Mexico

Guerrero y la maldición del oro: tres pueblos se juegan la vida ante tres mineras canadienses

En el centro del estado de Guerrero, al sur de México, tres pueblos enfrentan sus demonios. Los que llegaron del extranjero, los que surgieron desde el fondo de ellos mismos y los que tienen una presencia que más vale tolerar porque hay caldo de cultivo para que pervivan y se empoderen. Todo por el oro.

– En Huitziltepec no hay agua. A veces, ni siquiera para hacer un buche.

A pesar de eso, los habitantes de este pueblo nahua del centro de Guerrero, en temporal, con esfuerzo y tenacidad, arrancan a esta tierra reseca la mayor parte del año, siete a ocho toneladas de maíz por hectárea. Mucho maíz para un pueblo con estas características. El promedio en esta región sur es de 2.8 toneladas por hectárea.

El sueño de los habitantes ha sido sembrar todo el año, pero necesitan un sistema de riego conectado a una fuente de agua.

La ilusión iba a ser una pesadilla.

***

Saúl Sánchez Núñez tenía 31 años cuando lo eligieron comisario municipal. Era febrero de 2015.

Una mañana de marzo, lo llamaron a la comisaría a una reunión entre el comisariado de bienes comunales y representantes de una compañía.

Como aún no era comisario en funciones les dije que no me correspondía. Me dijeron que era importante para la comunidad. Llegué cuando las autoridades del comisariado firmaban un papel. Me dijeron que era un permiso para que estos señores, gente que no conocía, buscaran agua. Yo dije: ‘ah pues sí firmo’. Y firmé”, cuenta.

Al joven y confiado comisario electo no se le ocurrió leer antes el papel.

En septiembre de 2015, asumió el cargo de comisario. Tenía pocos días como autoridad, cuando fue informado de que en el paraje de Totocualontitlán había entrado maquinaria y gente extraña había montado un campamento. El comisario fue a ver de qué se trataba. Había muchos hombres de chaleco y casco naranja trabajando. Se presentó y preguntó qué hacían y por qué habían entrado así al pueblo.

–Usted es el comisario – reviraron.

–Sí, acabo de asumir – respondió presto.

–Ahh, pues estamos aquí con su permiso.

Saúl Núñez sudó frío.

Uno de esos hombres le dijo que traía un documento con su permiso. Fue por él y lo sacó de una carpeta.

Recibió el documento y ahora sí leyó. Lo que había firmado era un permiso a la compañía Mineaurum Gold para buscar metales. Se trataba, en resumidas cuentas, del permiso de exploración.

Saúl dijo que era un error, que había firmado para que buscaran agua. Ellos seguían trabajando sin hacerle mucho caso. Dijo a esas personas que su firma en ese documento no valía nada, porque sólo la asamblea otorga esos permisos.

Años después, se le pregunta:

–¿Y el comisariado de bienes comunales también había sido engañado?

–Creo que no, ellos sí sabían, porque no hicieron nada para rechazar a la minera en nuestras tierras.

De hecho, un grupo de comuneros y ciudadanos opinan que se necesita la minería para generar empleos. En estos tres años, han tenido reuniones fuera de la comunidad para escuchar sobre el proyecto minero. Sería bueno algo así en nuestro pueblo, pero la gente no quiere –lamenta el actual presidente del Consejo de Vigilancia del Comisariado, Beremundo Castrejón.

Saúl Núñez en aquel septiembre de 2015 convocó a una asamblea urgente. Gente de la compañía lo visitó en la comisaría para ofrecerle un trato: cuatro mil pesos por cada perforación. Serían unos 50, para empezar.

Quien se ha convertido en uno de los líderes de la lucha antiminera en los pueblos nahuas confiesa que el ofrecimiento monetario pudo haberlo tentado, pero ante los asesinatos y enfermedades en Carrizalillo, desde que llegó la minería, tomó la decisión correcta.

En la asamblea, con vergüenza, conté que había firmado sin leer el permiso para que entrara la minera, que asumía mi error y dejaba el cargo para que pudieran nombrar a otro comisario. La gente me perdonó y después expuse que implicaba si dábamos el permiso. Todos rechazamos su presencia y de ahí mismo fuimos a correrlos”, recapitula.

“¡Fuera, fuera, fuera! ¡Aquí no queremos minería!”, les gritaban. En el paraje ya habían levantado una barda de concreto a la que habían puesto “Los vuelcos del destino”, nombre de la concesión otorgada por el Gobierno federal que afecta 10 mil 651 hectáreas, de las 14 mil que tiene esta comunidad.

Esta mañana de junio de 2018 Huitziltepec se despierta con un cielo transparente. Se siente en el aire el olor del humo, ese humo que sale de los fogones y que precede al de las tortillas. Muchos olores y ruidos llegan de golpe a las glándulas olfativas.

Afortunadamente, son los olores y ruidos de un pueblo despertándose a las labores cotidianas. Hay mucha tranquilidad en Huitziltepec. Una tranquilidad que huele a resistencia.

NUEVO BALSAS: PRIMEROS AÑOS DEL INFIERNO

Aun con el calor de mediodía, este 20 de septiembre de 2016, los habitantes de Nuevo Balsas salen de sus casas rumbo a la cancha deportiva. Están citados a una reunión con organizaciones sociales que llegaron esta mañana para apoyarlos si es que deciden por segunda ocasión bloquear las actividades en la mina Los Guajes-El Limón, de la empresa Media Luna, filial de la canadiense Torex Gold Resources.

La reunión es resguardada por siete elementos y dos patrullas de la Policía Estatal Preventiva, parte de la seguridad con la que cuenta la compañía canadiense.

“Compañeros, compártannos cómo están aquí, cuáles son sus problemas, queremos ayudarles”, dijo uno de ellos. Los pobladores de Nuevo Balsas se ven unos a otros, se dicen en corto –pasa tú, –no tú, –mejor tú, anda di todo lo que me estabas diciendo, tú lo sabes mejor. Nadie se anima.Pero nadie pide la palabra. El micrófono se queda del lado de los visitantes, unos 15 en total, de diversas organizaciones, entre ellas, la sección 17 del Sindicato de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana.

El trayecto de la capital guerrerense, de donde llegaron las organizaciones a Nuevo Balsas, municipio de Cocula, es largo y cargado de nerviosismo, a pesar de que el contingente de visitantes es nutrido. En 2013, hombres armados comenzaron a detener unidades del transporte público y a llevarse a los pasajeros. Algunos siguen desaparecidos, a otros los regresaron después de que sus familias juntaron cada peso que les exigieron.

Se llega ahí por la carretera federal México-Acapulco, a través de un camino reseco que Media Luna, les prometió pavimentar a la altura de Mezcala (Eduardo Neri, tramo Chilpancingo-Iguala) o al cruzar todo Cocula. Ambas rutas peleadas por delincuentes.

La gente de las organizaciones vuelve a preguntar quién quiere hablar. Pero nadie alza la mano. Se ven temerosos de decir abiertamente lo que en corto sí comentan, que la actividad minera los está enfermando, que la mayoría tiene infecciones en la piel, ojos irritados, dolores de garganta, pérdida de voz.

En esa cancha enorme, con los policías pendientes de sus palabras nadie habló. Así se vive en Nuevo Balsas, con el miedo a las espaldas.

