metros de profundidad.
Las iniciativas de algunos países de extender sus ZEEs precipitó las negociaciones de la ley del mar en los años 70´s. Sin embargo, la minería submarina que no había sido técnicamente viable, recibió grandes inversiones en tecnología para su realización, mientras la Convención del Mar de las Naciones Unidas (Convemar) estableció un régimen para la minería en aguas profundas, el cual es administrado por la denominada Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por su sigla en inglés) , que está integrada por 167 países miembros, incluido Chile.
Sin embargo, sólo la mitad de los países participa en sus discusiones y negociaciones, mientras un pequeño número de países que tienen gran influencia se encuentran promoviendo activamente la apertura a la explotación de recursos minerales en las vulnerables áreas de fondos marinos internacionales.
¿Quién regula las actividades en las áreas de fondos marinos internacionales?
La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos constituye el ente regulador establecido por la Convemar de Naciones Unidas. Esta organización multilateral ha entregado aproximadamente 30 permisos de exploración para minerales, abarcando un área de 1,5 millones de kilómetros cuadrados de fondo marino.
Existen tres áreas principales de actividades: Los planos abisales existentes en lo más profundo del mar; los bosques submarinos, principalmente en el Pacífico Nor-Occidental fuera de la ZEE de Japón, y las zonas de recurso minerales que contienen sulfitos polimetálicos asociados a los bentos hidrotérmicos del mar profundo. Estos se ubican de manera preferente en las denominadas dorsales oceánicas, sectores donde las placas tectónicas de los continentes se abren permitiendo que aguas con alta temperatura (300 a 400 grados Celsius) salga desde el fondo, permitiendo la acumulación de minerales en estos sitios.
¿Es competitiva la minería submarina al compararse con las rentabilidades de la minería terrestre, como es el caso de Chile?
Las grandes compañías que desean explotar estas zonas submarinas creen que serían rentables y obtendrán grandes ganancias. Es interesante señalar que la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos realizó una evaluación sobre los impactos que provocaría la minería submarina en las economías de los países productores de estos mismos minerales a nivel terrestre. Allí concluyó que existen 13 países que serían los más afectados, incluido Chile, ya que la extracción minera submarina impactaría sobre los precios internacionales del cobre, cobalto y varios otros metales, dañando severamente las economías de estos países.
¿Qué otros impactos provocaría la minería submarina?
Como DSCC estamos evaluando estos aspectos. Además del gran impacto económico en los países en desarrollo, el daño ambiental sería de gran magnitud. Las primeras operaciones de minería que la Autoridad para los Fondos Marinos va a permitir en el océano Pacífico Oriental, mediante la entrega de licencias por 30 años para realizar operaciones en un área aproximada de 10 mil kilometros cuadrados, tendrá un impacto adicional en una zona adyacente de 20 mil a 30 mil kilómetros cuadrados del fondos marinos. Ahora sabemos que la biodiversidad existente en esta área es mucho mayor que la que se estimaba hace 10 ó 20 años atrás.
Esta información está saliendo a la luz pública, luego de la realización de diversas investigaciones y evaluaciones de expediciones y campañas científicas en los ecosistemas del mar profundo, las cuales han dado cuenta que en esos lugares existen ambientes con una diversidad mayor a lo que se sabía hace 40 o 50 años atrás, cuando se estaba negociando el Tratado para las actividades minera en las aguas profundas.
¿Qué aspectos deben mejorarse en el accionar de la Autoridad para los Fondos Marinos (ISA)?
La Autoridad para los Fondos Marinos es autónoma del sistema de los Naciones Unidas, de manera similar a la FAO. Tiene su propio consejo y directiva. Entre los 167 países que la componen, cualquiera que haya ratificado la Convemar, automáticamente es parte de la Autoridad de Fondos Marinos. Sin embargo, como señalé anteriormente, menos de la mitad de los países miembros participa de las reuniones anuales, especialmente en las actuales negociaciones que buscan poner en vigor el sistema de regulación que permite entregar licencias para la explotación minera en el mar profundo.
En la DSCC buscamos convencer a una buena parte de los países para que participen en estas reuniones. A ello les decimos, “esperen, no pueden hacer esto ahora (la minería submarina). No sabemos lo suficiente respecto a los impactos que provocará esta actividad”. Estamos arriesgando abrir una nueva frontera de explotación minera en un área del planeta que hasta ahora no había sido impactada por el extractivismo industrial. No podemos cometer los mismos errores, especialmente con países que administran recursos internacionales que son bienes comunes.
A los diversos países les señalamos “miren lo que están a punto de hacer. No sabemos mucho sobre lo que existe allí”. No debemos repetir los errores de los últimos 300 años de industrialización. Crear una dependencia de los metales del mar profundo, para después de 10 o 20 años tomar conciencia que fue un gran error. No hay necesidad de hacer esto.
