Argentina, Internacional, Litio

Empresa minera expulsada de Serbia explotará litio en Salta

Se trata de la anglo-australiana Río Tinto, que cuenta con un extenso prontuario.
Pablo López
Protesta contra Río Tinto en Serbia
Una de las empresas mineras más grandes y más antiguas como es la anglo-australiana Río Tinto anunció en diciembre pasado la adquisición del proyecto de litio Salar de Rincón en la provincia de Salta, de propiedad de la australiana Rincon Mining. El costo de la adquisición según declara la compradora es de 825 millones de dólares, más del doble del total de la deuda pública de la provincia. Esta transacción es un gran negocio financiero realizado con la venta de una concesión otorgada por el Estado provincial.

Río Tinto acaba de ser expulsada de Serbia tras intensas movilizaciones contra la explotación de litio en la zona de Jadar al oeste de ese país. Los manifestantes que se movilizaron en todo el territorio serbio, reclaman porque se aprobaron leyes que facilitarían las expropiaciones de tierras donde Río Tinto explotaría el litio, y denuncian además la contaminación que el proyecto provocaría en la zona. Como consecuencia de las movilizaciones, la asamblea municipal de Loznica desechó un plan donde había asignado tierras para el proyecto de litio.

Río Tinto, fundada en 1878, y que recordemos fue la que impulsó la explotación de potasio en el Río Colorado en Mendoza, cuenta con un enorme prontuario de atropellos contra sus trabajadores, al ambiente y a los movimientos que lo defienden.

Ya en 1888 en un pueblo de Huelva, en España, se produjeron movilización contra la explotación minera de esta empresa. Las protestas tenían que ver con problemas ambientales por contaminación con azufre, pero también había reclamos laborales de sus trabajadores. Una brutal represión concluyó en una masacre. Más de 100 personas; mujeres, hombres, niñes, ancianos, fueron asesinados. Los problemas ambientales en la zona continúan actualmente.

En la India la empresa está acusada de planear y financiar el asesinato de la activista Shehla Masood ocurrido en 2011. Masood denunciaba la explotación ilegal de diamantes con la complicidad de funcionarios, en la zona de Bhopal.

En varios países donde tiene explotaciones mineras, la empresa está denunciada y hubo fuertes reclamos obreros por el incumplimiento de leyes laborales por la tercerización y precarización laboral. Esto ha ocurrido por ejemplo en Indonesia, pero también en los Estados Unidos.

Ha sido denunciada también en uno de sus países de origen, Australia, por la alta cantidad de suicidios entre trabajadores mineros y por destruir sitios sagrados de las comunidades originarias.

En Uruguay, hubo un fuerte reclamo que involucró a importantes artistas e intelectuales, como Eduardo Galeano, por ejemplo, contra un proyecto de Río Tinto para montar un puerto privado desde donde iba a sacar el mineral que extraen en Brasil.

Estos son solo algunos ejemplos del extenso prontuario de esta empresa.

Por si esto fuera poco también llegará a Salta la responsable de los derrames de agua cianurada en el río Jáchal de San Juan, nada más y nada menos que la Barrick Gold. La multinacional de origen canadiense llegó a un acuerdo con la norteamericana Golden Minerals para adquirir el 70% del proyecto de plata El Quevar.

Mientras seguramente los Sáenz y sus ministros pro mineros, que se reúnen con cuanto gerente de mineras llega a Salta, como los Fernández, festejan la profundización del saqueo porque suponen tendrán más dólares para pagarle al FMI. El desafío del pueblo salteño es organizarse para luchar por una transformación social que termine con la depredación ambiental y social de las multinacionales mineras. Las enormes luchas de los pueblos de Chubut y Mendoza contra la megaminería y el Atlanticazo contra la explotación petrolera en mar argentino, son un empujón muy importante.
https://prensaobrera.com/ambiente/empresa-minera-expulsada-de-serbia-explotara-litio-en-salta/

Panamá

«Hay accidentes ambientales a causa de la minería documentados en MiAmbiente», abogado Mitchell

Para el abogado, el Estado panameño ha sido negligente en cuanto a valorar su recurso natural.
21/01/2022
Minera Panamá.Archivo
Por Linda Batista
El abogado Harley Mitchell indicó que accidentes ambientales bien documentados en los informes técnicos del Ministerio de Ambiente, que han sido omitidos para continuar la negociación con Minera Panamá.

“El Estado panameño ha sido negligente en cuanto a valorar su recurso natural. El suelo demora 200 años en poder regenerar un centímetro del mismo, y los informes del Ministerio de Ambiente indican que el recurso que más se perjudica es el agua.. y los metales pesados cancerígenos ya están llegando al mar y hay gente directamente afectada por beber esta agua”, precisó.
Para Mitchell, la minería es una actividad donde sus ejecutores están contaminando el ambiente.

Estas declaraciones surgen tras culminar las negociaciones entre el Estado y la Minera para continuar la operación Cobre Panamá en las comunidades de Donoso y Omar Torrijos.
Los trabajos en esta mina han provocado decenas de protestas de parte de activistas ambientales, por las afectaciones a la naturaleza, y por parte de economistas por el ingreso que recibe el país por una actividad como esta.
https://www.telemetro.com/nacionales/hay-accidentes-ambientales-causa-la-mineria-documentados-miambiente-abogado-mitchell-n5648805

Internacional, Litio

Serbia pone fin a la explotación de litio de Rio Tinto tras semanas de protestas

Por euronews español con EFE • última actualización: 21/01/2022
Protesta en Belgrado contra la explotación de litio de Rio Tinto – Derechos de autor Darko Vojinovic/Copyright 2021 The Associated Press. All rights reserved.

Serbia puso este jueves fin al proyecto de mina de litio de la multinacional Rio Tinto y canceló los permisos para la continuación de su trabajo en el país balcánico, ante unas protestas ecologistas que se oponen a la explotación.

«Hemos cumplido todas las exigencias de las protestas ecologistas y hemos puesto punto final al Rio Tinto en Serbia. Con esto, ha terminado todo lo relativo al Proyecto Jadar», declaró la primera ministra serbia, Ana Brnabic, en una rueda de prensa en Belgrado.

La primera ministra denunció que Rio Tinto no mantuvo suficiente comunicación con los municipios abarcados por el proyecto ni con el Gobierno serbio para informar de detalles y planes de protección medioambiental, exigidos por las autoridades.

La compañía anglo-australiana sondea desde 2004 un yacimiento de litio en el oeste de Serbia, en la zona de Jadar, con la intención de abrir una mina y extraer el mineral, fundamental para la fabricación de baterías para automóviles eléctricos, y para ello promete invertir unos 2.100 millones de euros en el país balcánico.

Desde noviembre pasado, miles de personas bloquearon en varias manifestaciones carreteras, autopistas y puentes en varias ciudades en protestas contra el proyecto pero también contra el Gobierno.
https://es.euronews.com/2022/01/21/serbia-pone-fin-a-la-explotacion-de-litio-de-rio-tinto-tras-semanas-de-protestas

Perú

Cusco: Esto ofreció la minera MMG Las Bambas a las comunidades para evitar un nuevo conflicto

Firmaron un acta con once puntos entre los cuales se compromete a tener como proveedores a las comunidades. Además, la compañía minera precisó que no suscribirá tratos con otras organizaciones comunales de Chumbivilcas que no formen parte del corredor minero.
20/01/2022
Las Bambas
Comunidades de Chumbivilcas de acuerdo con propuestas del Estado y de la compañía minera MMG Las Bambas. | Fuente: Andina | Fotógrafo: Referencial

Diez comunidades de la provincia cusqueña de Chumbivilcas lograron que la minera MMG Las Bambas acepte su pedido conjunto de ser proveedores en el transporte de mineral, según el acta que firmaron la tarde del miércoles 19 de enero, en el que llegaron a otros 10 acuerdos más.

