Brasil

BRASIL cambia códigos ambientales para fomentar minería

Mexico

Cabildo de Actopan acota proyectos de minería

El ayuntamiento de Actopan ordenó a sus funcionarios no otorgar permisos de construcción y cambio de uso de suelo que favorezca la actividad minera, extracción de hidrocarburos y energía eólica en este municipio.

La determinación, asumida en sesión de cabildo, se dio en respuesta a la demanda de la Unión Veracruzana de Pueblos Libres de Minería Tóxica y La Asamblea Veracruzana de Iniciativas de Defensa Ambiental (Lavida), de frenar los proyectos que impulsa en la región la empresa canadiense Candelaria Mining Corp. En Actopan, la empresa pretende desarrollar al menos ocho proyectos mineros, entre los que se encuentran los de El Cobre y La Paila.

En el acta de cabildo, las autoridades municipales se comprometen a solicitar a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales información sobre los proyectos mineros de la región. En caso de existir alguno, pedir que se tome en cuenta la opinión de los habitantes.

La autoridad municipal también se comprometió a que antes de que se desarrollen los proyectos, someterán los temas a consulta pública e informada: los ciudadanos, grupos ecologistas y los párrocos de la región, quieren ser escuchados y exponer el gran daño ambiental que significaría la explotación de la minería.

El vocero de Lavida, Guillermo Rodríguez Curiel, dijo que esta acta de cabildo es un paso más para que se declare al municipio libre de minería metálica y tóxica, lo que no significa que los ambientalistas debamos bajar la guardia.

Rodríguez Curiel recriminó que la autoridad no haya firmado un acta que declarara al municipio libre de minería, como si lo han hecho otros.

La declaratoria ya se hizo en 5 municipios veracruzanos

En Veracruz, los municipios de Tlapacoyan y cinco municipios de la Sierra de Santa Martha, en el sur del estado, se han declarado libres de minería tóxica.

Sin embargo, reconoció que el acta de cabildo firmada es un avance que da la lucha por la conservación ambiental. Esto es un pasito más, pero no quiere decir que la mina se haya ido, las empresas mineras siguen aquí, y debemos estar atentos de que no se asienten.

Leticia Valenzuela, integrante de Unión Veracruzana de Pueblos Libres de Minería Tóxica, pidió que al igual que Actopan, el ayuntamiento de Alto Lucero, el gobierno del estado y el Congreso local –en el ámbito de su competencia– declaren a Veracruz libre de minería tóxica.

Este día, mientras las autoridades realizaban la sesión de cabildo, los defensores del ambiente realizaron una concentración en la iglesia de la localidad y después hicieron un recorrido por la zona centro del municipio.

El 25 de mayo, en el municipio de Actopan, pobladores de comunidades de la sierra de Chiconquiac se organizaron para enfrentar los proyectos mineros Caballo Blanco y El Cobre, de las compañías canadienses Almaden Minerals y Goldgroup, los cuales pretenden extraer oro a cielo abierto de la punta del cerro La Paila, ubicado a 3 kilómetros de la central nuclear de la Comisión Federal de Electricidad-Laguna Verde.

En asamblea popular efectuada en el atrio de la parroquia de San Francisco de Asis, y con el acompañamiento de los sacerdotes Andrés y Urbano, hombres y mujeres de los pueblos Mesa de 24, Los Baños, Villa Rica, Tinajitas, Cerro Gordo y Totolapa definieron los pasos para resistir y defenderse del plan de las empresas mineras.

Los pobladores definieron defenderse y resistir de manera social, política y legal la reactivación de los proyectos que pretenden iniciar la explotación en julio tras conseguir los permisos necesarios, informó un vocero de la compañía.

Después de realizar una marcha los manifestantes exigieron al presidente municipal, Paulino Domínguez Sánchez, su definición clara en apoyo a la comunidad y no otorgar el cambio de uso de suelo, aunque esto último debe ser aprobado en una consulta a las comunidades.

De acuerdo con la Secretaría de Economía, México es el primer destino en inversión en exploración minera en América Latina y el cuarto en el mundo.

Fuente:http://www.jornada.com.mx/2018/06/09/estados/025n1est

Argentina

Hensel: «No es posible marcar con una línea el ambiente glaciar del periglaciar»

Este sábado en el programa ‘A Todo o Nada’, que se emite por Radio Sarmiento, estuvo como invitado principal el ministro de Minería de San Juan, Alberto Hensel. El funcionario se refirió a varios temas candentes de la actividad.

