Brasil, Perú

¿No era que la minería ya no contamina?

05 de febrero de 2018
José de Echave, Cooperacción
Imagen: Clarín
Muchas veces se escucha decir a las empresas que la minería moderna no contamina. Que los graves impactos ambientales que se ven sólo corresponden a operaciones antiguas, las del siglo pasado. Que la tecnología lo garantiza todo y todo lo soluciona. Que los mejores estándares ambientales son aplicados por las empresas, sobre todo las que actúan a nivel global. Lamentablemente, la realidad nos muestra que eso no es cierto.

La semana pasada, el 25 de enero, recibí un correo electrónico de nuestro colega Danilo Chammas, de Brasil: “Siento comunicarles que hoy se rompió otro dique de colas de Vale en Brumadinho, Minas Gerais, Brasil, justo en la misma municipalidad donde hicimos nuestro encuentro hace dos meses. Hemos recibido noticias no confirmadas de que hay víctimas fatales y también de que se ha afectado el rio Paraopeba, importante fuente de agua de la región metropolitana de Belo Horizonte, capital del Estado de Minas Gerais”.

Es cierto, un par de meses atrás un conjunto de instituciones nos reunimos precisamente en Brumadihno para analizar la problemática de la minería y sus impactos ambientales y sociales en la región. Se eligió esa zona, precisamente porque en noviembre de 2015 otra presa, operada por la empresa Vale y su socio BHP Billiton, colapsó en la localidad de Mariana en Minas Gerais, provocando lo que hasta ese momento era el peor desastre ambiental de la historia de Brasil.

En su mensaje, Danilo comentaba que todo indicaba que, como en el caso de Mariana, ocurrido tres años atrás, también “había víctimas fatales” en Brumadihno. Lamentablemente, con el transcurrir de las horas y los días, las cifras de desaparecidos y de personas fallecidas no dejaba de aumentar reporte tras reporte. Al momento de escribir este artículo se habla de 300 desaparecidos y 60 personas fallecidas ya confirmadas.

Haciendo historia: entre Mariana y Brumadinho

¿Qué pasó en Mariana en 2015? Una presa de residuos mineros, propiedad de la empresa Samarco Mineradora, de Vale y BHP Billiton, dos gigantes de la minería mundial, colapsó, rompiéndose el dique de contención, lo que provocó que todo el material tóxico convertido en lodo caiga sobre el distrito de Bento Rodrigues y lo termine literalmente enterrando.

En ese entonces fueron 19 personas fallecidas, un número de desaparecidos enterrados bajo el material tóxico que hasta ahora no ha sido del todo precisado y más de un millón de personas afectadas. Si bien en un inicio sólo el distrito de Bento Rodrigues fue afectado, con el transcurrir de los días se pudo constatar que el derrame de los residuos tóxicos también impactó a otros distritos cercanos en un radio de 60 kilómetros de la ubicación del dique.

Las investigaciones sobre el caso Mariana establecieron que la cantidad de residuos que se desbordaron era una clara evidencia que las operaciones en la zona habrían sobrepasado largamente la capacidad de la presa. Además, informes previos habían llamado la atención por la superposición de las áreas de influencia de vertederos y de la presa, que generaban una sinergia de impactos de las operaciones de la empresa Samarco. Sin embargo, ni la empresa, ni las autoridades encargadas de la supervisión tomaron medidas de prevención. Los más de 60 millones de metros cúbicos de residuos tóxicos contaminaron 600 kilómetros de ríos, llegando incluso hasta el Océano Atlántico.

Luego de tres años, nuevamente vuelve a pasar una tragedia similar en la misma zona y con un mayor saldo de pérdidas de vidas humanas. ¿Qué es lo que ha provocado esta nueva tragedia como consecuencia del colapso de un dique? En la mina de Feijão en Brumadinho se explota hierro que se extrae con agua. Una vez extraído el hierro los residuos líquidos son almacenados en represas que se ubican en el entorno de la mina. Cabe señalar que en todo el Estado de Minas Gerais existen más de 400 represas similares.

