Latinoamerica

Territorios y cuerpos en disputa. Extractivismo minero y ecolo g ía política de las emociones

El presente trabajo busca desarrollar una ecología política de las emociones y los sentimientos sobre la conflictividad social desencadenada en entornos de extractivismo minero. Considerando el reciente auge minero desatado en América Latina desde las reformas neoliberales en adelante, y atendiendo a la profusa e intensa conflictividad generada, acá se procura desarrollar una hermenéutica crítica de la misma a partir de la indagación en las transformaciones y las políticas de las emociones puestas en juego en tales escenarios, como una dimensión crucial para comprender la especificidad de tales dinámicas conflictuales.

Sobre la base teórica de los estudios sociológicos sobre los cuerpos y las emociones y los aportes de la ecología política sobre los territorios y la territorialidad, analizamos el caso de la minería moderna como vector clave de configuración de la base emocional-motivacional de las subjetividades modernas y desde allí, hacemos una re-lectura de nuestras investigaciones empíricas sobre conflictos mineros en la región, interpretándolos como disputas socio-territoriales basadas en la confrontación de subjetividades-sensibilidades políticas antagónicas. A modo de conclusión, proponemos los conceptos de expropiación ecobiopolítica y de mineralización de las subjetividades, como claves para comprender los efectos de los proyectos extractivistas sobre la trama afectiva y micropolítica de las relaciones sociales en las diferentes comunidades ‘mineras’.

Pese a todo, mal que les pese a burócratas de Estado y a inversionistas, todavía hay en estas Tierras, cuerpos que, pese a tanta violencia, a tantas agresiones históricamente acumuladas, sienten en ‘carne propia’ la devastación de los territorios… Son aquellos que no ‘entienden’ la lógica de la compensación, pues creen que ciertos bienes están fuera de lo ‘negociable’… Son cuerpos-sujetos de sensibilidades-sociabilidades otras…. Portadores de afectividades radicalmente otras… Potencialmente alumbradoras, por tanto, de otros mundos posibles…

Fuente:http://movimientom4.org/2018/05/territorios-y-cuerpos-en-disputa-extractivismo-minero-y-ecologia-politica-de-las-emociones/

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AMÉRICA LATINA: Mujeres resisten al extractivismo

La defensa de su territorio, del agua, de sus fuentes de alimentación son los principales motivos por los que las mujeres se enfrentan a las industrias extractivas.

Los proyectos extractivos, principalmente la minería, tienen consecuencias devastadoras para las vidas de las mujeres indígenas y campesinas al poner en riesgo el medio ambiente, el agua, sus culturas, medios de supervivencia y territorios.

Según las participantes en el Encuentro Internacional “Mujeres en resistencia frente al extractivismo”, llevado a cabo en Montreal, Canadá, del 27 al 29 de abril del 2018, “la industria extractiva contamina y elimina las principales fuentes de agua de su región. Ante la pérdida de este recurso vital, las mujeres sienten que están perdiendo su autonomía. La soberanía alimentaria, por su parte, es cada vez más difícil de lograr cuando un megaproyecto de minería o hidroeléctrica se instala cerca. A menudo, el establecimiento de una compañía minera impide que las comunidades practiquen la agricultura. Las mujeres se ven privadas de sus medios de subsistencia y de los recursos financieros necesarios para su autonomía”.

Por tratar de proteger su territorio y seguir trabajando la tierra, agregaron, las mujeres son víctimas de la represión y privadas de sus derechos fundamentales.

Mujeres han sido asesinadas por defender su territorio ante la voracidad de las industrias extractivas, como es el caso de la hondureña Berta Cáceres, ambientalista y defensora del pueblo indígena Lenca, cuya muerte en marzo del 2016 fue ordenada por ejecutivos de la empresa Desarrollos Energéticos SA (DESA), a cargo del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, ubicado en el río Gualcarque, considerado sagrado por los indígenas lenca.

O son criminalizadas como la peruana Máxima Acuña, por la férrea defensa de su territorio donde la minera Yanacocha pretende explotar una mina de oro y cobre a cielo abierto en las alturas del departamento norandino de Cajamarca, destruyendo las fuentes de agua. Cáceres y Acuña recibieron el Premio Medioambiental Goldman, como un reconocimiento a sus esfuerzos por proteger el medioambiente, con frecuencia con gran riesgo personal.

Contra la minería legal e ilegal
Este año, Francia Márquez, activista y líder comunitaria colombiana de la localidad de La Toma, en el suroccidental departamento de Cauca, fue galardonada con el Premio Goldman por su lucha contra la minería legal e ilegal.

Márquez sostiene que en esa región del país, no sólo no hay presencia del Estado, sino que la población no tiene agua potable, los niños no tienen acceso a educación de calidad y mucha gente que ha sido desplazada por el conflicto armado vive en la miseria en las ciudades.

La resistencia contra las concesiones mineras entregadas sin consulta a la población significó que en el 2009 el gobierno del expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) declarara a la comunidad como “perturbadora de mala fe”, que es considerado delito en Colombia. A partir de entonces Márquez junto con abogados y organizaciones afrodescendientes, libró una batalla que terminó con un fallo de la Corte Constitucional en el 2010 reconociendo su territorio como ancestral. Sin embargo, las concesiones mineras no han sido canceladas, sino suspendidas.

En Centroamérica, la red Mujeres Latinoamericanas Tejiendo Territorios llevó a cabo una caravana entre el 7 y el 17 de enero del 2018 que recorrió Guatemala, Honduras y El Salvador, para denunciar las afectaciones de las industrias extractivas en las mujeres.

“Como mujeres participantes en este esfuerzo, hemos confirmado que en nuestros países la lógica extractivista está amenazando gravemente los territorios y las poblaciones que ahí habitamos”, manifestaron las impulsoras de la caravana en un comunicado.

Xiomara Gaitán, representante de la Red de Comunidades Afectadas por la Minería en Honduras, declaró al diario digital salvadoreño Contrapunto que “la mayoría de los proyectos extractivistas promueven un contexto de violencia, estigmatización y criminalización contra liderazgos comunitarios, en especial hacia las mujeres que luchan desde los territorios en Centroamérica, donde se cometen múltiples violaciones a los derechos humanos”.

Violencia, estigmatización y criminalización
La red Mujeres Latinoamericanas Tejiendo Territorios llamó la atención que “el contexto de violencia, estigmatización y criminalización a que estamos expuestas las mujeres que luchamos desde nuestros territorios en Centroamérica hace que la defensa de los derechos humanos no sea tarea fácil”, poniendo como ejemplo el caso de Honduras donde desde el 2015 se han impuesto medidas cautelares a más de 700 mujeres, “cuyo delito ha sido exigir derechos legítimos como derecho a la tierra y el poder defender los bienes naturales de sus comunidades”.

En un artículo publicado en enero del 2016, el Centro Latinoamericano de Estudios Ambientales (CELEAM), con sedes en Colombia y México, precisó que las mujeres en contextos de minería en América Latina “viven una triple discriminación por cuestiones de género, raza y clase social, sumándose en ocasiones al de defensoras”.

“Los impactos diferenciados entre hombres y mujeres están asociados con la división sexual del trabajo”, indicó. “Mientras los hombres presentan más padecimientos ligados a riesgos y enfermedades profesionales, las mujeres, niñas, niños y personas mayores tienen padecimientos asociados a la exposición prolongada al aire y agua contaminada. Los problemas relacionados con la disponibilidad y calidad del agua impactan específicamente a las mujeres, ya que son ellas las principales responsables de este recurso para consumo personal y doméstico”.