Las comunidades que firmaron el acta fueron Cancahuani, Tuntuma, Hatun Ccollana, Tincurca, Huaylla Huaylla, Ñaupa Hapo Urinsaya, Ahuichanta Huisuray, Cruzpampa, Huininquirí y Yanque Lacca Lacca Parcobamba.
Las Bambas: acuerdos importantes

Durante el tiempo que utilice el corredor minero del sur, la empresa minera se comprometió a otorgar 14 cupos a las comunidades para que le alquilen camiones encapsulados para el transporte del mineral, y también alquilará 14 camionetas por montos similares a los que paga a otros proveedores.

Sobre el pedido de realizar el mantenimiento vial, todas las comunidades del corredor minero serán consideradas conforme a los requerimientos de Las Bambas. Además, se compromete a capacitar a las empresas comunales.

Por su parte, las comunidades tienen hasta el 28 de enero para presentar sus pedidos de electrificación rural.

Mientras que entre los puntos más importantes que debe cumplir el Gobierno de Pedro Castillo está el de capacitar a las empresas comunales en temas financieros, a través del Ministerio de Energía y Minas con el de Producción.

Además, el Ministerio de Energía y Minas, en coordinación con Las Bambas y las comunidades, tiene 15 días con el fin de establecer un cronograma para el cumplimiento de sus acciones de trabajo.

En un punto aparte al de los acuerdos que firmaron, Las Bambas manifestó que no suscribirá convenios con comunidades aledañas de la provincia de Chumbivilcas del corredor vial, en otros espacios de diálogo.

Acuerdos Las Bambas
El tema referido al número de vehículos que contratará Las Bambas era uno de los que había entrampado el diálogo en los últimos meses. | Fuente: Difusión
En desacuerdo

Quienes no firmaron este acuerdo son las comunidades Ccapacmarca, Tahuay, Sayhua, y Huascabamba, del distrito chumbivilcano de Ccapacmarca.

Este grupo de pobladores no pide ser considerados como proveedores de servicios, sino, demandan ser declarados zonas de influencia directa de la mina, para así ser beneficiarias de partidas económicas para la ejecución de proyectos.

El pasado 30 de diciembre del 2021 los dirigentes de estas comunidades no firmaron el acuerdo para desbloquear el corredor minero, por lo que pueden tomar la vía si sus demandas no son admitidas.
Acuerdo Las Bambas
Las Bambas anunció que «no» negociará con otras comunidades fuera esta mesa de diálogo. | Fuente: Difusión
https://rpp.pe/peru/cusco/cusco-esto-ofrecio-la-minera-mmg-las-bambas-a-las-comunidades-para-evitar-un-nuevo-conflicto-noticia-1381838

Panamá

Posicionamiento en defensa del ambiente y en rechazo al nuevo contrato minero

rt| 19/01/2022| Observatorio Socioambiental, Panamá
Ante un nuevo contrato para la extracción minera entre el estado panameño y Minera Cobre Panamá organizaciones ambientales, comunidades rurales y movimientos sociales presentaron su rechazó a este acto público, ya que es inconstitucional, y representa un retroceso en materia ambiental para el país. Las organizaciones civiles que forman parte del Movimiento Panamá Vale Más Sin Minería reitera el rechazo a esta actividad comercial, ya que atenta directamente contra el patrimonio natural. Máxime por la experiencia negativa de algunos proyectos mineros que han generado impactos negativos, y sin una reparación ambiental.

A continuación el comunicado presentado en conferencia de prensa este miércoles 19 de enero en Ciudad de Panamá.

NUEVO CONTRATO CON MINERA PANAMÁ ES INCONSTITUCIONAL Y TRAICIONA

LA RESPONSABILIDAD DE PANAMÁ CON SU BIODIVERSIDAD

Panamá, 19 de enero de 2022.

Organizaciones ambientales, científicas, movimientos sociales, gremiales, de derechos humanos y de base comunitaria rechazan el anuncio de un nuevo contrato entre el gobierno nacional y Minera Panamá (antes Minera Petaquilla). Con este acto el gobierno nacional elude nuevamente la celebración de una licitación pública y traiciona su responsabilidad con los panameños y nuestras riquezas naturales.

El Órgano Ejecutivo desatiende el fallo de la Corte Suprema de Justicia que declaró inconstitucional el contrato anterior de Minera Panamá, demostrando una vez más que esta industria siempre operará al margen de nuestra Constitución y la Ley, y de los derechos fundamentales que estas consagran. Al evadir la licitación pública y la competencia de los oferentes no se garantizan los máximos beneficios para el Estado panameño.

Durante la irregular negociación, a cargo de una comisión de “alto nivel” que jamás fue constituida legalmente, el gobierno anunció avances minúsculos en temas ambientales y laborales que en suma solo obligan a la empresa a cumplir compromisos previamente adquiridos o normas vigentes aplicables a todos los actores económicos del país.

Según se ha anunciado, el nuevo contrato debe suponer para el Estado panameño 10 veces los aportes anuales promedios alcanzados hasta la fecha; sin embargo, solo el cobro de la evasión anual del Impuesto sobre la Renta de personas jurídicas, según los montos estimados por la Dirección General de Ingresos, le daría al país más de 100 veces lo recibido anualmente por la minera hasta el momento. El nuevo contrato continúa desconociendo por completo la inmensa riqueza natural y cultural que se sigue destruyendo en un área protegida clave para la conectividad de la biodiversidad en toda la región, donde acumula 295 incidentes ambientales en los últimos tres años según los propios reportes de la empresa. La negociación desconoce también la voluntad de los panameños, que rechazamos la minería metálica a cielo abierto y no deseamos empeñar nuestros ríos y bosques.

A cambio del aumento de regalías, la empresa ha solicitado protecciones necesarias para garantizar su operación, en una clara alusión a la demanda de inconstitucionalidad interpuesta por el Centro de Incidencia Ambiental en 2008. Denunciamos esta solicitud como un intento de obstruir el acceso a la justicia de la ciudadanía en búsqueda de la protección de la Constitución y la Ley.

Corresponde hacer un llamado a los diputados, sobre los cuales recaerá ahora la responsabilidad, enfatizada por el fallo de la Corte Suprema de Justicia, de escrutar el contrato para determinar si está o no “conforme a la regulación legal relacionada”, “todavía más exigente, dado los riesgos que supone la actividad minera y los derechos e intereses en juego…”

La continuidad de Minera Panamá es también un precedente grave y preocupante de cara a la amenaza de múltiples proyectos de minería metálica en todo el país. Tal es el caso de una nueva concesión de 10,000 hectáreas en los distritos de La Pintada, Omar Torrijos Herrera y Donoso, ignorando rampantemente quejas de los lugareños sobre la inexistencia de la consulta; y la prórroga ilegal de los contratos de concesión del proyecto Cerro Quema en Azuero, sin Estudio de Impacto Ambiental aprobado, cuyas operaciones causarían gran daño a las vulnerables fuentes hídricas azuerenses.

El camino a la recuperación económica del país, una que nos lleve al desarrollo justo y equitativo que jamás hemos tenido y que genere puestos de trabajo decentes, requiere ineludiblemente la conservación del ambiente. Es hora de que el gobierno honre sus compromisos internacionales, incluyendo aquellos relacionados con biodiversidad y la acción climática, y que opte por proyectos económicos realmente sostenibles, como la inversión en infraestructura pública baja en emisiones, el desarrollo agropecuario con soberanía y seguridad alimentaria, el turismo ecológico, las nuevas energías renovables, entre otros.