Según el procurador Carlos Eduardo Ferreira Pinto, quien tuvo a su cargo la investigación del caso Mariana, lo ocurrido en Brunadihno “era lógico que iba a suceder” ya que este tipo de represas continúan funcionando sin ningún tipo de control riguroso: “una presa se rompe porque le entra agua a sus estructuras y eso ocurre por el descuido de la empresa, la falta de fiscalización de las autoridades y las consultoras independientes”. Alessandra Cardoso, asesora política del Instituto de Estudios Socioeconómicos, dijo en una entrevista para la BBC, que el hecho de que la represa llevara inactiva tres años, sin recibir residuos, habría desgastado la estructura. Para Cardoso, cuando una mina o represa paraliza sus actividades, “la tendencia es que la empresa dé menos atención” a los criterios de seguridad.

Como se puede apreciar, los especialistas aluden a posibles negligencias, ausencia de controles, fiscalización y normas que se han venido relajando en los últimos años. El procurador Ferreira Pinto que finalmente fue apartado de las investigaciones de Mariana, señala: “las autoridades continúan dando autorizaciones para la construcción de represas, al mismo tiempo que se flexibilizan los controles y las regulaciones”.

Esta situación se ha agravado con la llegada al poder del presidente Bolsonaro el pasado 1 de enero, y su apuesta por mayores flexibilizaciones de las regulaciones ambientales y licencias automáticas para los proyectos de inversión. Al estilo Trump, en la campaña, Bolsonaro amenazó varias veces con retirarse del acuerdo de París y apostó por la reducción de multas por violar las leyes ambientales. Incluso ya en el gobierno, el presidente brasileño, como en su momento lo hizo Alan García en el Perú, se refirió a los pueblos indígenas en la Amazonía como “obstáculos al desarrollo y la economía de su país”, señalando al mismo tiempo que se flexibilizarían los trámites para agilizar las inversiones en la Amazonía.

Lo cierto es que este dramático caso ha puesto en debate en Brasil la manera cómo se viene desarrollando la minería y cómo se construyen las represas que se multiplican e implican enormes riesgos. Lo que es más preocupante para organizaciones de las poblaciones afectadas e instituciones que trabajan temas ambientales, es que en el propio Estado de Minas Gerais se siguen debilitando las regulaciones ambientales.

¿Cómo estamos por casa?

Lamentablemente, para los peruanos todo lo que viene pasando en Brasil es historia conocida. Leyes que flexibilizan los controles ambientales, debilitamiento de la institucionalidad ambiental, autorizaciones de proyectos mineros en zonas de alto riesgo y también hemos tenido casos de presas que colapsan. Aún está en la memoria el colapso del dique de la presa que contenía desechos tóxicos de la empresa minera Caudalosa Chica que contaminó en junio del 2010 la cuenca que comprende los ríos Huachocolpa y Opamayo, hasta la localidad de Lircay, en Huancavelica. También están los miles de pasivos ambientales que afectan a poblaciones enteras y que siguen sin ser remediados, como ocurre, por ejemplo, en Hualgayoc, Cajamarca.

En el caso peruano, los riesgos no sólo se acrecientan por la fuerte presencia de instalaciones mineras a lo largo y ancho del territorio, inclusive en zonas de alto riesgo y próximas a centros poblados, las débiles políticas, etc., sino también por ser un país sísmico que genera un altísimo riesgo.

Hace unas semanas en esta revista denunciamos que un nuevo proyecto minero -Ariana de la empresa Southern Peaks Mining- iniciaría la fase de construcción precisamente en todo el ecosistema hídrico donde se produce el trasvase de aguas hacia la cuenca del río Rímac, lo que permite el abastecimiento de agua para los 10 millones de personas que vivimos en la ciudad de Lima. Varios de los componentes del proyecto Ariana -como la planta de beneficio y el depósito de relaves- se encuentran a menos de 50 metros de los bofedales, canales de conducción, pozos de captación de aguas subterráneas, lagunas, manantiales o puquiales, donde se produce el trasvase de aguas.

