Colombia

Se equivoca el Ministro

Se equivoca el ministro con su argumento de “la minería responsable”. El mismo de Adrian Gerard, vocero de una multinacional. “La minería responsable” sólo es un slogan publicitario, pagado por empresas mineras. Falso como cualquier slogan comercial o como uno de político en campaña electoral. Habilidoso para perpetuar el engaño contra la comunidad.

Ninguna explotación minera es responsable, ni la legal, ni la ilegal. Una sería más irresponsable que la otra, pero ambas violentan los derechos de La Naturaleza. Las excavaciones a cientos de metros de profundidad y la desertización a varios kilómetros a la redonda destruyen el medio ambiente por muchísimos años. Muchos metales pesados del subsuelo, cianuro o mercurio, representan serios problemas ambientales. Y decenas de años no son suficientes para resarcirse del deterioro ocasionado.

El fracking tampoco sucede responsablemente. La obligatoria inyección violenta de millones de litro de agua provoca daños irreparables. El subsuelo vaciado crea condiciones favorables para la sismicidad. El agua contaminada en profundidad contagia otros niveles freáticos. Ningún sentido tiene señalar al ELN de su vandalismo si invitan a las multinacionales a ejecutar el mismo horror. No en vano el estado de Nueva York lo prohibió lo mismo que Alemania.

No hay responsabilidad cuando se vulneran los derechos ciudadanos. Disminuye el empleo al disminuir la agricultura donde existe mayor oportunidad de trabajo. Fomenta la pobreza. ¿Cómo explicar tanta pobreza después de 500 años de explotación minera? La armonía social se resquebraja con la afluencia de todo tipo de aventureros, incluyendo delincuencia organizada y desorganizada. Las regalías, tan paupérrimas, sólo benefician la corrupción política de todo el país.

La explotación minera sólo sostiene la voracidad económica de capitales internacionales y la rebatiña de mezquinos políticos locales cuando se muerden, los unos a los otros, por las migajas que les echan al suelo. Esa es la mayor de las injusticias y la peor de las vergüenzas. No importa la doctrina política, lo mismo da un gobierno de derecha o de izquierda. Santos en Colombia y Correa en el Ecuador constituyen buenos ejemplos. En fin de cuenta la política, como la conocemos hoy, es construcción de capitalistas para asegurarse sus negocios.

Un político cumple su función de mayordomo privilegiado. Funciona como servidor del gran capital. Y en eso, el ministro no se equivoca. Y la ciudadanía tampoco se equivocará porque ya sabe que “La minería sostenible no existe. Es la peor mentira que puede emitirse”, según Gonzalo Andrade, profesor del Instituto de Ciencias Naturales  de la Universidad Nacional.

Fuente:http://www.lanacion.com.co/index.php/opinion/item/287503-se-equivoca-el-ministro

Colombia

El río Atrato, uno de los más caudalosos, ahora tiene derechos

La Corte Constitucional declaró al río Atrato como un sujeto de derecho y, por ende, el Estado debe garantizar su cuidado. La decisión no surge porqué sí. Este es uno de los ríos más importantes del Caribe, el mar donde vierte sus aguas por 16 bocas diferentes.

Según una investigación del Instituto Von Humboldt, forma parte de la confluencia de dos pequeñas quebradas al occidente de los farallones de Citará, su curso es de 720 kilómetros y su hoya hidrográfica es de una extensión aproximada de 35.000 kilómetros cuadrados.

Debido a las lluvias de la región, es uno de los afluentes más caudalosos y recibe las aguas de más de 15 ríos, como el Andágueda, Capa, Quito, Bebaramá, Munguidó, Ocaidó, Murrí, Bojayá, entre otros.

El Instituto Von Humboldt y la WWF estarán encargados de asesorar a la comisión de guardianes que recibió facultades por parte de la Corte Constitucional para verificar el proceso.

El Humboldt ya había desarrollado investigaciones de este río, sobre todo relacionado con los peces de la zona y la riqueza que guarda este afluente. Allí registraron 134 especies de 30 clases de familias. Y se aseguraba que la riqueza podía ser mayor.

Cabe recordar, que la cuenca del río Atrato se ha visto históricamente afectada por la deforestación y la minería ilegal, razón por la que la Corte Constitucional tomó la decisión de garantizarle sus derechos.

Fuente:http://caracol.com.co/radio/2017/05/02/ecologia/1493748889_215934.html

Colombia

En Quindío dudan de la suspensión de actividades de AngloGold Ashanti

Recelo, eso es lo que se vive por estos días en Quindío tras el anuncio, la semana pasada de la suspensión indefinida de los trabajos exploratorios de la multinacional minera AngloGold Ashanti en Cajamarca, Tolima.

Para los ambientalistas y líderes de movimientos ciudadanos que están en contra de la minería, solo se trata de una «suspensión temporal de actividades mientras le garantizan seguridad (a la empresa)», dijo Néstor Ocampo, presidente de la fundación Cosmos de Calarcá.

La personera de Salento, Tatiana Herrera, y quien ha impulsado la consulta popular en ese municipio señaló que «no hay garantías, porque no es una solicitud de renuncia (de títulos mineros) lo que sí daría seguridad jurídica a la comunidad. Es la misma discusión que hemos adelantado desde hace meses, mientras los títulos aún aparezcan registrados en el catastro minero, no se les puede creer».