Panamá es uno de los lugares más biodiversos del planeta. Esta diversidad, diariamente y en forma sustentable, produce una gran gama de servicios y bienes ambientales que benefician a millones, incluyendo producción de agua segura y de riego y generación de energía eléctrica, purificación del aire, polinización, producción de leña, medicinas naturales y madera, alimentos, y estabilidad climática. El Movimiento Panamá Vale Más Sin Minería, que ha seguido sumando miembros de todo el país desde su formalización en agosto de 2021, apuesta por mantener estos bienes y servicios, así como la calidad de vida que traen a las presentes y futuras generaciones. Invitamos a todos los actores sociales a exigir la misma apuesta al gobierno nacional, comenzando por la aprobación de la moratoria a la minería metálica comprometida en el Pacto Bicentenario. Así se cumplirá finalmente el deber constitucional del Estado y todos los habitantes de propiciar un desarrollo social y económico que prevenga la contaminación del ambiente, mantenga el equilibrio ecológico y evite la destrucción de los ecosistemas.

Movimiento Panamá Vale Más Sin Minería

1. ADOPTA Bosque

2. Amigos del Parque Nacional Santa Fe (AMIPARQUE)

3. Amigos del Parque Internacional La Amistad (AMIPILA)

4. Asociación de Profesores de la República de Panamá (ASOPROF)

5. Asociación de Educadores Veragüense (AEVE)

6. Sindicato de Educadores Democráticos de Panamá / Poder Ciudadano

7. Centro de Capacitación Social

8. Centro de Incidencia Ambiental (CIAM)

9. Coalición Internacional de Mujeres y Familias (CIMUF)

10. Colectivo Voces Ecológicas (COVEC)

11. Colegio de Biólogos de Panamá (COBIOPA)

12. Colegio de Sociología y Ciencias Sociales de Panamá

13. Consejo Consultivo de la Cuenca / Jóvenes por el Ambiente y la Cuenca del Canal

14. Coordinadora para la Defensa de Tierras y Aguas de Coclé (CODETAC)

15. Coordinadora por la Defensa de los Recursos Naturales y Derechos del Pueblo Ngäbe Buglé y Campesino

16. Cuidemos a Panamá

17. Escuela de Biología, UP CRU Coclé

18. Fundación Cerro Cara Iguana

19. Fundación para el Desarrollo Integral Comunitario y Conservación de los Ecosistemas de Panamá (FUNDICCEP) / Red Nacional en Defensa del Agua

20. Fundación para la Protección del Mar (PROMAR)

21. Fundación Pro-Conservación de los Primates Panameños (FCPP)

22. Fundación San José Verde (FUSAVE)

23. Frente Santeño contra la Minería

24. Guardianes del Río Cobre OBC

25. La Nueve / Red Nacional en Defensa del Agua

26. Masa Crítica – Antónima

27. Movimiento Democrático Popular (MDP)

28. Movimiento MiMar

29. Movimiento Pro Rescate de AECHI

30. Movimiento Victoriano Lorenzo

31. Observatorio Panameño de Ambiente y Sociedad (OBPAS)

32. Poder Ciudadano

33. Red Nacional en Defensa del Agua

34. Sociedad Audubon de Panamá

35. Sociedad Panameña de Salud Pública (SPSP)

36. Movimiento Democrático Popular

Chile

Balance Medioambiente 2021: Cobre es el sector que más electricidad consume en el país

Así lo señala el reporte del Ministerio del ramo, donde también se da a conocer la evolución de la oferta total de energía primaria y la participación de las energías renovables en el consumo final total de energía.
18/01/2022
Minería Chilena
El consumo de energía final en Chile llegó a 2019 a 301.629 teracalorías, donde el sector industrial y minero se llevan el 38%, seguido por el transporte, con 37%, según indica el Sexto Reporte del Estado del Medio Ambiente, publicado por el Ministerio del ramo, en que se dan a conocer 130 indicadores de desempeño ambiental.
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La minería del cobre es una de las principales demandantes energética del país, llevándose por sí sola el 13,7%, siendo también el sector productivo más electrificado, pues cerca del 60% de su consumo es con energía eléctrica, seguida de petróleo diésel, gas natural y petróleo combustible.

Otros sectores que tienen el segundo mayor consumo eléctrico para sus procesos productivos, con alrededor del 40% son industrias varias y el sector energético de auto consumo. Después viene el sector comercial, público y residencial y el de papel y celulosa.
Energía

El balance del Ministerio también aborda la participación de las energías renovables en el consumo final de energía, señalando que se ha mantenido estable desde 2010: «La proporción de energías renovables en el consumo final total alcanza su mayor valor el año 2014, representando un 23,2% del consumo final total. Luego, se observa un decaimiento para los años 2015 y 2016, para posteriormente el 2017 y 2018 experimentar un alza, alcanzando un 22,2% y 23% . El año 2019, el porcentaje de participación equivale a 22,2% donde los tipos energéticos predominantes son biomasa (13%) y energía hídrica (1,8%)».

Además, el documento indica que la oferta total de energía primaria en 2019 llegó a 345.647 Teracalorías (TCal), cifra encabezada por el petróleo y sus derivados, seguida por la biomasa y el carbón.

«Por otro lado, la energía eólica y solar presentan un incremento desde el 2013, en el cual se ofertó 333 TCal a partir de energía eólica, y 5 TCal de energía solar, mientras que para el 2019 la energía eólica cuenta con 4.210 TCal y la energía solar con 5.519 TCal, sin embargo, la participación de estas energías en la oferta total es solo de un 3% al 2019», se precisa.
https://www.mch.cl/2022/01/18/balance-medioambiente-2021-cobre-es-el-sector-que-mas-electricidad-consume-en-el-pais/

Perú

ANIVERSARIO DE LIMA, LOS RIESGOS AMBIENTALES Y EL AGUA

Imagen: El popular
18/01/2022
Lima, una ciudad de más de 10 millones de habitantes, ha cumplido su 487 aniversario en medio de varias controversias ambientales. Para los limeños y limeñas, los principales riesgos ambientales se siguen agravando por la contaminación que produce el transporte, la falta de árboles y espacios verdes, el manejo de los residuos sólidos, el ruido y, por supuesto, la calidad y los problemas de abastecimiento de agua.

Apenas hace unos días, se produjo el derrame de petróleo frente a las playas de Ventanilla, como consecuencia de un proceso de descarga del crudo de una embarcación. Como ha señalado la jefa del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), Miriam Alegría Zevallos, el impacto que reportó la Refinería de la Pampilla, de propiedad de la empresa Repsol, no coincide con el daño causado en las playas: se calcula que unos 18 mil metros cuadrados de playas del Callao y de Lima han sido contaminados.

Otro grave problema es el abastecimiento de agua para la ciudad capital que corre grave riesgo en la medida que la principal cuenca (la del Rímac) está amenazada por temas de contaminación, relaveras, como la de Tamboraque (que se ubica en el distrito de San Mateo, a 90 kilómetros de Lima y que contiene 630 mil toneladas de residuos tóxicos) y proyectos mineros, como el de Ariana, que se viene construyendo, precisamente, en la zona donde se ubica toda la infraestructura hídrica de la empresa Sedapal.

Sobre este proyecto, Sedapal ha expresado serios cuestionamientos: “en el planteamiento del Proyecto Minero Ariana, nunca se ha detectado (nadie se ha dado cuenta) que todas los componentes del proyecto minero se encuentran en las cuencas de colección de Marca V, y que están aguas arriba del canal de colección-conducción que conducen agua desde el norte”. En otra parte del mismo documento se señala que “se ha generado una legítima y comprensible preocupación por parte de SEDAPAL en relación a los riesgos potenciales que cualquiera de las instalaciones del Proyecto Minero Ariana, ya sea Mina, Planta, Relavera u otros, pudiesen tener a lo largo de la operación del mismo sobre la confiabilidad del suministro de agua a la ciudad de Lima, es decir, no sólo sobre la infraestructura física del Sistema Marca, sino también sobre la cantidad y calidad del agua trasvasada a la ciudad de Lima” (términos de referencia de estudio recomendado por Sedapal).