II

LAS NUBES DE POLVO

Al medio día, el pueblo se sacude con un tronido que levanta una nube de polvo. Sale detrás del cerro. Es la señal, como las campanadas de la iglesia para la misa, de que “Media Luna” inició la búsqueda de oro del día: 857.5 onzas.

Así lleva tres años. El 20 de noviembre de 2015, la Torex Gold Resources mostró a su personal calificado el resultado de su operación en Nuevo Balsas: su primer lingote de oro. Una barra dorada de 25 kilógramos. Los directivos celebraron en su oficina privada con un brindis con champaña espumoso. El resto de los trabajadores, lo contarían sus familias, se quedaron sólo con el orgulloso de haber fabricado la primera barra.

La minera proyectó extraer al año de Media Luna 313 mil onzas. Los informes de la Torex Gold a sus accionistas, disponibles en sus portales digitales, establecen que la operación de su primera mina de oro durará hasta 2025, tiempo en que extraerá 3.63 millones de onzas de oro.

Cuando lo minera inició operaciones es este pueblo, por un convenio que firmaron sólo los 90 ejidatarios, las familias, alrededor de 900, se mantenían de pescar y vender libremente la mojarra que sacan de la presa El Caracol, construida por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en 1986. Nuevo Balsas es uno de los pueblos que surcaban el río Balsas y que fueron reubicados por la construcción de la hidroeléctrica.

Para obtener dos gramos y medio de oro, deben remover una tonelada de tierra y plantas. Para una onza –equivalente a 25 gramos– 10 toneladas y para los 3.63 millones de onzas que espera extraer en su primera etapa, deberá cambiar de sitio 36 millones de toneladas de tierra.

Cada vez que la minera canadiense remueve la tierra llegan a casa de sus habitantes polvos fugitivos, con metales pesados como cadmio, mercurio, arsénico y manganeso, de acuerdo a las evaluaciones de la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA).

Hace dos años, Juan Arteaga Medina, entonces de 67 años, hablaba y la respiración parecía detenérsele.

Siento que se me va la vida porque de repente no puedo respirar y mi voz se me está acabando. Aparte todo se me atora, hasta el agua o mi saliva, y junto con la voz se me comenzaron a caer mis párpados y la luz lastima mis ojos, no puedo ver nada de frente, tiene que ser con estos lentes y tengo que hacerle así –inclina un poco la cabeza para subir el ángulo de los parpados– y no tengo dinero para curarme porque me acabe lo que me dieron en hacerme una casita”, dice.

El médico del pueblo le decía a Juan, que sólo padece de una infección en la garganta. Al médico lo pagaba la compañía minera.

Para estas fechas nadie supo dar razón de Juan, pero la mina sigue expulsando sus polvos cargados de metales. “Ahorita andamos con la gripa, yo digo que es por lo mismo. Ahorita ya vienen más abajo –se refiere a como la minera sigue royendo los cerros–, los explosivos truenan. Tienen que cavar”, dijo una habitante del pueblo.

III

DE CÓMO UNA MINA TRIUNFÓ SOBRE LOS POBLADORES

La actividad minera en Nuevo Balsas trajo a dos grupos del crimen organizado: La Familia Michoacana y Guerreros Unidos. La presencia y operación criminal la registraron en las oficinas de gobierno, sin que ejidatarios y pescadores se libraran de pagar cuotas para vivir y trabajar en su pueblo.

Pronto, cualquier salida de Nuevo Balsas comenzó a sentirse como la última. Cualquier comentario a convertirse en una sentencia de muerte. Cualquier conversación a traducirse en una traición.

El tercer miércoles de octubre de 2016 que conocemos Nuevo Balsas, la esposa del joven que maneja la camioneta en que viajamos, dijo asustada al escuchar un tronido similar al de un balazo: “¡A ver si no nos están esperando!” Estábamos cerca del pueblo, se podía ver la presa El Caracol.

Con quienes viajamos son nuestros contactos. Es un grupo de habitantes que se oponen a la minera, porque con su presencia evaluaron alzas en enfermedades y violencia, y disminución en la producción de la mojarra.

Los opositores a la minera solían reunirse cada noche, en casa de alguno de ellos, con mucha cautela para no levantar sospechas. Ese miércoles supimos que cada medio día la minera dinamita los cerros para sacar minerales. El tronido que escuchamos al llegar venía de la mina.

A esa reunión nocturna llegó Quintín Salgado Salgado, un hombre joven que asumió el liderazgo del movimiento, y que resume el hostigamiento en que vivían con la vez que le tocó ir a entregar la cuota de los subcontratistas a Guerreros Unidos.

Lo esperaron en el camino de Atzcala. A mitad de la entrega aparecieron patrullas de la Policía Federal. Todos corrieron al cerro. En la cumbre le dijeron que tenía que entrarle a la refriega. Le dieron su cuerno de chivo. La noche cayó sin que los federales actuaran. Se pasó la noche en vela, pegado al cuerno de chivo.

No tenía alternativa, si hubiera ocurrido el enfrentamiento si no tiraba a los federales, me tiraban a mí, era yo o ellos”, dijo esa vez.

La mañana del 24 de enero de 2018, Quintín Salgado Salgado fue asesinado a balazos al salir de su casa, en Nuevo Balsas. Ocurrió en el contexto de un problema entre Torex Gold y sus sindicalizados, que protestaban otra vez por su libertad sindical, porque querían obligarlos a seguir en un gremio a favor de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), grupo afín a la empresa.

Qunitín Salgado fue el tercer trabajador muerto durante el conflicto.

Con su muerte terminaron las reuniones nocturnas en las que se acordaría cómo sacar a la minera y parar el daño a su entorno ambiental. “Nos quedamos así nada más, por las cosas, como pasaron. Nada siguió”, dijo una de las mujeres del equipo. La minera ya no tiene oposición.

IV

CARRIZALILLO, LA DESOLACIÓN

En este pueblo no hay niños jugando en la calle, mujeres platicando las novedades del día, ni señores yendo a su trabajo de campo. En estas calles angostas y polvosas se ve a jovencitos con armas largas colgadas al hombro.

Hay casas con puertas y ventanas blindadas. Muchas están abandonadas, algunas agujeradas.

Es un pueblo solitario con perros huesudos aullando de hambre. Los habitantes comenzaron a irse la mañana del 27 de marzo de 2015, luego del ingreso nocturno de hombres armados que atacaron mientras la gente dormía. Esa fecha, el pueblo quedó vació. La mitad de la población, unos 250 habitantes, regresaron cuando las cosas se habían calmado.

Para entrar a esta comunidad del municipio de Eduardo Neri se pide permiso. No se hace esta gestión a las puertas del pueblo, donde hay un retén de jovencitos con AK-47 a la vista.  Se pide con anticipación a través de la autoridad ejidal. Días después, llega el aviso, lacónico, sin detalles.

–Pueden subir.

Sólo así puede llegar gente que no es del pueblo: autoridades de gobierno, activistas de organizaciones sociales. Periodistas, ni soñarlo.

Este pueblo es Carrizalillo, una tierra ejidal de mil 500 hectáreas, con dos tajos abiertos en los que se saca oro y plata desde 2007. Se ubica en la región centro, a sólo 70 kilómetros de la capital.

