La Cumbre Agraria, que se realizó en Quito el pasado mes de julio, resolvió como una de sus prioridades fortalecer la autonomía y autodeterminación de los territorios y su defensa , lo que implica también la defensa de la soberanía como principal objetivo para encaminar y vigorizar la resistencia frente a los proyectos mineros, petroleros y multipropósitos que se han incrementado en todo el territorio nacional en estas últimas décadas.
En este tiempo, las comunidades y pueblos han palpado el avance ilegítimo de la frontera petrolera y minera, mayoritariamente en la Amazonía, y ven que los permisos (servidumbres) a nombre de compañías extranjeras son fácilmente entregados por parte del gobierno y las autoridades del ramo, mientras los pueblos originarios pierden sus territorios ancestrales y son vulnerados los más elementales derechos.