Como se sabe, el año 2019 ha sido presentada una demanda en el Sexto Juzgado Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima, con el objetivo de preservar el derecho fundamental de acceso al agua potable de más de 10 millones de personas. Se espera que la jueza Rocío del Pilar Rabines Briceño, emita sentencia cuanto antes y que los derechos de los pobladores de Lima sean preservados.

Celebrar este nuevo aniversario de Lima no debe quedarse solo en los recuerdos de su historia, en resaltar la belleza de sus calles y plazas, o en les festividades. Celebrar a nuestra ciudad implica también el preocuparse por sus principales problemas y atender los riesgos que se ciernen sobre ella, como los graves casos que hemos mencionado que hacen peligrar un bien tan preciado como el agua potable, de la que dependemos todos y todas para nuestra subsistencia.

www.cooperaccion.org.pe
Jr. Río de Janeiro 373, Jesús María, LIMA 11 – PERÚ. Teléfonos: (511) 4612223 / 4613864 [email protected]

Perú

Las Bambas: Líderes de comunidades peruanas rechazan propuesta del Gobierno peruano

18/01/2022
Proyecto Las Bambas en Perú. / Crédito: MMG.
Líderes de un grupo de comunidades en los Andes de Perú rechazaron este lunes una propuesta del gobierno para evitar futuros bloqueos que afecten a la controvertida mina de cobre Las Bambas, una de las mayores del país sudamericano.

Dirigentes del distrito de Ccapacmarca dijeron que analizarían la propuesta durante 15 días antes de decidir si bloquean la ruta minera que utiliza Las Bambas para transportar su cobre a un puerto marítimo.

La vía ha sido bloqueada por muchas comunidades locales desde que Las Bambas, propiedad de la china MMG Ltd, comenzó a operar en 2016. Los bloqueos han sumado más de 400 días intermitentes desde entonces y más recientemente obligaron a la mina a suspender operaciones en diciembre.

La negativa a firmar la propuesta, que habría comprometido a Las Bambas a apoyar financieramente a Ccapacmarca, es un duro golpe para el gobierno de izquierda de Pedro Castillo, que ha tratado de priorizar las necesidades de las comunidades marginadas y depender también de las ganancias mineras.

Su primera ministra, Mirtha Vásquez, ha viajado otras dos veces para disipar posibles bloqueos de carreteras desde octubre, pero esta es la primera vez que una comunidad local rechaza una propuesta entregada personalmente por ella.

Las Bambas es una de las minas de cobre más grandes de Perú. La nación andina es el segundo productor de cobre del mundo y la minería es una fuente clave de ingresos fiscales para el país.
Fuente: Reuters

Las Bambas: Líderes de comunidades peruanas rechazan propuesta del Gobierno

Chile, Litio

La discusión olvidada del litio: informe describe los problemas que SQM ha causado al pueblo lickanantay

Joaquín Riffo B.18/01/2022
Protestas de las comunidades lickanantay en el contexto de la firma de acuerdos CORFO-SQM, enero 2018
INTERFERENCIA conversó con Marcel Dieder, abogado del Observatorio Ciudadano, quienes evacuaron un estudio que da cuenta de cómo la explotación del litio -en este caso de una empresa que no ganó la reciente licitación- afecta los derechos de los pueblos indígenas aledaños a los salares.

Tras la resolución de la Corte de Apelaciones de Copiapó de suspender el proceso de licitación del litio tras dos recursos presentados, tanto por el gobernador regional de Atacama, Miguel Vargas, como por integrantes de diversos pueblos originarios, la discusión pública sobre el proceso que llevó a cabo el gobierno también está considerando otros elementos que no fueron tenidos en cuenta en un primer término por los distintos actores que se enfrentaron en ella.

En particular se trata de los efectos que esta industria sobre pueblos indígenas. En cuanto al segundo recurso presentado, este fue presentado el 12 de enero “en favor de la comunidad Colla Pai Ote y en favor de todas aquellas personas y comunidades indígenas que habitan los territorios en cuestión” y plantea que “esta licitación, tal como está diseñada, afectará a las personas en cuyo favor se recurre, pues la licitación no tiene límite geográfico dentro del territorio de Chile, y por ende, puede ser invocada en cualquier territorio donde exista litio, sean los salares de Atacama (Atacama), Maricunga (Copiapó), Coipasa, Salar del Huasco (Tarapacá), u otros”, donde se hace alusión a que en el proceso se vulneró el artículo 7 del Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas, “por no haberse completado la consulta indígena a que obliga el derecho nacional e internacional, de acuerdo al petitorio”. De tal modo, los argumentos van más allá sobre la mera temporalidad del concurso o quiénes pudiesen resultar ganadores.

El trabajo tuvo por objeto realizar una identificación y evaluación de los impactos que la empresa SQM ha generado en los derechos humanos del pueblo lickanantay o atacameño que habita en la Provincia del Loa, en la región de Antofagasta.
En efecto, la acción legal presentada por Ariel León Bacián, de los pueblos aymará-quechua; Nancy Piñones, del pueblo aymará; Verónica Henríquez, del pueblo mapuche; Esteban Araya, del pueblo lickanantay o atacameño; Rafael Tuki, del pueblo rapa nui; y Ercilla Araya, presidenta de la comunidad indígena colla Pai Ote, encuentra un correlato cercano en la “Evaluación de Impactos en Derechos Humanos de SQM en los Derechos del Pueblo Indígena Lickanantay” (ver la publicación completa aquí), un estudio de febrero de 2021 y presentado en agosto de ese año en donde se evidencia cómo la compañía chilena ha afectado los derechos del pueblo atacameño en su ejercicio de explotación del litio.

INTERFERENCIA se comunicó con uno de los autores, el abogado Marcel Diedier del Observatorio Ciudadano para conocer más detalles de cómo se ve en perspectiva la publicación a la luz del concurso público que se ha tomado la agenda durante las últimas semanas. Esto, pese a que SQM no ganó este concurso, pero cuyo actuar sirve de proxy de la industria.

La publicación fue financiada por la Fundación Heinrich Böll Cono Sur y contó con el apoyo del Consejo de Pueblos Atacameños, organización que agrupa a las comunidades lickanantay o atacameñas de Atacama la Alta, donde se encuentra el Salar de Atacama donde SQM desarrolla sus operaciones, así como con el involucramiento de las comunidades del Salar que integran este pueblo.

Sin consulta indígena y en plena escasez hídrica

Según su propia definición, el trabajo tuvo por objeto realizar una identificación y evaluación de los impactos que la empresa SQM ha generado en los derechos humanos del pueblo lickanantay o atacameño que habita en la Provincia del Loa, en la Región de Antofagasta.

Para su realización se utilizó como referencia la guía metodológica Todo Derecho para evaluaciones de impacto en los derechos humanos basadas en la comunidad, que ha sido elaborada por OXFAM y la Federación Internacional de Derechos Humanos-FIDH en 2011 y utilizada desde entonces por muchas comunidades afectadas en sus derechos por empresas en todo el mundo.

Se trata de una metodología que busca proveer de herramientas a las comunidades y a las organizaciones de la sociedad civil para medir el impacto real o potencial de un proyecto de inversión sobre los derechos humanos.