Entre los planteos, se le consultó sobre que la vida útil de los proyectos mineros metalíferos empiezan su etapa descendente y que si no se apuran inversiones se puede perder la cadena de proyectos en explotación. «Para armar y sostener la cadena, no nos hemos quedado de brazos cruzados. San Juan tiene el potencial geológico, San Juan tiene una serie de proyectos con exploración avanzada como Pachón, Altar, Azules, José María, Filo del Sol y hasta Lama», sostuvo el funcionario.

Y agregó, «cuando asumimos fuimos y le planteamos al Secretario de Minería de la Nación que nosotros pretendemos que se replique el modelo minero sanjuanino y que nos ayudara a generar un proyecto de cobre, y nos hizo conexión con una empresa australiana. Esa empresa manifestó interés en Pachón, Azules y Altar. Hemos tenido tres reuniones con el presidente de esa compañía, incluso ya han visitado los lugares».

En tanto que sobre la tan mentada Ley de Glaciares fue claro al decir que «donde hay glaciares no puede haber minería, esa es la posición de San Juan», pero fue más allá al argumentar que «no es posible marcar con una línea el ambiente glaciar del periglaciar».

Y concluyó «desde que sancionó la ley (de Glaciares) es cuando más se retrajo la demanda, alguno puede decir ‘pero mirá el precio de los metales’, pero justo ocurrió en esa fecha».

Fuente:https://www.diariodecuyo.com.ar/politica/Hensel-No-es-posible-marcar-con-una-linea-el-ambiente-glaciar-del-periglaciar-20180609-0012.html

Internacional

Una masiva protesta clama contra la reapertura de una mina de cobre en Touro

El proyecto de una multinacional para volver a explotar la mina de cobre situada en los límites de los municipios de Touro y O Pino (A Coruña) ha recibido este domingo en Santiago un contundente rechazo por parte de 134 colectivos integrados en los sectores de la pesca y agricultura, que lo consideran una amenaza para sus intereses socioeconómicos. La multitudinaria manifestación que ha recorrido la capital de Galicia ha contado con el respaldo de varios Ayuntamientos, organizaciones sindicales y todos los partidos de la oposición en el Parlamento de Galicia que han exigido al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que impida la reapertura de la mina y firme ya la caducidad de la concesión.

Al igual que ocurriera en febrero de 2016 cuando una movilización similar logró que la Xunta paralizase el controvertido proyecto de ley de acuicultura, la Plataforma en Defensa de la Ría de Arousa (PDRA) emprendió una campaña informativa bajo el lema “No queremos una herencia envenenada” para apoyar las reivindicaciones de los vecinos de ambos ayuntamientos del área metropolitana de Santiago e impedir que la mina recupere la actividad treinta años después de su cierre. La entidad denuncia los daños que a su juicio provocarían los vertidos de la explotación en los recursos pesqueros y marisqueros de la ría de Arousa.

La movilización ha rematado con la lectura de un manifiesto en el que advierten a los poderes públicos del desastre medioambiental y económico que supondría la actividad minera. Los datos e informes que alertan de las consecuencias contaminantes que tendría la explotación para los sectores pesquero-marisquero y agrícola pretenden servir de argumento para evitar que la empresa multinacional Atalaya Mining y Explotaciones Gallegas obtenga del Gobierno gallego los permisos administrativos para comenzar a operar en agosto.

Los promotores de la marcha han recordado que cuando en los años ochenta la minera Río Tinto abandonó la vieja explotación, dejó allí un desastre que todavía permanece, con ríos y regatos contaminados por las aguas ácidas y metales pesados: “En todo este tiempo, la Xunta miró para otro lado, pese a las numerosas denuncias que hubo, y es lógico, por tanto, que la posible reapertura genere un firme rechazo social. Un sentimiento que se acrecienta si reparamos en las cifras da explotación: 689 hectáreas de extensión donde meterían más de 100 millones de toneladas de lodos altamente contaminantes. Y todo eso a 200 metros de dos aldeas, Arinteiro y Torreis, que estarían condenadas a desaparecer”.

