En un esfuerzo por llevar la discusión al escenario técnico, el Ministerio de Energía y Minas expuso el estudio ambiental de Southern en Arequipa. Para sus técnicos está descartada la contaminación del valle de Tambo, pese a su cercanía. Los técnicos que representan la posición antiminera siguen con dudas. Aseguran que habrá contaminación.
Futuro campamento minero. En las Pampas de Cachendo se instalará el grueso de la producción del proyecto Tía María, hoy en el ojo de la tormenta.
Polvo, ácido sulfúrico que podría provocar lluvias ácidas, contaminación de agua subterránea y salmuera de mar. A estos cuatro factores se aferran los antimineros para sostener que Tía María contaminará el valle de Tambo, ubicado en la provincia de Islay. El Ministerio de Energía y Minas (MEM), el viernes pasado, expuso el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto minero y descartó ello. Recordó que antes de aprobar el EIA se le hizo 73 observaciones. Según el viceministro de Minas, Guillermo Shinno, todas fueron absueltas.
El funcionario llegó a Arequipa, junto a un equipo multidisciplinario, con la misión de despejar dudas. La cita debía replicarse ayer en Tambo, zona de impacto, pero la huelga indefinida con ribetes violentos frustró la intención del MEM. El viceministro aseguró que de todas maneras ingresarán a Islay para socializar el EIA.
Son dos yacimientos que será explotados a tajo abierto: La Tapada a 2,5 Kilómetros del valle y Tía María (3,5 Km). Southern, dueña de proyecto, pretende invertir US$ 1, 400 millones y extraer por 18 años 120 mil toneladas de cobre al año.
El contenido del segundo EIA de Tía María recibió varias críticas. Los detractores advierten que el documento es una copia «arreglada» del primer EIA, desestimado por el MEM en 2011 y que recibió 138 observaciones de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS). Algunos dirigentes antimineros, como Marilú Marroquín, aseguran que éstas nunca se corrigieron.
Shinno reconoce que el MEM no supo explicar de forma oportuna, los alcances de este documento aprobado en agosto de 2014. «Nos faltó comunicación», dijo. Ahora se pretende revertir ello frente a un grupo radical, que solo pide el retiro de la minera. Shinno ha adelantado que el nuevo EIA pasó por la fiscalización de diversos entes. Por ello no pasará por el filtro de UNOPS. Tampoco habrá consulta popular para desestimar o no el proyecto.
Impacto del polvo en el valle
Las observaciones 131 y 133 que hizo la UNOPS al primer EIA refieren que «no se tomó en cuenta la emisión de polvos por trabajos de canteras, durante la construcción del proyecto». Tampoco se estimó este impacto en los cultivos durante la explotación».
Las voladuras para fracturar la roca mineralizada, de acuerdo a los «antimineros», provocarán terrales cuyo material particulado se depositará en el área agrícola. Ello se agravaría por la cercanía de la operación minera al valle y zona urbana.
Shinno señala que en el segundo EIA, Southern tomó las medidas para reducir el impacto. Según un estudio de vientos se determinó que estos soplan del Suroeste al Noreste, es decir el polvo será arrastrado al desierto y no al valle. Las explosiones se harán cada 48 horas y solo al mediodía cuando predomina esa tendencia. Además se instalarán estaciones de monitoreo del aire que advertirán cuando ocurra lo contrario y verificarán la calidad ambiental a diario. De cambiar la dirección se suspenderá la operación. También se regará constantemente la zona de operaciones para reducir al mínimo el polvo.
El ingeniero César David Del Carpio, uno de los opositores al proyecto, así como el ingeniero asesor de la Junta de Usuarios del Valle de Tambo, Otto Hito, refieren que no hay ninguna tecnología para controlar el material particulado. ¿En las noches el viento que cambia de dirección va hacia el valle, acaso no habrá polvo?, se pregunta Del Carpio.
Un docente de la UNSA lanza una interrogante a los técnicos del Minem. ¿Es cierto que los polvos se irán a las irrigaciones que se ubican al Norte, como San Camilo y La Joya? Uno de ellos lo niega. «El viento va al Noreste y estas se ubican al Noroeste», señala. Los técnicos antimineros dicen que el MEM miente.
Contaminación del agua
El uso de ácido sulfúrico es vital para «disolver» el cobre de la roca en una cancha de lixiviación. Los tambeños temen que este compuesto químico se filtre al suelo y contamine acuíferos subterráneos que alimentan el río Tambo y la zona agrícola (observación N° 21).