En conversación con este medio, Dieder explicó que “hemos hecho dos publicaciones en territorio lickanantay, que son las evaluaciones de impacto en derechos humanos. Nosotros hicimos una en lo que se denomina el “triángulo del litio” entonces indagamos qué empresas trabajan en Argentina, Bolivia y Chile, y cuáles han sido las comunidades que han sido impactadas. En el caso de suelo chileno, en particular el trabajo se hizo en base a las dos principales empresas que explotan el mineral en suelo chileno que son Albemarle y SQM. Pero además, el documento desarrolla las responsabilidades en primer parte del Estado de Chile pero también otros países involucrados que tienen inversiones en empresas de litio como China y Canadá”.

SQM proyecta para los próximos años la ampliación de su planta de carbonato en el Salar de Atacama para producir 180.000 toneladas por año por USD $450 millones. Lo anterior, además de ampliar sus operaciones en el Salar del Carmen con una inversión de USD $180 millones.
Según el estudio, la realización de este trabajo estuvo motivada por las múltiples denuncias que durante los últimos años han venido formulando tanto el Consejo de Pueblos Atacameños como las comunidades de la cuenca del Salar de Atacama por las que consideran como graves afectaciones por parte de esta empresa a los derechos que les han sido reconocidos a los pueblos indígenas tanto en el derecho nacional como internacional.

Tales denuncias adquieren mayor gravedad teniendo presente que el 2018 Corfo celebró con SQM nuevos contratos que le permitirán seguir desarrollando sus operaciones en el Salar de Atacama hasta el año 2030, aumentando significativamente el volumen de extracciones de litio y, por lo mismo, sus impactos en las comunidades atacameñas aledañas y en el ecosistema de dicho Salar.

A ello se suma el hecho de que SQM proyecta para los próximos años la ampliación de su planta de carbonato en el Salar de Atacama para producir 180.000 toneladas por año por USD $450 millones. Lo anterior, además de ampliar sus operaciones en el Salar del Carmen con una inversión de USD $180 millones, según informó Cochilco.

Consultado sobre si en su percepción ha quedado fuera de la discusión pública sobre la licitación el impacto que tiene la industria del litio en las comunidades, en el entendido de que la conversación se ha centrado más sobre el recurso y su adjudicación, Dieder opina que “lo que ha faltado en el discurso es mencionar a los afectados. He escuchado hablar de comunidades, pero ni siquiera al pueblo lickanantay, entonces eso es bastante grave. Uno está escuchando sobre si lo explota una empresa pública o una privada, si hay una Empresa Nacional del Litio o no, pero en ningún momento se hace mención a la participación de las comunidades que dentro de sus territorios se están viendo afectados”.

En esa línea, el abogado describió que “entre las cosas que me ha llamado la atención en el discurso de las distintas fuerzas políticas es cómo la oposición le impugna al actual gobierno de que esto se hizo rápidamente e incluso han presentado recursos de protección que han resultado inadmisibles. Y en ese sentido, para mí es inadmisible que la oposición no considere que esto viene desde marzo de 2021, con un hito en junio del año pasado y la licitación la conocemos como tal en octubre. El Consejo de Pueblos Atacameños también interpuso un recurso de protección pero dentro del plazo porque estaban pendientes de lo que ocurre en su territorio, entonces llama la atención que los bloques del Congreso realicen estas acciones a último momento cuando esto se pudo haber frenado con mucha anterioridad y no la última semana”.

En cuanto a la afectación del territorio por las empresas SQM y Albemarle, que fueron consideradas en el estudio, y el hecho de que ambas hayan quedado fuera de los beneficiados que anunció el gobierno en su momento, Dieder explicó que “hay una falta de consulta de todas las empresas que están trabajando hoy en el Salar de Atacama. No hay ningún proyecto que haya sido sometido a la consulta indígena. Eso es un asunto también bastante grave por el impacto que se genera porque tanto Albemarle como SQM se encuentran dentro de las empresas que producen más litio a nivel mundial, entonces es increíble que compañías de esa envergadura, que obviamente tienen que cumplir con determinados estándares a nivel internacional para poder operar, no cumplan ni siquiera con la consulta indígena”.

“Uno está escuchando sobre si lo explota una empresa pública o una privada, si hay una Empresa Nacional del Litio o no, pero en ningún momento se hace mención a la participación de las comunidades que dentro de sus territorios se están viendo afectados”
Así, según el jurista, “desde las empresas, uno podría escuchar que esto entró en vigencia de forma posterior, en relación a la vigencia del Convenio 169, pero bien sabemos que los últimos convenios han sido cuando el 169 ya estaba en vigencia, lo que da cuenta de los derechos que están siendo afectados”.

A juicio de uno de los autores del informe “acá uno de los temas más importantes es el agua. En la ley indígena también hay una regulación particular al respecto en los artículos 63 y 64 que establece una especial protección de las aguas que les pertenecen a los pueblos del norte de Chile. En un contexto de escasez, esta explotación que han tenido SQM y Albemarle que durante décadas extrajeron litio sin que hubiese una fiscalización, cuando no existía una institucionalidad ambiental como la que existe actualmente. Recién en 2010 con distintas leyes y la creación de algunas instituciones como el Servicio de Evaluación Ambiental recién se iniciaron las primeras fiscalizaciones a todo tipo de empresa. Y cuando se fiscaliza a SQM, la autoridad administrativa se da cuenta que está incumpliendo su RCA para producir y explotar litio, por lo que se inició un proceso sancionatorio. Y ahí se pudo dar cuenta que se extrajeron más cuotas de salmuera que lo que estaba concedido en el permiso, y ese es un proceso que se encuentra abierto”.

Didier sostiene que “los pueblos atacameños siempre han defendido que la extracción de salmuera es directamente la extracción de agua, que está combinada con determinadas sales y químicos. Y si a eso se le suma la extracción que han tenido SQM, Albemarle, Minera Escondida y Minera Zaldívar que son las cuatro que operan en el Salar de Atacama, juntan casi 4 mil litros de agua por segundo. Es decir, una cifra muy elevada para la escasez de agua que hay en el norte”.

Otro punto a abordar fue la incertidumbre que generó en las comunidades el hecho de que la licitación no especificara en qué lugar se iba a hacer la exploración y extracción de litio. Al respecto, el abogado manifestó que “estimo que el gobierno no hizo las consultas pertinentes porque cómo la licitación estaba abierta a todos los salares del norte de Chile se podrían ver eventualmente afectados distintos pueblos. Entonces era difícil determinar a quién había que consultar, pero obviamente esto deja en suspenso y en una situación de mucha incertidumbre a las comunidades que están en esos territorios respecto de lo que va a ocurrir. Inicialmente, cómo estaban estas 400 mil toneladas si uno va sacando la cuenta de la disponibilidad que tiene cada salar, inevitablemente se tendría que haber tocado el Salar de Atacama. Y si ya sabemos que está con un estrés hídrico, ahí está el peligro, y la posibilidad de que el salar sea explotado ahora por nuevas empresas”.
https://interferencia.cl/articulos/la-discusion-olvidada-del-litio-informe-describe-los-problemas-que-sqm-ha-causado-al

Latinoamerica

Extractivismo y soberanía en América Latina

rt| 18/01/2022|
Conversatorio con Michael Löwy, Sabrina Fernandes, Eduardo Gudynas y René Ramírez. ¿Cuál es la lectura del tipo de desarrollo emprendido durante el “ciclo progresista”?

Los gobiernos progresistas de las últimas décadas han hecho algunos importantes avances en materia de «políticas soberanistas»: de la banca, del gasto público, de la política externa, etc. Sin embargo, en materia socio-ambiental han sido cuestionados desde variados ángulos. Tal vez el asunto más espinoso es qué tipo de soberanía han podido –o pretendido– promover con un modelo económico centrado en la extracción y exportación de materias primas, es decir, en una base productiva que, como se ha señalado, conduce más a la profundización de la dependencia que a una ampliación de la soberanía.