Muchas cosas han pasado en Carrizalillo en estos últimos 11 años en los que se han extraído de sus entrañas de 3.4 a 3.7 millones de onzas de oro, de acuerdo a reportes financieros de Goldcorp Inc a la Bolsa de Valores de Toronto. El promedio de la onza de oro en este tiempo ha sido de mil 200 dólares. En algunos momentos llegó a cotizarse en mil 800.

El paisaje ha cambiado drásticamente. Los Filos y El Bermejal ya no son cerros. Eran unos gigantes de mil 200 metros de altura con árboles perennes en los que se alimentaba el ganado. Ahora son dos hoyos descomunales en la tierra, de los que se continúa sacando oro y plata.  Para 2024 que acaben las operaciones tendrá, cada uno, mil 300 metros de profundidad, reporta la REMA.

En estos que ya no son cerros se oye todo el tiempo un ruido infernal, explosiones para aflojar la tierra, palancas gigantes que arrancan de un solo movimiento 70 toneladas y bestias enormes que la transportan a otro lugar. Todo este movimiento y explosivos genera una nube de polvo que el aire lleva justo al pueblo. Ese polvo lleva partículas de metales liberados por las explosiones, como plomo, mercurio, cadmio y arsénico. Esos polvos fugitivos y el cianuro que se usa para separar el oro enfermaron de muerte a la población. Los pocos bebés que han nacido llegan al mundo con mutaciones que los dejan vivir solo unos cuantos días.

La REMA indicó que han hecho dos monitoreos a la salud de los habitantes, en 2012 y 2014.

De acuerdo a nuestro último censo, y haciendo proyecciones al 2018, es posible que hayan fallecido más de 80 personas por daños a la salud”, expuso la REMA.

La violencia comenzó en 2011. Desde ese año, no han tenido paz. El dinero por la renta de sus tierras, aunque ha sido el convenio más ventajoso que una comunidad ha logrado, se les ha ido en el pago de extorsiones, de secuestros –aunque algunos ya no regresaron con vida sino hechos pedacitos– en pagos por “protección” al crimen organizado y para curar sus enfermedades.

“Uno de ellos se identificó como Clave Nueve, dijo que eran de Los Rojos”, contaría Onofre años después.La mañana del 20 de marzo de 2014, al presidente del comisariado ejidal, Onofre Peña Celso, conocido como El Pescado, abrió la puerta de su casa. Eran unos cincuenta hombres armados y encapuchados.

Esos hombres se metieron a la casa del comisariado, a la que convirtieron en su centro de operaciones. El grupo comenzó a reclutar jóvenes. El rumor de que Carrizalillo era base de operaciones de ese grupo de la delincuencia se extendió rápido por los demás pueblos.

El 2 de junio de 2014, Los Rojos enfrentaron en el pueblo a un comando de los Guerreros Unidos, el otro cártel que desde Iguala quiere ejercer el dominio en la zona Centro. Cuatro muertos y tres heridos quedaron tirados en las calles, al parecer, del grupo agresor.

En estos 11 años de operación minera fueron asesinados 49 habitantes, muchos para una comunidad que rondaba los 500 habitantes.

Una sola familia, los Peña Celso tienen 11 integrantes asesinados. A Onofre Peña, el ex comisariado lo asesinaron en un enfrentamiento en Iguala, en donde se había refugiado, con otros tres habitantes de Carrizalillo.

Los jovencitos del retén a la entrada de Carrizalillo y los que andan en sus calles con las armas al hombro son de otros pueblos, pero han plantado aquí su semilla. Se hicieron novios de las hijas de los ejidatarios. Cuatro mujeres están por ser madres, una de ellas, forzada por uno de los jovencitos con AK-47.

El peldaño más alto de la violencia, en Carrizalillo, ya comenzó.

Mientras la comunidad se sume en lo más profundo de la espiral violenta, Goldcorp vendió su operación a la Leagold Mining, también canadiense, por su política de responsabilidad social llamada “oro libre de conflicto”.

Y, en Carrizalillo, ya había mucho.

Fuente:http://www.remamx.org/2018/07/guerrero-y-la-maldicion-del-oro-tres-pueblos-se-juegan-la-vida-ante-tres-mineras-canadienses/

Mexico

La historia de cómo Carlos Slim hundió a un pueblo

Les dijeron que había una falla geológica en el pueblo y que se tenían que mudar. La realidad es que hay una mina en sus pies y Carlos Slim tiene planes de hacer un tajo a cielo abierto para extraer cobre, oro y plata. El 23 de diciembre se hizo su voluntad y la policía llegó con buldozers para destruir todo el pueblo, casas, escuela y derechos humanos.

Roberto está parado sobre lo que hasta hace algunos días, la víspera de la Navidad, era Salaverna con su escuela, su molino, su agencia municipal, su plaza principal, su iglesia, sus casas, su salón sindical. Y dice que no, que esta vez no fue la naturaleza.

Fueron la minera Frisco – Tayahua de Carlos Slim Helú, uno de los hombres más ricos del mundo, y el gobernador de Zacatecas Alejandro Tello Cristerna.

“Ya es mucho que un gobernador ordene que se haga esto. Ya no está actuando como administrador del pueblo, sino como administrador del capital.

Es lo peor que le puede pasar a un país: tener gobernantes que estén dominados por los capitalistas“, dice Roberto. Desde entonces Salaverna parece la foto de una zona de guerra, de un pueblo azotado por un terremoto poderoso.

Se me ocurre que Salaverna es como Afganistán, después de un bombardeo. Salaverna es así: 4 mil 650 hectáreas de barrancas parduzcas y montañas de pinos, con sus casas en ruinas y sus cerca de 20 familias que, a pesar de esta catástrofe provocada, dice Roberto, de estos atentados terroristas, más tarde sabré por qué, se resisten a salir de aquí. A pesar de que ya, de Salaverna, no queden más que los puros derribos.

Es un mediodía tenue, las nubes cenicientas volando en el índigo, el viento crudo bramando entre las ruinas. Fúrico.

Mientras camino dando trompicones entre los despojos de Salaverna, pienso que es como si sobre este pueblo, municipio de Mazapil, en el norte zacatecano, se hubiese cumplido aquella profecía dictada por Jesús de Nazaret hace 2017 años:

“De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada”. (Mateo 24:2). Y Salaverna es eso, un montón de piedras.

Un pueblo enterrado bajo sus propios restos: sus entrañas, sus cartílagos, sus huesos, su piel. Escombros, sobre los que aún se cierne otra profecía: la profecía mundana lanzada hace unos años por la minera Frisco –

Entonces sí que de Salaverna no quedará piedra sobre piedra. Aquí estaba el altar de la iglesia, -dice Roberto -, construida hacia 1940, era de mármol el altar. Ahora está enterrado. No queda nada.“Perros desgraciados”, estalla Miguel Sánchez, un lugareño que viene con nosotros. Allá están, arrumbadas, las cruces de las cúpulas, son dos cruces de fierro que apenas y sobresalen entre la destrucción.

Fuente:http://www.remamx.org/2018/07/la-historia-de-como-carlos-slim-hundio-a-un-pueblo/

Mexico

DEMANDAN ACTIVISTAS CANCELACIÓN DE PROYECTOS MINEROS EN MÉXICO/

Integrantes del Movimiento Morelense en contra de las Concesiones de Minería a Tajo Abierto realizaron ayer la segunda caravana Por la Vida y la Defensa del Territorio para exigir a las autoridades federales, estatales y municipales en funciones y electas cancelar las concesiones y los permisos de minería en esta entidad y en México.

