México es uno de los tres países de América Latina que más conflictos mineros concentra, tanto por cuestiones laborales, como por problemas con comunidades y de contaminación ambiental, indica el Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (OCMAL), creado desde 2007 por 40 organizaciones civiles de la región para defender los derechos de las comunidades afectadas por la industria extractiva.
Un estudio del observatorio sostiene que América Latina volvió a ser destino primordial de la inversión extranjera para la minería a raíz de la multiplicación de tratados de libre comercio porque las grandes empresas obtienen enormes ganancias en el sector gracias a su producción de poco valor agregado, además de que dichos acuerdos les ofrecen mucha protección legal.