Un estudio hidrogeológico del nuevo EIA determina que las aguas subterráneas del proyecto no tienen conexión con el río, por lo que no habría contaminación. A manera de previsión, en la zona de explotación la base será cubierta por una capa de arcilla y una geomembrana, que evitarán filtraciones de la cancha de relaves.
Del Carpio señala que las napas subterráneas se encuentran a 250 metros de La Tapada y 350 metros de Tía María y éstas tendrán contacto inevitable con las filtraciones.
Lluvias ácidas
Hay otros cuestionamientos al ácido sulfúrico. Este componente desmembrará el cobre de la roca en una cancha por 68 días a temperatura ambiente. Del Carpio insiste que esta solución se evaporará y provocará lluvias ácidas (observación N° 142), dañando cultivos y población.
El segundo EIA, remarca que por ser una zona desértica la probabilidad de lluvias es casi nula. Shinno agrega que la ebullición del ácido se da a 300 grados. En la cancha de procesamiento las temperaturas en casos extremos llegarían a 30 grados, eso descarta las lluvias ácidas.
¿Acaso el mar necesita hervir para evaporarse? Pregunta un poblador de Chucarapi asistente al foro. ¿Existe la posibilidad de que haya evaporación del ácido? Preguntó insistente. La interrogante no fue contestada con precisión.
Desalinización y salmuera
Southern desalinizará el mar para sus operaciones y hará una planta desalinizadora, que tomará agua de la Playa El Sombrero (Mejía) y la trasladará a su centro de operaciones (Pampa Cachendo). El nuevo EIA refiere que la desalinización se hará en la toma de agua, es decir en la playa, por lo que el agua que llegue hasta Cachendo será «limpia y no salada». De ocurrir una ruptura, unos equipos electrónicos lo advertirán y el proceso se paralizará.
Del Carpio duda de ello. Asegura que los 16 km de tubería no son seguros. «Los primeros tramos son de fierro y los otros de «plástico». «Las aguas que discurrirán no serán puras, sino industriales y por su cercanía dañarán las lagunas de Mejía». Funcionarios del MEM niegan este impase y aseguran que se hizo un estudio al respecto.
Del Carpio, ingeniero de Minas, recuerda que hay asentamientos humanos cercanos que serían afectados. «La planta de bombeo provocará contaminación sonora de hasta 80 decibeles», comentó.
La otra objeción que la UNOPS presentó en su momento tiene que ver con la salmuera, la sal de mar que será devuelta en el proceso de desalinización. Se captará 51,207 m3 de agua diaria, mediante bombeo. De ésta, 30,876 m3 regresarán al mar con la carga en mención 800 metros mar adentro y a 330 metros de profundidad, por lo que según Southern no se afectaría la fauna, ni flora marina.
Del Carpio asegura que el EIA no consideró un estudio de biodiversidad, de oleajes, ni temperatura, por lo que no puede asegurar que no habrá impacto.
La explotación a tajo abierto y la cercanía de los yacimientos a la población, fue la duda no despejada en la audiencia del MEM. Uno de los pobladores del valle dejó la interrogante en el aire. ¿Viceministro, diga usted qué mina en el extranjero que maneja procesos modernos procesa a tajo abierto y se ubica dentro de una ciudad? No hubo respuestas. ❧
Gobierno quiere imponer proyecto de Southern como sea
Los alcaldes de Deán Valdivia y de Punta de Bombón, Jaime de la Cruz y José Ramos, respectivamente, aseveran que el Gobierno quiere imponer sí o sí el proyecto minero Tía María. Esto ante las declaraciones del viceministro de Minas, Guillermo Shinno, de que descarta que el nuevo EIA del proyecto sea revisado por la UNOPS.
De la Cruz aseguró que se tiene temor de que se encuentren observaciones a este nuevo estudio con luz verde del Ejecutivo.
«Es una burla para todo el valle de Tambo lo que hace el Ministerio de Energía y Minas en defender un estudio mal hecho», dijo.
En tanto el burgomaestre José Ramos dijo que es una muestra que el Estado quiere como sea dejar que la empresa Southern lleve adelante su proyecto. «El propio gobierno está cerrando todas las puertas de solución al conflicto», dijo.
Ambos coincidieron en que la protesta se está desbordando y culpan al Gobierno de no poner fin al paro indefinido aceptando que Southern debe irse de Islay.