Nos solidarizamos y apoyamos al pueblo de El Salvador que quiere decidir su propio futuro.
El Salvador atraviesa una crisis multifacética del agua [1] que podría empeorar aún más [2]. Desde 2008, el Gobierno no ha concedido ninguna licencia minera para preservar el agua y el medio ambiente, medida apoyada por un amplio consenso apoyado por sindicatos, partidos políticos, la iglesia, y las comunidades.
La empresa minera australiana OceanaGold Co, por intermedio de su subsidiaria Pacific Rim Mining Co, presentó una demanda de 301 millones USD contra el Gobierno de El Salvador tras serle denegada su solicitud de explotación minera a causa de los enormes daños medioambientales que ocasionaría.