Internacional

MinSus y NRGI crean grupo de trabajo en torno a relevancia de las certificaciones internacionales de minerales

Este Grupo cuenta con la participación de expertos regionales y representantes de organizaciones de la sociedad civil y la academia.
27/04/2021
A medida que avanzamos hacia una economía más sostenible, la cual pivota en torno a la transición energética y la lucha contra el cambio climático, aumentará la demanda de minerales.

Este nuevo escenario, va acompañado de una mayor conciencia ciudadana sobre los impactos ambientales, sociales y las vulneraciones a los derechos humanos generados por las actividades extractivas que están, a su vez, con una mayor presión de inversionistas hacia las empresas por cumplir con los estándares ambientales y de derechos humanos, impulsando cadenas de suministro más sostenibles y responsables.

En este contexto están profundizándose distintas leyes -como la iniciativa de la Ley de Cadenas de Suministro europea y alemana-, al igual que múltiples certificaciones al nivel de mina, como por ejemplo, el Proceso de Aseguramiento y Validación del International Council for Mining and Metals (ICMM), The Certification of Raw Materials (CERA), The Copper Mark, The Initiative for Responsible Mining Assurance (IRMA), Towards Sustainable Mining.

Para presentar y familiarizar a las partes interesadas de la región Andina con las principales certificaciones que operan a lo largo de las cadenas de suministro mineras, y determinar qué información a nivel de mina debería ponerse a disposición para asegurar que las certificaciones apoyen a los objetivos de transparencia y acceso a la información de los actores locales, es que recientemente se constituyó el Grupo de Trabajo “Una nueva mirada al acceso a la información: ¿Qué ofrecen las certificaciones internacionales de minerales?”, presidido y desarrollado por el Natural Resource Governance Institute (NRGI) y el Programa MinSus, implementado por la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) y el Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales (BGR), por encargo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ, por sus siglas en alemán).
Metodología de trabajo

Este Grupo cuenta con la participación de expertos regionales y representantes de organizaciones de la sociedad civil y la academia, como el director general para América Latina de INSUCO, Guillen Calvo; la vicepresidenta de la organización peruana Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR), Vanessa Cueto; el subdirector de CooperAcción (Perú), César Flores; la experta colombiana y regional, Ana Carolina González; el experto peruano Luis Miguel Inchaustegui; la coordinadora del Foro Nacional por Colombia, Juliana Peña; la analista de la Fundación Jubileo (Bolivia), Sandra Sánchez; la directora de empresas y derechos humanos de la Fundación Ideas para la Paz (Colombia), Nataly Sarmiento; el investigador de la Fundación Terram (Chile), Telye Yurisch; Jhonatan Jaramillo y Mauricio Winkelried de Solidaridad; y el coordinador del Departamento de Comunicación y Gestión de la Información de CEDLA (Bolivia), Alfredo Zaconeta.

En las sesiones del Grupo de Trabajo se realizan diálogos entre los participantes con insumos de expertos externos sobre los temas clave vinculados con el acceso a la información y la transparencia de la información ambiental, social y de gobernanza generada por las certificaciones mineras seleccionadas. De forma periódica se irá informando sobre los avances de esta labor, a través de la página de MinSus.

Finalmente, se espera producir como resultado un documento con las conclusiones de los debates con recomendaciones concretas sobre cómo las certificaciones pueden ser de mayor utilidad para las partes interesadas e impactadas por la minería a nivel local, el que se espera tener listo durante el primer trimestre de 2022.

El borrador de las recomendaciones se compartirá y debatirá con las certificaciones seleccionadas para identificar y priorizar las solicitudes de transparencia de la información.
https://www.mch.cl/2021/04/27/minsus-y-nrgi-crean-grupo-de-trabajo-en-torno-a-relevancia-de-las-certificaciones-internacionales-de-minerales/

Internacional

La geopolítica de las renovables: los amos del litio sustituyen a los señores del petróleo

PABLO PARDO, Corresponsal, Washington
27/04/2021
Un mundo en el que el petróleo, el gas natural y el carbón serán menos relevantes no implica ir a un mundo más tranquilo.
Aerogeneradores instalados tras una antigua grúa utilizada para extraer petróleo en Texas (EEUU)
«¡Vamos a dar golpes de Estado contra quien queramos! Id haciéndoos a la idea». Ése fue el ‘tuit’ que colgó Elon Musk, a día de ayer el segundo hombre más rico del mundo, con un patrimonio de 187.000 millones de dólares (155.000 millones de euros), el 25 de julio pasado. Musk respondía así a la acusación de un tuitero anónimo oculto bajo el nick @historyofarmani de que la expulsión del poder de Evo Morales, el presidente de Bolivia, se debía al interés de las empresas de Estados Unidos de hacerse con el control de las reserva de litio de ese país.

El litio es el equivalente del petróleo en el mundo de las energías renovables, y Musk, fundador y dueño de la mayor empresa de coches eléctricos, Tesla, y, también, de unos los principales productores de baterías del mundo, tiene un evidente interés en lo que pase con el mercado mundial del litio. También lo tiene el Gobierno de Bolivia, porque en ese país están el 30% de las reservas de litio de la Tierra, según el US Geological Survey, una agencia del gobierno estadounidense que podría compararse el Instituto Geológico y Minero de España. Para muchos, Bolivia va a ser la Arabia Saudí del litio.

En realidad, no hay ninguna evidencia de que Musk o Estados Unidos estuvieran detrás de la crisis política de Bolivia. El empresario, además, tiene un amplio historial de estupideces en Twitter, que le han ocasionado algunos problemas legales, como cuando insultó llamando «pederasta» a uno de los miembros del equipo de rescate de las 13 personas – doce de ellas niños – que se quedaron bloqueados en una cueva en Tailandia, por no hablar de su anuncio en esa red social de que iba a sacar de cotización en Bolsa a Tesla a un precio de 420 dólares la acción (4/20 es un tipo de mariguana especialmente apreciado por Musk).

Así que la frase de Musk simplemente es una muestra de mal gusto de un multimillonario riéndose de las crisis políticas en un país. Aparte, el litio es mucho más abundante que el petróleo. El problema con ese mineral no es descubrirlo o extraerlo, sino adaptarlo para su uso en baterías. Y Bolivia no tiene nada que ver con eso.

Pero, con todo, la anécdota de Musk revela una realidad del siglo XXI a medida que la industria energética mundial se aleja de los combustibles fósiles – carbón, gas natural y petróleo – y las energías renovables ganan peso en todo el mundo. El paso de la retórica a la realidad va a significar que las consideraciones económicas y geopolíticas van a tener cada día un peso mayor a la hora de desarrollar las nuevas fuentes de energía, en detrimento de las puramente medioambientales. Si en el siglo XX hubo manifestaciones que decían ‘No más sangre por petróleo’, es posible que en el siglo XXI veamos pancartas que digna ‘No más sangre por litio’. Como afirmaba hace dos meses el comentarista conservador estadounidense Walter Russel Mead en las páginas del diario ‘The Wall Street Journal’, «los ‘verdes’ corren el peligro de sobreestimar cómo va a ayudar a los osos polares» la transición energética.