De hecho se ha alertado de la posible rotura de la presa de relaves de Ariana:
el oficio de la empresa Enel del 18 de mayo de 2018 señala claramente que en la zona donde se acumularían los relaves “la geología es de caliza pizarrosa muy fracturada (material permeable y cárstico)” y que “hay una falla geológica muy fracturada por la que se filtra un gran chorro de agua”. Por ello, Enel asegura que debido al proyecto “la geotecnia del túnel podría verse comprometida”. Otro caso preocupante es el depósito de relaves de Tamboraque que se ubica a escasos metros del río Rímac.

Se deberían sacar lecciones de este terrible hecho en Brasil. La minería del siglo XXI sigue generando desastres ambientales de envergadura que sólo se pueden prevenir con controles rigurosos, fiscalización y exigentes políticas ambientales. Lamentablemente, hasta ahora seguimos caminando en sentido contrario y haciéndole caso a las empresas que exigen mayores desregulaciones. Estamos avisados.
Fuente: José de Echave, COOPERACCION

Brasil

Río contaminado por derrame minero afecta alimentación de indígenas brasileños

El pueblo indígena de São Joaquim de Bicas queda en Brumadinho, en el estado brasileño de Minas Gerais, aguas abajo de donde una presa se rompió el viernes 25 de enero, dejando 84 de muertos y casi 300 desaparecidos.

Luego de la catástrofe, la población tuvo que reprogramar sus hábitos alimenticios, ya que el río del que su vida depende está contaminado por los desechos de minería.

Los peces en el río Paraopeba son la principal fuente de alimento para los miembros de la tribu Pataxó Hã-hã-hãe, que viven al final de un camino de tierra. Los habitantes de la aldea también se bañan y lavan las ropas en sus aguas.

Pero, después de que una presa de desechos de la mina Corriente del Frijol estalló, soterrando comunidades y transformando las aguas claras del río en un flujo marrón barroso, los cerca de 80 habitantes de la aldea Pataxó se han visto obligados a reubicar a sus familias.

Aunque no hay ningún Pataxó Hã-hã-hãe hasta el momento, entre los 84 muertos confirmados o los 276 desaparecidos, temen que el desastre pueda ser el fin de su estilo de vida.

“El jueves yo estaba aquí lavando mis ropas, bañando a mis hijos, y ahora no puedo ni tocar el río”, dijo Sot de Ionara, conteniendo las lágrimas, señala el portal. “Nuestros corazones están muy tristes por saber que nada puede ser hecho”.

El sufrimiento de los Pataxó Hã-hã-hãe coincide con el momento en que el actual Gobierno señala que quiere eliminar los reglamentos para la minería y reducir las protecciones que las comunidades indígenas disfrutan actualmente. Para los críticos, la ruptura de la represa revela los riesgos de estas directrices.

La Fundación Nacional del Indio (Funai) dijo estar comprometida a ayudar a la aldea, garantizando el suministro de agua potable, entre otras medidas. Pero la confianza en las autoridades es baja tras la tragedia.

“¿Crees que una minera cualquiera se preocupa por eso? ¿Crees que un alcalde cualquiera se preocupa por esta área? “, indicó Sot de Aigoho. “Ellos sólo aman el dinero y la minería”.

En el segundo dique que se revienta en tres años en Minas Gerais, los rescatistas encontraron los cuerpos de 84 personas sin vida, pero se teme que pueda haber muchas más víctimas del lodo tóxico.

La minera Vale, dueña de la represa en la que se almacenaban aguas residuales, confirmó que había trabajadores en el área que resultaron afectados por una gran corriente de lodo tóxico.

“El rescate y la atención a los heridos se está realizando en el lugar por el Cuerpo de Bomberos y Defensa Civil, aunque no hay confirmación sobre la causa del accidente“, expresó Vale en un comunicado.

En el escrito anuncian la activación de un plan de emergencia. “La prioridad absoluta de Vale, en este momento, es preservar y proteger la vida de los empleados y los integrantes de la comunidad”, comunicó la empresa.