El CELEAM enfatizó que la exposición de las mujeres al polvo que contiene metales pesados impacta en su salud reproductiva, incrementando los abortos, nacimientos prematuros y malformaciones en los bebés.

“La contaminación de agua y aire con metales pesados afecta el sistema inmunológico de las mujeres embarazadas, por lo que los bebés nacidos durante la mayor explotación minera pueden presentar secuelas visibles o invisibles en sus propios organismos”, señaló.

El artículo hizo mención al caso de la minera Cerrejón, en Colombia, donde desde hace más de tres décadas se explota carbón a cielo abierto en el departamento nororiental de La Guajira.

“Aquí confluyen diversos tipos de violencia hacia mujeres campesinas, indígenas y afrodescendientes, ya que la actividad minera no sólo ha afectado su salud y alimentación a causa de la contaminación y cambio de uso de suelo, sino que también incrementó la mortalidad materna de las mujeres wayúu y de la infancia por enfermedades respiratorias. A esto se suman los casos de violencia sexual y física en las zonas de explotación, sobre todo a través de redes de trata de personas, identificándose específicamente 40 casos de prostitución infantil relacionados con la minería”, afirmó el CELEAM.

Fuente:http://www.comunicacionesaliadas.com/america-latina-mujeres-resisten-al-extractivismo/

Latinoamerica

El extractivismo minero y producción de la naturaleza

La conquista de los diversos espacios en la actualidad por la modernidad/colonialidad no solamente hacen referencia a la expropiación de la materia, el trabajo y el saber de pueblos, como fue evidente en los siglos pasados, sino al proceso de creación permanente de producir naturaleza, lo que Neil Smith llama de ‘segunda naturaleza’ o como explica Elmar Altvater (2014) la naturaleza adquiere una segunda piel con el capital. En el marco de la minería moderna, a los pueblos le es expropiada su naturaleza (formas de trabajo de reproducción de la vida), para producir sobre éstas otra naturaleza, otra materialidad, en definitiva, otra subjetividad de trabajo en su geografía. No podemos entender la producción de la naturaleza dentro de la modernidad sin las nuevas condiciones materiales que trae consigo el capitalismo. Sin embargo, la producción de la naturaleza no aplica para comprender el extractivismo minero, porque no es cierto que el proceso de extracción sea equiparable al de la producción, idea que es defendida por empresarios extractivistas y funcionarios de Estado.

 

Los empleos que produce el extractivismo no son trabajos

El empleo que pregona el extractivismo minero no permite la producción de la naturaleza de forma general, porque estamos hablando literalmente de la ruptura del equilibrio del metabolismo social, es decir, de la destrucción de las formas de trabajo que permiten que el ser humano sea humano a través de la tierra, que permita cultivarse a sí mismo. En ese sentido, con el extractivismo minero no es posible producir naturaleza, porque lo que produce es literal muerte. Sin embargo, en los discursos mineros modernos, dicho sueño de producir hasta el infinito, ha hecho eco de la incorporación de los lenguajes de la producción de la naturaleza en general, como si el trabajo desarrollado en las minas a gran escala fuera de valor de uso, o sea de la satisfacción humana de la necesidad primaria.

El trabajo promovido por extractivismo minero es tóxico, porque no participa de la naturaleza en su producción, en tanto que ésta queda reducida a la extracción. Para referenciarlo de otra manera, el ser humano simplemente no puede transformarse en el proceso de extracción porque no produce nada, en tanto que no ejerce ninguna función sobre la naturaleza ni sobre sí mismo, sólo su degradación.

Así, el trabajo promovido y desarrollado dentro del extractivismo minero está enfocado en dos aspectos, la mera extracción (sacar las rocas y minerales) y la innovación de esa extracción, socavando la fuente de toda riqueza que es la tierra y el trabajo (Altvater, 2014). Si la madre es la naturaleza (tierra) y el padre el trabajo humano, tendríamos una reproducción de la vida. Marx explicó que es mediante el trabajo humano junto con la naturaleza que coparticipan para su reproducción, para su sobrevivencia, desencadenando su propia transformación hacia algo mejor. No obstante, con el extractivismo minero no vemos producción de la naturaleza, sino extracción de la misma. El supuesto trabajo que pregona el extractivismo minero sólo genera escasez de trabajo, es paradójico, pero es así, los puestos de trabajo mineros son actividades que deshumanizan, destruyen y embrutecen.

En los discursos y notas de los medios de comunicación hegemónica que retratan la subjetividad de los empresarios y gobiernos, se abogan la capacidad de creación geológica del oro, es decir, de producir naturaleza mineral. En la revista Forbes de México, fue publicado un artículo titulado ‘China devora 90% de la ‘producción global’ de oro’. En la revista El Economista de Argentina se titula una columna ‘Seis países americanos, entre los mayores productores de oro’. En la revista El Portafolio de Colombia, otro hecho noticioso titula ‘La producción de oro’ aumentará en un millón de onzas en cinco años’. En la Revista de Brasil (Jornal do Brasil) un titular lleva el nombre de ‘Rio Tinto interrompe produção de diamantes’, y así sucesivamente se va ampliando los imaginarios de creación de la naturaleza, en específico de los minerales. A la opinión pública le encubren que los beneficios de la vida moderna tienen consecuencias mortales, que no existen espacios extraídos/explotados y un profundo desconocimiento de dónde proviene la materialidad moderna. En definitiva, el encantamiento del consumo ha concebido sujetos de espaldas al territorio. La colonialidad de la naturaleza queda en evidencia no solamente cuando se confunde extracción con la producción, sino cuando se escucha que la minería es verde, ecominería, minería ecológica, biominería, minería sostenible y amigable con el medio ambiental, como incorporación abusiva del cuidado de la vida. Dichas falacias son propias del hombre moderno que se asume como Dios sobre la naturaleza, pero sabemos que ‘ninguna sociedad produce carbón, ni oro, ni petróleo, tampoco produce los días y las noches. Somos seres extractores de estas y no productores’ (Gonçalves, 2013).

Extractivismo-minero y segunda naturaleza

En realidad, decir que la extracción es sinónimo de producción, ya de por sí encubre las características históricas bajo la cual se ha fundado el extractivismo minero, como la devastación y contaminación de los territorios y la muerte lenta de los cuerpos humanos y no humanos, bajo la égida simbólica de la renta. Ahora bien, lo que sí podemos entender es que el extractivismo minero sea el paso o la mediación de la primera naturaleza extraída y saqueada en el sur global (quizás para muchos la Madre Naturaleza) hacia la segunda naturaleza como objeto de producción y creación para el norte global, lo que implica una relación radicalmente distinta con la Naturaleza [Smi06]. El pensamiento moderno juega un papel fundamental en este tránsito de la Naturaleza convertida en materia a merced de la voluntad humana capitalista. Cabe resaltar que la segunda naturaleza, según Neil Smith, ha ‘acelerado la emancipación del ser humano de la primera naturaleza’, es decir, una libertad basada en el control y dominio sobre las determinaciones naturales. Esta libertad la vemos en la producción del espacio como las ciudades, siendo espacios altamente artificiales. El Conde Buffon, había sentenciado que ‘una nueva naturaleza puede florecer de nuestras propias manos’ (Smith, 2006) en América, o sea, los europeos fueron los artífices de la segunda naturaleza en detrimento de una Naturaleza con otros horizontes de sentido. Esa es la libertad que pregona la racionalidad moderna que encubre tanto sus consecuencias de hacerse cargo de la devastación producida (Bautista, 2014), como de las mentiras bajo las cuales se ha fundado la sociedad moderna como la más justa, cuando en realidad sus privilegios se basan en quitarle la vida al otro, expropiarlo de su agua, de su oro, de su montaña y de su alimento.