Michael Löwy

El principal logro de los gobiernos progresistas ha girado en torno a la redistribución de la renta, con medidas sociales a favor de las capas mas pobres de la población. Aquí es necesario distinguir entre dos tipos de gobiernos progresistas: los «social-liberales» (como Brasil y Uruguay), que desarrollaron una importante política social pero sin cambiar el modelo neoliberal, y los antimperialistas (Venezuela y Bolivia), que se han enfrentado con la oligarquía y el imperialismo buscando alternativas soberanistas. En ambos casos nos encontramos, sin embargo, con un modelo de desarrollo basado en la extracción y la exportación de materias primas, que ha llevado a una nueva forma de dependencia en relación al mercado internacional.

Además, el extractivismo es negativo desde otros puntos de vista: en primer lugar, es contradictorio con la soberanía alimentaria, que exige una producción de alimentos para el mercado interno y no productos de exportación. En segundo lugar, muchas veces tiene consecuencias ambientales sumamente negativas para las poblaciones locales indígenas o campesinas. Y tercero, en el caso de la extracción de energías fósiles –en particular el petróleo– contribuye al catastrófico proceso planetario de cambio climático.

Los gobiernos progresistas sin dudas han adoptado medidas sociales importantes en términos de redistribución social. Pero no han cuestionado el modelo económico capitalista exportador. Cierto, es difícil para países como Ecuador, Venezuela o Bolivia cesar de un solo golpe la producción de petróleo o gas. Pero existen medidas intermedias, como la propuesta del Parque Nacional Yasuni impulsada por el gobierno de Rafael Correa en Ecuador (aunque después la abandonó): en una región de bosques de alta biodiversidad, dejar el petróleo bajo tierra exigiendo una indemnización a los países ricos.

Este proyecto era el símbolo de una opción radical: preferir la naturaleza al mercado, la vida a la ganancia. Los países capitalistas industriales no se entusiasmaron por el proyecto, no solo porque nada tiene que ver con los «mecanismos de mercado» donde tienen su preferencia, sino porque temían el efecto estimulante de esta iniciativa: otros países podrían plantear propuestas similares…

Eduardo Gudynas

La evaluación de las estrategias de desarrollo del progresismo está demostrando no ser sencilla. Al interior de los países se las reclama, pero a la vez hay muchos protagonistas de ese ciclo que las entorpecen, sea por su sincera convicción de haber hecho lo correcto como por la intención de ocultar errores. Las recientes campañas electorales, por ejemplo, en Bolivia y Ecuador, las condicionaron aún más, porque las energías estaban puestas en volver a ganar el gobierno. Pero sobre ello se superpone un entramado de opiniones y analistas transnacionalizados, tanto desde dentro de América Latina como desde fuera, que abusan de simplificaciones y eslóganes.

Por ejemplo, me dices que los progresismos lograron «políticas soberanistas» en la banca y en otros sectores. Ese tipo de dichos son muy comunes, en especial en el Norte Global. Pero están algo equivocados. En realidad, bajo los progresismos la banca privada vivió un paraíso: aumentó su cobertura sobre la población y se diversificó la financiarización. Esto ocurrió bajo los gobiernos de Correa en Ecuador, de Lula da Silva en Brasil o del Frente Amplio en Uruguay, entre otros. Así se explica la bancarización obligatoria en Uruguay o la expansión de la financiarización a sectores como el consumo popular, la educación o la salud en Brasil.

En realidad, los progresismos estuvieron repletos de claroscuros. Tuvieron avances, estancamientos y retrocesos dentro de cada sector. Hay que celebrar que redujeron la pobreza y la marginalidad, porque eso dio alivio a millones de familias; pero no por ello hay que dejar de reconocer las limitaciones que tuvieron en su marcada dependencia de las ayudas monetarias condicionadas a los más pobres o del crédito para el consumo popular. También hay que felicitar sus inversiones en infraestructura, que por ejemplo en Ecuador son evidentes en sus carreteras y puentes. Pero al mismo tiempo debemos comprender que mucho dinero se perdió dentro de los laberintos estatales, sea por medios lícitos pero ineficientes como también por la corrupción.

Esas contradicciones se debieron a que los progresismos –en términos generales y muy esquemáticos– se orientaron hacia una variedad de capitalismo que buscó capturar una mayor proporción de excedente para intentar una redistribución económica. Pero apeló a prácticas concretas que, como los extractivismos y el consumo de masas, requerían su subordinación al capital. Y ello ocurrió por varias vías: blindaron al sector financiero, profundizaron la exportación de materias primas, captaron la inversión extranjera y se adhirieron plenamente a la institucionalidad global (como la Organización Mundial del Comercio).

Tal funcionamiento se dio por medio de delgados equilibrios en los que los Estados progresistas buscaban, por un lado, regular al capital, y por otro debían ceder ante él. Esos equilibrios eran inestables, pero mientras los precios de las materias primas fueron altos el excedente apropiado pudo sostener las medidas de compensación y amortiguación. Cuando cayeron los precios de los commodities, tal cosa dejó de ser posible. Y, peor aún, ello ocurrió al mismo tiempo que la capacidad de renovación política del progresismo se agotó.

René Ramírez Gallegos

La superación del modelo extractivista, y con ello de la acumulación como tal, siempre ha sido el horizonte. Pero lo fundamental es no perder la noción de temporalidad: primero, porque es un debate que no puede dejar de lado la subjetividad; segundo, porque hay reformas del presente y reformas transicionales que apuntan al cambio cuantitativo (como la satisfacción de las necesidades) y al salto cualitativo (como la trasformación hacia la sociedad del «buen vivir»).

Bajo esta perspectiva, es necesario señalar que «otra acumulación» (que incluye la «no acumulación» como horizonte) implica y requiere que exista mucha acumulación el día de hoy (obviamente, con fines ecosociales). Esto no es algo que le guste oír a cierta izquierda. Pero vivimos dentro del capitalismo, y si bien el horizonte es superarlo, debemos pensar la «gran transición» para esa «gran transformación estructural». No pensar el puente temporal es escribir ciencia ficción.

La opción de trasformación social debe ser sostenible en el tiempo, porque acumular para el beneficio social a gran escala toma décadas, pero dilapidar la acumulación para beneficio de pocos es muy fácil (y así se vio o se ve en los gobiernos neoliberales de Bolsonaro, Macri o Moreno). La opción que tenían los gobiernos progresistas para esa acumulación eran los recursos naturales. Y aquí hay que preguntarse al menos dos cosas: ¿la acumulación que obtuvieron de la explotación de recursos naturales sirvió para la redistribución de ingresos y la democratización de derechos? Claramente, sí.

Según la CEPAL, bajo los gobiernos progresistas hubo una clara reducción de la pobreza, la desigualdad y la cobertura de derechos sociales. En segundo lugar, cabe preguntarse si los recursos que obtuvieron se destinaron para un cambio en la matriz productiva (el modo de producción). Desde mi punto de vista, no lo suficiente. En ciertos países, incluso, ni siquiera se discutió la necesidad de una transformación de este tipo.

Más allá de la coyuntura política, todas las economías latinoamericanas siguen compartiendo ciertas características centrales: los sectores económicos predominantes se basan en la extracción de recursos, la agricultura de monocultivo y la manufactura de bajos salarios; en términos de empleo, la región está marcada por un gran sector informal, así como por la práctica arraigada de precarización y tercerización, lo que resulta en una clase obrera que trabaja en la precariedad extrema sin una red de seguridad social; y en cuanto a su inserción en el sistema mundial, la región se encuentra en un lugar de dependencia caracterizado por las exportaciones de bajo valor agregado, la plena integración a los mercados globales y altos niveles de deuda soberana.