Catástofre ambiental y humana

El incidente se produce tres años después de que la ruptura de los diques de la minera Samarco provocara una gran catástrofe ambiental de Brasil, la cual ocasionó 19 muertos por un vertido de residuos minerales.

El 5 de noviembre de 2015, el dique cedió liberando 32 millones de metros cúbicos de barro que arrasaron varias localidades en el sureste del país, siendo el más afectado el pueblo de Bento Rodrigues.

Fuente: https://www.elciudadano.cl/pueblos/rio-contaminado-por-derrame-minero-afecta-alimentacion-de-indigenas-brasilenos/01/30/#ixzz5eEwotTcw

Brasil

Un especialista en minería advirtió que otros diques mineros podrían romperse en Brasil

Según Luiz Jardim Wanderley, de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro , «en aproximadamente el 10% de los diques del estado de Minas Gerais no se ha certificado la estabilidad o no hay suficiente información sobre seguridad»

Otros desastres como el Brumadinho podrían ocurrir en Brasil, teniendo en cuenta que casi el 10% de las 450 represas del estado de Minas Gerais carecen de condiciones de seguridad satisfactorias, advirtió Luiz Jardim Wanderley, especialista en minería de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro (UERJ).

Un dique de la mina Corrego do Feijao, operada por el gigante minero Vale, se rompió el viernes pasado en Brumadinho (a 60 km de Belo Horizonte) y provocó una descomunal marea de lodo que arrasó con todo lo que había en su camino, con saldo provisorio de 60 muertos y casi 300 desaparecidos.

En 2015, la rotura de otro dique, del que Vale era copropietario, tuvo lugar en el municipio de Mariana, a 120 km de Brumadinho, dejando 19 muertos y el peor desastre ambiental de Brasil, con la contaminación del Río Doce, que llevó los residuos hasta el océano, a 650 km de distancia.

_¿Cómo evalúa el riesgo de un nuevo desastre como los de Mariana y Brumadinho en Brasil?

Probablemente tendremos otros casos, que podrían ser de una amplitud menor, pero también peores. En aproximadamente el 10% de los diques del estado de Minas Gerais [donde ocurrieron estos dos desastres] no se ha certificado la estabilidad o no hay suficiente información sobre seguridad.

Así que se puede decir que una cantidad relativamente grande de presas con condiciones de seguridad inadecuadas permanecen en servicio en ese estado.

—¿A qué se puede atribuir estos problemas de seguridad?

Cuando los precios de las materias primas cayeron [en 2015-2016, años en los que Brasil experimentó una recesión histórica], las empresas tuvieron que hacer recortes en el presupuesto, lo que pudo afectar a áreas como la seguridad y el mantenimiento.

Hay que esperar a la investigación, para saber si Vale ha reducido sus controles sobre los diques, incluso después de la catástrofe de Mariana.

Por ahora, no tenemos idea de la magnitud de la tragedia de Brumadinho. Más de tres años después, no sabemos realmente el alcance exacto de la de Mariana, que sigue afectando la vida cotidiana de las orillas del Rio Doce.

—¿Qué podemos esperar del gobierno de Jair Bolsonaro en términos de prevención de riesgos?

Este gobierno no parece dispuesto a reforzar los controles para la preservación del medio ambiente y el comportamiento de las empresas. Considera que las empresas operan de manera responsable, por sí mismas, lo que no es el caso, como hemos visto.

 

Fuente:https://www.infobae.com/america/america-latina/2019/01/28/un-especialista-en-mineria-advirtio-que-otros-diques-mineros-podrian-romperse-en-brasil/

Brasil

El desastre ambiental de Brasil deja expuestos los costos de la minería a cielo abierto

Mucho dice el lenguaje cuando algo quiere ser ocultado.

Desde hace días, los medios hablan de la rotura de una represa en Brasil como si se tratara de un embalse como el lago San Roque, por citar uno que conocemos todos.