Consecuencias «peores que las del ‘Prestige»

Los detractores de la mina creen que los puestos de trabajo ofrecidos por la empresa promotora son un engaño ante las secuelas que tendría la explotación. “El proceso de extracción del mineral exigiría voladuras diarias que afectarían a la estabilidad de los diques de contención de las balsas por lo que estas podrían reventar sin ninguna capacidad de reacción”, afirman en el manifiesto. Y avisan que en 12 horas su carga letal ya estaría en la ría de Arousa. “Sería peor, mucho peor que el Prestige ¿Cómo se podría vivir en un entorno así?”, proclama el manifiesto que además crítica que Galicia se haya convertido «en una cuadrícula minera como consecuencia de una política que pone los intereses privados por encima de los de toda la sociedad”.

También advierten a la Xunta que “en cuanto el cobre deje de ser rentable [los promotores de la mina] huirían como ya ocurrió hace treinta años, y solo quedarían los restos del naufragio en forma de más contaminación e incertidumbre para nuestro futuro; y frente a eso no hay compensación posible”. Por eso piden a Núñez Feijóo que se restaure el daño causado por la anterior explotación y que los responsables paguen la recuperación medioambiental.

Cobre San Rafael, la filial promotora de la mina, ha acusado a los colectivos que se oponen al proyecto de generar «una alarma infundada» a través de «argumentos sin base técnica». En un comunicado difundido mientras se desarrollaba la masiva manifestación, asegura que la explotación cuenta con «garantías» de control y seguridad para la «no afección a las aguas y al medio natural» y ofrece «diálogo y transparencia» a los colectivos que se oponen a la mina.

La empresa niega que afecte al Camino de Santiago y, aunque admite que «se realizará una voladura al día, dividida en pequeñas cargas», sostiene que el polvo «se mitigará con riego de pistas, acopios y voladuras». Sobre los vertidos al río Ulla que los detractores del proyecto denuncian, Cobre San Rafael responde que habrá «cero salidas de aguas de proceso al exterior.

Fuente:https://elpais.com/ccaa/2018/06/10/galicia/1528640485_493819.html

El Salvador

La minería metálica amenaza los bienes hídricos en El Salvador

Las problemáticas ambientales son cada día más comunes. La tendencia es global, pero se ve exacerbada en aquellos países más pobres o vulnerables. En este sentido, podemos decir que las condiciones socioambientales hacen que El Salvador sea hoy un país insustentable.

El Salvador ocupa un territorio de un poco más de 20 mil kilómetros cuadrados fuertemente antropizado, con un promedio de 300 personas por kilómetro cuadrado, la concentración más alta en Latinoamérica. Además, ha optado por un modelo de desarrollo que ha dañado y daña gravemente los ecosistemas.

A lo anterior se suma que es el segundo país más deforestado en Latinoamérica. Tiene una perdida acelerada de la cobertura boscosa y cambio en el uso del suelo; el bosque primario se redujo a 21 mil hectáreas, que se concentran en las áreas naturales protegidas y en terrenos privados en la zona norte del país. El Salvador hace también frente a cambios de uso en el bosque, por efecto de plagas como la roya y el gorgojo descortezador de pino, además de la destrucción de bosque por venta ilegal de madera, construcción de urbanizaciones ilegales y monocultivos.

Estas cuestiones provocan que se altere el ciclo del agua y, por tanto, un menor acceso a este bien natural y la menorcalidad del agua de la región centroamericana. Hay muchos conflictos debido al uso inequitativo e insustentable de los bienes naturales, conflictos que se evidencian de manera clara con el agua.

Relacionados con la cuestión del agua encontramos otros problemas, como la expansión desmedida y poco regulada del monocultivo de la caña de azúcar, de urbanizaciones, de industrias que sobre explotan el agua, contaminan y hacen un uso inadecuado del suelo, afectando también la producción campesina de alimentos.

El papel del gobierno

Estos hechos se ven agravados por la débil institucionalidad para la protección del ambiente. A pesar de contar con algunas leyes orientadas a su protección, estas aplican muy poco debido a la falta de capacidad del Estado en el seguimiento y vigilancia de los bienes.

Existen varios cuerpos normativos que de alguna manera regulan parte de lo que a agua se refiere: ley de riesgo y avenamiento, ley de áreas naturales protegidas, ley de administración nacional de acueductos y alcantarillados, etc.

Parte del problema es que no existe un cuerpo legal que de manera integral regule o gestione lo vinculado al agua. En ese sentido, en el año 2006 se presentó la primera propuesta de ley general de agua a la asamblea legislativa, propuesta que fue actualizada en 2011. El gobierno redactó su propuesta en 2012, dando inicio a su discusión, y, sin embargo, todavía hoy no se cuenta con una ley general de agua. Para dificultar más la cuestión, en junio del año pasado varios partidos de derecha presentaron una propuesta de ley con fuertes contenidos.