En otras palabras, la segunda naturaleza es propia de la modernidad que produce espacios a su imagen, un espacio funcional a las múltiples jerarquías de poder (raciales, sexuales, saberes, genero, organización social etc.). La base de una segunda naturaleza está en el extractivismo, en especial, el minero. De allí que hablemos de extractopolis como espacios funcionales y artificiales que privilegian un tipo de trabajo, basado en la extracción de materias primas para su posterior transformación que haga posible el espacio moderno. En realidad, estos espacios son enclaves fascistas con la Naturaleza.

 

Segunda naturaleza y colonialidad de la naturaleza

La segunda naturaleza no escapa a la colonialidad de la misma porque de ésta recibe su sentido, no solo por constituirse en valor de cambio en el modo de producción capitalista, sino por el contenido racial propio de la modernidad que orienta la producción de espacios por el capital. Explica Neil Smith (2006) que ‘la naturaleza que precedió a la historia humana ya no existe en ninguna parte, porque por primera vez los seres humanos(cabe resaltar que es el ser humano moderno, porque no es verdad que todos estemos y nos identifiquemos con este ser de la modernidad) producen naturaleza a una escala mundial, es decir un ensanchamiento de la segunda naturaleza a expensas de la primera… el origen de esto es la modificación de la relación entre valor de uso y el valor de cambio‘. Este proceso ha significado que habitemos en una era que Elmar Altvater (2014) denomina como capitaloceno. Las capas geológicas de la tierra no solamente se modifican por el Fracking para la extracción de petróleo, sino que son convertidas en monedas. Extractivismo minero es inseparable de la colonización de la naturaleza (Alimonda, 2009), lo que lo torna insoportable e insostenible para los pueblos que tienen y sueñan con otros futuros, horizontes y mundos. Seguir bajo esta senda de un trabajo improductivo (extractivo minero) es continuar bajo regímenes coloniales que tiene como propósito transferir abundancia por escasez, ese es el gran sueño de la modernidad. Nuestros pueblos no requieren empleos extractivos sino trabajos productivos. Esta es una de las grandes cuestiones en América Latina.

Fuente:http://laestrella.com.pa/panama/nacional/extractivismo-minero-produccion-naturaleza/24060693

Latinoamerica

El extractivismo minero y producción de la naturaleza

En el marco de la minería moderna, a los pueblos le es expropiada su naturaleza para producir sobre una distinta, creando otra subjetividad de trabajo en su geografía. No podemos entender la producción de la naturaleza dentro de la modernidad sin las nuevas condiciones materiales que trae consigo el capitalismo. Sin embargo, la producción de la naturaleza no aplica para comprender el extractivismo minero, porque no es cierto que el proceso de extracción sea equiparable al de la producción, idea que es defendida por empresarios extractivistas y funcionarios de Estado.Por Cristian Abad Restrepo (FLACSO-Panamá*) publicado en La Estrella de Panamá.

La conquista de los diversos espacios en la actualidad por la modernidad/colonialidad no solamente hacen referencia a la expropiación de la materia, el trabajo y el saber de pueblos, como fue evidente en los siglos pasados, sino al proceso de creación permanente de producir naturaleza, lo que Neil Smith llama de ‘segunda naturaleza’ o como explica Elmar Altvater (2014) la naturaleza adquiere una segunda piel con el capital. En el marco de la minería moderna, a los pueblos le es expropiada su naturaleza (formas de trabajo de reproducción de la vida), para producir sobre éstas otra naturaleza, otra materialidad, en definitiva, otra subjetividad de trabajo en su geografía. No podemos entender la producción de la naturaleza dentro de la modernidad sin las nuevas condiciones materiales que trae consigo el capitalismo. Sin embargo, la producción de la naturaleza no aplica para comprender el extractivismo minero, porque no es cierto que el proceso de extracción sea equiparable al de la producción, idea que es defendida por empresarios extractivistas y funcionarios de Estado.

LOS EMPLEOS QUE PRODUCE EL EXTRACTIVISMO MINERO NO SON TRABAJOS

El empleo que pregona el extractivismo minero no permite la producción de la naturaleza de forma general, porque estamos hablando literalmente de la ruptura del equilibrio del metabolismo social, es decir, de la destrucción de las formas de trabajo que permiten que el ser humano sea humano a través de la tierra, que permita cultivarse a sí mismo. En ese sentido, con el extractivismo minero no es posible producir naturaleza, porque lo que produce es literal muerte. Sin embargo, en los discursos mineros modernos, dicho sueño de producir hasta el infinito, ha hecho eco de la incorporación de los lenguajes de la producción de la naturaleza en general, como si el trabajo desarrollado en las minas a gran escala fuera de valor de uso, o sea de la satisfacción humana de la necesidad primaria.

El trabajo promovido por extractivismo minero es tóxico, porque no participa de la naturaleza en su producción, en tanto que ésta queda reducida a la extracción. Para referenciarlo de otra manera, el ser humano simplemente no puede transformarse en el proceso de extracción porque no produce nada, en tanto que no ejerce ninguna función sobre la naturaleza ni sobre sí mismo, sólo su degradación.

Así, el trabajo promovido y desarrollado dentro del extractivismo minero está enfocado en dos aspectos, la mera extracción (sacar las rocas y minerales) y la innovación de esa extracción, socavando la fuente de toda riqueza que es la tierra y el trabajo (Altvater, 2014). Si la madre es la naturaleza (tierra) y el padre el trabajo humano, tendríamos una reproducción de la vida. Marx explicó que es mediante el trabajo humano junto con la naturaleza que coparticipan para su reproducción, para su sobrevivencia, desencadenando su propia transformación hacia algo mejor. No obstante, con el extractivismo minero no vemos producción de la naturaleza, sino extracción de la misma. El supuesto trabajo que pregona el extractivismo minero sólo genera escasez de trabajo, es paradójico, pero es así, los puestos de trabajo mineros son actividades que deshumanizan, destruyen y embrutecen.

En los discursos y notas de los medios de comunicación hegemónica que retratan la subjetividad de los empresarios y gobiernos, se abogan la capacidad de creación geológica del oro, es decir, de producir naturaleza mineral. En la revista Forbes de México, fue publicado un artículo titulado ‘China devora 90% de la ‘producción global’ de oro’. En la revista El Economista de Argentina se titula una columna ‘Seis países americanos, entre los mayores productores de oro’. En la revista El Portafolio de Colombia, otro hecho noticioso titula ‘La producción de oro’ aumentará en un millón de onzas en cinco años’.

En la Revista de Brasil (Jornal do Brasil) un titular lleva el nombre de ‘Rio Tinto interrompe produção de diamantes’, y así sucesivamente se va ampliando los imaginarios de creación de la naturaleza, en específico de los minerales. A la opinión pública le encubren que los beneficios de la vida moderna tienen consecuencias mortales, que no existen espacios extraídos/explotados y un profundo desconocimiento de dónde proviene la materialidad moderna. En definitiva, el encantamiento del consumo ha concebido sujetos de espaldas al territorio. La colonialidad de la naturaleza queda en evidencia no solamente cuando se confunde extracción con la producción, sino cuando se escucha que la minería es verde, ecominería, minería ecológica, biominería, minería sostenible y amigable con el medio ambiental, como incorporación abusiva del cuidado de la vida. Dichas falacias son propias del hombre moderno que se asume como Dios sobre la naturaleza, pero sabemos que ‘ninguna sociedad produce carbón, ni oro, ni petróleo, tampoco produce los días y las noches. Somos seres extractores de estas y no productores’ (Gonçalves, 2013).