Para el abogado Felipe Robledo, quien ha asesorado el proceso de realización de la consulta popular en varios municipios del Quindío, «es una estrategia. No se van a retirar de la región, lo más seguro es que vuelvan con otro nombre, como ya lo han hecho».

Señaló que tras el triunfo del ‘no’ en la consulta popular la Cajamarca «no van a poder tocar ese territorio pero me preocupa que lo hagan en Quindío, por eso esperamos las consultas en Pijao, Calarcá y Córdoba, y en Génova ya hay un comité importante».

Sin embargo el director de Asuntos Corporativos de la Anglogold Ashanti, Juan Camilo Nariño señaló que «AngloGold no tiene ningún interés ni ningún título en el Quindío, lo hemos insistido muchas veces ante las autoridades y ante la Corporación Autónoma Regional, entidad que emitió un comunicado público el año pasado reafirmando que la empresa no tiene ningún título en Quindío, no estamos involucrados y no lo estaremos”, aseguró Nariño.

No obstante en el departamento desestiman estas declaraciones. Ocampo, por su parte señaló que esto «es mentira, pues hay, por lo menos, dos títulos mineros (de AngloGold Ashanti) que están vigentes».

La personera de Salento coincidió con el ambientalista y dijo que luego de que hace un año se alertara sobre varios permisos que tramitaban algunas empresas mineras en la Agencia Nacional de Minería (ANM) para explorar su municipio, y de que estas aseguraran que renunciarían a ellos, solo renunciaron a dos de los 10 que se denunciaron en 2016.

«Hay ocho títulos vigentes registrados en catastro, sólo aparecen dos retirados, de esos ocho, hay dos para materiales de construcción, los otros son para oro o demás minerales».

De estos, según Herrera, cuatro son de AngloGold Ashanti, uno de Morena Minerales y otro de Golden Amera Resources.

Cabe recordar que Calarcá, es el municipio que recientemente se unió al grupo de las localidades que quieren blindar su territorio de la minería a través de consultas populares. La alcaldesa Yenni Trujillo aseguró que presentará este mes, el proyecto ante el Concejo para luego enviarlo al Tribunal.

En Pijao, la consulta podría ser en menos de dos meses según el alcalde, Edison Aldana. «En marzo presentamos ante el Concejo la pregunta que se va a hacer a la comunidad, esta pregunta es elevada al Tribunal Administrativo del Quindío, donde esperamos el visto bueno».

Y recientemente el alcalde Córdoba, Guillermo Andrés Valencia, afirmó que «a más tardar en noviembre» se realizaría la consulta popular. «Desde campaña la idea era hacerla sino que siempre sentíamos temor por los temas jurídicos pero hoy en día estamos convencidos, estamos seguros que el cien por ciento de la comunidad va a salir a votar en contra de la minería».

Además, el 2 de junio se realizará la segunda versión de la Marcha Carnaval Quindío que busca rechazar los proyectos mineros en el departamento. A esta jornada, el año pasado asistieron más de 12 mil personas. El recorrido inicia en el parque Los Fundadores y concluye en la plaza de Bolívar.

 

Fuente:http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/en-quindio-dudan-de-la-suspension-de-actividades-de-anglogold-ashanti-84376

Colombia

Impactos de la megaminería

A través del discurso oficial, nos venden el sofisma de que el problema de la minería radica en su entorno de legalidad. Para nosotros no existe relación entre los impactos de la actividad minera y la legalidad, pues los impactos son producto de la actividad. La legalidad está relacionada al control territorial y la voluntad de aplicar la ley.
La actividad minera es de alto impacto ambiental y socioeconómico. Luego, nuestra postura crítica se dirige a la minería, actividad desarrollada con respecto a una mina, entendiendo por mina un depósito natural de materiales con valor social o comercial.

Toda intervención minera inevitablemente va a producir un impacto sobre el medio que circunda el sitio de la explotación, tanto ambiental como socioeconómicamente.

La minería ha producido, produce y producirá impactos muy grandes, sin importar su tamaño. La minería a gran escala puede destruir ecosistemas como el páramo de Santurbán, por ejemplo.

Sostenemos por tanto, que la minería de extracción de metales puros o aglomerados de concentrados, es una actividad devastadora del ambiente. La minería impacta el paisaje, el suelo, la estructura geológica del área, las aguas superficiales y subterráneas, el aire, la sociedad en general. La megaminería habla de toneladas, requiere por lo tanto de toneladas de material inerte, de mineral, de dinamita, de agua, de aire, de materiales y recursos, que una vez usados, nos los devuelven contaminados, de manera irreversible. Tal vez con grandes esfuerzos y costos se pueda mitigar parte del daño, pero jamás vamos a tener el equilibrio perdido. ¿Quién cubre los costos que genera la contaminación a gran escala, cuando la mina se cierre?

Usemos el análisis de impactos, para evaluar y verificar los riegos, para tomar la decisión que más le convenga a la comunidad. Con las decisiones de hoy, estamos construyendo el mañana.