Lo que cedió en Minas Gerais, y sepultó el pueblo de Brumadinho -siempre son los pobres los que pagan con su vida-, fue el dique de colas de la minera Vale, principal productora de óxido de hierro y níquel en el mundo. Un dique de colas no es un embalse para sembrar truchas o hacer turismo. Es el basurero en el que se depositan los residuos de la minería a cielo abierto. Por cada 1000 kilos de mineral se generan 850 kilos de desechos. Bajo ese lodo tóxico yacen los más de 300 desaparecidos de un pueblo que ya no es.

La minería es segura y sustentable, braman quienes la defienden, acusando a quienes la cuestionan de impedir el progreso. La historia los desmiente.

La misma Vale, en 2015 y a pocos kilómetros del sitio de esta catástrofe, fue protagonista del -hasta hoy- mayor desastre ambiental de la historia del Brasil.

Hace diez años, en Bolivia reventó el dique de colas Abaroa y contaminó el río Pilcomayo.

Dos sucesos prácticamente dieron por terminada la minería a cielo abierto en Europa. En 1998, la rotura de un dique de colas en Huelva, que derramó 4500 millones de litros de barro tóxico sobre una reserva natural. Y en 2000, el desastre de Baia Mare en Rumania. «No quedó nada vivo», dijeron los biólogos cuando la mancha de 40 kilómetros llegó al río Danubio, a 2000 kilómetros de la minera.

La minería a cielo abierto, esa modalidad tecnológica que se impuso en los últimos 25 años, consiste en volar una montaña, separar los minerales en una sopa de sustancias químicas y disponer los residuos en un dique de cola. Y muchas veces, abandonarlo, como en la minera La Concordia en Salta que desde hace 22 años viene contaminando. Obligando a quienes viven aguas abajo a permanecer implorando que no se rompa.

Somos líderes en seguridad, decían los directivos de Vale mientras hacían simulacros de emergencia en Brumadinho.

 

Fuente:https://www.infobae.com/opinion/2019/01/29/el-desastre-ambiental-de-brasil-deja-expuestos-los-costos-de-la-mineria-a-cielo-abierto/

Brasil, Comunicados OCMAL

Brumadinho: otro crimen de la minería en medio de la impunidad

Con profundo pesar y gran indignación hemos tomado conocimiento del nuevo crimen sufrido por   comunidades y ecosistemas en Minas Gerais, Brasil.Nuevamente VALE, la empresa otrora estatal brasileña, responsable de la ruptura de un dique de colas con innumerables costos humanos y ambientales.

Quienes vivimos y trabajamos preocupados de los efectos negativos de la minería en América Latina despertamos cada día con la esperanza de no ser, otra vez, testigos de un nuevo crimen minero. Cada día nos esforzamos para que no se desarrolle un nuevo proyecto minero, pues éste encierra las amenazas de lo vivido el 5 de diciembre de 2015 en Mariana con 19 muertos, más de un millón de afectados y 600 kilómetros de río contaminado.

Y ahora, el 25 de enero recién pasado en Brumadinho, se suma a los muchos más a través de la historia reciente.

El Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina OCMAL estuvo presente en la conmemoración de los 3 años del crimen de VALE y BHP en Mariana.
Vimos entonces cómo un pueblo abandonado, aun con muestras de la avalancha de barro tóxico formado por las lamas de los desechos de la minería, se erguía como testigo de la impunidad en que operan empresas mineras en América Latina.
Familias esperando aún reparación, vivienda, apoyo, reconocimiento de víctimas de los desastres provocados por la minería.
Justamente la presencia de OCMAL en el municipio de Brumadinho en noviembre de 2018 fue un acto de apoyo y solidaridad con las comunidades que luchan por evitar la ampliación de la mina, cuyo dique de desechos ha causado el reciente crimen socioambiental.Vemos con tristeza e indignación la impunidad que acompaña al poder corporativo minero en nuestra región debilitando nuestras frágiles democracias y capturando a los Estados con cooptación y corrupción.
Vemos también con esperanza que estos crímenes sirven para demostrar cada vez mas, y ojalá de una vez por todas, que la minería no es una alternativa para nuestros ricos países que a costa de saqueo y agresión terminan siendo pobres y devastados.