EXTRACTIVISMO-MINERO Y SEGUNDA NATURALEZA

En realidad, decir que la extracción es sinónimo de producción, ya de por sí encubre las características históricas bajo la cual se ha fundado el extractivismo minero, como la devastación y contaminación de los territorios y la muerte lenta de los cuerpos humanos y no humanos, bajo la égida simbólica de la renta. Ahora bien, lo que sí podemos entender es que el extractivismo minero sea el paso o la mediación de la primera naturaleza extraída y saqueada en el sur global (quizás para muchos la Madre Naturaleza) hacia la segunda naturaleza como objeto de producción y creación para el norte global, lo que implica una relación radicalmente distinta con la Naturaleza [Smi06].

El pensamiento moderno juega un papel fundamental en este tránsito de la Naturaleza convertida en materia a merced de la voluntad humana capitalista. Cabe resaltar que la segunda naturaleza, según Neil Smith, ha ‘acelerado la emancipación del ser humano de la primera naturaleza’, es decir, una libertad basada en el control y dominio sobre las determinaciones naturales. Esta libertad la vemos en la producción del espacio como las ciudades, siendo espacios altamente artificiales. El Conde Buffon, había sentenciado que ‘una nueva naturaleza puede florecer de nuestras propias manos’ (Smith, 2006) en América, o sea, los europeos fueron los artífices de la segunda naturaleza en detrimento de una Naturaleza con otros horizontes de sentido. Esa es la libertad que pregona la racionalidad moderna que encubre tanto sus consecuencias de hacerse cargo de la devastación producida (Bautista, 2014), como de las mentiras bajo las cuales se ha fundado la sociedad moderna como la más justa, cuando en realidad sus privilegios se basan en quitarle la vida al otro, expropiarlo de su agua, de su oro, de su montaña y de su alimento.

En otras palabras, la segunda naturaleza es propia de la modernidad que produce espacios a su imagen, un espacio funcional a las múltiples jerarquías de poder (raciales, sexuales, saberes, genero, organización social etc.). La base de una segunda naturaleza está en el extractivismo, en especial, el minero. De allí que hablemos de extractopolis como espacios funcionales y artificiales que privilegian un tipo de trabajo, basado en la extracción de materias primas para su posterior transformación que haga posible el espacio moderno. En realidad, estos espacios son enclaves fascistas con la Naturaleza.

SEGUNDA NATURALEZA Y COLONIALIDAD DE LA NATURALEZA

La segunda naturaleza no escapa a la colonialidad de la misma porque de ésta recibe su sentido, no solo por constituirse en valor de cambio en el modo de producción capitalista, sino por el contenido racial propio de la modernidad que orienta la producción de espacios por el capital. Explica Neil Smith (2006) que ‘la naturaleza que precedió a la historia humana ya no existe en ninguna parte, porque por primera vez los seres humanos (cabe resaltar que es el ser humano moderno, porque no es verdad que todos estemos y nos identifiquemos con este ser de la modernidad) producen naturaleza a una escala mundial, es decir un ensanchamiento de la segunda naturaleza a expensas de la primera… el origen de esto es la modificación de la relación entre valor de uso y el valor de cambio’.

Este proceso ha significado que habitemos en una era que Elmar Altvater (2014) denomina como capitaloceno. La capaz geológicas de la tierra no solamente se modifican por el Fracking para la extracción de petróleo, sino que son convertidas en monedas. Extractivismo minero es inseparable de la colonización de la naturaleza (Alimonda, 2009), lo que lo torna insoportable e insostenible para los pueblos que tienen y sueñan con otros futuros, horizontes y mundos. Seguir bajo esta senda de un trabajo improductivo (extractivo minero) es continuar bajo regímenes coloniales que tiene como propósito transferir abundancia por escasez, ese es el gran sueño de la modernidad. Nuestros pueblos no requieren empleos extractivos sino trabajo productivos. Esta es una de las grandes cuestiones en América Latina.

* El Programa FLACSO-Panamá busca dotar a la población de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución. La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) es un organismo regional, instituido por la UNESCO para impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de las Ciencias Sociales.

Fuente:https://noalamina.org/informacion-general/impactos-de-la-mineria/item/40363-el-extractivismo-minero-y-produccion-de-la-naturaleza

Latinoamerica

Más de 300 defensores de DDHH fueron asesinados en América Latina en 2017

En Perú, el reciente crimen de la defensora de los derechos de la cultura etnia shipibo konibo, Olivia Arévalo, se suma a esta lista de la ignominia

El pasado jueves, la reconocida lideresa de la etnia shipibo konibo, Olivia Arévalo Lomas (81) murió asesinada en su comunidad Victoria Gracia, ubicada en Ucayali. Arévalo dejó en su comunidad un legado de arduo trabajo en defender los derechos culturales y ambientales en su pueblo, una labor que en Latinoamérica puede costar la vida a los activistas de derechos humanos.

Solo en 2017, más de 300 defensores de derechos humanos han sido asesinados, según el estudio de Front Line Defenders. El 67% de este total defendían derechos sobre tierra y pueblos indígenas.

“Una de las causas es que no existen mecanismos efectivos de sus derechos”, explica Aida Gamboa, especialista en Gestión Institucional en temas de Derechos, Ambientes y Recursos Humanos.

“No es que realmente se opongan a los proyectos extractivos o de infraestructuras, estas personas demandan que estos proyectos se relacionen con garantías de derechos, que sean sostenibles y que no contaminan”, señala Gamboa. Una de las soluciones que se pueden aplicar para garantizar la seguridad de las comunidades que reclaman justificadamente, la especialista señala, por ejemplo, la creación de un juzgado ambiental.

“Hay bastantes limitaciones. El acceso a la información, la participación. Y sobre todo en estas zonas como la Amazonía donde no hay presencia del Estado y se necesita que haya un juzgado ambiental para que personas puedan acudir directamente cuando hay criminalización de sus protestas”, indica.

Medidas

Gamboa explicó que la participación temprana puede ser una solución para evitar mayores conflictos entre empresas y comunidades.

“Si se proponen medidas preventivas al igual que el Acuerdo Regional del Principio 10 y sobre todo para prevenir los conflictos socioambientales por la falta de información y participación. Lo que se propone es que haya una participación temprana en el diseño de los proyectos extractivos donde en el Perú eso no existe”, señala.

La especialista enfatiza que “la población necesita que sus opiniones sean tomadas en cuenta. Si la población puede ser integrada dentro de este proceso de diseño de planificación, creemos que los conflictos van a reducirse notablemente”, apunta.

Respuesta del Gobierno

La ministra de Cultura, Patricia Balbuena, dijo que coordinó con el Ministerio del Interior el desplazamiento de un equipo especializado de homicidios de la Policía Nacional para identificar a los autores del asesinato de Olivia Arévalo Lomas. “Apenas tomamos conocimiento del caso, ayer en la tarde nos apersonamos con la familia, con el hermano de Olivia para poder acompañarlos y movilizar rápidamente, junto con el Ministerio, el desplazamiento de un equipo especializado de homicidios para que pueda, en el breve plazo, identificar y detener a los posible autores de este terrible crimen”, dijo Balbuena en RPP Noticias.