Luchas por la prohibición de la minería metálica

Esta fragilidad ambiental, institucional y legal hace que existan muchas amenazas producto de las actividades humanas y específicamente de empresas e industrias que atentan contra el ambiente. La minería metálica es una de las industrias más contaminantes a nivel mundial. En El Salvador ya en décadas pasadas se desarrollaron proyecto mineros que dejaron serios daños ambientales, proyectos que fueron cerrados debido a que la concentración de oro en el suelo no era la suficiente para reportar ganancia con el tipo de métodos utilizados en esa época para la extracción. En ese momento las empresas cerraron actividades y se fueron del país, llevándose las ganancias y dejando la contaminación y destrucción.

Hacia el año 2000 aumentó de valor el precio internacional de la onza de oro y las empresas mineras a nivel mundial prestaron de nuevo atención a aquellos países que en el pasado habían tenido proyectos de exploración y explotación minera. Se asumió que con la nueva tecnología de la que se disponía se podrían obtener grandes ganancias al extraer el oro, aunque este tuviera poca concentración en el suelo.

No se tomaron en cuenta las condiciones de vulnerabilidad y ecosistémicas ya narradas que afectan el país y por las cuales la minería metálica vendría a ser el golpe de gracia a los medios de vida y ecosistemas en el territorio. Entre los diversos impactos ambientales que provocan la actividad minera, el uso masivo del agua y su contaminación es uno de los más sentidos.

Según investigaciones realizadas por la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), en cada proyecto minero que se desarrolle a nivel nacional se estarían utilizando 900 mil litros diarios de agua. El proceso minero dejaría un agua altamente contaminada con metales pesados, fruto del drenaje ácido de minas. Esto, en un país que ya indicamos que tiene muy poco acceso al agua y en pésimas condiciones de calidad, sin duda no es algo nada racional.

La población a nivel comunitario y nacional vio de manera clara el peligro de la actividad. Si es cotidiano que muchas comunidades no tengan agua para consumo humano doméstico o existan conflictos por permisos de uso para riego, violentando el acceso al agua de comunidades enteras, o altos índices de enfermedades gastrointestinales y renales atribuidas a la mala calidad del agua, era lógico esperar que las empresas mineras no iban a tener un camino fácil con una población tan sensible y violentada en aspectos vinculados al ambiente y al agua.

Sin duda, el proceso de lucha no fue fácil en los doce años desde que se presentó la propuesta de ley de prohibición de la minería metálica. Se dieron amenazas y asesinatos de líderes y lideresas comunitarias, así como campañas desinformativas de las empresas mineras argumentando que se podía desarrollar una “minería verde” o responsable con el ambiente. Nada más alejado de la realidad y de la información técnica con la que se contaba. El Estado fue víctima de demandas internacionales alegando que al no permitir la explotación minera estaba expropiando las ganancias futuras de las empresas. Hubo un fuerte cabildeo de las empresas mineras con el gobierno y con los diputados y diputadas para que les permitieran desarrollar estos proyectos de muerte.

Pero por encima de todos los obstáculos y gracias a la voluntad decidida de las comunidades, después de muchos años de lucha se logró, el 29 de marzo del año 2017, la aprobación de la ley de prohibición de la minería metálica. El Salvador es el único país en el mundo que tiene una prohibición total a esta actividad.

Sin embargo, como ya es una realidad común en El Salvador, el solo hecho de tener una ley no garantiza la tutela efectiva de un bien o derecho a proteger. Este es el motivo de que la lucha continúe, para implementar adecuadamente los contenidos de la ley. Que no ocurra como con otras leyes que, a pesar de estar vigentes, no son positivas en la medida que no se monitorean y se les da seguimiento a su debido cumplimiento.

Hay que tener en cuenta que la propuesta fue aprobada con 70 votos de los diputados y diputadas de la asamblea legislativa. Pero lo necesario eran 43 votos, que es la mayoría simple, y con la misma cantidad de votos se puede derogar.

Esta acción es muy probable, debido a que en las pasadas elecciones de diputados y alcaldes la derecha se vio muy fortalecida. Además, el candidato del principal partido de derecha es un aliado de empresas minería a nivel internacional. Por esto, ahora sin duda el trabajo es socializar con la población los contenidos de la ley de prohibición, buscando que desde las comunidades se garantice su cumplimiento, y, a la vez, exigir al Estado en general que no retroceda en este logro.