Las energías renovables son menos sucias, es decir, no manchan. Y no cambian ni clima ni la acidez del océano. Pero no por ello dejan de contaminar. Los Gobiernos ya están aceptando compromisos entre el control de los recursos y las plantas industriales necesarios para el desarrollo de este nuevo modelo económico y la protección del medio ambiente.

Uno de los ejemplos más obvios de esta situación es el de Estados Unidos. El Gobierno de Joe Biden ha publicitado su decisión de no conceder más permisos para explotar petróleo y minerales en territorios propiedad del Estado federal. Es una medida para el lago plazo, ya que, al menos por ahora, las empresas tienen licencias de sobra para mantener y expandir sus operaciones, pero con un simbolismo considerable. Sin embargo, el mismo Gobierno de Joe Biden ha lanzado una revisión para limitar la importación de ‘tierras raras’ de China, en beneficio de las que proceden de países aliados (Canadá y Australia, fundamentalmente) y de la producción en Estados Unidos. El problema es que extraer las ‘tierras raras’ es un proceso que a menudo es tremendamente contaminante. Pero, sin ‘tierras raras’ no hay coches eléctricos, bombillas de larga duración, ni turbinas de generación eólica. La sostenibilidad no sale, así pues, gratis.

Así, ir a un mundo en el que el petróleo, el gas natural y el carbón serán menos relevantes no implica ir a un mundo más tranquilo. Las redes de transmisión eléctrica podrían jugar el papel geopolítico de los oleoductos hoy en día, y las materias primas del futuro serán codiciadas por todos los países. Hay una diferencia, desde luego. El mundo de las energías renovables no depende de un solo mineral, como el del carbón o el de los hidrocarburos. Eso podría hacer que el poder de los productores este más repartido que, por ejemplo, en el caso del petróleo. Pero, aun así, las viejas luchas por el poder no desaparecerán en un mundo de renovables. A veces, lo peor que puede ocurrir es que se cumplan los deseos. En los próximos años, muchos ecologistas podrían descubrir la veracidad de esa afirmación.
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/medio-ambiente/2021/04/27/6086ffc421efa0fb7f8b4626.html

Argentina, Internacional, Litio

El agua vale más que el litio

Lógica predatoria
Horacio Machado Aráoz 23/04/2021
Fuentes: CTXT [Imagen: Mina de litio. PICASA]

Definir y dirimir el valor del agua respecto del valor del alcalino es decidir qué vidas valen más que otras; cuáles valen, a secas, y cuáles son sacrificables

Días pasados, los habitantes de Catamarca (Argentina) nos enteramos por la prensa –sin previo aviso, como es costumbre–, de la firma de un convenio entre dos grandes empresas transnacionales para aliarse en la explotación de un mineral ‘disponible’ en el territorio provincial. Se trata de un contrato por 334 millones de dólares por la que la alemana BMW firma un acuerdo de provisión de litio con la minera norteamericana Livent (ex FMC Co.) que desde más de 20 años viene explotando las salmueras de litio del Salar del Hombre Muerto, en el departamento puneño de Antofagasta de la Sierra.

La escenografía de la noticia refleja a cabalidad y en alta definición la anatomía fisiológica del nuevo pacto colonial que, en nombre de la “sustentabilidad” y la “transición energética”, se viene sellando, ahora aceleradamente, en el contexto de la crisis pandémica global. En el centro de la escena, una empresa automotriz, fabricante emblemática de autos de lujo, firma un convenio con una de las primeras piezas del mercado oligopólico mundial de litio, para asegurarse el abastecimiento de un insumo estratégico para su nuevo producto estrella, el coche eléctrico. Al costado, cumpliendo los roles secundarios de servicios, funcionarios del gobierno estatal argentino. Fuera de escena y de todo lugar, sin arte ni parte en esta historia –como actualizando aquel viejo adagio colonial hegeliano–, las comunidades habitantes y productoras del territorio donde se extrae el llamado “oro blanco”.

Las crónicas periodísticas destacan que, por el acuerdo, “Argentina” (sic) se convertirá en el segundo proveedor de litio de BMW, detrás de Australia. Lo presentan como un logro de la nación, ya que el secretario de Minería, Alberto Hensel, había presentado meses atrás, en una videoconferencia a las autoridades de BMW, las bondades y potencialidades del “litio argentino”; aparentemente, con una oratoria muy convincente. La empresa Livent agradeció el apoyo técnico de la Secretaría de Minería de la Nación y el Ministerio de Minería de la provincia de Catamarca, que “resultó fundamental para el acuerdo celebrado”. BMW, por su parte, expresó que “al obtener litio de un segundo proveedor, estamos asegurando los requisitos para la producción de nuestra quinta generación actual de celdas de baterías. Al mismo tiempo, nos estamos volviendo tecnológicamente, geográficamente y geopolíticamente menos dependientes de proveedores individuales”. Así, el vocero de la empresa alemana, con una sinceridad inusual en el lenguaje corporativo, fue al grano y puso el dedo en la llaga. Porque ¿de qué se trata el colonialismo, sino de estructuras y relaciones de dependencia?

Uno de los más usados efectos mágicos del lenguaje colonial consiste en invisibilizar mundos y producir desapariciones/ausencias ontológicas

Eso sí. Las asimetrías histórico-estructurales se reproducen ahora con nuevas complicidades, nuevos formatos tecnológicos y ropajes ideológicos. En estos tiempos del “fin del mundo” (de los recursos infinitos), todo debe hacerse en nombre de la sacrosanta “sustentabilidad”. Todo se expresa en un discurso que, apelando al viejo culto colonial, desarrollista y tecnólatra, aparece ahora revestido de “conciencia ambiental”, presentando a las empresas liderando el cambio cultural y tecnológico hacia una economía post-carbono; un mundo feliz de aguas claras, aires puros y paisajes prístinos que se pueden disfrutar, ahora, desde las ventanillas de un auto eléctrico; o mejor aún, como lo ofrece BMW, desde el encanto de un “descapotable”.

En su página web, lo “sustentable” satura el mensaje de BMW. Es su primera palabra de presentación. Con el trasfondo de una imagen de generadores eólicos, habla de su “ADN sostenible”, como “enfoque integral desde la cadena de suministros”. Livent, por su parte, no se queda atrás en la grandilocuencia verde; nos cuenta que su propósito es “aprovechar la tecnología del litio para impulsar la vida de las personas para un mundo más limpio, saludable y sostenible”.

Y en el caso concreto de este convenio, como no podía ser de otro modo, la “sustentabilidad” se presenta como el criterio fundamental en función del cual se tomó la decisión corporativa. Las crónicas destacan que BMW eligió a Livent en función de “estudios ambientales y sociales encargados” a las universidades de Alaska Anchorage y de Massachusetts Amherst, “que indicaron que dicha empresa emite 25 % menos de gases de efecto invernadero (GEI) que los métodos tradicionales de producción (sic) de litio, tiene un uso y manejo eficiente del agua y no realiza agregados de químicos nocivos en su producción”.