Fuente:http://www.elorejiverde.com/toda-la-tierra-es-una-sola-alma/4123-mas-de-300-defensores-de-ddhh-fueron-asesinados-en-america-latina-en-2017

Latinoamerica

CONFLICTOS MINEROS EN AMÉRICA LATINA: EXTRACCIÓN, SAQUEO Y AGRESIÓN – Estado de situación en 2017—

La recuperación de las cotizaciones de algunos minerales ha provocado un marcado entusiasmo en las empresas mineras y en varios de los gobiernos de los países de la región. Algunos comienzan a hablar de un “mini boom”, de un nuevo momento de resurgimiento y hasta de una “primavera minera”.
Pero ¿en qué momento estamos realmente y qué es lo que se puede esperar en el actual contexto? Vamos por partes. En primer lugar, es cierto que se ha producido una recuperación de las cotizaciones de algunos metales importantes; por ejemplo, en lo que va del año, la cotización del cobre y el zinc ha aumentado en más de un 30% y la del oro en 12%.

Descargar el documento: https://www.ocmal.org/wp-content/uploads/2018/04/Informe_2017-2.pdf

Este impulso ha permitido una recuperación de las exportaciones de América Latina como lo señala en un informe recientemente publicado por la CEPAL: no debemos olvidar que el subsector minero continúa siendo uno de los principales componentes de las exportaciones devarios países de América Latina.

Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió en el período del súper ciclo de los commodities, el aumento de las cotizaciones ha sido más focalizado y más modesto: no se percibe una recuperación de todas las materias primas y todo indica que los incrementos no llegarán a los niveles alcanzados en la década pasada.

Algunos analistas, por ejemplo, señalan que el precio del cobre se estabilizaría en el mediano plazoen US$/lb. 2.65 y en el caso del zinc, entre US$/lb. 1.22 y US$/lb. 1.26. El oro también muestra un escenario de fluctuaciones.

Por ejemplo, en el caso del cobre la cotización llegó a US4.00 la libra y en el oro a US$2 mil la onza.

El otro dato clave es el de las inversiones: según las últimas informaciones los flujos de inversión minera a nivel global han comenzado a reactivarse, tanto en exploración, equipamiento minero, infraestructura, equipamiento de plantas de beneficio e inversiones en explotación. Las cifras consolidadas del año 2017, que serán presentadas en el primer trimestre del año 2018, seguramente mostrarán esta tendencia,aunque nuevamente, es todavía un proceso lento.

Es clave interpretar correctamente el momento que se vive, para marcar tendencias y comportamientos de los principales actores claves. Por ejemplo, en las etapas de boom y del súper ciclo de precios, las empresas estaban dedicadas a aprovechar y maximizar sus ganancias. Por el lado de las comunidades y sus aliados, sus luchas y resistencias buscaban hacer visible lo que ocurría en sus territorios, la afectación de sus derechos y colocaron en la agenda de debate público un conjunto de políticas alternativas.

En cambio en el post súper ciclo, las estrategias de los diferentes grupos de interés variaron. Por el lado de las empresas y sus aliados, el objetivo central fue preparar condiciones para un futuro relanzamiento de las inversiones y para un nuevo escenario de expansión. Por eso las presiones se orientaron en varios países de la región para desarrollar una verdadera carrera hacia el fondo en materia de desregulación social y ambiental: las narrativas apuntaron a identificar supuestos factores internos como causa de la desaceleración de las inversiones en sectores como el minero. Este discurso, acompañado de fuertes campañas de los gremios empresariales, ha provocado serios retrocesos en materia de políticas ambientales y protección de derechos de las poblaciones y la naturaleza.

En gran medida este es el escenario que seguimos viviendo en la región y que ahora las empresas mineras buscan cosechar en un contexto de mejora de precios, para nuevamente ejercer una fuerte presión en los territorios. En medio de todo esto, está claro que las políticas de criminalización de la protesta han continuado: las cifras de dirigentes criminalizados ha aumentado en la mayoría de países de América Latina. El último informe de Global Witness, publicado este año, muestra que el 60% de los asesinatos a nivel global ocurren en América Latina. Las cifras globales son preocupantes y son encabezadas por países como Brasil,Colombia, Honduras, Nicaragua, Guatemala, México y Perú. El informa subraya que: “mientras que en el año 2015 fueron 185 activistas ambientales asesinados a nivel mundial, en 2016 al menos 200 personas defensoras de la tierra y el medio ambiente fueron asesinadas, siendo el año con más muertes registradas”.

Además, los asesinatos han ocurrido en 24 países, mientras que los registrados en 2015 fueron en 16 países: en suma, más muertes y en un mayor número de países y casi el 40% de las víctimas son indígenas. ¿Y cuál es la causa de la mayoría de asesinatos? Las luchas entre los gobiernos, las empresas y las comunidades locales por el uso de la tierra y los recursos naturales son la mayoría de los asesinatos documentados por Global Witness: minería y petróleo, explotación forestal, agroindustria, caza ilegal, agua y represas.

Este ha sido el escenario del año 2017 en América Latina y que se refleja en el informe que el Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina presenta. Todo indica que la presión en los territorios seguirá aumentando el próximo año y con ello la afectación de los derechos de poblaciones enteras y por supuesto también los derechos de la naturaleza. Debemos seguir vigilantes.

 

Latinoamerica

Situación Conflictos Mineros en América Latina (Publicación anual OCMAL)

Introducción
¿En qué momento estamos?
La recuperación de las cotizaciones de algunos minerales ha provocado un marcado en-
tusiasmo en las empresas mineras y en varios de los gobiernos de los países de la región. Algunos comienzan a
hablar de un “mini boom”, de un nuevo momento de resurgimiento y hasta de una “primavera minera”.
Pero ¿en qué momento estamos realmente y qué es lo que se puede esperar en el actual
contexto? Vamos por partes. En primer lugar, es cierto que se ha producido una recuperación de las cotiza-
ciones de algunos metales importantes; por ejemplo, en lo que va del año, la cotización del cobre y el zinc ha
aumentado en más de un 30% y la del oro en 12%. Este impulso ha permitido una recuperación de las expor-
taciones de América Latina como lo señala en un informe recientemente publicado por la CEPAL: no debemos
olvidar que el subsector minero continúa siendo uno de los principales componentes de las exportaciones de
varios países de América Latina.
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió en el período del súper ciclo de los commodities,
el aumento de las cotizaciones ha sido más focalizado y más modesto: no se percibe una recuperación de to-
das las materias primas y todo indica que los incrementos no llegarán a los niveles alcanzados en la década
pasada 1 . Algunos analistas, por ejemplo, señalan que el precio del cobre se estabilizaría en el mediano plazo
en US$/lb. 2.65 y en el caso del zinc, entre US$/lb. 1.22 y US$/lb. 1.26. El oro también muestra un escenario de
fluctuaciones.
1
Por ejemplo, en el caso del cobre la cotización llegó a US4.00 la libra y en el oro a US$2 mil la onza.
5El otro dato clave es el de las inversiones: según las últimas informaciones los flujos de
inversión minera a nivel global han comenzado a reactivarse, tanto en exploración, equipamiento minero, in-
fraestructura, equipamiento de plantas de beneficio e inversiones en explotación. Las cifras consolidadas del
año 2017, que serán presentadas en el primer trimestre del año 2018, seguramente mostrarán esta tendencia,
aunque nuevamente, es todavía un proceso lento.
Es clave interpretar correctamente el momento que se vive, para marcar tendencias y
comportamientos de los principales actores claves. Por ejemplo, en las etapas de boom y del súper ciclo de
precios, las empresas estaban dedicadas a aprovechar y maximizar sus ganancias. Por el lado de las comunida-
des y sus aliados, sus luchas y resistencias buscaban hacer visible lo que ocurría en sus territorios, la afectación
de sus derechos y colocaron en la agenda de debate público un conjunto de políticas alternativas.
En cambio en el post súper ciclo, las estrategias de los diferentes grupos de interés va-
riaron. Por el lado de las empresas y sus aliados, el objetivo central fue preparar condiciones para un futuro
relanzamiento de las inversiones y para un nuevo escenario de expansión. Por eso las presiones se orientaron
en varios países de la región para desarrollar una verdadera carrera hacia el fondo en materia de desregulación
social y ambiental: las narrativas apuntaron a identificar supuestos factores internos como causa de la desace-
leración de las inversiones en sectores como el minero. Este discurso, acompañado de fuertes campañas de
los gremios empresariales, ha provocado serios retrocesos en materia de políticas ambientales y protección de
derechos de las poblaciones y la naturaleza.
En gran medida este es el escenario que seguimos viviendo en la región y que ahora las
empresas mineras buscan cosechar en un contexto de mejora de precios, para nuevamente ejercer una fuerte
presión en los territorios. En medio de todo esto, está claro que las políticas de criminalización de la protesta
han continuado: las cifras de dirigentes criminalizados ha aumentado en la mayoría de países de América Lati-
na. El último informe de Global Witness, publicado este año, muestra que el 60% de los asesinatos a nivel global
ocurren en América Latina. Las cifras globales son preocupantes y son encabezadas por países como Brasil,
Colombia, Honduras, Nicaragua, Guatemala, México y Perú. El informa subraya que: “mientras que en el año
2015 fueron 185 activistas ambientales asesinados a nivel mundial, en 2016 al menos 200 personas defensoras
de la tierra y el medio ambiente fueron asesinadas, siendo el año con más muertes registradas”.
Además, los asesinatos han ocurrido en 24 países, mientras que los registrados en 2015
fueron en 16 países: en suma, más muertes y en un mayor número de países y casi el 40% de las víctimas son
indígenas. ¿Y cuál es la causa de la mayoría de asesinatos? Las luchas entre los gobiernos, las empresas y las
comunidades locales por el uso de la tierra y los recursos naturales son la mayoría de los asesinatos documen-
tados por Global Witness: minería y petróleo, explotación forestal, agroindustria, caza ilegal, agua y represas.
6Este ha sido el escenario del año 2017 en América Latina y que se refleja en el informe que
el Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina presenta. Todo indica que la presión en los territorios
seguirá aumentando el próximo año y con ello la afectación de los derechos de poblaciones enteras y por su-
puesto también los derechos de la naturaleza. Debemos seguir vigilantes.