Minería transfronteriza

A todo lo narrado hay que sumar una amenaza que no es nueva, pero que a través de los años se ha concretizado: el desarrollo de proyectos mineros en las zonas trasfronterizas de El Salvador, específicamente con Guatemala y con Honduras. Estos proyectos, por estar en cuencas transfronterizas o compartidas, tendrán graves impactos en los bienes hídricos. Destaca el caso de la cuenca del río Lempa, que se comparte con los países ya mencionados. Se considera el 45 por ciento del territorio de El Salvador, es el 60 por ciento de su agua superficial. De este río dependen para consumo humano más de cuatro millones de personas.

El Salvador es dependiente de este río, por lo que su protección es un aspecto de seguridad nacional. Si el río Lempa fuese contaminado o sus aguas disminuyeran drásticamente de caudal a causa de la sobre explotación por empresas mineras, sería un escenario de muerte para la población y los ecosistemas. No se quiere llegar a este escenario, evidentemente, por lo que diversas comunidades y organizaciones están trabajando fuertemente, a nivel local, con organizaciones e iglesias en las zonas transfronterizas, buscando generar articulación para enfrentar a las empresas mineras trasnacionales. También se realiza cabildeo con actores gubernamentales en la búsqueda de soluciones a nivel de políticas públicas a esta problemática que atenta el derecho de la población a un ambiente sano.

Las soluciones a estas y muchas otras problemáticas ambientales siempre deberán estar fundamentadas en la base, en lo local, en las comunidades, que son el mejor símbolo de la resistencia. En la medida en que estas se fortalezcan, organicen y articulen, se podrá avanzar en la construcción de un El Salvador mas justo y ambientalmente sustentable.

Fuente:http://www.revistapueblos.org/blog/2018/06/06/la-mineria-metalica-amenaza-los-bienes-hidricos-en-el-salvador/
Argentina

La megaminería, sombra y promesa omnipresente

Aparece en todas las conversaciones. En las carpas de la protesta gremial y las dependencias públicas tomadas, en los despachos oficiales y las oficinas opositoras. Como maleficio o como promesa, la posibilidad de que la minería a cielo abierto se instale en Chubut es una sombra omnipresente en esta provincia.

Ese debate se aceleró por el discurso prominero del presidente Mauricio Macri y la dependencia de recursos nacionales que hoy exhibe la administración de Mariano Arcioni. Pero escaló aún más desde que el ministro de Energía de, Juan José Aranguren, visitó a intendentes de la meseta chubutense interesados en activar el Proyecto Navidad, uno de los mayores yacimientos de plata del mundo.

Pese a que la minería a cielo abierto está prohibida por ley 5001 en Chubut, el yacimiento tiene dueño: la canadiense Pan American Silver, que promete invertir 1000 millones de dólares y extraer 22 millones de onzas de plata al año.

Números mágicos ante la necesidad de dólares de la Casa Rosada y la gobernación. De hecho, quienes tratan con Arcioni reconocen un cambio en el discurso del gobernador, que contrasta con la campaña antiminera que compartió con Mario Das Neves en 2015 y repitió en 2017, como candidato a diputado.

De todos modos, la posibilidad de que la Legislatura apruebe algún cambio al status quo antiminero parece lejana. Arcioni carece de votos en el recinto. Lo mismo que Cambiemos. Y el partido de Das Neves y el kirchnerismo nunca avalarán una aventura que cosecha un amplio rechazo en las encuestas.

«Buscan empobrecernos para que aceptemos la megaminería. Desde el Gobierno lo presentan como la única alternativa para aumentarnos los salarios. Pero sabemos que no va a dejar nada», denuncian en la carpa que enfrenta el ingreso a la Gobernación.

Fuente:https://www.lanacion.com.ar/2142562-la-megamineria-sombra-y-promesa-omnipresente

 

Internacional

Cobre San Rafael acusa a los colectivos que se oponen a la Mina de Touro de crear «una alarma infundada»

Censura que se lancen «argumentos sin base técnica» y defiende que el proyecto «es compatible con cualquier actividad económica»

Cobre San Rafael, la compañía promotora de la Mina de Touro – O Pino, ha acusado a los colectivos que se oponen al proyecto minero de generar «una alarma infundada» a través de «argumentos sin base técnica», al tiempo que defiende que la explotación cuenta con «garantías» de control y seguridad para la «no afección a las aguas y al medio natural».