Cada día de operación, la minera consume 7400 metros cúbicos (m3) de agua, a razón de 5.100 litros por segundo

Esa frase me dispara mil preguntas. Empezando por el agua. ¿A qué llamarán “uso y manejo eficiente del agua”? ¿Qué pensarán las y los antofagasteñxs de tal dictamen? ¿Tendrán noticias de esos dichos “estudios”? ¿Alguien se les habrá acercado a preguntarles su opinión y saber? ¿Alguien los habrá tenido en cuenta para algo; ni qué hablar de consulta y consentimiento? Uno de los más usados efectos mágicos del lenguaje colonial consiste en invisibilizar mundos y producir desapariciones/ausencias ontológicas. Otro, correlativo, es el de ocluir el pasado, petrificar la alteridad como anacronía, y aniquilarla con el golpe de una puerta que se abre a un futuro inexorable, a la vez pletórico de escenas encantadoras y también ineludibles. “La transición energética es un hecho”; “la electromovilidad es el futuro”, se nos dice, y nos espera para hacernos “disfrutar las bellezas naturales desde un descapotable eléctrico”.

Cuando hablamos de GEI y de calentamiento global, me pregunto: ¿qué responsabilidad les cabe a las comunidades puneñas al respecto? ¿Cuál es su huella ecológica acumulada y qué proporción representa su consumo energético histórico dentro del capitaloceno? ¿Cuál es su consumo energético actual respecto de la media mundial? ¿Qué piensan y sienten ellxs, que tradicionalmente hicieron sus caminos a lomo de burro, y que conocieron las ‘4×4’ cuando llegaron las mineras? ¿Qué probabilidades tienen de ser beneficiarios –no digamos de la electromovilidad– sino ya de una cuota más justa de energía? ¿Qué proporción de “energía limpia” les tocará con las explotaciones de litio en su territorio?

Poner en contexto. Dimensionar el saqueo

Antofagasta de la Sierra es un departamento típico de la Puna sudamericana. Una región extremadamente árida, donde el régimen pluviométrico (que oscila entre 20 y 200 mm anuales) no parece explicar la capacidad de sustentar la vida si al territorio no le agregamos la profunda complejidad de sus cuencas, con misteriosos meandros y conexiones entre cursos diminutos de agua superficial, deslumbrantes espejos lacustres, salares, vegas y acuíferos insondables de aguas fósiles, que hablan de recargas de millones de años atrás.

En esa región de volcanes y salares, comunidades agropastoriles han tejido un territorio hidrosocial, haciendo del agüita y las aguadas, el sustento suficiente de sus majadas, sus crianzas y sus cultivos; de sus lanas, sus tejidos y demás artesanías. Hasta que un día la minería llegó a comunicarles que eran “subdesarrollados”, que estaban “atrasados” y que ellos venían a abrirles las puertas al futuro.

Desde 1997, la entonces Minera del Altiplano SA (filial de FMC Lithium, hoy Livent) se instaló en el principal salar del departamento para extraer sales de litio, a un ritmo de 20.000 toneladas anuales que exporta a sus plantas industriales en Estados Unidas y China, vía puertos chilenos. El proceso extractivo consiste en bombear aguas subterráneas a grandes piletas evaporíticas donde se extrae el mineral concentrado. Cada día de operación, la minera consume 7400 metros cúbicos (m3) de agua, a razón de 5.100 litros por segundo. Como dato complementario, la operación de la planta en el salar requiere de cinco grupos electrógenos a base de diesel, que representan un consumo eléctrico de 0,5 MW/año; el transporte de 2310 ton/semana de insumos y un consumo de 1034 m3/ de diesel oil sólo para el abastecimiento de sus flotas de camiones.

En el año 2012, el gobierno de Catamarca hizo un reclamo a la empresa minera por las facturas impagas del canon de agua. Desde el inicio de sus operaciones, Minera del Altiplano jamás había pagado el canon correspondiente, por entonces, al valor de un centavo (0,01 dólar) por cada mil litros de agua. El litigio se dilató hasta 2015, cuando la empresa consintió arribar a un acuerdo con el Gobierno por el que invertiría parte de la deuda en un Fideicomiso para financiar obras de infraestructura para el departamento, además de abrir una oficina en la provincia y contratar personal local. En noviembre de 2019, la empresa y el gobierno inauguraban un parque solar fotovoltaico de 600 kilowatts financiado con aquella vieja deuda del canon de agua; lo que se dice, un negocio redondo: cambiar una deuda por una publicidad permanente.

Comuneros de Antofagasta y la comunidad indígena atacameña del Altiplano siguen resistiendo a una obra que violó abiertamente el Convenio 169 de la OIT

Eso, sin embargo, es anecdótico. A fines de 2017, la empresa comunicó su decisión de invertir 300 millones de dólares para duplicar su extracción anual de litio hasta llegar a 40.000 toneladas anuales. Para ello, el gobierno le concedió nuevos permisos de agua por 650 m3/hora, habilitó instalaciones de bombeo y el trazado de un acueducto de 32 km desde el Río Los Patos hasta la planta de Livent. Las medidas provocaron la inmediata protesta de los pobladores locales, que años atrás habían denunciado el desecamiento de vegas y aguadas del río Trapiche, justamente por el desvío de aguas para la minera. Con cortes de ruta mediante, lograron paralizar las obras. En el 2019, antes de las elecciones el intendente y el senador del departamento posaron para las fotos en apoyo a las protestas de los vecinos con chalecos que rezaban “El Río Los Patos no se toca”.

Tras las elecciones, los apoyos políticos mutaron en persecuciones y represalias. En un escenario de abismal asimetría, vecinos y comuneros de Antofagasta y la comunidad indígena atacameña del Altiplano siguen resistiendo a una obra, que no sólo presenta irregularidades en su Estudio de Impacto Ambiental, sino que además violó abiertamente el Convenio 169 de la OIT. Su concreción pende como una sentencia de muerte para la economía lugareña. Me pregunto cómo habrán registrado los estudios ‘científicos’ encargados por BMW este conflicto y esta contradicción estructural. Me pregunto si a eso le llaman “uso y manejo eficiente del agua”.

Agua vs litio: el insoslayable “dilema” de la electromovilidad

La fachada verde de la electromovilidad es demasiado precaria, burda. No resiste el menor análisis. En lugar de empezar por otras prioridades, por sectores económicos realmente esenciales y necesidades vitales, la transición energética comandada por las estructuras oligárquico-corporativas que diseñan el mundo empiezan por los automóviles, esto es, como lo definiera André Gorz hace casi cincuenta años atrás, por un “producto de lujo antisocial”. Siguiendo su análisis, luego, la masificación de algo que fuera gestado “para el placer exclusivo de la minoría de los más ricos” y no para la satisfacción democrática, igualitaria y universal de una necesidad humana, conllevó el escalamiento progresivo y hasta ahora indetenible del deterioro generalizado de nuestro hábitat. El automovilismo de masas consolidó la ideología burguesa al tiempo que fue horadando la calidad del aire, de las ciudades y de las relaciones sociales. “De objeto de lujo y fuente de privilegios, el coche pasó a convertirse en objeto de una necesidad vital: lo superfluo se ha vuelto necesario (…) porque el universo pasó a estar organizado en función del auto”.