¿Qué ha revelado la pandemia y la crisis económica respecto al modelo de acumulación de la región? ¿Qué enfoque debe orientar la recuperación latinoamericana y a qué escala debe concebirse e implementarse?

Sabrina Fernandes

La pandemia ha revelado que las clases capitalistas del continente no tienen ningún pudor en su ánimo de maximizar sus lucros cuando la población más pobre vive el riesgo diario de morir, sea de hambre o de COVID. Con el aumento de la informalidad del empleo y de la pobreza, esperamos que las organizaciones de izquierda en todo continente perciban de una vez por todas que el actual modelo de desarrollo nos mantiene vulnerables y que no es posible derrotar a la derecha sin políticas más radicales.

Nuestra historia es una historia de golpes e intervenciones imperialistas. La memoria del ataque a Salvador Allende, por ejemplo, sigue viva a modo de aviso melancólico de que «no podemos demandar mucho». Ese es un camino peligroso de aceptación del sistema capitalista. Pero entonces, ¿qué hacer? Primero, comprender que la burguesía se fortalece cuando puede gobernar tanto con la derecha como con la izquierda. El golpe contra el gobierno de Dilma Rousseff, en ese sentido, fue un golpe doble: vino de afuera (como sabemos, por la influencia de EEUU) pero también de dentro, de los mismos grupos aliados de los gobiernos de Dilma y de Lula un poco antes.

Por otro lado, es necesario convencernos de que los gobiernos de izquierda deben invertir mucho más en un proyecto de cambio ecológico como fuerza para la creación de nuevos empleos, en una red lo más autónoma posible de energía, así como en los caminos para una reforma agraria agroecológica. Las inversiones deben ser públicas, estatales o comunitarias: muy diferentes de los acuerdos desarrollistas, que estimulaban proyectos de 20 o 30 años de lucro para corporaciones que ni siquiera aseguran un buen servicio.

Para que la recuperación no sea más que un nuevo paquete de estímulos económicos en el capitalismo, las organizaciones sindicales deben ser incluidas en el proceso de planeamiento, así como la comunidad de profesores e investigadores deben opinar sobre cambios importantes en los contenidos de las universidades y de la dirección de investigación y desarrollo tecnológico. Y esa inversión con dinero público debe incluir también a las comunidades, ya que ellas son más aptas para saber si el problema local de hambre se soluciona mejor con jardines comunitarios o más comida en la escuela de los niños.

EG

La crisis actual se superpone sobre varias crisis que ya estaban en marcha en 2019 y antes. A su vez, si bien hay semejanzas, también las diferencias entre los países son muy importantes. No es lo mismo lo que ocurre, por ejemplo, en Brasil, que lo que sucede en Chile, en México o en Colombia. Tras esa advertencia, puede decirse que se observan distintos grados de colapso, derrumbe o miserias en la política y en el papel de los gobiernos. En unos casos eso es extremo, como se observa con la inacción y autoritarismo de Jair Bolsonaro en Brasil. Sin llegar a ese nivel, otras situaciones son también dramáticas; es el caso, por ejemplo, de Perú, en donde mientras avanzaban los contagios se derrumbaba la política de partidos.

Los progresismos estuvieron repletos de claroscuros. Tuvieron avances, estancamientos y retrocesos dentro de cada sector. [Eduardo Gudynas]

En esa desesperación, los gobiernos recurren otra vez a los extractivismos como vía para paliar la crisis económica. Todos los países de América del Sur, sin excepción, intentan aumentar sus exportaciones de materias primas y al mismo tiempo sumar nuevos sectores (como la minería de litio o la expansión de los monocultivos transgénicos).

RRG

La pandemia del COVID-19 exige un cambio radical en los sistemas alimentarios de carácter agroindustrial, única manera de reducir o eliminar la posibilidad de nuevas zoonosis. Esto fue advertido hace mucho tiempo por los movimientos ecologistas. Asimismo, la importancia del rol de las mujeres en la reproducción de la vida ha sido parte de las luchas de los movimientos feministas. Más aún: todo el modelo de relación entre los seres humanos y la naturaleza debe transformarse, porque es el imperativo de la acumulación el que ha conducido a la depredación del entorno y a los desequilibrios ecológicos que permiten la pandemia actual.

Si bien la región tiene que consolidar un Estado de bienestar que ponga por delante lo público y lo común frente a lo privado o lo mercantil, conseguirlo no conduce a superar los problemas que plantea la pandemia. Dejar de ser «periferia» y conseguir ser parte del «centro» no es la solución para los países de nuestra región. Europa, siendo el continente con mayores niveles de bienestar del mundo, no ha escapado a los impactos de la pandemia.

El objetivo debe pasar por construir alternativas al desarrollo. Porque el desarrollo tal cual lo conocemos nos lleva a profundizar la crisis sanitaria, y este tipo de amenazas se volverán cada vez más frecuentes en el mundo.

Más allá del momento de la recuperación, ¿cuál es el horizonte político de la izquierda? Si entendemos la pandemia del COVID-19 como la primera gran crisis ecológica a escala mundial, ¿será que llegó la hora de un paradigma que aborde de manera más explícita los problemas –entrelazados– de la extracción de recursos, el daño ecológico y el cambio climático? En otras palabras, ¿es hora de avanzar del «socialismo del siglo XXI» hacia la discusión sobre el ecosocialismo, sobre un nuevo pacto ecosocial, una economía democrática verde o alguna otra formulación? ¿Cómo definen su visión de una alternativa radical al modelo económico imperante, y cómo creen que se podrían articular las conexiones fundamentales entre la economía y la naturaleza?

SF

Vivimos en un momento frágil de la izquierda revolucionaria, y la derecha sigue avanzando sobre nuestro continente. No podemos simplemente esperar al momento de la revolución, porque el riesgo de llegar demasiado tarde es grande. Un gran pacto eco-social o un nuevo acuerdo verde, cualquiera sea el nombre de un proyecto serio de descarbonización arraigado en la justicia social, debe ser parte de la construcción del ecosocialismo en América Latina.

Pero un pacto no será suficiente, y los ecocapitalistas lo saben e intentan apropiarse de las discusiones sobre la inversión y las políticas alrededor de ello. Entonces la tarea es empujar medidas de descarbonización enfocadas en el sector público junto con un proyecto de autonomía energética e inversión tecnológica. Un nuevo ciclo progresista podría ser capaz de hacerlo. La izquierda más radical debe partir de esa base para trabajar sobre las consciencias de la clase trabajadora rumbo a una ruptura secular. Y solo el ecosocialismo presenta la posibilidad de una síntesis entre los debates del posextractivismo, la descarbonización, el derecho a la ciudad, al buen vivir, el ecofeminismo, la soberanía y el internacionalismo, el antirracismo y el decrecimiento, para que el socialismo del siglo XXI sea más que una expresión y se transforme en una realidad concreta.

RRG

Los paradigmas no nacen de grandes think tank, sino de luchas históricas, de procesos democráticos, de resistencias creativas. Pero se necesitan marcos de análisis que acompañen y otorguen herramientas para esas grandes disputas civilizatorias. En Ecuador, en un movimiento constituyente entre 2007 y 2008, el pacto social que se denominó «del buen vivir» o Sumak Kawsay surgió del intelecto social colectivo. Desde mi perspectiva, esta propuesta va más allá del denominado «socialismo del siglo XXI» e incluso del ecosocialismo: es una propuesta nacida de un amplio proceso constituyente.