Pronto disponible en nuestro sitio web

Latinoamerica

Minería del fondo del mar será una realidad en 2018

La minería del lecho marino será pronto un hecho. El aprovechamiento económico del fondo del mar tal como lo imaginó Julio Verne en su novela 20 mil leguas de viaje submarino tiene fecha de inicio para 2018 en las costas del Pacífico Sur, en Papúa Nueva Guinea.

La empresa responsable de hacer realidad la visión de Verne se llama, naturalmente, Nautilus Minerals y es de origen canadiense. Fue creada para la exploración del lecho marino en busca de sistemas masivos sulfurados (SMS por su sigla en inglés: Seafloor Massive Sulphide), más conocidos como nódulos marinos en el mundo minero, para su explotación a escala comercial.

Hoy la empresa tiene definido y explorado el primer prospecto. Se conoce como Solwara 1, ubicado en aguas territoriales de Papúa Nueva Guinea y –desde 2011– la compañía cuenta con los permisos necesarios de parte de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos y del gobierno de ese país. El depósito se encuentra a un profundidad media de 1.600 metros.

Nautilus Minerals dispone, además, de planes de desarrollo para otras áreas de Papúa Nueva Guinea y también en Fiji, Tonga, las Islas Salomón, Vanatu y Nueva Zelanda en el Pacífico Occidental.

Como se sabe, el lecho marino de Chile y de Perú tiene importantes recursos mineros en nódulos marinos, los que se conocen desde hace varias décadas, como lo ha informado MINERÍA CHILENA.

Dueños

Entre los accionistas de Nautilus Minerals figuran dos relevantes compañías mineras a nivel mundial: MB Holdings Company LLC, dueña del 27% de la empresa, y Metalloinvest Holdings (Cyprus) Limited, que posee el 15% de las acciones. El Estado de Papúa Nueva Guinea tiene otro 15% de participación, en tanto que el saldo de las acciones está en manos de terceros accionistas. La compañía se transa en bolsa (TSX:NUS, OTCQX:NUSMF, OTC:NUSMF) y es miembro de Nasdaq.

Nautilus Minerals se focaliza en los descubrimientos de relevantes reservas de sulfuros SMS en el Pacifico Sur Occidental. En 2011 la compañía Tonga Offshore Mining Limited (TOML), una subsidiaria de Nautilus, obtuvo derechos de exploración en una superficie de unos 75.000 kilómetros cuadrados en la zona Clarion Clipperton, en aguas internacionales del Pacífico Central, al sur de Hawaii y al oeste de México.

El área contiene un importante recurso inferido de nódulos polimetálicos de níquel, cobre, cobalto y manganeso. La empresa ha hecho importantes campañas de exploración en estos territorios para entender el potencial del recurso y construir sus reservas viables de ser explotadas.

Estas campañas se desarrollaron entre 2007 y 2013 y permitieron caracterizar estos nódulos marinos con contenidos de 1,2% de níquel, 1,1% de cobre, 0,24% de cobalto y 26,9% de manganeso.

La campaña de perforación del yacimiento Solwara 1 entregó resultados muy auspiciosos, que indican una ley de 7,2% de cobre, 6,4 gt de oro, 34 gt de plata y 0,9% de zinc. Fue este conocimiento geológico el que le permitió a la empresa elaborar su plan de desarrollo comercial.

El proyecto Solwara 1 tiene una vida útil proyectada de tres años, en los que espera producir entre 70.000 y 80.000 toneladas de cobre por año y unas 120.000 onzas de oro, dependiendo de que se cumplan las estimaciones hechas por los geólogos y que las condiciones de operación se ajusten a los parámetros de diseño.

La inversión de Nautilus Minerals al momento de la puesta en operaciones de Solwara 1 habrá totalizado una cifra del orden de los US$500 millones.

Tecnología probada

Nautilus Minerals utiliza tecnología probada previamente por las industrias del petróleo y el gas, y también de dragado marino, como otras propias de la actividad minera tradicional. Como resultado de ello, se definieron tres componentes principales del sistema de explotación: las herramientas de producción del lecho marino (SPT, Seafloor Production Tools), el sistema de levante del mineral (RALS, Riser and Lifting System) y el navío de soporte de la producción (PSV, Production Support Vessel).

Se diseñaron también otras herramientas de apoyo, tales como el cortador auxiliar (AC, Auxiliary Cutter) y el cortador principal (BC, Bulk Cutter). Estas dos máquinas están diseñadas para cortar y recolectar el mineral en el fondo marino, para que una tercera unidad, llamada máquina colectora (Collecting Machine), lo succione como pulpa desde el fondo marino para transportarlo mediante una tubería flexible, hacia la bomba de fondo marino y desde allí a la nave de producción mediante el sistema RALS.Allí, después de remover el agua de la pulpa, ésta se traslada a una nave de acopio que dispone de bodegas donde se hace el almacenamiento temporal, para después traspasarla a un barco granelero que llevará el mineral a China.

Varias empresas de reconocida trayectoria han participado en el diseño del equipamiento de producción submarina.