Fuente:http://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/movimiento-civico-conciencia-ciudadana/396688-impactos-de-la-megamineria

Colombia

Tocogua se quedará sin agua, comunidad está preocupada por efectos negativos de minería

Según los presidentes de las veredas de Tocogua (Duitama) Cuche y La Laguna, (Santa Rosa de Viterbo)  Jorge Fonseca, Gilberto Antonio Pedraza Torres y  Pablo Enrique Cusba, al parecer la explotación de piedra caliza de la empresa Argos ha afectado los nacimientos de agua que existen en  estos dos sectores.

Preocupación

Por  su parte,  Fonseca,  prendió las alarmas ambientales en relación con el nacimiento de agua denominado La Piscina que se ha  visto ha afectado por las supuestas filtraciones de la laguna  ubicada en la zona de explotación  de la cementera que ha contaminado el  único  ojo de agua que le queda  a la vereda de Tocogua.

“Hace un mes hicimos una  vistita a la laguna que está en la mina y le preguntamos a Argos que por donde se drenaba o se desfogaba el agua de esta y nos dijeron que los estudios que habían hecho  no decían que desde la laguna afectara el nacimiento, pero la realidad  es otra y vemos como desde allá se ven que bajan crecientes que le cambian el color al nacimiento de nuestra vereda.

Antes salía cristalina y desde hace meses que esta turbia por dichas filtraciones que atentan contra  el recurso hídrico de Tocogua”, expuso, Fonseca. A su turno, Pedraza Torres, expresó que el lema que tienen y le dicen  los residentes de la vereda de Cuche a Argos es que “No nos den nada, no nos quiten nada” porque al ver lo que le está pasando a Tocogua  también con tiempo le va a pasar  a ellos porque según el comunal Argos va intervenir un cerro en donde  hay un nacimiento que abastece 180 usuarios que se quedarían sin el preciado líquido por la posible explotación de la multinacional.

Las fuentes hídricas

A renglón seguido, Cusba, representante de la vereda La Laguna, advierte que en este sector de la ‘Villa Republicana’ por la influencia de la explotación de Argos se han sentido impactados al secarse las fuentes hídricas sin que la cementera reconozca el daño supuestamente causado.

La voz de la comunidad

“A la vereda la empresa ha desconocido su influencia y por ello reclámanos a esta para que de una manera u otra subsane el daño  ambiental que ha generado en nuestro recurso hídrico por dicha explotación”, manifestó, Cusba.

Fuente:http://hsbnoticias.com/noticias/local/tocogua-se-quedara-sin-agua-comunidad-esta-preocupada-por-ef-300249

Colombia

“Sentencia de la Corte Constitucional sobre el Chocó es aplicable a otros territorios”: Tierra Digna

El fallo de la Corte Constitucional sobre el Río Atrato, en Chocó, es revolucionario, no solo porque establece como sujeto de derechos a un afluente, sino porque además es una sentencia que no solo protege a los accionarios, sino a todas las comunidades del país que se encuentren en situaciones similares, abriendo paso a que se posibiliten oportunidad para construir un marco de regulación de derechos bioculturales y de la naturaleza.

Así lo explica la abogada de la ONG Tierra Digna, Xiména González, quien explica que la Corte incluyó en su respuesta a la demanda interpuesta por las comunidades, un efecto denominado ‘Inter comunis’, lo que da paso a que la sentencia pueda ser aplicable a otros territorios. “Es un nuevo abordaje que permitirá impulsar reformas institucionales, lograr garantías más específicas y reales frente a los derechos de las comunidades y del ambiente”, dice.

González, indica que la sentencia de la Corte Constitucional se da luego de todo un trabajo previo que venían realizando las comunidades de la región. “Acudimos a la vía judicial luego de que las comunidades étnicas realizaron varias acciones como movilizaciones, mesas de concertación con el gobierno, audiencias públicas y procesos formativos a nivel comunitario. La acción jurídica, solo es un complemento a esas acciones que hacen parte de un conjunto de estrategias que se habían pensado en el Chocó”. Una de ellas es una agenda regional de paz, que enfoca la solución del tema del fin del conflicto armado, desde un abordaje de la paz territorial y ambiental. (Le puede interesar: Corte Constitucional declara al Río Atrato como sujeto de derechos)

La situación del Chocó

En el caso de esta región, desde Tierra Digna se señala que si bien, la minería es parte de la tradición ancestral de las poblaciones, esta actividad se ha trasformado debido a la intromisión de actores externos de Brasil, Córdoba y Antioquia, asociados en la mayoría de los casos a grupos armados y economías ilegales, que han logrado ocupar buena parte de las selvas de ese departamento.

Esa transformación en el proceso de la minería ha conllevado a que los niveles de destrucción de la selva chocoana sean excesivos. Según un reporte satelital de las Naciones Unidas, sobre el número de hectáreas degradadas por minería informal, Colombia es el país con más hectáreas degradas por ese tipo de actividad, y además es el segundo país en el mundo con mayor cantidad de mercurio en sus ríos.

De manera, que según Tierra Digna, los conflictos en esta región del país, y con ello la crisis ambiental y humanitaria, tienen que ver con la pérdida de autonomía y autodeterminación de las comunidades, impactos en salud, el derecho al agua, y por supuesto, la implementación de proyectos mineros informales, pero también a gran escala.