La actividad minera es una industria del desecho. Por cada 7 kilos de cobre se produce una tonelada de desechos tóxicos. Por cada gramo de oro se producen 3 toneladas de desechos peligrosos.
Es una industria del desecho masivo porque transforma el subsuelo en relaves tóxicos, sopas químicas, montañas de veneno.
Junto con sentir y solidarizar con el pueblo de Minas Gerais, llamamos a reconsiderar la minería como opción económica para nuestros pueblos.
La tecnología, arma secreta de la arrogancia tecnocrática minera, no evita los crímenes de los que somos testigos. La responsabilidad minera no previene, no mitiga, no compensa.
Exigimos por el bien de las comunidades y los ecosistemas y finalmente por la seguridad y supervivencia del planeta: no más desechos mineros en América Latina.
OCMAL expresa su solidaridad a las víctimas y sus familiares, los/as trabajadores/as y moradores de las comunidades afectadas, asi como a los/as defensores/as de la tierra y el ambiente en Minas Gerais.

Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina

OCMAL

Brasil

Avalancha desentierra debate minero en Brasil

Mientras los rescatistas siguen buscando entre el barro a los 305 desaparecidos tras la rotura el pasado viernes de una presa de residuos mineros cerca del municipio sureño de Brumadinho, al sureste de Brasil, las preguntas en torno a las causas comienzan a hacerse en voz cada vez más alta.

Para responderlas, en principio, es necesario entender en qué consistía la estructura –propiedad de la multinacional brasileña Vale– que colapsó, desatando 12 millones de metros cúbicos de desechos mineros que, hasta el momento, dejan 58 muertos. El episodio no es nuevo. Hace 3 años otra presa de la misma empresa cedió. El torrente de lodo dejó 19 víctimas mortales e incontables desaparecidos en esa ocasión.

Un negocio riesgoso

Como explica Julio Fierro, investigador geoambiental quien ha asesorado al ministerio del Medio Ambiente en Colombia, el principal desafío de la minería de metales es qué hacer con los inmensos desechos que genera.

Casi la totalidad de las toneladas de roca que son pulverizadas hasta tener el grosor de un cabello humano, con el fin de extraer los gramos del metal en cuestión, terminan convertidas en un “lodo tóxico” cargado de los metales que no son utilizados, como níquel, arsénico entre otros.

El dilema, tras este proceso, es cómo almacenar esos desechos. Pese a que en los últimos años se han buscado alternativas que drenen el agua de los desechos y lo reúnan de forma más segura, la opción más común, de acuerdo con Jorge Eduardo Cock, exministro de minas y energía, “es juntar todo ese lodo en una especie de represa como la de Brasil”, llamadas presas de cola o relaves.

“Se trata de estructuras poco resistentes, de varios pisos, que se van construyendo una sobre otra”, señala Fierro. Una debilidad acentuada, de acuerdo con Tadzio Coelho, sociólogo brasileño e investigador de asuntos mineros de la Universidad Federal de Maranho, por la precaria fiscalización que se hace de las condiciones de seguridad de este tipo de diques “en las que los organismos investigadores dependen de la información aportada por la propia empresa”.

Todos estos factores confluyen, de acuerdo con el exministro Cock, en estructuras sobre las cuales “es imposible asegurar que no van a romperse”. En bombas de fango tóxico a la espera de ser detonadas por la erosión del lodo sobre las paredes de la estructura, las lluvias o los sismos.

 

Fuente:http://www.elcolombiano.com/internacional/avalancha-tras-ruptura-presa-en-brumadinho-abre-debate-sobre-mineria-en-brasil-JB10110595
Brasil

Lloramos con la Madre Tierra lágrimas de barro y sangre

¡No a la impunidad!

La Red Iglesias y Minería llora junto a las víctimas del crimen socioambiental de Brumadinho, Minas Gerais (Brasil)

Estamos escribiendo hoy desde esta comunidad violada, que conocemos bien y que hoy volvemos a visitar, después de haber celebrado con ella varias veces en el caminar, la vida y la resistencia frente a la expansión de la minería.