Hoy, todo eso que se hizo posible a costa de un descomunal dispendio de las reservas energéticas fósiles del planeta, en un tiempo que estamos ya padeciendo sus consecuencias geológicas y climáticas, ya no es viable: las automotrices saben que no pueden seguir con su negocio tal como está por mucho tiempo más. Entonces, el automóvil (ahora eléctrico) ataca de nuevo y se convierte en la punta de lanza de la transformación capitalista de la matriz energética mundial.

La ficción de la electromovilidad como solución a la crisis climática y como transporte del futuro no resiste el menor análisis porque, por empezar, es incapaz de responder a una pregunta elemental: ¿para cuántos y para quiénes está pensado ese mundo? Se trata de un artefacto ideológico que ocluye no sólo los verdaderos costos ambientales que implicaría mudar el parque automotor hoy existente hacia vehículos eléctricos, sino también sus consecuencias humanitarias y sociales.

Pensando la cuestión en términos exclusivamente físicos, la electromovilidad se devela como el nuevo caballo de Troya de los dueños del mundo y de la “dueñidad” (como Rita Segato nombra a la estructura básica de la subjetividad y la institucionalidad hegemónica del orden colonial-patriarcal-moderno): un producto diseñado para extender y profundizar el principio estructurador de un mundo de pocos y para pocos. Una elemental economía de materiales revela este carácter oligárquico del “bien” en cuestión1.

El automóvil (ahora eléctrico) ataca de nuevo y se convierte en la punta de lanza de la transformación capitalista de la matriz energética mundial

Sin entrar a considerar los múltiples puntos ciegos que implica la ficción de la electromovilidad particular como base de una movilidad sustentable2, centrándonos en el caso del consumo hídrico del litio y tomando como base el caso de la explotación del Salar del Hombre Muerto por parte de Livent, podemos dimensionar el efecto exterminista del patrón de electromovilidad actualmente en gestación. Hoy, Livent consume 135 m3 de agua por cada tonelada de litio carbonatado que exporta; las 20.000 tn anuales de litio cuestan 2.701.000 m3 de agua. Y si consideramos que la empresa proyecta alcanzar las 60.000 tn anuales en los próximos años, eso significa triplicar el drenaje hídrico que efectúa la empresa en una región extremadamente árida, donde la población nativa vive por gracia de haber aprendido a administrar el agua escasamente disponible para la satisfacción prioritaria de sus necesidades vitales.

En un comunicado reciente, la Comunidad Indígena Atacameña del Altiplano plantea: “Nos vemos en la necesidad de advertir que se continúa negando la existencia de nuestra comunidad indígena y se avanza sobre nuestros territorios ancestrales sin nuestro consentimiento. (…) El Ministerio de Minería debería estar atendiendo y resolviendo el daño ambiental ya causado: tenemos una vega seca de más de 9 km producto de la extracción incesante de agua del Río Trapiche por parte de la empresa FMC-Livent”. El comunicado termina con una afirmación ontológico-política crucial: “El agua vale más que el litio”.

Ciertamente, esa afirmación de la comunidad atacameña –que es afirmación de su existencia como pueblo– coloca claridad a la naturaleza de la disputa en cuestión: no se trata apenas del debate sobre la inconmensurabilidad de los lenguajes de valoración, sino de la intrínseca politicidad del valor de la vida. Definir y dirimir el valor del agua respecto del valor del litio es decidir cuáles vidas valen más que otras; qué vidas valen, a secas, y qué vidas son sacrificables.

El contrato entre BMW y Livent se hace a la sombra de la naturalización del abismal valor diferencial que, para esta sociedad hegemónica, hay entre la vida de un alemán o europeo (en este caso, no “medio” sino bastante “superior” a la media) y la de un/a antofagasteña/o. Ese contrato sella ese diferencial del valor; asegura a BMW la provisión de litio para sus autos de lujo, a costa de la economía vital de un pueblo. Ese acuerdo deja expuesto el cinismo obsceno del “ecologismo” genocida que se viene fraguando al calor del capitalismo verde y la transición energética de mercado.

Cuando la “sustentabilidad” retroalimenta el exterminismo colonial

El tiempo del ecocapitalismo tecnocrático está signado por el discurso de la “sustentabilidad” como último umbral de la depredación. Lo “sustentable” nombra hoy las nuevas tecnologías de la expropiación vital. Sólo así BMW y Livent pueden mostrarse como empresas a la vanguardia de un “nuevo mundo más saludable y sostenible”.

El litio –así como el resto de los minerales– que abastecerá el promisorio mercado de autos eléctricos se extraerá a costa del sacrificio de pueblos enteros, pueblos que seguramente han quedado, sí, afuera de la historia: de la historia trágica del capitalismo fósil; pueblos cuya huella energética constituye una porción infinitesimal, nanonésima de la del capitaloceno. Sin embargo, en nombre de la “salvación del ambiente”, sus territorios, ancestralmente sostenibles, serán sacrificados. El litio seca las agüaditas de las majadas.

Así, la era del automóvil eléctrico nació vieja, obsoleta. No tiene nada de futuro promisorio. El auto eléctrico viene impregnado de un rancio olor al pasado colonial. Nació para andar por las calles de un mundo más oligárquico aún; más insostenible, aún; más inhumano y des-humanizante, aún. El acuerdo entre BMW y Livent viene a recrear en el siglo XXI la lógica implacable de la división colonial de mundo que se fraguó en el siglo XVI. Viene a recordar a ingenuos y crédulos tecnólatras que el problema radical de la sustentabilidad no es apenas el de la quema de combustibles fósiles, sino el de la dinámica depredadora del capital y sus conexiones necesarias, geosociometabólicas, con el colonialismo, el racismo, el patriarcado.

Aunque, ciertamente, el despegue y la mundialización asfixiante del capitalismo sobre el mundo es un hecho histórico (y físico) inseparable del consumo incesante de hidrocarburos, eso no significa que la obligada transición energética nos lleve a dejar atrás, ipso facto, las raíces de la depredación. La lógica predatoria del capital, de un mundo de pocos y para pocos, se sigue reproduciendo, ahora, en el “nuevo mundo” (a conquistar) de las “energías limpias” y la transición energética de las grandes corporaciones. Son ellas, los nuevos/viejos conquistadores. Desde las cúspides autocráticas de sus transnacionales, los pocos dueños del mundo están tomando las riendas del “post-fosilismo” y dirigiéndonos a la parte más obscura de un largo callejón sin salida.