Frente a ese panorama las soluciones que se plantean gracias al mandato del alto tribunal al fin parecen abordar una estrategia estructural que realmente afronte las necesidades del departamento en material social y ambiental. “Lo que viene es mucho trabajo, no puede quedar en el papel la sentencia de la Corte, debe haber un trabajo de movilización, acción comunitaria, organización, e incidencia política para que se cumpla lo estipulado por la Corte”, asegura Xiména González.

Colombia

Corte regaña al Gobierno por no erradicar minería ilegal en Chocó

La Corte Constitucional le hizo un fuerte llamado de atención al Gobierno y a las autoridades que desde hace más de dos décadas no han impedido el crecimiento de la minería ilegal en Chocó.

Para los magistrados, la extracción ilegal de oro y platino en esta zona, que se desarrolla sin ningún cuidado ambiental y con el apoyo de grupos armados, ha generado una “grave vulneración de derechos fundamentales” de las comunidades afrodescendientes e indígenas que viven en la región, una de las más biodiversas del mundo, afectando al río Atrato.

Por eso, en una decisión inédita, el alto tribunal reconoció que el río Atrato, su cuenca y sus afluentes son un sujeto que tiene derechos. Esto implica que el Estado debe iniciar un proceso de protección, conservación, mantenimiento y restauración de este recurso hídrico, y crear un ente –con un representante del Ejecutivo y otro de las comunidades afectadas– que se convierta en guardián del río.

El tribunal le dio al Gobierno un plazo de seis meses para que inicie un “plan de acción conjunto para neutralizar y erradicar definitivamente las actividades de minería ilegal que se realicen, no solo en el Atrato y sus afluentes, sino también en el Chocó”. En ese tiempo se debe fortalecer no solamente el trabajo de las corporaciones autónomas regionales, sino también el de la Fiscalía, recordando que “es obligación del Estado judicializar” a los responsables. Las autoridades también tendrán que incautar las dragas y prohibir el tránsito de combustible y sustancias como el mercurio.

No es posible determinar qué oro proviene de qué fuente, si es legal o no.

La Corte alerta que la minería ilegal se convirtió en el principal financiador del conflicto armado, lo que en el caso de Chocó ha traído más violencia y desplazamientos forzados. Así, para los magistrados es claro que en el país persiste “la falta de regulación pública del comercio del oro”, por eso afirman que la minería ilegal sigue impune, ya que hoy “no es posible determinar qué oro proviene de qué fuente, si es legal o no, qué actividades está financiando y tampoco es posible perseguir a quienes están detrás de esta empresa ilegal”.

Para llenar este hueco, la Corte les ordenó al Ministerio de Hacienda y a la Uiaf crear “una regulación nacional para el comercio de oro, que permita a las entidades correspondientes investigar, identificar y seguir el camino del comercio de este mineral”.

El fallo también les da un año al Estado y a las corporaciones autónomas regionales para que diseñen y pongan en marcha “un plan para descontaminar las fuentes hídricas del Chocó”. Para esto, tendrá que restablecer el cauce del río Atrato, eliminar los bancos de tierras formados por la minería ilegal y reforestar selvas.

Como la minería ilegal también ha afectado la alimentación, la Corte fijó un plazo de seis meses para que se recuperen “las formas tradicionales de subsistencia”, como la pesca, caza, agricultura, recolección de frutos y hasta la “minería artesanal”.

Ante los niveles de contaminación, en los próximos nueve meses se deben realizar estudios toxicológicos y epidemiológicos de este caudal para determinar qué tanto mercurio está en las aguas. Además, se deberá elaborar un censo sobre la minería en Chocó, y actualizar el Código Minero.

Una actividad que tiene activos 179 conflictos

Investigadores de la Fundación Paz y Reconciliación encontraron, en un trabajo de campo, 179 conflictos sociales en el país relacionados con la minería, especialmente la del petróleo, oro y carbón.

Los resultados de esa investigación, que destaca la concentración del 87,2 por ciento de los conflictos en la extracción de esos tres recursos naturales no renovables, se plasmaron en el libro La minería en el posconflicto, un asunto de quilates.

La investigación llama la atención en que la mayoría de los conflictos sociales relacionados con la minería no se da en el sector informal ni ilegal de esa actividad, sino en la extracción formal.

Mientras que el 85 por ciento de los conflictos sociales en esta actividad se da en la extracción formal, la extracción informal agrupa solo el 13 por ciento, y la ilegal, el 12.
El libro, que cubre lo que ha pasado con la actividad minera entre los años 2000 y 2016, destaca “los graves problemas en la gobernanza del sector, la corrupción y la inequidad en la distribución de las regalías”, entre las razones detonantes de los conflictos en los territorios.

Otro hallazgo de este trabajo de campo tiene que ver con que Antioquia duplica el número de conflictos sociales de Boyacá, Santander, Cauca y Meta, departamentos que junto con Antioquia agrupan el 43 por ciento de los conflictos sociales.

Y los municipios donde más presente está la conflictividad social son El Paso y La Jagua (Cesar), Puerto Gaitán y Castilla la Nueva (Meta), Barrancabermeja (Santander), Barrancas (La Guajira), Santa Marta (Magdalena) y Ventaquemada (Boyacá).