La movilización se realizó en el Día Mundial contra la Minería a Cielo Abierto. Empezó en el zócalo de Cuernavaca a las nueve de la mañana y en 10 vehículos recorrió los municipios de Temixco, Xochitepec, Mazatepec, Coatetelco, el poblado de Xochicalco, ubicado en Miacatlán, y concluyó en la comunidad de Cuentepec a las seis de la tarde.

El contingente estuvo integrado por estudiantes y académicos de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), decenas de pobladores de municipios donde existen seis concesiones mineras en etapa de exploración, y líderes de organismos civiles.

Lilián González Chévez, profesora del Instituto de Ciencias Sociales y Estudios Regionales de la UAEM, señaló que las seis concesiones otorgadas en Morelos abarcan unas 15 mil hectáreas de tierras ejidales y comunales en Temixco, Cuernavaca, Miacatlán y Xochitepec.

Destacó que emprenderán una campaña informativa para bloquear la manifestación de impacto ambiental (MIA) que pretende presentar la minera canadiense Álamos Gold (antes Esperanza Silver) para empezar trabajos en Morelos, e impedir que ‘‘en la tierra del general Emiliano Zapata,caracterizada por la agricultura y el turismo’’, se extraiga oro y plata.

Detalló que Álamos Gold pretende entregar el documento a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales en enero de 2019, a pesar de que los pobladores de Xochicalco detuvieron ese recurso en 2013 porque afectaba la zona arqueológica.

Al acto acudieron Jorge Zapata, nieto de Emiliano Zapata; el dirigente de la Asamblea de Pueblos de Morelos, Saúl Roque Morales; Alejandro Vera Jiménez, ex rector de la UAEM; el líder de la Asociación Cívica Morelense, Gabriel Rivas, y Margarita Saravia, integrante del equipo del gobernador electo, Cuauhtémoc Blanco Bravo.

El maestro jubilado Antonio Camacho Romero leyó un pronunciamiento en el cual reprochó que desde hace cinco años los afectados por estos proyectos nunca han sido consultados.

‘‘Hemos sido despojados y divididos por las empresas mineras que, en colusión con el gobierno, compran conciencias de ejidatarios y comuneros para que se manifiesten en favor de sus proyectos, que sólo traen muerte y destrucción del medio ambiente’’, expuso.

Destacó que hace cinco años se enteraron de la existencia de las seis concesiones mineras en Morelos, por lo que solicitaron a los diferentes cabildos de los municipios afectados que se declararan territorios libres de minería por las graves repercusiones ambientales, sociales y culturales de estos proyectos.

Una de las concesiones se encuentra a dos kilómetros de la zona arqueológica de Xochicalco, entre Temixco y Miacatlán, territorio considerado patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Camacho Romero dijo que se oponen a la explotación de sus recursos naturales porque lo único que dejan las mineras es escasez y contaminación de agua, daños a la salud y muerte por las sustancias usadas para la explotación de yacimientos, entre ellas el cianuro.

Además, la minería no es compatible con las actividades agrícolas, ganaderas y piscícolas, y dañarán cerros, lagos y la zona arqueológica de Xochicalco, advirtieron.

La académica de la UAEM demandó a las autoridades de los tres niveles de gobierno, actuales y electas, ‘‘que actúen con la razón, el derecho y la justicia para cancelar las concesiones mineras’’.

Abundó: ‘‘Nos declaramos en defensa de la vida y del territorio. No a los proyectos que perjudiquen la vida humana y el medio ambiente’’.

Jorge Zapata insistió en que las comunidades deben ser consultadas antes de que se entreguen las concesiones. ‘‘Simplemente las imponen, pero eso se acabó. Ya se demostró en estas elecciones (las del primero de julio) que cuando el pueblo se une y se harta no hay quien lo detenga.

‘Ya se dio el primer paso al correr de Los Pinos a los tres partidos enquistados en el poder, y de aquí en adelante la obligación de todos los que votamos por el cambio es participar activamente con el nuevo gobierno, por nuestras futuras generaciones.’’

Juan Jiménez, ejidatario del municipio de Miacatlán, demandó al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, que antes de analizar las concesiones mineras en México con autoridades canadienses, escuche a los pueblos afectados.

‘‘Queremos que el nuevo gobierno cancele las 28 mil concesiones mineras en la nación y las que ya otorgaron para Morelos, porque es un estado agrícola y turístico’’, añadió.

Alejandro Vera Jiménez manifestó por su parte que los pueblos morelenses ‘‘no están de acuerdo con estas concesiones mineras porque ,son una nueva forma de colonizar. Por supuesto, no estamos dispuestos a ceder nuestros territorios ni a permitir que se vulnere la autodeterminación de nuestras comunidades’’.

 

Fuente:http://www.remamx.org/2018/07/demandan-activistas-cancelacion-de-proyectos-mineros-en-mexico/

Mexico

Xochicalco, en riesgo por actividad minera

El Movimiento Morelense contra las Concesiones de Minería por Metales y la Asamblea Permanente de los Pueblos de Morelos expresaron que entre los daños generados por la empresa canadiense Álamos Gold, antes Esperanza Silver, está la escasez y contaminación del agua, recurso que se usa para limpiar o refinar los minerales extraídos; además, existen afectaciones graves de salud y muertes por cianuro, el cual es ingerido, aspirado o absorbido por la piel, mortal para plantas y animales domésticos, y afecta a la producción agrícola, ganadera y piscícola.

La empresa, que explota el cerro de El Jumil, ha provocado fracturas a consecuencia de las detonaciones con explosivos en los cerros cercanos a la zona arqueológica de Xochicalco, considerada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, así como la pérdida de flora y fauna silvestres endémicas y en peligro de extinción.

Por otra parte, entre las siete concesiones cercanas al basurero de Tetlama quedó enterrada basura, la cual podría generar una gran concentración de gases que, a su vez, podrían explotar.

Otra de las problemáticas más importantes es la indiferencia ante miles de vidas humanas que serían afectadas por los efectos nocivos que produce la minería.

Ciudadanos, organizaciones civiles, activistas y funcionarios públicos se reunieron ayer en la plaza de armas «General Emiliano Zapata Salazar», de Cuernavaca, para participar en la segunda Caravana por la Vida y en Defensa del Territorio, cuyo objetivo es alzar la voz en contra de las concesiones mineras en el país y, en especial, en Morelos.

Uno de los propósitos es que los cabildos municipales se declaren como territorios libres de minería.

Activistas y funcionarios participaron en la marcha.

El recorrido inició en el Zócalo de Cuernavaca rumbo al Sur del estado.

Explicaron que en éstos, desde hace cinco años, se ha denunciado que no hubo consulta por parte de ninguna autoridad gubernamental para la realización de esos proyectos, por medio de los cuales han despojado de sus tierras a los habitantes, dividido a la población y ocasionado graves afectaciones de salud y ambientales.

Los manifestantes exigieron a las autoridades actuales, tanto a nivel federal como estatal, así como a los gobernantes electos, modificar las concesiones y los permisos mineros, e incluso se cancelen, a fin de no permitir, bajo ninguna circunstancia, que en el país y en la entidad se asienten y autoricen más explotaciones mineras.