Escribimos también desde las muchas comunidades latinoamericanas afectadas por la violencia arrogante del extractivismo, abrazadas hoy silenciosamente a la pequeña Brumadinho, en lágrimas.

Estamos solidarios con las familias de las víctimas y las comunidades de fe, que tendrán el duro desafío de reconstruir la esperanza. Nos unimos también a la Arquidiócesis de Belo Horizonte, que con las palabras del Evangelio definió la tragedia como “abominación de la desolación”, refiriéndose a los “absurdos nacidos de las ganancias y el desprecio al otro, a la verdad y al bien de todos”.

Seguimos acompañando y asesorando a las iglesias comprometidas en los territorios heridos por la minería y en todos los conflictos abiertos entre empresas extractivas y comunidades (Solo en Brasil hay más de 70 Diócesis donde fueron mapeados estos conflictos).

La impunidad consolida el crimen

La empresa VALE S.A., junto a la BHP Billiton, es la responsable de 19 muertes y de la contaminación de toda la cuenca del Río Doce, el 05 de noviembre del 2015. La repetición del mismo daño, tres años después, con un rastro de muertes mucho más graves, es la confirmación de la incapacidad de gestión y prevención de daños, desinterés y conducta criminal.

Esta responsabilidad involucra también al Estado, que otorga licencias a los proyectos extractivos y debería monitorearlos para garantizar la seguridad y la vida digna de las comunidades y del medio ambiente.

La responsabilidad del Estado es doble, porque la impunidad y la falta de reparaciones completas y suficientes para las víctimas del crimen de Marina fue una de las condiciones principales que permitieron el nuevo crimen de Brumadinho.

Puertas giratorias

Abrazados, el capital de las empresas mineras y el poder político, facilitan la instalación o ampliación de los grandes proyectos extractivos, minimizando las condiciones y las reglas de licenciamiento de los mismos. La propia “Córrego do Feijão”, cuyo depósito de desechos tóxicos se rompió, obtuvo en diciembre del 2018 una licencia ambiental para la expansión del 88% de sus actividades. En el Consejo de Políticas Ambientales del Estado de Minas. Solamente el Foro Nacional de la Sociedad Civil en la Gestión de Cuencas Hidrográficas (FONASC) votó en contra de la expansión, denunciando mecanismos “insanos” para reducir las exigencias en el licenciamiento de los grandes emprendimientos mineros.

No se pueden llamar “accidentes ambientales” a los desastres provocados por conductas irresponsables de las empresas aliadas al poder público.

Sociedad civil organizada pero no escuchada

Desde 2011 la población de Brumadinho y de la región, se manifiestan de forma organizada contra la mina, sus impactos y amenazas. El FONASC, en diciembre del 2018, escribió una comunicación oficial al Secretario Estatal del Medio Ambiente, pidiendo la suspensión del licenciamiento de la mina “Córrego do Feijão”. La articulación Internacional de los Afectados y Afectadas por la Vale denunció en la Asamblea General de los Accionistas de la Vale, en abril del 2018, “los peligros del reiterado proceso de reducción de gastos y costos en sus operaciones”, haciendo mención explícita a los diversos depósitos de desechos.

Los responsables de estos crímenes no pueden alegar justificaciones de desconocimiento. Al contrario, en nombre del progreso y del lucro de pocos, hay una descalificación sistemática de las voces diferentes.

Con energía, hacemos resonar las palabras del Papa Francisco en la Encíclica Laudato Si’: “en el debate, deben tener un lugar privilegiado los moradores locales, aquellos mismos que se interrogan sobre que es lo que desean para si y para sus hijos y pueden tener en consideración las finalidades que trascienden el interés económico inmediato” (LS 183).