Casi la mitad de los municipios con alta conflictividad relacionada con la minería forman parte de los municipios vulnerables frente al posconflicto.

“Este libro es el punto medio entre los radicalismos de los ambientalistas y una industria que piensa que hace todo bien”, dice Alejandro Riaño, coordinador de la investigación.

La Fundación Paz y Reconciliación sostiene que hay un escenario propicio para el diálogo minero-energético, gracias al acuerdo de paz con las Farc y la negociación con el Eln.

Prohíben tóxicos en esta práctica

La decisión de la Corte –que se hizo pública este martes– se dio al resolver una tutela del Centro de Estudios para la Justicia Social ‘Tierra Digna’. En la investigación, las comunidades que viven en la ribera del río Atrato afirmaron que la contaminación del agua con mercurio ha generado afectaciones a la salud como abortos espontáneos, enfermedades vaginales, cutáneas y hongos.

“La aplicación del principio de precaución en este caso tendrá como objetivo prohibir que en adelante se usen sustancias tóxicas como el mercurio en actividades de explotación minera, ya sean legales e ilegales”, dice el fallo.

Fuente:http://www.eltiempo.com/justicia/cortes/corte-ordena-al-gobierno-erradicar-mineria-ilegal-en-choco-83894

Colombia

Un salvavidas para el Atrato

En una sentencia inédita, el alto tribunal consideró al río “sujeto de derechos” y especial protección constitucional. Por eso le ordenó al Estado un plan de choque para salvar este afluente de la minería desbordada y el mercurio.

Decir que “la obsesión por el oro está matando al río Atrato” parece ya una frase de cajón. Tanto como “tirar la casa por la ventana”. Es un problema sobrediagnosticado. Lo ha dicho la Defensoría del Pueblo. Lo ha dicho la Contraloría. Lo ha dicho la Procuraduría. Lo han dicho a rabiar las comunidades que dependen de esa cuenca hidrográfica. Todos saben lo que ocurre. Y, sin embargo, a nadie parece importarle que las aguas del Atrato estén repletas de mercurio y de cianuro; de dragas y retroexcavadoras; de mineros legales e ilegales. Y, claro, de matones a sueldo buscando escriturar un pedazo del río para hacerse ricos. La maldición de El Dorado se está tragando el Chocó. ¿A quién le importa el departamento más pobre de Colombia? ¿A quién le importa el Atrato? A todos, menos al Estado.

No es una opinión. Es un dato. Lo dice la Corte Constitucional en una sentencia histórica en la que por primera vez reconoce a un río –el Atrato– como sujeto de derechos y ordena al Estado la protección de su cuenca y sus afluentes. Ya no porque la minería esté matando a los colonos y campesinos cuyas tripas no aguantan más mercurio, sino porque el río mismo se nos muere y alguien tiene que hacer algo de una buena vez para salvarlo. Incluida la revolución constitucional de entender el ecosistema como una entidad a la que hay que salvaguardar del hombre mismo. Como una población en riesgo. Como una comunidad amenazada. Como una minoría perseguida. La conclusión del alto tribunal es simple: “Es el momento de comenzar a tomar las primeras medidas para proteger de forma eficaz el planeta y sus recursos antes de que sea demasiado tarde o el daño sea irreversible”.

La historia

El 27 de enero de 2015, el Centro de Estudios para la Justicia Social “Tierra Digna”, en representación de varios consejos comunitarios del Chocó, instauró una tutela contra la Presidencia, siete ministerios, la Agencia Nacional de Minería y otras entidades del gobierno con el fin de salvar el Atrato. La cuenca del río, con 40 mil kilómetros cuadrados, atraviesa más del 60 % del departamento. La vida en el Chocó orbita alrededor de ese brazo hídrico, envenenado sistemáticamente. Un afluente, el más caudaloso de Colombia, que nace a 3.900 metros sobre el nivel del mar en el cerro Caramanta, en la cordillera de los Andes, desemboca en el Golfo de Urabá –con una extensión de 750 kilómetros, 500 navegables– y que recibe más de 15 ríos y 300 quebradas. Su caudal arrastra la cloaca de la minería desbordada. Un estercolero en el que nadie sabe cómo todavía hay vida.

La tutela buscaba ponerle freno a esa locomotora de explotación sin tregua en una región en la que ocho de cada diez habitantes tienen sus necesidades básicas insatisfechas. La extracción de oro y platino derivó en una crisis ambiental espeluznante. La Defensoría reportó la muerte de 34 niños embera-katíos en 2014 por el consumo de agua contaminada. Los índices de diarrea, dengue y malaria se dispararon en Chocó, mientras aumenta el taponamiento y la sedimentación de las fuentes hídricas que desembocan en el Atrato. Una radiografía del desastre que llevó a la Defensoría a declarar una emergencia humanitaria y ambiental hace tres años. La deforestación, la mafia de las maderas, la erosión en toda la cuenca y el vertimiento de químicos convirtieron ese río imponente en una cosa tétrica.