Se trata de una propuesta de cambio social epistémico y es, retomando lo anterior, una alternativa social al desarrollo. No surgió de ninguna cabeza, de ningún think tank. Tiene sus raíces en un frente social antineoliberal que fue canalizado en un proceso constituyente, el cual se nutrió de los saberes ancestrales de pueblos originarios, del feminismo, de la economía social y solidaria, del ecologismo, de las luchas de los estudiantes, de las clases medias, de los pobres, etc. Este marco analítico plantea que el concepto del «buen vivir» o vivir bien debe ser leído desde lo que consagra el pacto de convivencia firmado por los ecuatorianos en la Constitución de 2008. Algo similar sucedió en Bolivia, en tanto se construyó un proceso constituyente con paradigmas alternativos.

Las políticas públicas, por supuesto, no surgen en el vacío ni son concedidas libremente por élites políticas. Los Estados son condensaciones de la lucha de clases, y las políticas que promulgan reflejan el equilibrio de poder imperante en la sociedad en general. Dadas sus respuestas anteriores, ¿cómo podría producirse tal cambio de paradigma? ¿Qué actores colectivos, fuerzas de clase y movimientos sociales están preparados para actuar como protagonistas en la próxima batalla por el modelo de recuperación económica y social, y más allá? ¿Qué alianzas y bloques podrían reunir a grupos distintos en una fuerza con potencialidad hegemónica, capaz de transformar el modelo de acumulación imperante?

RRG

Un problema gravitante en estas dos décadas del siglo XXI es que en América Latina se ha dado un proceso de desindustrialización con la transición a una sociedad centrada en el sector de servicios, muchas veces deslocalizados (esto en el marco de una economía heterogénea, informal, con altos niveles de subempleo). Esto complejiza mucho más la lógica de acción colectiva alrededor de las luchas por un trabajo digno.

Hace un par de semanas leí un tuit que, siguiendo a Chico Mendes, decía: «el ecologismo sin lucha de clases es jardinería; el feminismo sin lucha de clases es la guerra de los sexos; el anticolonialismo sin lucha de clases es (potencial) fascismo». Claro está que la lógica también debe ser leída al revés; es decir, no se debería pensar lucha social sin lucha feminista, ecologista o poscolonial, como tampoco ecologismo sin lucha feminista, etc. Lo que se necesita es la convergencia de todas estas luchas sociales. La forma que adopte la convergencia depende de cada contexto: en Argentina, por ejemplo, viene protagonizada por los trabajadores y las mujeres; en Ecuador, ahora, por el movimiento indígena. Y estos sectores deberán articular con los movimientos políticos que disputan electoralmente el Estado, porque la contienda debe ser tanto en el ámbito social como estatal.

ML

Actualmente, pienso que las fuerzas mas activas en la lucha por un cambio de paradigma en América Latina son la juventud, las mujeres, los campesinos y las comunidades indígenas. Movimientos como Vía Campesina cumplen un papel muy importante, porque procuran asociar la lucha campesina por la tierra con una perspectiva ecológica. Y las comunidades indígenas están en la primera línea del combate al extractivismo, en defensa de los bosques y los ríos. «¡Agua sí, oro no!» es la consigna de campesinos e indígenas de Perú en contra de la minería de oro que envenena los ríos. Muchas veces son las mujeres las más activas en estas movilizaciones, incluso a costa de sus propias vidas, como Berta Cáceres en Honduras.

Sin embargo, no lograremos crear una fuerza hegemónica capaz de romper con el modelo dominante sin el apoyo de la clase trabajadora, del proletariado del campo y de la ciudad. Necesitamos también incluir a los intelectuales, a los artistas, a los cristianos de la liberación y a la masa del «pobretariado», los excluidos del sistema. La tarea fundamental de la izquierda socialista es organizar este bloque de clases y capas sociales. Y hacerlo desde abajo: en los barrios, las fábricas, las escuelas, el campo, los bosques. Comenzando por demandas concretas e inmediatas, como el no al pago de la deuda externa, la reforma agraria, etc., pero tratando de dar impulso, en el mismo movimiento, a una dinámica antisistémica, anticapitalista.

Por último, ante la posibilidad de un nuevo súper-ciclo de commodities y con el retorno de varios gobiernos progresistas, ¿qué consejo ofrecerían a los gobiernos de izquierda o centroizquierda –tanto actuales como futuros– de la región? ¿Cómo deberían orientarse en un contexto de crisis multidimensional, en el que otro auge de los commodities puede traer consigo una mayor presión para expandir la frontera agrícola y extractiva? ¿Cómo podrían cambiar sus economías nacionales para hacer una transición hacia la energía renovable, una mayor protección social, una agricultura regenerativa y otras alternativas económicas al extractivismo? ¿Se podría financiar una transición de este tipo? ¿Es posible forjar un camino en este sentido sin la coordinación de los gobiernos de todo el Sur Global para poner fin al régimen de deuda y austeridad impuesto por las instituciones financieras?

SF

Si no hay socialismo en un solo país, tampoco puede haber ecosocialismo, dado que este reconoce que para la naturaleza no hay fronteras. Por otro lado, es peligroso que el progresismo vea un nuevo superciclo de commodities como una ventana de posibilidad para más inversión en los sectores extractivistas, en colaboración con los grandes capitalistas.

No debemos abandonar nunca la lucha por distribución justa de la propiedad de tierra y los derechos originales y tradicionales a los territorios. Los gobiernos de izquierda deben comenzar por arreglar la enorme desigualdad en el acceso a la tierra si realmente quieren evitar que el superciclo resulte en más concentración de riquezas y bienes. Y eso también se relaciona con la discusión sobre el mercado financiero y el papel que cumple en garantizar ganancias con las commodities, cuando las diferencias en el precio y las barreras de competición ponen a los trabajadores rurales en riesgo.

Pero hay otra cosa que necesitamos discutir: por qué la transición hacia energías renovables es tan importante. Toda producción energética a gran escala tiene impactos ambientales y sociales. Nuestra tarea es minimizar los impactos atendiendo a las demandas de las comunidades amenazadas. No es posible pensar –como creen algunas de las grandes potencias económicas hoy– que se trata simplemente del crecimiento y desarrollo económicos, pero ahora con renovables. Así se olvidan los impactos que el sistema extractivista industrial tiene incluso cuando se trata de inversiones en tecnología verde.

Para algunos de esos gobiernos, la búsqueda de litio y otros minerales ya es vista como una nueva oportunidad de crecimiento. En Bolivia, Luis Arce ha dicho desde su campaña que aspira a hacer del país una gran potencia solar con su propio litio. Declaraciones como esas no tienen en cuenta los límites del litio boliviano, las demandas de protección ambiental en el área y el gran desafío de transferencia tecnológica. Explotar el litio y exportarlo sin acceso directo a la tecnología no redunda en el desarrollo verde de Bolivia sino en el de los otros, sea la Unión Europea o China.

ML

No hay «receta milagrosa» para salir de los impases de la crisis actual. Pero hay algo que queda en claro: los gobiernos progresistas no tomarán el camino de un cambio de paradigma si no hay una presión social y política «desde abajo» que los conduzca a hacerlo. Es por eso que la tarea prioritaria de los ecosocialistas pasa por la organización del movimiento, la alianza de clases y grupos sociales interesados en un cambio radical.

Pero para eso no podemos sentarnos a esperar que se unan todos los gobiernos del Sur Global. Con uno o dos gobiernos más avanzados, que sirvan de ejemplo y estimulen otras experiencias, ya habremos dado un gran paso hacia el objetivo final: una agenda latinoamericana de cambio de paradigmas, capaz de crear una relación de fuerzas a nivel continental.

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NOTA

Sabrina Fernandes es doctora en Sociología por la Universidad de Carleton (Canadá). Eduardo Gudynas es investigador en el Centro Latino Americano de Ecología Social (CLAES). Michael Löwy es director de investigaciones del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS). René Ramírez Gallegos es economista, fue Secretario de Educación, Ciencia y Tecnología del Ecuador, durante el gobierno de Rafael Correa.

Fuente: Lahaine.org