Notas:

1. Los estudios actuales señalan de modo unánime que los autos eléctricos implican un mayor consumo de minerales respecto a los equivalentes a combustión. Un estudio realizado en 2018 concluyó que mudar a eléctrico el 100 % del parque automotor mundial implicaría un aumento de los volúmenes de extracción de 2511 % para el litio, 1928 % de cobalto, 264 % de grafito, 118% de níquel, 100 % de tierras raras, 135 % de manganeso, 35 % de cobre. Véase De la Torre, Álvarez Pelegri y Espí Rodríguez (2019) “Protagonismo de las materias primas minerales en el desarrollo del vehículo eléctrico”. Revista Economía Industrial N° 411, Madrid.

2. Esto supondría abordar el tema del aumento del consumo energético que implicaría el parque automotor; la capacidad de generar toda esa electricidad partir de fuentes renovables; el costo energético y de emisiones que implica cambiar la infraestructura de provisión energética; el consumo de materiales de esas nuevas infraestructuras de generación y distribución; el consumo energético del transporte a escala global de volúmenes gigantescos de minerales e insumos, sólo por mencionar algunos.

Horacio Machado Aráoz es miembro del equipo de Investigación de Ecología Política del Sur (CITCA-CONICET-UNCA, Argentina).

Fuente: https://ctxt.es/es/20210401/Firmas/35738/litio-agua-BMW-mineria-Argentina-Livent-energia-combustibles.htm

El agua vale más que el litio

Internacional

Minera del Grupo Luksic señalada como un peligro para zona lacustre y uno de los ríos más amenazados en Estados Unidos en 2021

16/04/2021
El Kawishiwi fue incluido como uno de los diez ríos más amenazados actualmente en Estados Unidos en la lista que publicó este martes la organización American Rivers. El río es parte del área de espacios naturales Boundary Waters, que incluye más de 1000 lagos y 2000 kilómetros de ríos y arroyos en el norte de Minnesota, amenazada por el proyecto minero de cobre Twin Metals de la empresa chilena Antofagasta Minerals.

American Rivers sostiene en su informe Los Ríos Mas Amenazados en Estados Unidos en 2021: «Cada uno de los diez ríos en esta lista está en un punto de inflexión, enfrentando una decisión urgente en los próximos meses. Las amenazas a estos ríos son amenazas a la salud humana, la seguridad y la supervivencia cultural. Esto es particularmente cierto para gente indígena, afro-americana y latina, que son impactadas desproporcionadamente por el cambio climático y la degradación ambiental – pero que al mismo tiempo son excluídas a menudo de posiciones que toman las decisiones. Estas mismas comunidades están encabezando los esfuerzos para proteger sus ríos y apuntalar sus derechos».

El documento afirma que «Boundary Waters y el río Kawishiwi se ven amenazados por la propuesta de una enorme mina de cobre con sulfuro en las orillas del río Kawishiwi Sur y del lago Birch, por donde fluye el río. Existe una sólida evidencia científica que demuestra que la minería de cobre con sulfuro en la cuenca perjudicaría el río y el espacio natural. Los hidrólogos dicen que la contaminación de la minería en esta área es inevitable. La minería de roca es la industria más tóxica de los Estados Unidos, según la Agencia de Protección Ambiental. La contaminación de las minas de cobre por sulfuros daña el agua, las especies acuáticas y terrestres, los bosques y los suelos, y supone un grave riesgo para la salud humana».

El informe hace notar además que Boundary Waters atrae anualmente a más de 155,000 visitantes que pernoctan en este espacio natural y contribuyen a impulsar la economía recreativa, que mantiene 17,000 puestos de trabajo en la región y genera más de $913 millones en ventas al año.

Por otra parte, en un artículo titulado Véalos ahora antes de que desaparezcan para siempre, Piper McDaniel destacó que, según los defensores del medio ambiente, la mina de cobre que Twin Metals se ha propuesto abrir allí causará un daño irreparable a la salud general de los cursos de agua de la zona. Señaló además que «la mina amenaza con poner en peligro la vida silvestre y también comprometerá la robusta industria turística que depende de los espacios naturales de Boundary Waters para sobrevivir».

La administración Trump dio el visto bueno en 2019 para que la mina funcione en Boundary Waters.

Según McDaniel, los cuestionamientos a la mina llevaron a una revisión legal estatal de la normativa minera.
Una coalición de grupos ecologistas presentó una demanda contra los reguladores en 2020 alegando que la revisión medioambiental de las minas propuestas no cumplía los requisitos legales. La demanda se detuvo en 2021 a la espera de que la Administración Biden revise la decisión de conceder los permisos de explotación minera.

OLCA
Foto: Nate Ptacek – American Rivers
http://olca.cl/articulo/nota.php?id=108534

Internacional

Indígenas tahltan rechazan exploración minera en zona culturalmente sensible

Por Rufo Valencia |
[email protected]
19/04/2021
Una empresa minera con permisos provinciales para llevar a cabo exploraciones en territorio del pueblo indígena Tahltan, en el noroeste de Columbia Británica, está pisando terrenos sagrados, dijo un líder electo de esa Primera Nación.

La minera Doubleview Gold Corp., con sede en Vancouver, está desarrollando reclamos en el área de Sheslay, al norte de Telegraph Creek, que ocupa un lugar importante en las historias orales de los indígenas tahltanes, dijo Chad Norman Day, presidente del Gobierno Central de Tahltan.

Es imposible que los tahltan apoyen la explotación minera en esa área, dijo.

«La zona de Sheslay era un poblado importante en la época anterior al contacto y aún hoy tenemos muchos ancianos que nacieron en la zona de Sheslay. Muchos de nuestros antepasados están enterrados allí», dijo Day en una entrevista.

«Columbia Británica, Doubleview, todos deberíamos ahorrarnos mucho tiempo, energía y conflictos sacando a la minera Doubleview de allí», dijo.

Doubleview tiene 10 propiedades mineras que cubren unos 63 kilómetros cuadrados en los que «se está planificando un agresivo programa de exploración para 2021», dijo la empresa en su sitio en internet en febrero.

La empresa dijo que esperaba brindar a sus accionistas una evaluación más completa del valor de los depósitos mineros después de verificar los resultados del análisis de muestras metalúrgicas.

La minera obtuvo sus permisos en 2012

El Gobierno Central de Tahltan acusó a la minera Doubleview de no haber actuado de forma coherente con los protocolos de Tahltan para el sector minero y con la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Los tahltan hicieron «muchos intentos razonables de trabajar con Doubleview de forma respetuosa», dijo el gobierno central de los indígenas en un comunicado en marzo.

Sin embargo, la empresa tiene un «historial de falta de respeto… que incluye el haber emprendido, sin éxito, acciones legales contra los líderes y ancianos tahltan en 2015», dijo.

