Vecinos de los pueblos de influencia de la mina acudieron a la concentración organizada por la Plataforma Stop Uranio. Cientos de vecinos protestan frente a las instalaciones de Berkeley, empresa australiana que pretende abrir una mina de uranio en Retortillo, Salamanca, España.
A este concentración han acudido representantes y cargos municipales de distintos partidos políticos, pero sobre todo han sido los habitantes de los pueblos cercanos a la mina (Retortillo, Villavieja, Villares, Boada, Yecla) los protagonistas de esta jornada de lucha. Varios propietarios afectados por la mina y el desvío de la carretera, contrarios al proyecto, y que se niegan a vender a Berkeley estaban presentes.
El llamamiento de la Plataforma ciudadana Stop Uranio ha tenido eco y repercusión. Hasta la entrada de las instalaciones de Berkeley han acudido ecologista, personas preopucadas por el futuro de la zona y muchos vecinos de los pueblos del área de influencia de la mina de uranio. Todos tenían como objetivo protestar por la apertura de la mina de uranio prevista en Retortillo.
Desde la Plataforma denuncian que la empresa de origen australiano está realizando los primeros movimientos de terreno a pesar de “no tener todos los permisos necesarios para el comienzo de la actividad minera”.
También recuerdan que si finalmente se abre la mina, “el balneario de Retortillo puede tener que cerrar tras más de un siglo de historia, creando empleo y prosperidad en una zona tan necesitada de ese tipo de iniciativas respetuosas con el medio ambiente”.
Advierten que la agricultura y la ganadería de la comarca se pueden ver dañadas por la actividad minera, generando preocupación entre el medio rural por si restos de radiactividad aparecen en los productos que se comercialicen.
Sin olvidarse de la salud de los habitantes de la comarca que puede verse dañada “por los efectos del gas radón y polvo radiactivo que genera la explotación de una mina a cielo abierto, siendo otro motivo de desazón para el oeste salmantino”.
No obstante, si lo anterior no era suficiente, desde la Plataforma Stop Uranio señalan que “lo más grave es el destrozo medioambiental que se está produciendo en una zona que en parte está declarada como Red Natura 2000 por parte de la Junta de Castilla y León. Se están arrancando encinas centenarias para el desvío de una carretera a pesar de la promesa realizada por la empresa minera de que se trasplantarían”.
Berkeley mina uranioFinalmente, recuerdan que Berkeley tiene en marcha más de 20 permisos de investigación en toda la provincia, “por lo que la lucha contra esta instalación necesita el apoyo de toda la provincia. Si paramos Retortillo conseguiríamos que Salamanca no aparezca en el mapa como el único lugar con minas de uranio en toda Europa Occidental”.
Declaraciones de Berkeley
Desde la empresa minera han declarado que no es la primera vez que este grupo convoca manifestaciones de esta naturaleza, “y en su derecho están, aunque está demostrado que la mayoría de las personas que la secundan, no son vecinos de la localidad”.
También señalan que “es cada día más evidente que las acusaciones y profecías que cada día predican, no tienen ningún tipo de soporte técnico, ni práctico, sino que desde el punto de vista técnico son sólo comentarios que a día de hoy no tienen validez ya que lejos de haber aportado algún informe probatorio de los mismos, lo que hay son numerosos informes de las administraciones públicas que dicen lo contrario, y desde el punto de vista práctico, la experiencia nos enseña que la minería de Uranio en Salamanca, concretamente en la vecina Saelices, nunca experimentó los problemas ni causó los desastres que estas personas auguran, sino todo lo contrario, generó bienestar y riqueza para toda la comarca”.
Desde Berckeley señalan que están “comenzando un proyecto serio, real, y sostenible, que será una de las principales explotaciones mineras de España y de Europa, modelo del respeto a la seguridad y el medioambiente, y que revitalizará el tejido industrial de toda la comarca”.
En cuanto a la creación de puestos de trabajo, enumeran que a día de hoy “son más de 50 personas las que trabajan ya para nosotros y si las cosas siguen su camino en un año seremos 150 más, previendo una media de 500 personas cuando la construcción de la mina esté en pleno desarrollo. Esto sí es real, en contraposición con las tesis de Stop Uranio y las personas que les respaldan”.