A través de un comunicado emitido en la mañana de este domingo, al mismo tiempo que millares de personas recorren Santiago en una manifestación para reclamar a la Xunta que no autorice el proyecto, Cobre San Rafael incide en «su ofrecimiento de diálogo y transparencia» a los colectivos que se oponen a la mina y que, según la compañía, «han declinado reunirse con los expertos del proyecto».

Así, tras reconocer «las dificultades para trasladar un mensaje de confianza a una parte de la población que rechaza la minería en Galicia», la compañía defiende que la actividad minera es «hoy altamente cualificada y sostenible», así como «fundamental para un futuro basado en las energías renovables».

A renglón seguido, acusa a las plataformas sociales y partidos políticos que se oponen a la «reactivación» de la mina de emplear «argumentos técnicos o científicos incosistentes, cuando no falsos e injuriosos». «Cobre San Rafael quiere insistir en que las propuestas técnicas y las medidas de control y seguridad ambiental de su proyecto son garantía de no afección a las aguas y al medio natural», apunta.

En esta línea, asegura que «la constante monitorización y seguimiento» que llevarán a cabo «estamentos administrativos y organismos de control independientes» garantizarán «el correcto desempeño y el cumplimiento de todos los parámetros que marca ley».

«Como gallegos nos negamos a admitir que no seamos capaces de hacer la misma minería moderna que se lleva a cabo en países como Suecia o Finlandia. Creemos que la minería moderna y limpia tiene mucho que aportar a nuestra tierra, y somos parte de la solución a algunos de los problemas sociales y económicos que tiene el rural, como la despoblación y la falta de expectativas», indica la compañía en su comunicado.

DESMIENTE LAS ACUSACIONES

A continuación, Cobre San Rafael trata de responder a las acusaciones vertidas contra el proyecto por parte de los colectivos que se oponen a la Mina de Touro y defienden que la explotación es «del siglo XXI» y «compatible con cualquier actividad económica».

De este modo, afirma que es «falso» que se trate de «una megamina» sino de «un proyecto pequeño» pues, según sostiene, «la concesión tiene solo siete kilómetros cuadrados de los cuales cinco son ya mina histórica».

Asimismo, niega que afecte al Camino de Santiago –«la mina no se ve prácticamente desde ningún punto» de la Ruta Jacobea– o que «habrá circulación constante de maquinaria pesada y voladuras regulares que generarán ruido y grandes nubes de polvo en suspensión».

Defiende que «se realizará una voladura al día, dividida en pequeñas cargas» y que el polvo generado «se mitigará con riego de pistas, acopios y voladuras». Además, incide en que el sector agroganadero de la comarca de Touro no se verá afectado porque «se trata de reactivar la producción de cobre en una mina ya activa para la producción de áridos».

Cobre San Rafael también desmiente que se vayan a emplear «compuestos tóxicos y peligrosos» o que el proyecto pueda verter aguas contaminadas al Ulla, con consecuencias para la Ría de Arousa. «El proyecto minero prevé cero salidas de aguas de proceso al exterior. Se opera en circuito cerrado y no se va a afectar ningún curso de agua», argumenta.

Por último, censura que los colectivos acusen al proyecto de «hacer desaparecer traídas de agua en curso», de no garantizar la seguridad en el depósito de gestión de estériles o de que la mina vaya a «destrozar el paisaje y dejar el entorno arrasado» tras el fin de la explotación.

 Fuente:http://www.lavanguardia.com/local/galicia/20180610/444287087452/cobre-san-rafael-acusa-a-los-colectivos-que-se-oponen-a-la-mina-de-touro-de-crear-una-alarma-infundada.html
Argentina

Pueblos Originarios realizan monitoreos ambientales en yacimientos mineros

El Presidente de la cámara de Proveedores de Servicios Mineros y Turísticos de la Puna Argentina , Luis Vacazur, de origen coya, puso en valor el asociativismo de los pueblos originarios de la región del norte del país que ha permitido el desarrollo de pequeños emprendimientos. A su vez indicó que participan de los monitoreos ambientales en los 51 proyectos de Litio que hay actualmente en Salta y en los yacimientos de oro y plata que actualmente se están desarrollando.

Vacazur estubo el viernes es Trelew donde participó de la jornada » La experiencia de los pueblos originarios con los emprendimientos mineros . El diálogo intercultural en la actividad minera sostenible», que se llevó a cabo en el Museo Paleontológico….