Telegraph Creek, pueblo indígena en Columbia Británica, en 2018. Solo hay una carretera para acceder a la remota comunidad del norte. La Nación Tahltan emitió un aviso pidiendo a la gente que evitara los viajes innecesarios a la zona. (Foto: CBC / Centro de Operaciones de Emergencia de Tahltan)

Por su lado, la empresa Doubleview «lamenta la mala relación que hemos establecido» con los tahltan, dijo su director Andrew Rees en un correo electrónico cuando se le preguntó sobre el conflicto. La minera presentó una carta de disculpa después de la declaración pública hecha por los indígenas afectados por las acciones de la empresa.

«Doubleview quiere ser un administrador responsable de las áreas en las que vivimos y operamos, y continúa buscando una relación positiva, colaborativa, productiva y mutuamente beneficiosa con el Gobierno Central Tahltan», dijo la compañía.

El Ministerio de Minas de la provincia de Columbia Británica dijo que a Doubleview se le concedió por primera vez un permiso plurianual en 2012 en un proceso que incluía la consulta con la Nación Tahltan.

Chad Norman Day, presidente del Gobierno Central de Tahltan, respondió señalando que las leyes y los precedentes legales relativos a los derechos y títulos indígenas han cambiado desde entonces.

Columbia Británica en proceso de adecuación de la declaración de la ONU sobre los derechos indígenas

El gobierno de la provincia de Columbia Británica se encuentra en las primeras fases de adaptación de su legislación a la declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, después de haberla adoptado por vía legislativa.

Esa Declaración fue aprobada por la Asamblea General de la ONU el 13 de septiembre de 2007. Ese documento exige a los gobiernos que obtengan el consentimiento libre, previo e informado antes de tomar medidas que afecten a los pueblos indígenas y sus territorios, lo que incluye decisiones sobre propuestas mineras y los permisos de exploración y explotación de recursos naturales.

La adopción legal de la declaración de la ONU significa que la industria y el gobierno de Columbia Británica deben empezar a crear «procesos que busquen un auténtico consentimiento de los gobiernos, las comunidades y los pueblos indígenas», dijo Day.

«Hay una gran diferencia entre mantener una conversación y llamarla ‘consulta’ en lugar de tener un verdadero proceso de consulta que tenga como objetivo obtener el consentimiento de los pueblos indígenas».

Chad Norman Day, presidente del Gobierno Central de Tahltan.

La Nación Tahltan mantiene «excelentes relaciones» con la mayoría de las empresas mineras y de exploración de minerales que operan en su territorio, señaló Day.

Hay tres minas activas en tierras tahltan: Red Chris, Silvertip y Brucejack, y la nación tiene acuerdos de beneficios e impactos con cada una de las empresas.

«Cuando se tienen títulos y derechos tahltan sobre el 11% del territorio de la provincia y se tiene jurisdicción sobre una zona del tamaño de Portugal, no es necesario apoyar proyectos que afecten zonas realmente sensibles desde el punto de vista cultural», dijo Day.

La Primera Nación Tahltan tiene acuerdos de comunicación con más de dos docenas de empresas mineras y de exploración de minerales que le permite verificar su trabajo cuando los indígenas lo consideran necesario, dijo Day, añadiendo que Doubleview se había negado a firmar un acuerdo de ese tipo.

La minera en cuestión dijo que envió una respuesta por escrito sobre un acuerdo de comunicación y compromiso y que está a la espera de la respuesta de la organización indígena.

«Reconocemos que nos ha llevado mucho más tiempo de lo que hubiéramos querido y atribuimos el retraso a la falta de comunicación interna y a la falta de recursos de expertos», decía el comunicado de Doubleview.

«Nuestra máxima prioridad en este momento es volver a la mesa… y hacerlo de una manera respetuosa y colaborativa para que podamos seguir entendiendo las preocupaciones actuales de la Nación Tahltan, lo que nos permitirá desarrollar en colaboración las medidas de mitigación adecuadas».

Sin embargo, para la Primera Nación Tahltan, la empresa minera ha «elegido un camino de conflicto», por lo que se opondrán a cualquier otro permiso.
Fuente: CBC / RCI / Adaptación RV
https://www.rcinet.ca/es/2021/04/19/indigenas-tahltan-rechazan-exploracion-minera-en-zona-culturalmente-sensible/

Argentina, Internacional, Litio

Orocobre y Galaxy Resources se fusionan para crear un gigante del litio en una operación de US$ 3 mil millones

De acuerdo con los términos de la fusión, los accionistas de Galaxy recibirán 0,569 acciones de Orocobre por cada uno de los títulos en su poder.
20/04/2021
MINERÍA CHILENA
(La Tercera) Las compañías mineras australianas Orocobre y Galaxy Resources han acordado una fusión entre iguales, en una operación valorada en 4.000 millones de dólares australianos (cerca de US$ 3.100 millones), con el objetivo de crear un nuevo gigante global en el segmento de la producción de litio, según han anunciado este lunes en un comunicado conjunto.

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Al cierre de la operación, los actuales accionistas de Orocobre ostentarán el 54,25 del capital social de la empresa conjunta, mientras que los accionistas de Galaxy serán dueños del 45,8% restante.

La fusión entre iguales ha sido recomendada de forma unánime por ambos consejos de administración. Ambas compañías han asegurado que la empresa conjunta tendrá una capitalización bursátil de cerca de US$ 3.100, lo que situará a la empresa en el ‘top 5’ de compañías productoras de litio por valoración en Bolsa.

Tras la operación, el presidente no ejecutivo de Galaxy Resources ocupará ese mismo cargo en la empresa conjunta, mientras que el presidente de Orocobre, Robert Hubbard, pasará a ser vicepresidente.

El director gerente y consejero delegado de Orocobre, Martín Pérez de Solay, ocupará ese mismo cargo en el nuevo grupo. Por otro lado, las oficinas principales de la firma estarán en Buenos Aires, Argentina, mientras que la sede corporativa estará en la Costa Este de Australia y contará con otra oficina en la ciudad australiana de Perth.
https://www.mch.cl/2021/04/20/orocobre-y-galaxy-resources-se-fusionan-para-crear-un-gigante-del-litio-en-una-operacion-de-us-3-mil-millones/

Chile, Internacional, Litio

SQM suministrará hidróxido de litio a la británica Johnson Matthey

19/04/2021
Cortesía de SQM.
La chilena SQM, una de las mayores productoras de litio del mundo, anunció la firma de un contrato a largo plazo para el suministro de hidróxido de litio a Johnson Matthey para que fabrique en torno a 500.000 baterías de vehículos eléctricos en los próximos siete años.

Gracias al contrato, que rige desde 2021 hasta al menos 2028, la compañía suministrará el material para la elaboración de baterías eléctricas a las plantas de Polonia y Finlandia de Johnson Matthey.

El consejero delegado de SQM, Ricardo Ramos, ha enmarcado este proyecto en el esfuerzo de la compañía para incrementar la producción de litio de forma sostenible, con el objetivo de ser neutra en la producción de carbono en 2030.