Hace unas semanas, más de 60 países declararon en la Cumbre de Biodiversidad de las Naciones Unidas que van fortalecer sus esfuerzos para frenar y revertir la pérdida de biodiversidad a nivel planetario, ya que constituye una amenaza significativa para todos. Además, existen otros consideraciones, ya que una investigación científica de la Universidad de Hawaii concluyó que los desechos que llegarán a la superficie producto de las operaciones de minería en el mar profundo, podrían entrar en la cadena trófica marina, impactando en los peces, especialmente a los de mayor valor comercial, como son los atunes o pez espada, afectando también a especies migratorias, tales como ballenas, tortugas y otras especies que se alimentan a grandes profundidades.
¿Existen en la actualidad países con políticas respecto a los fondos marino en sus aguas jurisdiccionales?
En algunos sí, tales como Japón que se encuentra experimentando en sus aguas nacionales con esta minería. Anteriormente, Portugal también había pensado en esta forma, pero ahora el Ministro del Mar ha declarado públicamente que apoya una moratoria por 20 años hasta que sepamos más sobre estos ecosistemas donde la industria operaría. Papua Guinea casi comenzó las operaciones al final de la década pasada. Sin embargo, se generó mucha resistencia comunitaria contra la minería de mar profundo, impulsada por una compañía canadiense que quería operar a 1.500 metros de profundidad. Luego del rechazo gubernamental, la compañía abandonó el país dejando al Estado con una deuda de más de cien millones de dólares.
Algunas de las áreas más bio-diversas se encuentran en aguas profundas internacionales. Allí las compañías mineras tienen puestos sus ojos. Lo interesante es que la Autoridad Internacional ya ha entregado 30 licencias para la exploración minera. 18 de estas se encuentran en los manos de 7 países y sus agencias de investigación asociadas. Estos países son Japón, China, Corea del Sur, Rusia, Alemania, Francia e India.
¿Qué actores están promoviendo la minería submarina?
Quienes están empujan fuertemente para la explotación de minerales en los fondos marinos son las compañías belga Global Sea Mineral Resources NV (GSR), la canadiense Deep Green, la cual posee tres licencias de exploración, y una compañía norteamericana de venta de armamento, aviones, bombas y equipamiento militar. Entre estas tres compañías suman siete licencias de exploración. En la actualidad, Deep Green está presionando fuertemente para conseguir una licencia comercial, para lo cual está trabajando con tres gobiernos del Pacífico Sur que patrocinan sus intereses: Nauru, Kiribati y Tonga. A su vez, existen personas, incluyendo el Secretario General de la Autoridad de Fondos Marinos, que están muy a favor de concluir las negociaciones, poner en vigor las regulaciones, y comenzar la entrega de licencias.
Como Deep Sea Conservation Coalition vemos que esta organización (ISA), está construida políticamente en relación a su estructura y leyes. Opino que cuando se inicie esta actividad extractiva industrial y sea económicamente viable, cualquier país que quiera conseguir una licencia, la va a obtener, ya que la Autoridad para los Fondos Marinos es una organización que no va a tener la capacidad para decir que no se puede obtener una licencia. Si la minería submarina resulta lucrativa, se va a desarrollar sin muchos controles.
¿Cuáles son las propuestas de la DSCC para la autoridad internacional de los fondos marinos?
Para generar un cambio de actitud, dirección, y poner freno a este proceso, hay que convencer a un número suficiente de países, incluido a Chile, para que se establezca una moratoria. Primero hay que generar ciencia para comprender y prevenir los daños a los ecosistemas de fondo marino, pesquerías comerciales, y a las capacidades de los ecosistemas del mar profundo para capturar carbono. Segundo, hay que reformar la Autoridad para los Fondos Marinos, ya que no es capaz de controlar a esta industria.
Un tercer elemento es que en vez de abrir una enorme y muy diversa área del planeta para la minería, se debería ver la posibilidad de utilizar los metales ya extraídos de una manera más responsable. La Unión Internacional de Telecomunicaciones estima en su último reporte que menos del 20% de los desechos electrónicos (computadoras televisores, etc) son reciclados. Esto significa que más de 80% se destina a la basura. Se debe reconocer que estos metales tienen valor como cualquier otro recurso, inclusive la pesca. Tenemos que cuidar mejor estos recursos, y utilizarlos de manera inteligente y responsable, en vez de seguir derrochando lo que el planeta nos ha dado.
Chile está solicitando ampliar su jurisdicción sobre la plataforma marina de sus islas oceánicas donde existen minerales ¿Cuál sería la recomendación de la DSCC al gobierno y parlamento chileno?
Bajo la Convención del Mar, Chile tiene el derecho de extender su jurisdicción sobre la plataforma continental. Existen más de 80 países que ya lo han hecho. Frente a la actividad mineras en aguas profundas, nuestra recomendación es que si Chile abre espacios en su plataforma marina para la minería submarina, esto podría constituir un gran error.
Si Chile abre unilateralmente su mar profundo para la minería industrial, no sólo puede generar un gran problema ecológico en esta área, lo que incluirá a las valiosas especies pesqueras comerciales para el consumo humano-, sino que también provocaría un gran problema económico y social para la minería terrestre. Si todos los países ribereños hicieran lo mismo, esto tendría un gran impacto sobre los precios del cobre y otros metales, por lo que varios países sufrirían como resultado de esto, confirmando lo que ya ha señalado la Autoridad para los Fondos Marinos.*****FIN*****