En el segundo punto del recorrido, funcionarios y habitantes de Temixco se comprometieron a rechazar, a través del Cabildo, la participación de las mineras dentro del territorio municipal, acción que buscarán refrendar con los pobladores de Xochitepec y Miacatlán, quienes están de acuerdo con la lucha.

Entre los participantes se encontraban:

  • Alejandro Vera, ex candidato a gobernador, ex rector de la UAEM y miembro del equipo de transición del gobierno electo
  • La secretaria de Desarrollo Social del Ayuntamiento de Cuernavaca, Margarita González Saravia
  • Los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Silvia Garza y Paul Hersch
  • El nieto del general Emiliano Zapata, Jorge Zapata
  • El movimiento campesino “Plan de Ayala Siglo XXI”
  • La asociación cívica “Gustavo Salgado Delgado”

La concentración partió del Zócalo de Cuernavaca rumbo aTemixco, Xochitepec, Alpuyeca, Coatetelco, Mazatepec, Miacatlán, El Rodeo, Xochicalco y Cuentepec, para recorrer las calles y hacer mítines informativos sobre los hechos que ocurren en Morelos, cerca de sus domicilios.

Fuente:https://www.elsoldecuautla.com.mx/local/xochicalco-en-riesgo-por-actividad-minera-1859902.html

Mexico

Marcharán en el estado para pedir la cancelación de minas

Buscan crear conciencia en la población sobre las afectaciones que puede provocar la minera Álamos Gold en la sierra de Huautla.

El Movimiento Morelense contra las Concesiones Mineras por Metales invitó a la sociedad civil a participar en la Segunda Caravana por la vida y en defensa del territorio, el domingo 22 de julio, en el Marco del día mundial contra la minería a cielo abierto, con el objetivo de concientizar a los morelenses sobre las afectaciones que puede ocasionar la minera canadiense Alamos Gold, antes Esperanza Silver, en la sierra de Huautla y en los municipios de:

 

  • Axochiapan
  • Jantetelco
  • Villa de Ayala
  • Tlaquiltenango
  • Temixco
  • Xochitepec
  • Miacatlán
  • De acuerdo con Juan Jiménez Escobar, integrante del movimiento, esperan que la caravana logre la cancelación de las concesiones en la región Poniente y Oriente del estado; “luchemos todos, un millón, 25 mil habitantes en el estado en la cancelación de la minera. Le solicitamos a los morelenses que pongan atención y hagamos algo en la cancelación de las concesiones”, exhortó.

    Señaló que es necesaria la acción, ya que ocasiona grandes afectaciones en los montes con socavones de 300 metros de profundidad, lo cual pulveriza y daña la salud de todos los seres vivos, además de contaminar el agua y generar conflictos sociales en las comunidades.

    Asimismo, informó que en la concesión número 1, en 2002, a la fecha ubicada en el Cerro del Jumil, existen perforaciones de 180 metros sólo para estudios de exploración, donde inyectan contaminantes de cianuro y de arsénico para separar los lodos de las muestras, pero el agua estancada puede dirigirse a los pozos para consumo humano.

    El Movimiento destacó que en Morelos se han entregado 39 concesiones, mientras en el país se han registrado 27 mil, además resaltó que la minería a cielo abierto es una actividad industrial impuesta que busca la exploración y explotación de los recursos hasta su agotamiento.

    Por ello, hicieron un llamado especial a los actuales y a los nuevos servidores públicos electos para que se acerquen a conocer la grave problemática que se ha suscitado, y se involucren a salvaguardar la vida y el medio ambiente.

    La concentración será a las 8:00 horas en el Zócalo de Cuernavaca, la cual viajará a Temixco, Xochitepec, Alpuyeca, Coatetelco, Mazatepec, Miacatlán, El Rodeo, Xochicalco y terminará en Cuentepec a las 18:00 horas, en cada localidad se recorrerán las principales calles y habrá mítines en los diferentes zócalos.

    Fuente:https://www.elsoldecuernavaca.com.mx/local/marcharan-en-el-estado-para-pedir-la-cancelacion-de-minas-1851535.html

Mexico

22 DE JULIO DÍA MUNDIAL CONTRA LA MEGA MINERÍA

A los medios de comunicación,  

Convocamos a Rueda de prensa el día viernes 20 de julio a las 11 am en las instalaciones de CENCOS, con motivo del :

 

                                                                                   22 DE JULIO DÍA MUNDIAL CONTRA LA MEGA MINERÍA

Una vez más  desde el 2009, en diferentes ciudades y comunidades del mundo, nos manifestamos frente a la contaminación y el saqueo que produce la megaminería y denunciamos a corporaciones y gobiernos como los únicos responsables. Esta lucha lleva décadas y aún quedan mucho trabajo para lograr la concientización de las sociedades para comprender que esta lucha nos afecta a tod@s y compromete seriamente a las generaciones futuras. Mientras más indiferentes se ubiquen los pueblos frente a este gran problema, más comprometida y en riesgo está la vida en el planeta. Asistimos a una etapa feroz del capitalismo imponiendo su modelo extractivo en un planeta finito.

Este tipo de proyectos mineros depende de una red internacional de corrupción que permite la compra de voluntades políticas, de jueces, de poblaciones en situaciones de miseria e incluso de gobiernos enteros. Cualquier procedimiento jurídico que sigan las comunidades para defender sus territorios de la amenaza de la minería a cielo abierto se ve rebasado por la imposición abusiva y hasta ilegal que los poderes fácticos hacen de dichos negocios depredadores, mismos que se presentan como ofertas de progreso y desarrollo.

 

Con el gobierno que iniciará el 1ro de diciembre tenemos incertidumbre sobre el cambio que  se necesita. Estamos convencidos que el modelo extractivista no es la via para una trasformación digna, y que la cuarta república que se anuncia deberá ser sin el entreguismo del modelo saqueador sustentado en el neoliberalismo.  Por lo que reiteramos PUEBLOS LIBRES DE MINERIA,  SI A LA VIDA NO A LA MINA!!!

CONVOCANTES 

 

  • REMA- Red Mexicana de Afectados por la Minería
  • COLECTIVO AZUL
  • PRO SAN LUIS ECOLOGICO
  • ORAWORLDMANDALA
  • CILAS- Centro de investigación Laboral y Asesoría Sindical
  • CECCAM- Centro de Estudios para el Cambio en el Campo
  • COMCAUSA- Comunidades Campesinas y Urbanas Solidarias con Alternativas.
  • Movimiento Morelense contra las concesiones mineras de metales preciosos
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Fuente: Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA)
[email protected], [email protected]www.remamx.org
Twitter: @MXREMA,  Facebook: REMAMX

 

Mexico

En Zacatecas, conflictos por minería

En la mayor parte del territorio concesionado por el gobierno federal para actividades extractivas –equivalente a un millón 803 mil hectáreas– hay conflictos sociales entre las mineras nacionales y extranjeras con los habitantes de las comunidades rurales, señalaron el Observatorio de Conflictos Mineros de Zacatecas y la Red Mexicana de Afectados por la Minería.

Ambas dieron a conocer un estudio en el que contrastaron el volumen de la riqueza que producen las mineras en la entidad, frente a la miseria que persiste en decenas de comunidades rurales, que tenían la esperanza de acceder al progreso y desarrollo cuando se instalaron en sus tierras los emporios mineros.