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Asimismo, Ramos ha señalado que la compañía está trabajando en un importante plan de expansión para producir 180.000 y 30.000 toneladas métricas de carbonato de litio e hidróxido de litio, respectivamente, una expansión que se realizará “simultáneamente con nuestros esfuerzos para reducir nuestra huella ambiental al reducir nuestra extracción de salmuera y el consumo de agua a la mitad en 2030”.

Por su parte, el responsable de materiales de batería de Johnson Matthey, Christian Günther, ha afirmado que el acuerdo firmado refuerza la relación entre sendas firmas, garantizando seguridad en la cadena de suministro y la trazabilidad en un material “clave” para los clientes.

Las empresas han afirmado que continuarán reforzando su relación en el futuro y explorarán posibles sinergias y objetivos conjuntos entre las dos compañías.

SQM suministrará hidróxido de litio a la británica Johnson Matthey

19/04/2021
Cortesía de SQM.
La chilena SQM, una de las mayores productoras de litio del mundo, anunció la firma de un contrato a largo plazo para el suministro de hidróxido de litio a Johnson Matthey para que fabrique en torno a 500.000 baterías de vehículos eléctricos en los próximos siete años.

Gracias al contrato, que rige desde 2021 hasta al menos 2028, la compañía suministrará el material para la elaboración de baterías eléctricas a las plantas de Polonia y Finlandia de Johnson Matthey.

El consejero delegado de SQM, Ricardo Ramos, ha enmarcado este proyecto en el esfuerzo de la compañía para incrementar la producción de litio de forma sostenible, con el objetivo de ser neutra en la producción de carbono en 2030.

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Asimismo, Ramos ha señalado que la compañía está trabajando en un importante plan de expansión para producir 180.000 y 30.000 toneladas métricas de carbonato de litio e hidróxido de litio, respectivamente, una expansión que se realizará “simultáneamente con nuestros esfuerzos para reducir nuestra huella ambiental al reducir nuestra extracción de salmuera y el consumo de agua a la mitad en 2030”.

Por su parte, el responsable de materiales de batería de Johnson Matthey, Christian Günther, ha afirmado que el acuerdo firmado refuerza la relación entre sendas firmas, garantizando seguridad en la cadena de suministro y la trazabilidad en un material “clave” para los clientes.

Las empresas han afirmado que continuarán reforzando su relación en el futuro y explorarán posibles sinergias y objetivos conjuntos entre las dos compañías.

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Internacional

Dos tercios del crecimiento de la demanda mundial de cobre refinado irían a energías renovables y vehículos eléctricos

Así lo dejó ver durante su ponencia, Robert Edwards, el Principal consultant, CRU Group, en uno de los escenarios online de la Cesco Week Stgo 2021.
Negocios e industria
14/04/2021

Sobre la plataforma online que instaló la Conferencia Mundial del Cobre 2021, el Principal consultant, CRU Group, Robert Edwards, presentó un completo análisis sobre la intrínseca relación que hay entre la futura demanda global del metal rojo y las energías renovables y los vehículos eléctricos.

En su presentación denominada “Perspectiva de la demanda de cobre: aceleración de la transición verde”, sostuvo que “se espera consumir en energías renovables y vehículos eléctricos, alrededor de dos tercios del crecimiento, de alrededor del 1,2% anual en el mercado del cobre refinado. Se espera que provenga de la energía verde durante las próximas dos décadas”.

Sobre esa base declaró que “el crecimiento futuro del mercado mundial del cobre depende casi por completo de una rápida transición verde”.

En este marco, comentó que “tomando la energía renovable, en primer lugar, si el mundo quiere siquiera acercarse al objetivo ampliamente declarado de cero emisiones para 2050, entonces será necesario un cambio total de la generación de energía basada en hidrocarburos hacia fuentes de energía limpia como la eólica y solar. Sin embargo, existe una incertidumbre considerable sobre hasta qué punto se lograrán estos objetivos”.
Escenarios energéticos

Asimismo, consideró que “por ejemplo, el escenario energético planificado de la Agencia Internacional de Energías Renovables prevé un aumento de seis veces en la capacidad de generación eólica y solar para 2050, mientras que el escenario de energía transformadora prevé un aumento de 12 veces. Lo que diferencia estos dos escenarios es principalmente la dirección de la política gubernamental y la medida en que prioriza la instalación de capacidad de generación de energías”.

Frente a este escenario, Edwards abrió la interrogante sobre, qué significa lo anteriormente expuesto para el consumo de cobre. Y dijo que “hemos anclado nuestro escenario base más cerca del último pronóstico. Estimamos un aumento del consumo total mundial de cobre y energías renovables de 700.000 toneladas al año en 2020, a 1,8 millones de toneladas al año en 2030, y más de 2 millones de toneladas al año para 2050”.

“Actualmente, China representa el 50% de la demanda de cobre relacionada con las energías renovables, aunque se espera que ese porcentaje, disminuya a alrededor del 35%. Sin embargo, eso en realidad puede subestimar la importancia actual de China si continúa siendo un importante exportador de equipos de energías renovables y cables de cableado asociados”, agregó el expositor.
Vehículos eléctricos

El consultor principal del CRU, indicó que “las ventas europeas de vehículos eléctricos rompieron la barrera del millón de unidades, y, al hacerlo, la región superó a China como el mercado de vehículos eléctricos más grande del mundo”.

En la misma línea, señaló que “el atractivo de los vehículos eléctricos para el cobre es que, la intensidad del uso del metal -de alrededor de 80 kilogramos- por vehículo, es hasta cuatro veces mayor que la de los automóviles con motor de combustión interna estándar”.

Eso es importante en primera instancia, porque sólo se espera que las cifras de producción total anual global de vehículos superen el peak anterior de 2017 en alrededor de un 4% a un 5% para mediados de la próxima década. Sin embargo, se espera que la proporción de autos conectables o como se les conoce en China, los vehículos de nueva energía, aumente el 4% de las ventas mundiales de vehículos ligeros en 2020 al 27% en 2030 y al 50% en 2040.

“Nuevamente, se prevé que China sea el mercado más importante, el cual representa alrededor de un tercio de las ventas globales de autos conectables. De lo contrario, el impulso hacia la electrificación de vehículos será más fuerte en el mundo desarrollado, y especialmente en Europa, donde los autos conectables deberían representar casi el 35% de las ventas de vehículos ligeros para 2030”.
¿Un sustitutivo del cobre?

Para el cobre, el mayor riesgo para la previsión de la demanda de renovables y vehículos eléctricos proviene de la amenaza de sustitución, especialmente del aluminio.

De acuerdo al comportamiento que ha tenido la demanda de aluminio y de cobre en los últimos años, Edwards destacó que “parece haber una mayor amenaza de sustitución, especialmente del cable de alimentación de media tensión en energía solar y eólica terrestre, donde el mantenimiento se puede realizar con mayor frecuencia. En el caso de los vehículos eléctricos, el aluminio tiene una puntuación alta, no sólo en términos de costo, sino también debido al potencial ahorro de peso”.

