13-06-2009
JULIO YAO
La represión del plantón que campesinos e indígenas mantuvieron en Nazareno por 17 días para impedir que las empresas tuvieran acceso a sus campamentos y evitar una mayor devastación es la respuesta del gobierno a una manifestación pacífica que quería llamar su atención a la lesión producida por la minería metálica a cielo abierto.
La ciega obediencia al neoliberalismo desenfrenado pasa sentencia de muerte a recursos naturales que son entregados para complacer la voracidad de saqueadores panameños y canadienses. Sigue leyendo