Dijeron que en Mazapil se asienta la mina de oro a cielo abierto Peñasquito, de la canadiense Goldcorp; y Minera Tayahua de Grupo Frisco, propiedad de Carlos Slim Helú, donde el año pasado se produjeron unas 900 mil onzas anuales, equivalentes a mil 80 millones de dólares.

Sin embargo, Mazapil es el cuarto ayuntamiento de Zacatecas con más pobreza extrema. Hay más territorios que padecen despojo: Concepción del Oro y Chalchihuites, La Colorada, San José de Buenavista, Ojocaliente, Luis Moya y Noria de Ángeles, advirtieron.

También enfrentan conflictos con empresas mineras Melchor Ocampo, El Salvador, Vetagrande, Sombrerete, Fresnillo, y el municipio de la capital de Zacatecas, éste último registra 80 por ciento del total de su territorio concesionado.

Precisaron que en esta entidad, en dos décadas, el gobierno federal otorgó 2 mil 296 títulos de concesiones mineras, territorios que las compañías de esos permisos mantienen como áreas prospectivas y de reserva donde realizan actividades de exploración y explotación.

Indicaron que en el estado hay 206 proyectos de exploración de los que 145 son de capital mexicano, entre ellos 34 de Grupo Peñoles y Fresnillo PLC, ambas filiales del empresario Alberto Bailleres; 12 de Grupo Frisco, propiedad de Carlos Slim Helú, y 11 de Grupo México, de Germán Larrea Mota Velazco.

Informaron que 42 proyectos son de empresas canadienses, entre ellos, ocho de Pan American Silver; cuatro de Teck Cominco, tres de Mag Silver Corp, dos de Goldcorp, y dos de First Majestic.

Diez proyectos más corresponden a capital estadounidense, todas de la Golden Minerals Company y seis a compañías británicas, entre ellos dos de Río Tinto y dos de Arian Silver Corporation. Quince minas operan a cielo abierto, y tres están por iniciar operaciones bajo el mismo método. De todas resalta Peñasquito de la canadiense Goldcorp, que en Mazapil explota la mina de oro más grande de México, y es una de las tres más grandes productoras de plata del país, junto con Saucito y Fresnillo PLC, de Bailleres.

Por el volumen de producción minera, el Inegi reportó que Zacatecas es primer lugar nacional en producción de plata, plomo y zinc; el segundo en cobre, y el tercero en oro. Las mineras y el gobierno no informan que Zacatecas ocupa los primeros lugares en uso de químicos para los procesos de extracción que contaminan suelos, aire y las cuencas hidrológicas, puntualizaron en el estudio.

Fuente:http://www.jornada.com.mx/2018/07/15/estados/023n1est

Mexico

La minería y el cambio climático

El Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU (IPCC por sus siglas en inglés) proyecta que las zonas que serán y que están siendo más afectadas por los cambios en el clima son aquellas donde se han ido perdiendo zonas prístinas para darle paso a megaproyectos extractivos que pueden ser desde el turismo de sol y playa, la pesca industrial, las presas y la minería siendo esta última una de las actividades extractivas más peligrosas dentro de la crisis climática, pues una vez que se instala un proyecto minero en un nicho ecológico su razón de ser es la destrucción de la naturaleza para extraer el producto. Una destrucción que no deja probabilidades para la restauración y/o la reparación ecológica.

Dentro de las proyecciones del IPCC para México, se dice que el norte del país por sus condiciones ambientales naturales sumado a la fuerte presencia de la agro-industria y la minería será la región más afectada en el país donde Sonora en lo particular es el Estado más vulnerable. Los cálculos de los especialistas hablan de que para el 2025 el Estado perderá más del 45 por ciento de sus zonas naturales para darle paso a una desertificación inducida donde las dinámicas poblaciones ya de por si vulnerables de un ecosistema desértico como el que tenemos en la mayor parte del estado entrará en riesgo de desaparecer.

Aquí debemos de aclarar que no significa lo mismo ecosistema desértico que desertificación. El primero se refiere a un ecosistema natural con sus propias dinámicas poblacionales, con cierto equilibrio que mantiene un control ante la biodiversidad nativa y las relaciones con los otros ecosistemas cercanos como son, en el caso de Sonora, los ecosistemas de corredor que nacen en las cuencas hasta llegar a los deltas que se encuentran dentro del desierto. Cuando hablamos de desertificación estamos hablando de una condición de riesgo donde las actividades humanas ponen en peligro ecosistemas (desierto y vegetación de corredor) y con ellos se pone en riesgo también la vida humana, es decir, las comunidades que viven en estas regiones.

Y si se proyecta la pérdida de más del 45 por ciento de las zonas naturales entonces el agua también se pone en riesgo por lo que los especialistas proyectan que para el 2030, Sonora tendrá un 60 por ciento menos de agua disponible de la que tenía hace 30 años. Un riesgo siempre asociado a los procesos de desertificación, y donde la industria minera contribuye considerablemente pues al ser una industria que destroza montañas para extraer minerales lo que está haciendo en realidad es matar las zonas donde nacen los ríos, las cuencas, dejándonos sin los mayores productores de agua tanto para los procesos de la naturaleza como para las actividades humanas.

De nuevo, en Sonora en los últimos años la temperatura ha aumentado un grado, suficiente para que en el caso de Siria se perdieran más del 80 por ciento de los cultivos y más del 90 por ciento del ganado con lo que se dio una migración del campo a la ciudad dando como resultado una guerra civil que ha dejado cientos de miles de refugiados ambientales sirios. Se tiene que entender que Sonora está en un riesgo mayor. Si la actividad minera es, solo en la extracción, la responsable del 9 por ciento de los Gases de Efecto Invernadero y si tenemos al 95 por ciento del territorio sonorense en riesgo socio-ambiental por la extracción y perdida de ecosistemas, es urgente planear medidas de medidas de mitigación, pero sobretodo de adaptación en esta industria.

Estas medidas no pueden ser más que la prohibición total de la extracción minera dando paso a la minera urbana como la forma de recuperar material descartado y ponerlo de nuevo en el ciclo de los residuos-producción. La ley estatal de cambio climático no contempla esto, al contrario, lo deja fuera permitiendo que tanto la industria minera como la agro-industria sigan fortaleciendo el modelo de producción-consumo.

La crisis climática tiene en el modelo de producción-consumo su principal causa, es decir, este modelo extractivo y privatizador que desde mediados del siglo pasado se ha convertido en el modelo hegemónico es el responsable de que en la actualidad tengamos consecuencias tan desastrosas en el mundo como lo es el cambio climático. No hay más, es por eso que proyectos que nacen dentro de lo que se conoce como “capitalismo verde” son proyectos que siguen la misma lógica de cualquier otro proyecto dentro del sistema capitalista. Externalizar los costos socio-ambientales con la naturaleza y las comunidades e internalizar las ganancias económicas. El proyecto de Bacanora Lithium es un proyecto dentro del capitalismo verde. No es ambientalmente responsable y dejará a las comunidades cercanas con muchos problemas socio-ambientales.

En la próxima entrega hablaremos del eco-fascismo de la industria del litio y como estas prácticas del capitalismo verde son aún más peligrosas para la naturaleza y las comunidades humanas.