“Sin embargo, el hecho de que su área de sección transversal debe ser más del 50% mayor que la del cobre para el mismo nivel de conductividad, limita las áreas de sustitución potencial. En consecuencia, es posible que veamos la sustitución del aluminio en los arneses de automóviles, pero menos cuando se usa cobre en forma alambre de bobinado, en el tren de potencia eléctrico y también en las baterías”, acotó el profesional.
https://www.mch.cl/2021/04/14/dos-tercios-del-crecimiento-de-la-demanda-mundial-de-cobre-refinado-irian-a-energias-renovables-y-vehiculos-electricos/

Internacional, Litio

Extremadura deniega a Infinity Lithium explotar el litio en Valdeflores (Cáceres)

La consejera Olga García rechaza la solicitud de Infinity Lithium porque el plan municipal de urbanismo no permite realizar sondeos ni catas en ese terreno
08/04/2021
Baterías Ión litio Junta de Extremadura Minería
Laura Ojea
Se les dificultan los trámites a Infinity Lithium en su camino por explotar litio en las minas de Valdeflores, junto a la ciudad de Cáceres. Según han publicado varios medios regionales, la Junta de Extremadura ha denegado el permiso de investigación a Infinity Lithium para su proyecto de mina en Cáceres.

La Dirección General de Industria, Energía y Minas ha denegado el permiso de investigación denominado Valdeflórez, por considerar que las actividades de investigación que se pretendían llevar a cabo en las dos cuadrículas mineras que abarca este permiso consisten esencialmente en sondeos mecánicos y calicatas que están expresamente prohibidas por el Plan General Municipal de Cáceres, al realizarse en suelos no urbanizables protegidos con limitación de usos.

El proyecto en el que participa Sacyr y con un acuerdo de financiación con EIT InnoEnergy, grupo que lidera la Alianza Europea de Baterías, se queda a las puertas del éxito, al menos de momento.

El proceso aún está lejos de concluir de acuerdo con la normativa vigente, aunque esto supone un retraso muy preocupante. El expediente administrativo sigue su curso, se abre un plazo para presentar recursos de alzada y, posteriormente, cabe recurso ante la justicia.
Litio, el nuevo ‘El Dorado’

En España y Portugal se encuentran las mayores reservas de toda Europa, y en Cáceres se sitúan las dos minas que pugnan por conseguir la autorización de explotación.

Por otro, Lithium Iberia, que quiere explotar el yacimiento de Las Navas, en Cañaveral, también en la provincia de Cáceres. Un punto de extracción que generaría 2,3 millones de toneladas al año de litio que vendría acompañado de una fábrica de baterías que se instalaría en la región.

Internacional

Groenlandia rechazó la minería en elecciones

07/04/2021
Resultado de las elecciones en Groenlandia significa el fin del proyecto de mina de tierras raras y uranio de Kuannarsuit, en el sur de la isla, que se apoyaba desde el gobierno.
Fuente: swissinfo.ch
(AFP)Un partido ecologista de izquierda, opuesto a un proyecto minero muy controvertido, ganó las elecciones legislativas del martes en Groenlandia, un territorio autónomo danés del Ártico.

Inuit Ataqatigiit (IA), hasta hoy formación opositora, logró un 36,6% de los votos, 11 puntos más que en las elecciones precedentes de 2018, según los resultados definitivos.

“Gracias a la población que confió en nosotros para trabajar poniendo en un lugar central las cuestiones humanas durante los próximos cuatro años”, declaró su dirigente Mute Egede, tras el anuncio de los resultados.

El partido IA obtuvo más de 2.000 votos de ventaja, en un padrón de 41.000 electores, con relación a Siumut (29,4%), partido socialdemócrata que domina el escenario político de este territorio desde la autonomía, decretada en 1979.

La victoria de IA significa el fin del proyecto de mina de tierras raras y uranio de Kuannarsuit, en el sur de Groenlandia, que apoyaba Siumut desde el gobierno.

IA obtuvo 12 de los 31 escaños del Inatsisartut, el parlamento local, frente a los ocho que tenía hasta ahora. El Siumut obtuvo diez escaños, uno más que en la actual legislatura.

Al no tener la mayoría absoluta, lo más probable es que IA se alíe con una o dos pequeñas formaciones para formar una coalición en esta inmensa isla ártica de tan solo 56.000 habitantes.

Mute Egede, de 34 años, diputado desde 2015 y líder de la formación ecologista desde hace dos años, podría convertirse en el primer ministro más joven del mundo, aunque no sea un jefe de gobierno con todas las prerrogativas habituales del cargo. “Puede que sea joven, pero también es mi fuerza”, dijo Egede el miércoles por la mañana.

Después de una victoria en 2009, esta es la segunda vez que IA arrebata a Siumut el título de principal partido de Groenlandia.

Siumut, en declive en los últimos años y debilitado por las disputas internas, logró sin embargo un mejor resultado de lo que anunciaban los sondeos de opinión.

Tras agradecer a los electores, Egede anunció que iniciará inmediatamente conversaciones para la formación de una coalición gubernamental.

En oposición abierta a la explotación del depósito de uranio y tierras raras de Kuannarsuit, IA tiene la intención de detener el proyecto que provocó una crisis política en febrero y condujo a las elecciones anticipadas.

– No sacrificar el medio ambiente

“El mensaje de los votantes es muy claro: no sacrificarán el medio ambiente en provecho de la economía”, afirmó Mikaa Mered, especialista académico de los polos en SciencesPo París.

IA también se comprometió a firmar el acuerdo climático de París, que Groenlandia es uno de los pocos que no ha ratificado.

El proyecto de Kuannarsuit, impulsado por el grupo australiano con capital chino Greenland Minerals, es muy riesgoso para el medio ambiente, dicen los opositores.

“La salud pública es lo más importante. Sabemos que el proyecto tendrá consecuencias sobre el medio ambiente”, afirmó Egede.

En Narsaq, un pueblo de 1.000 habitantes en el sur de Groenlandia, cerca del cual se encuentra Kuannarsuit, IA logró un rotundo triunfo con 67,7% de los votos.

Según un sondeo publicado el lunes, 63% de los groenlandeses están en contra del proyecto de Kuannarsuit, pero en cuanto a la explotación minera en general la tendencia es inversa (52% a favor, 29% en contra).

Desde 2009, la gigantesca isla cubierta de hielo administra sus recursos naturales, pero su presupuesto solo es viable gracias a las contribuciones de Dinamarca, que controla la diplomacia, la defensa y la moneda.

Copenhague asegura que no se opone a la independencia, pero emanciparse totalmente privaría a Groenlandia de los generosos subsidios daneses, más de 520 millones de euros anuales (610 millones de dólares), es decir, un tercio de su presupuesto.

Por ello, en los últimos años Groenlandia ha buscado diversificar sus ingresos propios, especialmente con la pesca, que representa el 90% de sus exportaciones, proyectos mineros e incluso turismo.

Groenlandia rechazó la minería en elecciones