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Colombia

Medellín protesta contra proyectos hidroeléctricos y mineros

Rechazan los megaproyectos que han generado el desplazamiento de comunidades en el suroeste y el bajo Cauca antioqueño

En la ciudad de Medellín, Colombia, miles de personas tomaron las calles para protestar contra el impacto de megaproyectos hidroeléctricos y mineros que han forzado el desplazamiento de comunidades en el suroeste y el bajo Cauca antioqueño.

Usando el arte y la música los manifestantes visibilizaron las problemáticas medio ambientales que han ocasionado estos proyectos, la más importante, el agotamiento de los recursos naturales.

El evento forma parte de otras marchas que se adelantan en Colombia en defensa del agua, la vida y el territorio convocadas por el Movimiento Nacional Ambiental que agrupa más de 70 organizaciones.

Hidroituango peligro latente

Mientras los movimientos sociales protestan por el desarrollo de megaproyectos hidroeléctricos, un nuevo derrumbe prendió las alarmas en la madrugada de este domingo en el proyecto de Hidroituango.

La emergencia llevó a evacuar de manera preventiva al personal que laboraba en la zona, ante la posibilidad de caída de piedras.

“En la madrugada de este domingo 10 de junio se presentó un desprendimiento menor de tierra en la parte alta de la montaña en el área superior de la captación, que es constantemente monitoreada con radar, lo que llevó a evacuar de manera preventiva al personal”, confirmó la Empresa de Servicios Púbico de Colombia (EPM), en un comunicado.

Agregó, que la situación es estable en estos momentos y ratificó que los trabajos continúan en los demás frentes  “La empresa espera los informes de seguridad para que quienes adelantan funciones en el sector del desprendimiento menor de tierra retornen a sus labores si las condiciones lo permiten”, informó  EPM.

Fuente:https://www.elciudadano.cl/latino-america/colombia-medellin-protesta-contra-proyectos-hidroelectricos-y-mineros/06/10/

 

Colombia

74 % de licencias ambientales para minería, sin seguimiento

En Cundinamarca, de 875 concesiones que las requieren, solo se reporta información de 229.

Bien sea porque los títulos mineros fueron entregados bajo legislaciones anteriores o porque no han actualizado sus planes de manejo ambiental, hoy no es claro cómo operan 74 por ciento de las concesiones para explotar algún material en Cundinamarca, advierte la Contraloría departamental.

La afirmación la hizo luego de finalizar un balance sobre la industria minera en el territorio que componen 116 municipios, de los cuales 110 presentan algún tipo de actividad extractiva.

Cuando se les consultó a la Agencia Nacional Minera (AGM), a la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (Anla) y a las tres corporaciones autónomas regionales (CAR) que tienen legislación en Cundinamarca, se encontró que de las 875 concesiones que requieren licencia ambiental, no hay información sobre 646, lo que, según el contralor departamental Ricardo López, muestra una falta de coordinación entre las entidades que deben hacer seguimiento a los instrumentos para ejercer esta actividad.

 

“Si queremos ejercer un control sobre los recursos del departamento, debíamos partir de una base de datos que no existía, y eso fue lo que consolidamos”, señaló el contralor López en la presentación del informe, que es pionero en articular las cifras sobre este sector en el territorio.

Andrea García, subdirectora de Costos Ambientales de la entidad, explicó que esta situación puede deberse a que los títulos mineros fueron entregados en años diferentes. “Algunos fueron concedidos antes de la Ley 99 de 1993 y del Código de Minas del 2001, por eso no todos tienen licencia ambiental, porque la normatividad no lo exigía y puede que se encuentren en etapa de transición”, indicó.

“Los que hicieron la transición y pasaron a la nueva norma deben tener licencia ambiental, los restantes deben tener planes de manejo ambiental. En las zonas que no son compatibles con la minería, lo que se implementa son planes de restauración ambiental”, precisó la funcionaria, pero agregó que allí es donde se evidencia la falla, pues no se ha hecho seguimiento por parte de las autoridades sobre el estado de permisos ambientales de esos 646 títulos mineros.

En la actualidad, en Cundinamarca hay 964 títulos mineros otorgados, lo que corresponde a actividades legales. Solo en Cachipay, Cota, Funza, Fúquene, Tenjo y Venecia no se ha concesionado ninguno, mientras que en los demás municipios hay algunas de estas actividades de explotación.