Así, por ejemplo, el tambor rotatorio de producción del BC fue diseñado y construido por Sandvik, en Austria, usando un diseño similar al de las rotoexcavadoras que se emplean en la minería subterránea. Las zapatas para todas las unidades SPT fueron diseñadas y construidas por Caterpillar, utilizando diseños existentes aplicados en excavadoras convencionales. La modificación de las zapatas para uso submarino fue completada por SMD en consulta con Caterpillar y Sandvik. Las bombas para pulpas de las tres unidades SPT fueron provistas por la empresa Damen, uno de los principales fabricantes mundiales de este tipo de implementos.

Los sistemas hidráulicos de las unidades SPT provienen de equipamiento convencional de Bosch Rexroth, con adaptaciones introducidas por SMD. Las mangueras flexibles para las tres unidades SPT fueron suministradas por la alemana ContiTech AG y son similares a las mangueras de goma que se utilizan en faenas de bombeo de pulpas minerales.

Las empresas involucradas en las simulaciones y pruebas de los equipos de producción incluyen a Csiro, de Australia; Cellular Robotics; Deltares; Universidad Tecnológica de Estambul, Turquía; ContiTech Oil and Marine Corp., Alemania; y Paterson and Cooke Consulting, de Canadá. También GE Oil and Gas participó en el desarrollo del RALS junto al contratista principal de Nautilus, la empresa Technip USA, y fue construido por el subcontratista General Marine Contractors.

Una parte importante de todas estas máquinas de producción submarina ya fueron fabricadas y entregadas al dueño. Es el caso de las SPT, que fueron provistas a Nautilus en enero de 2016 y embarcadas a Omán, aun cuando todavía no se ha decidido si los equipos se probarán en trabajo submarino en Omán o en Papúa Nueva Guinea. Los tres winches umbilicales que entregan y administran la energía que consumen los SPT fueron encomendados a SMD y están listos para su entrega.

El sistema para poner y sacar las máquinas de producción desde el fondo marino (LARS, Launch and Recovery System) ya está en las bodegas de Nautilus Minerals, en tanto que el Riser and Lifting System está en proceso de ensamblaje para ser incorporado al PSV, que está en avanzada etapa de construcción en astilleros de Fujian Mawei Shipbuilding Ltd. (FMSL) en la provincia de Fujian, en el sudeste de China. Trabajo que se inició en septiembre de 2015 y que debe terminar a fines de este año. Marine Assets Corporation (MAC) de Dubai, Emiratos Árabes, empresa, especializada en soluciones para operaciones offshore, será la dueña y operadora del barco PSV, el cual tiene 227 metros de longitud y una capacidad para 180 trabajadores a bordo.

Concesión en 2010

En 2010 la empresa Nautilius Minerals obtuvo la primera concesión privada del mundo para explotar recursos minerales del fondo marino. La empresa planea extraer 870.000 toneladas de oro y cobre en la costa de Papúa Nueva Guinea durante la vigencia de la concesión.

Junto con esto, y ante la proliferación de plataformas submarinas extractoras de petróleo, la Organización de Naciones Unidas (ONU) creó la Autoridad Internacional para los Fondos Marinos, que regula el uso del subsuelo de los mares internacionales, sus cuidados y compensaciones.

Autoridad Internacional de los Fondos Marinos

La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (en inglés International Seabed Authority, ISA) es una organización internacional autónoma establecida para organizar y controlar las actividades de exploración y explotación de los recursos en los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo fuera de los límites de la jurisdicción nacional (denominados la Zona). Es una organización autónoma que tiene un acuerdo de relación con las Naciones Unidas. Su sede se encuentra en Kingston (Jamaica).

La entidad fue establecida y sus tareas definidas en 1982, por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, confirmadas por el acuerdo de 1994 –año en que entró en funciones–, relativo a la aplicación de la parte XI de la convención. Esta última define a los fondos marinos y oceánicos y sus recursos como “Patrimonio común de la humanidad”. ISA tiene 167 Estados miembros y Unión Europea al 15 enero de 2015.

La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos ha comenzado a emitir contratos de exploración ante el rechazo de los defensores del medio ambiente, quienes reclaman que hay que proteger la frágil biodiversidad oceánica y que no se conocen los riesgos ligados a la extracción de minerales del fondo del mar.

Hasta ahora el organismo ha aprobado 27 contratos de exploración, la mayoría de ellos a partir de 2011. Son contratos a 15 años que permiten la exploración minera en un millón de kilómetros cuadrados (390.000 millas cuadradas) en el fondo de los océanos Pacífico, Atlántico e Índico.

En 2010 China pidió a esta entidad permiso para explotar una zona al suroeste del océano Índico, y Francia y Rusia están desarrollando tecnología propia para avanzar en la extracción submarina, principalmente porque mucho del material estéril en los yacimientos submarinos es rico en elementos que son requeridos por la industria farmacéutica.

El representante de Chile ante ISA es el embajador de Chile en Jamaica, Eduardo Bonilla. La próxima Asamblea General del organismo está prevista para entre el 31 de julio y el 18 de agosto de 2017 en Kingston, Jamaica.

Fuente:http://www.latinomineria.com/2017/04/18/mineria-del-fondo-del-mar-sera-una-realidad-2018/#

Latinoamerica

Informe: abusos contra ecologistas «no son casos aislados»

Entre el extractivismo, la preocupación por el medio ambiente y la violencia hay patrones que se repiten. Organizaciones andinas y europeas llevan a Ginebra y Bruselas un informe preocupante. DW habló con ellas.

Que haya en este momento unos doscientas personas procesadas por protestar, no ha logrado detener la marcha que desde el bosque protector de Mindo Nambillo se dirige hacia Quito : una treintena de organizaciones convocan para protestar contra las 46 concesiones mineras que cambiarán la fisonomía de lo que hasta hoy es una zona de naturaleza exuberante.  E impactarán la vida de sus habitantes. Pero, cuidado, la protesta medioambiental no está bien vista.

«En la práctica extractivista, en Ecuador los ataques contra defensores medioambientales van incrementando.”, explica a DW Francisco Hurtado de la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (CEDHU). Esta organización acompaña desde hace 12 años a las comunidades afectadas por la minería a gran escala para la cual hay concesionadas, en este momento, dos millones de hectáreas.

«Por el proyecto minero Mirador, en Tundayme, hay 200 familias desplazadas. El asesinato de tres líderes shuar –uno en 2009, otro en 2013 y otro en 2014- sigue impune.  Nos preocupa el patrón que se está imponiendo, en general, en América Latina”, sigue Hurtado.

Un informe preocupante

La CEDHU, el Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB) junto con la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT) y la belga Broederliijk Delen llevan su informe «Abusos de poder contra defensores y defensoras de los derechos humanos, del territorio y del ambiente” al relator de derechos humanos en Ginebra. También a Bruselas: la Unión Europea favorece explícitamente la defensa de los defensores.

Brüssel Francisco Hurtado (DW/M. Banchon)Francisco Hurtado, Comisión Ecuménica de Derechos Humanos

«El proceso de desalojo del Barrio San Marcos –donde la empresa minera decidió construir una represa de desechos líquidos- comenzó con compras irregulares de tierras; luego fueron desalojados violentamente, sin proceso de reasentamiento”, sigue Hurtado. «Los dispositivos legales para acallar la protesta que se ponen en marcha son semejantes en Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia”, añade.

Según el Observatorio de Conflictos Mineros en América Latina, en Colombia y Perú  tanto el grado de violencia contra defensores como su criminalización es alto; en Ecuador y Bolivia  el grado de criminalización es alto, el de violencia es menor.

«Por la explotación petrolera en la Amazonía boliviana, los tacana, que han vivido históricamente ahí, tienen que dejar su territorio, que el mismo Estado que se supone plurinacional, les ha reconocido”, cuenta a DW Marco Candarillas de CEDIB.