El Tribunal Administrativo de Cundinamarca rechazó la tutela por improcedente. El Consejo de Estado también, pero, además, sustentó su postura en un argumento más exótico: que los demandantes fueron incapaces de demostrar el “perjuicio irremediable” que les causaba un Atrato emponzoñado de mercurio. El caso fue seleccionado para revisión por la Corte Constitucional y llegó al despacho del magistrado Jorge Iván Palacio –quien terminó su período en febrero pasado–. Antes de irse, en una sentencia revolucionaria que respaldaron los magistrados Alberto Rojas y Aquiles Arrieta, se ordenó proteger el Atrato como una entidad autónoma sujeta de derechos. Aplicando un enfoque ecocéntrico, la Corte partió de una premisa básica: la tierra no le pertenece al hombre y, por el contrario, el hombre es quien pertenece a la tierra, como cualquier otra especie.

“De acuerdo con esta interpretación, la especie humana es solo un evento más dentro de una larga cadena evolutiva que ha perdurado por miles de millones de años y, por tanto, de ninguna manera es la dueña de las demás especies, de la biodiversidad ni de los recursos naturales, como tampoco del destino del planeta. En consecuencia, esta teoría concibe la naturaleza como un auténtico sujeto de derechos que deben ser reconocidos por los estados y ejercidos bajo la tutela de sus representantes legales, verbigracia, por las comunidades que la habitan o que tienen una especial relación con ella”. Bajo esa tesis, la protección de la naturaleza y el medioambiente constituye un verdadero desafío constitucional, siendo Colombia el quinto país entre los 17 más megabiodiversos –según cita la Corte–. Un país en el que habitan 54.871 especies de animales.

Tras hacer una larga disertación sobre la importancia del agua en la historia de la humanidad, empezando por las civilizaciones asentadas en Mesopotamia, a orillas de los ríos Tigris y Éufrates, en Egipto con el Nilo, en la India con el Ganges o en la China con el Huang He, la sentencia pondera el mito fundacional que encarna el agua para el mundo. Con esos antecedentes, y de vuelta al escenario doméstico, la Corte explicó: “Si bien el derecho al agua no está previsto en la Constitución como un derecho fundamental, la Corte Constitucional sí lo considera como tal por cuanto hace parte del núcleo esencial del derecho a la vida en condiciones dignas no sólo cuando está destinada al consumo humano, sino en tanto es parte esencial del medio ambiente y resulta necesaria para la vida de los múltiples organismos y especies que habitan el planeta”.

Para el alto tribunal, “la importancia de la diversidad biológica y cultural de la Nación para las próximas generaciones y la supervivencia del planeta plantea a los estados la necesidad de adoptar políticas públicas integrales sobre conservación, preservación y compensación que tomen en cuenta la interdependencia entre la diversidad biológica y cultural”. En esa línea, el Atrato constituye el principal factor de identidad cultural del Chocó. No obstante, la tradición minera en la zona completa más de 500 años. Comenzó con el establecimiento de las colonias mineras españolas en Santa María de la Antigua del Darién, en el norte del Chocó. Con el paso de los años la región fue sinónimo de oro y riqueza y en los relatos orales de los negros fantásticos que parió el Atrato se fue regando como pólvora la leyenda de la tierra dorada. Hoy es tierra de nadie. O tierra en disputa, que es lo mismo.

La tragedia de El Dorado

Colombia es el sexto productor de oro en América Latina y ocupa el puesto 20 en el mundo, con 65 toneladas anuales. Desde 2012 es el tercer producto colombiano de mayor exportación después del petróleo y el carbón, y justo por encima del café. Las autoridades estiman que unas 350.000 personas viven de economías vinculadas o derivadas del comercio del oro en 10 departamentos. Antioquia y Chocó encabezan la lista. Un negocio que se desarrolla en zonas con fuerte presencia de actores criminales. Un lastre que se remonta a los años postreros del siglo XVIII, cuando Chocó “producía más oro que todos los demás distritos mineros de la Nueva Granada y, en consecuencia, se convirtió en el principal productor de los virreinatos continentales”. Nunca cesó allá la fiebre por El Dorado.

Esa riqueza jamás se tradujo en bienestar para el pueblo. La mitad de los habitantes vive en situación de pobreza extrema, la región tiene el indicador más bajo en calidad de vida en el país –¿traducción?: es el peor lugar para vivir de Colombia– y la expectativa de vida no supera los 58 años (el promedio nacional es de 70 años). Y uno se pregunta entonces: ¿a dónde fueron a parar 1,5 billones de pesos en regalías que según el Departamento Nacional de Planeación han sido transferidos a las autoridades chocoanas en los últimos cinco años? Lo único que avanza en Chocó son las solicitudes para explotar minas. Para 2015 se hicieron 372 peticiones ante la autoridad minera, que representan 645.937 hectáreas. “La dimensión del negocio es tan grande que las comunidades afirman que en el departamento del Chocó hay actualmente en operación unas 800 dragas”, resaltó el fallo.

Los magistrados Palacio y Rojas viajaron el año pasado a la región y constataron con sus propios ojos la depredación ambiental, la desviación de los cauces de algunos afluentes del Atrato, la multiplicación de las retroexcavadoras y la estela tóxica que arrastra el tercer río más caudaloso de Colombia. El mercurio es usado de manera indiscriminada para extraer oro. Una de las técnicas más contaminantes ocurre cuando se añade mercurio al mineral durante la trituración, molienda y lavado del mismo. “Por lo general, solo el 10 % del mercurio agregado a un barril se combina con el oro para formar la amalgama, el restante 90 % sobra y se desecha en fuentes hídricas”, advirtió la Corte. Colombia es el país con más contaminación por mercurio en América. La organización Mercury Watch calcula que produce 180 toneladas anuales del químico. La tercera parte va a dar al Atrato.