Fuente:http://www.liberaradio.com/la-mineria-y-el-cambio-climatico/

 

Mexico

Se expande minería tóxica en Veracruz

. La minería a cielo abierto está expandiéndose de la zona costera a la región montañosa de Veracruz, alertó Urbano Domínguez Grijalva, párroco de la localidad de Mozomboa, Actopan.

La minería tiene interés de llegar a los municipios de Yecuatla, Colipa, Juchique de Ferrer, Tatatila, Las Minas, Chiconquiaco y otras zonas.

«Quiere llegar al municipio de Las Minas, su nombre lo dice todo, en la sierra de Chiconquiaco hay un cerro que se llama Gallo de Oro, también a muy sugestivo, sabemos que en la región alta sigue habiendo incursiones de la minería».

A juicio del Sacerdote, la región mencionada es atractiva para los megaproyectos, enfocados a la explotación de minerales preciosos, recursos hídricos y la biodiversidad.

«Por la cierta facilidad que tendrían para engañar o coaccionar a la gente humilde y de la región, porque es una zona serrana, entonces por eso es que como Iglesia Católica estamos llamando a la concientización y a la organización».

La gente humilde podría ser desplazada de sus comunidades como ha ocurrido en países de América Latina.

«Esto se ha visto ya en regiones de América Latina, donde ya las minerías están trabajando, la gente ha tenido que salir por enfermedades, por problemáticas de inseguridad y por la escasez de recursos, sobre todo del agua».

Domínguez Grijalva refirió que el movimiento contra la minería tóxica ha crecido en los ayuntamientos de Alto Lucero y Actopan.

«Han firmado actas de Cabildo negando el cambio de uso de suelo y de construcción, esperamos se respete y esperamos que no pronto se dé la explotación minera; sin embargo, las concesiones son de mucha duración», subrayó.

Fuente:http://libertadbajopalabra.com/2018/07/12/se-expande-mineria-toxica-veracruz/

Mexico

Un día llegó la minera de Canadá y les quitó sus tierras con plata. Puros viejitos. 14 años luchando

– Eustasio Ascacio Velázquez, “Tacho”, y su esposa “Chana”, viven en el ejido Tenochtitlan, en el desierto de Ocampo, Coahuila, entre la sierra del Chilicote. A pie de sierra, tienen una casa levantada con pedacería que el propio “Tacho” trajo en burro. Sin una mano y una lesión en el nervio ciático, “Tacho” tardó unos tres años en construirla. Solito, así, con pura cal y cemento.

“Tacho”, un hombre flaco y correoso de 67 años, es uno de los 36 ejidatarios que sigue viviendo en las tierras que hace 45 años el Gobierno mexicano les entregó, pero por las que aún luchan. Otros 33 compañeros ejidatarios –dos ya murieron– que van de los 40 a los 70 años, mantienen desde hace 14 años una pelea legal. Es una disputa entre mineros y la compañía minera. Una resistencia entre mineros molidos de trabajo, con pensiones de 2 mil pesos mensuales, y la minera canadiense First Majestic, dueño de la mina La Encantada que en 2017 tuvo ingresos diarios por más de 102 mil dólares. Unos pobladores amantes de la tierra y una minera que se instaló ahí sin preguntar siquiera de cuánto era la renta.

El ejido Tenochtitlan es un poblado que por el día recibe el azote enfadado de los rayos del sol y que por las noches acoge el cacheteo del viento. Junto a su esposa, “Tacho” tiene más de 350 cabras, 20 caballos, 13 vacas y como 20 perros que cuidan su patrimonio. Vive de los animales y de una pensión mensual de dos mil pesos de cuando trabajó como minero en distintas empresas como Peñoles, Desmín o en las minas de Armando Guadiana Tijerina, el ex candidato a Gobernador por Coahuila.

Son 14 años, dice Mario Valdés, ex comisariado ejidal de Tenochtitlan, en los que se han enfrentado a una compañía que busca alargar el juicio para que caigan en desesperación. En esta lucha legal, dos compañeros ejidatarios ya fallecieron sin ver ni un peso, Urbano Castellanos y Pablo Vega. Don Pablo, antes de morir, postrado en una cama y conectado a un tanque de oxígeno porque el trabajo de minero le devoró los pulmones, tuvo una última petición: “Quiero hacerles un ranchito a mis nietos porque ahí me crié, pa’ cuando ya estén viejos digan: ‘aquí vivía mi abuelo’”.

Los ejidatarios de Tenochtitlan, unos viejos y otros hijos de los viejos, arrastran lesiones de cuando fueron mineros. Sobrellevan fracturas en piernas, cintura, espalda, hernias. Por eso la mayoría no vive en Tenochtitlan y están regados en otros municipios colindantes, porque aquí en el rancho es terreno hostil, no se tiene agua y apenas se sobrevive trabajando a los animales, como lo hace “Tacho”.

Una tarde calurosa de mayo, “Tacho” regresa de llevar a las chivas a pastar al monte. Arriba a su casa –antes era un jacal de lámina– montado en un caballo. Lleva un radio al pecho por donde su esposa Chana se comunica cuando hay algún problema con los animales o cuando, en un día cualquiera, un oso baja de la sierra a querer comer.

A unos tres kilómetros, mientras Tacho y Chana comen de lo que le sacan a las chivas, la mina La Encantada de la canadiense First Majestic, extrae diariamente hasta más de cinco mil onzas de plata pura. Todas las noches cuando termina de trabajar, “Tacho” mira a lo lejos la mina, fuma un cigarrillo, se acomoda el sombrero y recuerda que aquellas tierras millonarias son de él y de el resto de sus compañeros ejidatarios.

“Tacho” siempre fue minero y por eso llegó a estas tierras en 1970. Estudió hasta primero de primaria y nunca quiso dedicarse a otra cosa. Desde los 12 años sacaba agua miel de los magueyes, preparaba atole y se arrimaba a las minas a vender. Trabajó como minero donde nació, en Salaverna, Zacatecas, donde le pagaban siete pesos por ocho horas de trabajo hace 50 años. “El terreno estaba muy bueno, no había nada, estaba solo el campo. Siempre me gustaron los animalitos, por eso me gustó aquí”, recuerda Tacho cuando pisó Tenochtitlan hace 48 años.

Regresó a Monterrey y Zacatecas, pero para 1973 volvió a Tenochtitlan mientras trabajaba para Peñoles, el gigante minero de Alberto Baillères González, el tercer hombre más rico de México. Desde entonces se bautizó en esta tierra agreste y junto a su esposa Chana decidieron que aquí echarían raíces.

“Tacho” recuerda que varios compañeros empezaron a traer animales y después surgió la inquietud de hacerse de tierras. El sueño de Tacho siempre fue tener sus animalitos y ser minero. Menciona que platicaron con gente en Ocampo (cabecera municipal) y un día, les concretaron la conformación del ejido. “Nos cooperábamos con dinero para gasolina”, recuerda Tacho sobre aquellas vueltas a Ocampo, uno de los municipios más grandes del país. Tenochtitlan y la mina están a 260 kilómetros de Ocampo, y a 200 kilómetros de Múzquiz, un municipio carbonero de Coahuila.