Estigmatización, prisión, violencia

«Un tercio de Bolivia es un bloque petrolero; hay planificadas 22 hidroeléctricas. Las poblaciones tienen que dejar sus territorios y su modo de vida. Y los que oponen son objeto de estigmatización”, sigue Candarillas. Los medioambientalistas resultan entonces una piedra en el zapato:  «enemigos del desarrollo”,   «ecoterroristas”. Las penas por protestar son, en algunos casos desmedidas.

Brüssel Marco Candarillas (DW/M. Banchon)Marco Candarillas, Centro de Documentación e Información Bolivia

Los conflictos ecoterritoriales, así datos de Naciones Unidas, representan más de la mitad de los conflictos sociales del continente. La situación es grave: según Global Witness, sólo en 2017, en Brasil fueron asesinados 46 medioambientalistas, en Colombia 32, en México 15. Según el OCMAL, entre 2011 y 2016 en Perú murieron 50 personas en enfrentamientos por conflictos medioambientales, quedaron 750 lesionados.

«Por hacer un plantón ante la empresa reclamando nuestro legítimo derecho al agua se han ido presos, seis meses, un año”, cuenta a DW Oscar Mollohuanca, ex alcalde de Espinar en el Cusco. Este pueblo convive con la minería; el índice de muertes por cáncer es alto. «Hemos logrado que se hagan estudios; en más de un 52% de los puntos monitoreados el nivel de elementos contaminantes es superior al permitido”, sigue Mollohuanca.

En las protestas del 2012 murieron 3 líderes de Espinar; él mismo estuvo en prisión 15 días. Pendiente tiene un juicio donde se pide 20 años de cárcel. Según su información, se debe a la exigencia de Espinar de que se cumpla con los estándares de calidad ambiental de las aguas. «La minería dura 50 o 100 años; pero puede perjudicar la posibilidad del desarrollo futuro de nuestro pueblo”, agrega.

Brüssel Oscar Mollohuanca (DW/M. Banchon)Oscar Mollohuanca, ex alcalde de Espinar, Perú

«El problema humanitario es serio, compromete a millones de personas en América Latina”, apunta Candarillas. «No son casos aislados, hay patrones de fondo de abuso de poder que hacen la situación muy peligrosa. También para la seguridad de nuestra propia vida”, concluye.

Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos 

Fuente:http://www.dw.com/es/informe-abusos-contra-ecologistas-no-son-casos-aislados/a-43075421

Latinoamerica

Corte Interamericana: El ambiente sano es un derecho

Agua sin cianuro de minería, aire sin agrotóxicos, lagos sin hidrocarburos, ríos sin contaminación de pasteras: un ambiente sano, entendido como parte de los derechos humanos. Así lo exigen desde hace décadas asambleas socioambientales, campesinos e indígenas. En una medida inédita, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) acaba de expedirse en línea similar: afirmó que existe una “relación innegable entre la protección del medio ambiente y la realización de otros derechos humanos”. El máximo tribunal destacó que los Estados deben respetar y garantizar estos derechos humanos y que tiene la obligación de evitar los daños transfronterizos.

 

La Corte IDH es el órgano judicial de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y tiene como objetivo aplicar la Convención Americana sobre Derechos Humanos (que entró en vigencia en 1978) y los convenios sobre la temática. En febrero emitió una resolución inédita mediante su “opinión consultiva OC-23/17”, donde destacó la relación de interdependencia e indivisibilidad que existe entre los derechos humanos, el medio ambiente y el desarrollo sostenible. “Por primera vez la Corte Interamericana desarrolló el contenido del derecho al medio ambiente sano”, destacó el comunicado oficial.

La Corte determinó que los Estados deben “prevenir los daños ambientales significativos, dentro o fuera de su territorio, lo cual implica que deban regular, supervisar y fiscalizar las actividades bajo su jurisdicción, realizar estudios de impacto ambiental, establecer planes de contingencia y mitigar los daños ocurridos”.

En un aspecto contemplado por la Ley General del Ambiente de Argentina (25.675), abordó el principio precautorio (ante la posibilidad de perjuicio ambiental es necesario tomar medidas protectoras). La Corte Interamericana instó a los estados a “actuar conforme al principio de precaución frente a posibles daños graves o irreversibles al medio ambiente, que afecten los derechos a la vida y a la integridad personal, aún en ausencia de certeza científica”.

También llamó a garantizar el acceso a la información sobre posibles afectaciones al medio ambiente, exigió que se cumpla el derecho a la participación pública de las personas en la toma de decisiones y políticas que pueden afectar el medio ambiente.

Valeria Berros pertenece al Centro de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad del Litoral y del Conicet. Se especializa en derecho ambiental. “La medida de la Corte es muy importante porque es la primera vez que se dedica a desarrollar el contenido del derecho a un ambiente sano que forma parte de la Convención Americana de DDHH”, explicó.

Berros, que también integra la ONG Capibara, destacó la importancia de las referencias respecto al acceso a la información, la participación pública en materia ambiental y la justicia ambiental. “Es central la referencia al principio de precaución, de prevención y de cooperación entre los estados para la tutela del ambiente. Esto último es muy importante por las actividades extractivas, cuando se trata de ecosistemas compartidos entre países”, afirmó.

Organizaciones sociales, ONG, pueblos indígenas y abogados especializados explican desde hace décadas que las luchas referidas al extractivismo no son sólo ambientales, sino también acciones por los derechos humanos. Aún así, es muy difícil que los organismos de derechos humanos de Argentina tomen el tema (a excepción de Serpaj) como tampoco lo abordan las ONG  internacionales de DDHH (salvo acciones puntuales).

Darío Avila, abogado cordobés que acompaña las luchas de pueblos fumigados con agrotóxicos, hizo una lectura detallada de las 102 páginas del escrito de la Corte IDH y destacó “la asociación directa e ineludible entre derechos humanos y medio ambiente”. Ejemplificó que, en palabra de la Corte, “la degradación ambiental afecta otros derechos humanos”. Cuando se afecta el ambiente se ven “especialmente vulnerados el derecho a la vida, a la salud, al agua, a la alimentación, a la vivienda y a la cultura”.

El abogado cordobés destacó que el mismo tribunal aclaró que los alcances de la decisión judicial van más allá del caso específico (Colombia), “debe ser aplicado en todos aquellos conflictos ambientales con obligaciones estatales en materia ambiental y de derechos humanos fundamentales”. Avila explicó que, en el escrito de la Corte, se hace especial mención a que la afectación al medio ambiente genera conflictos violentos que vulneran el derecho a no ser desplazados e incluso ponen en jaque el derecho a la paz.

La “opinión consultiva” (nombre técnico de la resolución de la Corte) surgió por una solicitud del estado colombiano en marzo de 2016 en un caso referido a la región del Gran Caribe y los estados ribereños.

Otro punto que destacó la Corte es que los Estados tienen la obligación de evitar los daños transfronterizos. Las organizaciones socioambientales hace años que exigen tener presente ese punto: en Argentina podría aplicar en el caso de las pasteras con Uruguay, la minería en la Cordillera, las fumigaciones con agrotóxicos y la contaminación de ríos compartidos, o las represas junto a Brasil y Paraguay, entre otros.

La Corte Interamericana recordó que, conforme al derecho internacional, cuando un Estado es parte de un tratado internacional (como la Convención Americana), la obligación es para todos los órganos de Estado, incluidos los poderes Judicial y Legislativo.

Fuente:https://noalamina.org/latinoamerica/item/39563-corte-interamericano-el-ambiente-sano-es-un-derecho