“El empleo abusivo del mercurio, así como su combinación con el cianuro, provocan una extensa degradación ambiental por contaminación de los ecosistemas”, insistió el fallo. El investigador en toxicología de la Universidad de Cartagena Jesús Olivero, en concepto enviado a la Corte, resumió así el cataclismo del Atrato: “El mercurio es el elemento no radioactivo más tóxico que se conoce en la naturaleza. Al mezclarse con el agua (en los ríos y en las ciénagas) se transforma en una especie química mucho más tóxica llamada ‘metilmercurio’, que es la que termina alojándose en la carne de los peces y pescados y, por esta vía, entra en contacto directo con las poblaciones humanas que terminan consumiendo químicos que se vierten en los ríos”.

Según los demandantes, un estudio practicado a 160 personas en la cuenca del río Atrato y sus afluentes (río Quito) descubrió niveles alarmantes de mercurio en la sangre. “El nivel de mercurio es de 60 puntos por millón, cuando el promedio mínimo mundial considerado aceptable es de 0,5 puntos por millón”. Asimismo, la Defensoría del Pueblo conceptuó: “El uso de dragas, grandes y pequeñas, y retroexcavadoras dentro de los mismos cauces de los ríos, así como también en zonas periféricas de las cuencas, ha afectado la dinámica hidráulica de los ríos Atrato, Andágueda y Quito y sus afluentes; ha destruido el cauce, generado la desaparición de la mayor parte de la fauna acuática y terrestre”. Y agregó la Corte: “El impacto de la minería ilegal en el río Atrato es tan fuerte que hoy es prácticamente imposible determinar el cauce original que alguna vez tuvo el río”.

En síntesis, para la Corte es hora de ponerle punto final a la grave situación humanitaria y medioambiental del Chocó. Por eso consideró al Atrato como una entidad sujeta de derechos y ordenó su protección especial e intervención teniendo en cuenta el concepto del interés superior del medioambiente. “La minería ilegal que se realiza en la cuenca del río Atrato y sus afluentes desafía cualquier idea de uso racional de los recursos hídricos y forestales y constituye una abierta vulneración del derecho fundamental al agua”, concluyó la sentencia. Y, de colofón, añadió: “Solo a partir de una actitud de profundo respeto y humildad con la naturaleza, sus integrantes y su cultura, es posible entrar a relacionarse con ellos en términos justos y equitativos, dejando de lado todo concepto que se limite a lo simplemente utilitario, económico o eficientista”.

Así, pues, la revolucionaria sentencia le ordenó al Estado la protección y restauración del río. En ese sentido, el Gobierno y las comunidades afectadas del Chocó deberán nombrar dos delegados para hacerle seguimiento al caso. Ellos serán “los guardianes del Atrato” y deberán conformar una comisión de guardianes en los próximos tres meses. Esta entidad será asesorada por el Instituto Humboldt y WWF Colombia. Ese panel de expertos tendrá la responsabilidad de verificar el cumplimiento de este fallo. Asimismo, se ordenó al Ministerio de Medio Ambiente que, en un plazo no mayor de un año, diseñe y ponga en marcha un plan para descontaminar las fuentes hídricas del Chocó, comenzando por la cuenca del río Atrato y sus afluentes, así como la reforestación de zonas afectadas por minería legal e ilegal.

La Corte también dictaminó que las autoridades debían implementar un plan de acción para “neutralizar y erradicar definitivamente las actividades de minería ilegal que se realicen no solo en el río Atrato y sus afluentes, sino también en el departamento de Chocó”. Y, al mismo tiempo, restringir o prohibir de una buena vez el tránsito de insumos como combustible y sustancias químicas como mercurio y cianuro. Por último, el alto tribunal pidió que se realicen cuanto antes “estudios toxicológicos y epidemiológicos del río Atrato, sus afluentes y comunidades, los cuales no pueden tardar más de tres meses en dar inicio ni exceder los nueve meses para su culminación”, con el fin de tener un diagnóstico claro sobre esta problemática. Una serie de medidas de choque para salvar el Atrato. Salvar al Chocó. Salvar a Colombia. Salvar al planeta.

Fuente:http://www.elespectador.com/noticias/nacional/un-salvavidas-para-el-atrato-articulo-691575

Colombia

El voto ecológico: entre la minería o la protección del verde

Tanto su fauna como su flora se destacan y se han convertido en un símbolo para la conservación de la naturaleza.

Entre tantas noticias de corrupción y de accidentes naturales, los medios dejaron pasar, en buena medida, desapercibida una información que en otro lugar habría ocupado las primeras planas de los medios de información.

La comunidad de Cajamarca, en el departamento del Quindío, salió a las calles para votar en contra o a favor de la minería; en un ejercicio electoral, frente a una actividad económica que es en buena medida privada, pero que requiere una licencia estatal para su explotación.