“Éramos 40 ejidatarios y a todos nos dio gusto”, rememora con el tono de quien añora. “Tacho” supo en aquel entonces que ésta sería su tierra, que aquí moriría, arreando animales. Pero no pensó que después, mal leyendo y mal escribiendo, demandaría por ocupación de sus tierras a First Majestic, la minera canadiense que según sus registros, obtuvo en 2017 ingresos por más de 252 millones de dólares por la operación de sus siete minas en el país. Ese mismo año, como todos los demás, “Tacho” y Chana comieron del queso y la leche de las cabras y subsistieron con los dos mil pesos de su pensión.

EL PLEITO LEGAL

En la carretera Múzquiz-Ojinaga hay una desviación que lleva a la mina La Encantada. Para llegar a aquel tesoro en constante producción de plata, es necesario recorrer 40 kilómetros de terracería por un camino que, me refiere el ex comisariado ejidal de Tenochtitlan, Mario Valdés, es también propiedad de los ejidatarios. “No se nos paga nada ni por eso, ni por la línea de luz ni la de agua”, se queja Valdés mientras avanzamos en su camioneta rumbo al ejido.

Alrededor sólo se mira el desierto coahuilense, hasta que por un lado del camino se ven mil 200 metros de una pista de aterrizaje de First Majestic. En esa pista, cada tercer día llega un avión y se retira cargado de plata. Tan sólo en el primer trimestre de 2018, se han llevado volando 452 mil 420 onzas equivalentes de plata, lo que representó ingresos por más de 7.5 millones de dólares, según el reporte de la empresa. En 2017, sumaron dos millones 183 mil 899 onzas equivalentes de plata y 37.5 millones de dólares de ingresos, pero en La Encantada ha habido años con más de cuatro millones de onzas en un año.

Cuando entramos a los límites del ejido, Mario Valdés se detiene y saca un plano donde me señala las colindancias del mismo. Asegura que la empresa ocupa dos mil hectáreas que les pertenecen.

“La tierra trae un vicio. Una parte de la tierra no fue entregada. El ejido consta de 10 mil 100 hectáreas pero cuando se hace la ejecución, no se completó el terreno. Se hizo la ejecución de 8 mil hectáreas. Así funcionó el ejido”, ahonda Valdés.

La solicitud del ejido culminó con la Resolución Presidencial de fecha 19 de junio de 1973, la cual fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el día 20 de agosto de 1973. En ese ordenamiento legal, le fue concedida la superficie a los ejidatarios. Fue en 1980 cuando se presentó personal de la Secretaría de la Reforma Agraria para ejecutar la Resolución Presidencial a favor del ejido Tenochtitlan.

Tenochtitlan empezó a funcionar a la par de la compañía minera, entonces Peñoles. La mayoría de los ejidatarios trabajaba para la empresa. Algunos comenzaron a comprar ganado y tener cabras. Así empezó la vida ejidal. Así se acabó.

Años después, un compañero ejidatario comenzó a dudar de las mediciones. “Están mal, falta”, aseguraba a los demás. Mario Valdés recuerda que tomaron medidas de la tierra y se dieron cuenta que alrededor de dos mil hectáreas que les pertenecían –pertenecen, afirma- estaban en posesión de Peñoles.

Cuando solicitaron a la Reforma Agraria que realizara de manera correcta las mediciones, la dependencia dio dos mil hectáreas de un rancho aledaño pero no los del plano original.

“Reconoce la Reforma Agraria que hay un faltante. Esa operación se cae porque no eran hectáreas aprobadas por el Cuerpo Consultivo Agrario”, recuerda Mario Valdés. “Es por lo que peleamos”, destacaca.

Con ese vicio, Peñoles vendió a First Majestic en 2006. Y en su último reporte anual, First Majestic asegura que es el único dueño de los derechos minerales (4 mil 76 hectáreas), derechos de superficie (mil 343 hectáreas), derechos de agua, planta de procesamiento e instalaciones auxiliares. Aunque los ejidatarios argumentan lo contrario.

Los 36 ejidatarios que quedaban demandaron a la Reforma Agraria y a First Majestic. La empresa canadiense interpuso un amparo que fue sobreseído y que actualmente está en revisión. Valdés recuerda que en primera instancia el Tribunal Unitario Agrario del Sexto Distrito en Torreón, resolvió a favor de la minera canadiense. Sin embargo, interpusieron una revisión ante el Tribunal Superior en México, instancia que revocó la sentencia del Tribunal Unitario.

Juan Francisco Flores Gándara, abogado defensor de los ejidatarios, explica que el Tribunal Superior les dio la razón porque consideró que en la sentencia había faltado documentación y no se había valorado correctamente el peritaje de las hectáreas en disputa.

“El Tribunal Superior indicó que la venta que hicieron a First Majestic carece de efectos jurídicos, porque ya se había hecho la dotación de tierras ejidales”, ahonda el defensor. Además, Flores Gándara menciona que no se valoró el documento de la resolución presidencial.

La minera alegó que el comisariado ejidal no estaba elegido legítimamente pero también se les sobreseyó. El asunto está en revisión. “Presentan documentos de compra después de la fecha de publicación del Diario Oficial de la Federación y después de la resolución presidencial”, añade Mario Valdés.

Juan Francisco Flores agrega que habrá que esperar hasta después de agosto porque se mandará el expediente al Tribunal Colegiado en Materia Penal y Administrativa para que resuelva el recurso de revisión interpuesto por la minera.

Esperar es algo que conocen los ejidatarios.

Rodrigo Ascacio, hermano de “Tacho” y también ejidatario, usa bastón desde 1984 a raíz de una caída en la mina La Encantada. También usa zapato con plataforma en una pierna porque dice que le quedó corta después del accidente. Así trabajó otros ocho años en la mina y ahora vive en Nueva Rosita, Coahuila. Tiene la mirada vidriosa y los surcos en la piel que reflejan 70 años.

“Ha sido una lucha muy difícil. No se dejan”, dice Rodrigo, también oriundo de Zacatecas. Confía que tienen cómo comprobar que la compañía está en su terreno, luego duda: “Pero ellos son licenciados y nosotros no”.

–¿Hasta dónde seguir la lucha? –le pregunto a Rodrigo, padre de seis hijos.

–Hasta que me muera, mientras que pueda hablar hasta que me muera, y luego ahí seguirán otros. Porque es de nosotros.

–¿No tiene miedo?

–No, por qué tengo miedo, todo es legal, estamos peleando lo que es de nosotros.

–¿Qué piensa que saquen millones de sus tierras?

–No lo pienso, lo he visto. A día y noche, camiones llenos de mineral, cada media hora, entraban y salían. Ya es en avión.

***

Los ejidatarios de Tenochtitlan, viejos o hijos de los viejos, tienen confianza en ganar el pleito. Miran de frente y aseguran que no hay forma de renunciar. Mario Valdés, ex comisariado, dice que no quieren la mina y que no están en un plan beligerante. “Se necesita una participación que sea conveniente. El pago de rentas atrasadas y un contrato en adelante”, aclara.

Los ejidatarios saben que sus tierras están asentadas en un lugar de mucha riqueza; riqueza que no se refleja en ellos. Sólo “Tacho” vive en Tenochtitlan y el resto tuvo que dejar del rancho porque no encontraron el horizonte en el ejido.

Fuente:http://www.sinembargo.mx/09-07-2018/3437694