La Agencia Nacional del Petróleo (ANP, órgano regulador) anunció este martes que subastará en noviembre próximo concesiones para explorar y explotar 240 bloques con reservas de hidrocarburos en siete diferentes cuencas sedimentares
Río de Janeiro. Las dos principales asociaciones científicas de Brasil solicitaron hoy la suspensión de la subasta que el Gobierno realizará en noviembre para conceder licencias para la explotación de gas de esquisto en el país debido a la falta de garantías ambientales de esa tecnología.
La suspensión fue solicitada en una carta enviada a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, por los presidentes de la Academia Brasileña de las Ciencias (ABC) y de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC).
En la misiva los científicos manifiestan su preocupación con la posibilidad de riesgos ambientales por las tecnologías de fragmentación de rocas utilizadas por las empresas del sector para explotar el gas no convencional retenido en esquistos.
La Agencia Nacional del Petróleo (ANP, órgano regulador) anunció este martes que subastará en noviembre próximo concesiones para explorar y explotar 240 bloques con reservas de hidrocarburos en siete diferentes cuencas sedimentares.
En la subasta fueron incluidos principalmente bloques en tierra con potencial para la producción de gas, especialmente el gas no convencional.Será la primera vez que Brasil ofrecerá en concesión áreas exclusivamente con potencial de gas, incluyendo rocas de esquistos
La explotación de este tipo de rocas con tecnologías de fragmentación ha permitido a Estados Unidos elevar significativamente su producción de gas.
Según los presidente de la ABC, Jacob Palis, y de la SBPC, Helena Nader, las tecnologías para la explotación de esquistos han sido cuestionadas en varios países por los daños ambientales que pueden provocar.
Las dos entidades consideraron que la subasta tiene que ser suspendida hasta que los estudios demuestren la viabilidad no sólo económica sino también ambiental del método de fractura hidráulica para la retirada del gas presente en las rocas.
Igualmente pidieron que el gobierno encomiende a universidades y centros públicos de investigación los respectivos estudios sobre los riesgos de las tecnologías de fragmentación.
«La tecnología de extracción de este gas tiene como base procesos invasores de la capa geológica que contiene el gas, mediante la fractura hidráulica, con la inyección de agua y de substancias químicas, lo que puede ocasionar filtraciones y la contaminación de acuíferos», según la misiva.
«Los grandes volúmenes de agua necesarios en este proceso, que regresan a la superficie contaminados por hidrocarburos y por otros compuestos y metales presentes en la roca, así como el uso de aditivos químicos, exigen carísimas técnicas de purificación y de descarte de residuos finales», agregaron los científicos.
Las dos entidades recordaron que parte de las reservas de esquistos en Brasil está por debajo del acuífero Guaraní, la mayor reserva subterránea de agua en el mundo.
Agregaron que, por esas razones, no es posible que la subasta sea realizada sin que la comunidad científica y los órganos reguladores se pronuncien sobre los riesgos.
Según datos de la Agencia Internacional de Energía de Estados Unidos citados en la carta, las reservas de gas de esquisto pueden llegar a 7,35 billones de metros cúbicos en las cuencas geológicas brasileñas de Paraná, Parnaíba, Solimoes, Amazonas, Recóncavo y Sao Francisco.
La ANP calcula que el volumen puede ser el doble al calculado por los técnicos de Estados Unidos.