El resultado de esta convocatoria, en una decisión democrática, realmente participativa, afectó a la población de este pequeño municipio. Más allá de un conteo de votos, Cajamarca se ha convertido en un símbolo nacional. En una expresión de que los principios ecológicos priman sobre la explotación de los recursos no renovables.

La responsabilidad de unos pocos colombianos sobre un pequeño territorio es enorme, ya que esta zona es un refugio para especies vegetales y para una fauna que está en vía de extinción.

El voto popular determinó que se cerrara la exploración minera, y más allá que no se continuaran otorgando licencias para la búsqueda y exploración de minerales.

A diferencia de una elección de representantes políticos, de escogencia de gobernantes, aquí no se votó por personas sino por ideas, por conceptos, por valores, por la primacía de la ecología frente a los intereses económicos.

Mirando con lupa y entre noticias de orden público, aparecen otras informaciones como que el posconflicto permitirá poner los ojos en la protección de diferentes especies, entre otras hermosas aves, una gran variedad de colibríes, las tortugas, los delfines o los característicos osos de anteojos.

Aunque las normas de la minería son estrictas, y es claro en que casos se cae en la ilegalidad. Sólo hasta ahora la comunidad colombiana tiene una directa e importante participación en la decisión del uso de la tierra, de qué debe primar a la hora de aprovechar los recursos naturales tanto renovables como no renovables.

“Verde que te quiero verde”, decía el poeta español Antonio Machado y, básicamente, ese es el canto de las poblaciones colombianas que buscan que la conservación de la naturaleza se coloque por encima de cualquier otro interés económico.

Las elecciones, a través del fervor popular, podrán cambiar el color del mapa de nuestra nación.

Las tonalidades de verde primarán sobre los grises, cafés y tonos opacos que simbolizan los minerales que se esconden bajo el manto natural. Sin duda todos los electores colombianos pondrán a presionar los mecanismos de elección popular. La tierra es de todos y el uso de ella debe estar en manos de la población mayoritaria.

Fuente:http://www.pulzo.com/opinion/el-voto-ecologico-entre-la-mineria-o-la-proteccion-del-verde/PP257776

Colombia

La minera AngloGold suspende trabajos en Colombia tras el rechazo de un pueblo a su proyecto

Justo un mes después de que el nombre de un pequeño pueblo, Cajamarca, saltó a las noticias por rechazar el proyecto minero La Colosa, la compañía responsable, AngloGold, suspende operaciones en Colombia. La empresa, de origen sudafricano, explica que después de 14 años de labores en la zona detienen su trabajo en la región, acatando la voluntad popular que se opuso a la explotación minera en su territorio. Un resultado abrumador de 6.165 votos contra 76 terminó empujando a la minera a parar el proyecto y abrió un debate nacional sobre la soberanía de los municipios y la participación cuando se decide sobre la exploración de sus tierras.

La meta de AngloGold era extraer 28 millones de onzas de oro en una zona que hace de despensa agrícola y tesoro hídrico en Colombia. De un pueblo que el mes pasado le dio valor en las urnas a un mecanismo democrático, poco usado hasta ahora. La empresa argumentaba recientemente que el impacto que se había generado desde que hace presencia en ese territorio era de baja intensidad,puntual, mitigable y compensable. Sus razones fueron respaldadas por voces como la del director de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia -Andi- que también estuvo en contra de la consulta. Bruce Mac Master aseguraba que en el tema ambiental existen normas y entidades que estudian si un proyecto es viable o no. “Es absurdo atacar los proyectos considerados como viables y sostenibles, afectando a toda la población que se puede beneficiar de los mismos”. Sin embargo, fue más fuerte la voz del pueblo que, desde que se conocieron las pretensiones de la minera, estuvo acompañada por la de ambientalistas, académicos y juristas.

“Los explosivos usados para minería a cielo abierto contaminan el aire con metales pesados, presentes en el subsuelo. El drenaje ácido de las minas a cielo abierto libera cadmio y arsénico, tóxico para el ambiente y la gente”, razonaba Carlos Lozano Acosta, de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente, una de las organizaciones que lideró el proceso para que fueran los ciudadanos los que decidieran si querían o no que en su región se realizaran explotaciones.

Renzo García, del comité ambiental que promovió la consulta, advierte que la decisión de la empresa es “positiva”, pero no suficiente. Exige, como vocero de la comunidad, que se cumpla al pie de la letra lo que dispone la consulta popular. “Se tiene que acatar como es. No se trata de suspender, ellos tienen que renunciar a ese proyecto porque el pueblo así lo quiso”, asegura desde Cajamarca a ELPAÍS. Dice que esta lucha, que comenzó hace varios años, demuestra que la defensa de la vocación agropecuaria es posible y debe servir de ejemplo a otras regiones.

“Es un mensaje de esperanza para todos los que tenemos que padecer los estragos ambientales de estos grandes proyectos mineros”, agrega.

Con la decisión de la compañía, al menos 400 trabajadores quedarán sin empleo, se reducirán al mínimo los gastos operativos y se suspenderán las inversiones sociales que, según la empresa, llegan a los 6.000 millones de pesos colombianos.

Fuente:http://internacional.elpais.com/internacional/2017/04/27/colombia/1493327943_158398.html