Las concesiones abarcan un área de 170.364 hectáreas, es decir, el 7,5 por ciento del total del territorio cundinamarqués, y el 68 por ciento se concentran, principalmente, en las provincias de Ubaté, Sabana Centro, Guavio, Soacha y Alto Magdalena, que agrupan 39 municipios.

Los materiales de arrastre y construcción (36 por ciento), el carbón (25 por ciento) y arcilla (16 por ciento) son los que representan la mayor explotación de la industria legal en el departamento.

Ahora bien, que se entreguen los títulos no quiere decir que se estén realizando extracciones en todos. Según la clasificación recogida por la Contraloría de Cundinamarca, 831 concesiones se encuentran en explotación (86 por ciento).

Otros 40 están en etapa de exploración, momento en el que aún no se requiere la licencia ambiental. Otros 40 están en fase de construcción y montaje. Hay dos títulos en restauración ambiental, dos en suspensión de actividades y 49 sobre los que la Agencia Nacional Minera no le reportó a la Controlaría, según esta entidad.

Hay 49 títulos sobre los que no se sabe en qué fase de su trámite está.

Su duración

Otro dato que preocupa al ente de control es que el 57 por cierto de las concesiones que se han llevado a cabo en el departamento han sido entregadas a los privados por periodos de entre 26 y 30 años para que las exploten.

“Es decir, los recursos de los cundinamarqueses están quedando por largos lapsos en el sector privado, sin que aún se haya calculado cuánto les están dejando exactamente a las comunidades y cuál es el impacto ambiental que queda en los territorios”, reseñó el contralor.

Otro 11 por ciento de los títulos fueron concedidos por periodos de entre 16 y 20 años, y otro 6 por ciento, entre 31 y 35 años. Esto sin contar con que las normas colombianas permiten solicitar prórrogas sobre la concesión de los títulos.

El 57 por ciento de las concesiones tienen vigencia de entre 26 y 30 años para los privados.

“Ahora estamos trabajando en la matriz de costos ambientales, que es compleja de realizar, pero que revisa el costo-beneficio para los municipios de esta actividad”, indicó López, y aseguró que muchos de los municipios aún no conocen cómo apropiar los recursos por regalías que les llegan cuando en sus territorios se desarrollan actividades mineras.

La movida con las consultas populares

Una de las acciones que han implementado los municipios de Cundinamarca para restringir las actividades mineras y extractivas en sus territorios ha sido acogerse al mecanismo de consulta popular, definida en el artículo 8 de la Ley 134 de 1994.

Por medio de la figura, que convoca votaciones en las poblaciones, dos territorios le cerraron la puerta a este renglón económico. El primero de ellos fue Cabrera, cuyos habitantes acudieron a las urnas el 26 de febrero del 2017, y en donde el 97 por ciento de quienes sufragaron lo hicieron en contra de que se desarrollen proyectos mineros e hidroeléctricos.

En julio del año pasado sucedió lo mismo en Arbeláez, en donde el 99 por ciento de los pobladores también se negó a que se realizara explotación de hidrocarburos y minería a gran escala.

En Carmen de Carupa, en el norte del departamento, se impulsó también la consulta popular el año pasado, pero fue negada porque la pregunta que pretendían someter a votación se consideró inconstitucional. En Pasca, en el sur de Cundinamarca, pasó lo mismo. El Consejo de Estado suspendió su realización, debido a que la pregunta no era detallada ni precisa.

En mayo de este año se declaró constitucional la consulta de Cogua.

Ahora, Fusagasugá, Medina, Sibaté y Cogua son cuatro de las poblaciones que están impulsando el mismo mecanismo para legitimar la vocación agropecuaria o ecoturística bajo la que se reconocen.

En Fusagasugá, por ejemplo, se radicó ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca el primero de agosto del año pasado la solicitud para su realización, con el fin de frenar actividades de minería a gran escala.

En Medina se inscribió el comité promotor ante la Registraduría para promover la consulta popular. Mientras tanto, en Sibaté, el Concejo municipal aprobó la realización de este mecanismo, en noviembre del 2017.  Ahora está pendiente que el municipio inscriba la pregunta que desea realizar ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, mientras que en Cogua ese mismo tribunal declaró constitucional la consulta que se impulsa en el municipio desde el año pasado.

Fuente:http://www.eltiempo.com/bogota/en-cundinamarca-no-se-hace-seguimiento-a-licencias-ambientales-229096