Con el prolongado desplome del precio del crudo y la recesión tras años de bonanza, el gobierno de Rafael Correa está ahora decidido a enrolarse en la extracción de metales a gran escala, a la que se abrió en 2012. El gobierno considera que el sector es estratégico -junto con el del turismo- para el futuro económico del país y con el impulso a la minería a gran escala busca compensar la caída del precio del crudo, pese a la sostenida resistencia de movimientos sociales e indígenas.
Ecuador, al igual que Colombia, Perú y Chile, se ubica en la zona de subducción de las placas tectónicas Nazca y Sudamericana, lo cual lo vuelve tremendamente sísmico y volcánico, pero también muy rico en oro, plata y cobre.
Pero, al revés que sus vecinos, el miembro más pequeño de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) siempre estuvo más enfocado en sus recursos petroleros y desatendió la actividad minera, que sólo se desarrolló de manera artesanal -muchas veces ilegal- o en pequeños o medianos proyectos.