De acuerdo a las cifras del Banco Mundial, Colombia tiene una población de 48.65 millones de habitantes hasta el año 2016. Limita al este con Venezuela y Brasil, al sur con Perú y Ecuador y al noreste con Panamá; después de Brasil, es el segundo país con mayor biodiversidad y se encuentra en la posición número 12 de las naciones más diversas del planeta, en su territorio esta el 10% de la biodiversidad del mundo. En América del Sur es la única que tiene costas en el océano Pacífico y Atlántico a través del mar Caribe.
Aunque, la explotación minera en Colombia está regulada por la Agencia Nacional de Minería, el Servicio Geológico Colombiano, la Agencia Nacional de Hidrocarburos y en general el Ministerio de Minas y Energía, la biodiversidad del país y los derechos fundamentales de sus comunidades se ven amenazadas por uno de los principales motores económicos, que se caracteriza por la explotación de carbón, níquel, esmeraldas, oro y materiales de construcción.
La Política Minera establece que la actividad tiene varios estándares, entre ellos: pequeña escala, es la actividad con baja utilización de recursos, reservas y uso limitado de tecnología durante la explotación; mediana escala, cumplen con las normas laborales y de seguridad e higiene, tiene en cuenta los impactos en el entorno ambiental y social; gran escala, están bajo condiciones estándares económicas, técnicas, ambientales y sociales, lo cual genera ingresos a nivel nacional y local, pero trae impactos no tan favorecedores para la naturaleza y su ecosistema.
La vulneración de los derechos humanos en los proyectos de minería a mediana y gran escala, se ven reflejados por la representación de amenaza a la vida, dignidad humana, cultura e identidad de campesinos y personas de sitios aledaños que se ven obligados a transformar sus actividades tradicionales.
En el Huila, la actividad minera se enfatiza en los siguientes recursos: petróleo, oro, arcilla, roca ornamental, barita, bauxita, caliza, dolomita, roca fosfórica, granito y mármol. El departamento cuenta con 30 ecosistemas estratégicos y una enorme riqueza natural, como el río Magdalena donde desembocan numerosos afluentes y quebradas de la región sur colombiana, sin embargo, los megaproyectos minero energéticos de compañías extranjeras en los últimos años han empezado a ocupar un lugar predominante en la economía del departamento.
Actualmente el Huila enfrenta dos grandes centrales hidroeléctricas: la Represa de Betania, ubicada entre los municipios de Yaguará, Hobo y Campoalegre, con una superficie de 70 km, que se convierte en una de las hidroeléctricas más grandes de Colombia con una capacidad de 540 megavatios y la Represa del Quimbo, planta generadora de energía con capacidad de 400 megavatios, construida por la multinacional Emgesa bajo el Plan Maestro de Aprovechamiento del Río Magdalena que surgió por iniciativa de la empresa Hydrochina y posteriormente fue entregado a la Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena (Cormagdalena) para su aprobación.
En los proyectos de minería en el país, se manifiestan conflictos sociales y ambientales que demuestran la tensión entre las autorizaciones del Gobierno Nacional para el desarrollo de las actividades mineras y las comunidades que debido a los factores mencionados, se les reprime el derecho a disfrutar de una vida digna con las garantías del respeto por los derechos intrínsecos que posee sin distinción de ningún tipo, ni raza, género, nacionalidad, origen social, entre otros factores para el progreso pleno de los individuos y las comunidades.
“La situación con la represa de Betania es que a veces queda seca, generando pérdidas económicas para nosotros que vivimos del turismo, y es que ¿quién viene a ver ese charco seco?”, asegura habitante del municipio de Yaguará preocupado, pues cree que a largo plazo esa represa será una desgracia para el departamento y su gente “Ya lo estamos viviendo de a poco”.
Mientras tanto, las comunidades de las diferentes regiones, pelean a través de las consultas populares para evitar que empresas internacionales lleguen a realizar proyectos que atenten contra el agua, la vida y bienestar de su gente, como sucede en Cajamarca e Íquira entre otros.
Fuente:http://opanoticias.com/noticias/central-mineria-en-colombia-y-sus-impactos-en-los-derechos-humanos/