Flexibilizar hasta quebrar

El recién elegido Presidente de Brasil, atendiendo a las presiones de quien financió su campaña, manifestó el plan de flexibilizar al máximo el control y licenciamiento ambiental. Criticó la supuesta “industria de la multa ambiental”; su Gobierno despojó de atribuciones a la cartera del Medio Ambiente, suspendió contratos con ONGs empeñadas en defender el medio ambiente, extinguió secretarías que trabajaban para políticas públicas contra el calentamiento global.

También los gobiernos anteriores facilitaron la expansión sin control de la minería en el país, promoviendo el Plan Nacional de Minería y reformulando, por decreto, el Marco Legal de la Minería.

Los acontecimientos recientes demuestran, violentamente, que estas políticas son un suicidio colectivo y una amenaza a la vida de las futuras generaciones.

Este modelo de crecimiento es insustentable y letal; no se puede chantajear a quien necesita empleo para sobrevivir en regiones controladas por la minería, sin garantizar al mismo tiempo seguridad, salud y bienestar social. Los problemas no se resuelven “apenas con el crecimiento de los lucros de las empresas y de los individuos”. “No basta conciliar, en un término medio, el cuidado de la naturaleza con la renta financiera, o la preservación del ambiente con el progreso. En este tema los términos medios son sólo una pequeña demora en el derrumbe. Simplemente se trata de redefinir el progreso”. (LS190,194)

Falsos Diálogos

Con frecuencia, las empresas y los gobiernos apelan a la mediación de los conflictos con las comunidades a través del “diálogo”. Buscan, inclusive, la intermediación de las iglesias, para ofrecer a estos procesos mayor credibilidad.

También institucionalmente se han invertido en mediaciones extrajudiciales y términos de ajustes de conducta para hacer más efectiva y rápida la reparación de daños y violaciones ambientales.

La falta de ejecución de las mitigaciones y reparaciones, la dejadez en prevenir nuevos desastres y la repetición de prácticas irresponsables y criminales confirman que: este tipo de propuesta no es un diálogo verdadero. Es una estrategia de las empresas para seducir a la opinión pública, garantizando una especie de licencia social para contaminar, reducir la resistencia popular y eludir que el gran capital puede convertirse a los valores de la sostenibilidad y del bien común.

Más que este “diálogo”, asimétrico e irrespetuoso, confiamos en las reglas democráticas de protección ambiental y de los derechos de las poblaciones, así como en autoridades que efectivamente monitoreen su respeto y castiguen a quien las viola. Apoyamos un Tratado Vinculante para Empresas y Derechos Humanos, en el nivel internacional, y una responsable, eficaz y rápida respuesta judicial para quienes apuestan por la impunidad o, a lo máximo, en una leve incidencia financiera de rara multas aplicadas.

¡El crimen socio-ambiental no es un accidente!

Desde Brumadinho y desde América Latina, 26 de enero, 2019

Red continental «IGLESIAS Y MINERIA»
Acción Ecuménica en el cuidado de las comunidades y sus territorios
Servicio de Coordinación Tel: +57 3176362463 +55 99 91955952 +593 99 9238054
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Brasil

Colapso de represa de relaves de Vale en Brasil deja cientos de desaparecidos

Una brigada de bomberos dijo hoy que busca a unas 200 personas desaparecidas tras el rompimiento de una represa de relaves de una mina de hierro de la brasileña Vale en el suroeste del estado de Minas Gerais.

Un comunicado del cuerpo de bomberos de la ciudad de Belo Horizonte dijo que decenas de personas están atrapadas por el río de lodo liberado por el colapso de la represa.

Vale dijo que había empleados en las oficinas de administración de la represa, las que fueron cubiertas por lodo y agua y que en ese lugar podría haber víctimas. Sin embargo, todavía no se han confirmado fallecimientos.

La minera Vale y autoridades locales informaron que los primeros indicios muestran que los relaves filtrados de la mina Corrego de Feijao se habían extendido a su área administrativa y a partes de la comunidad local Vila Forteco, cerca de la ciudad de Brumadinho.

El accidente se produce tres años después del peor desastre ambiental de Brasil cuando una represa mayor, propiedad conjunta de Vale y BHP Billiton, se rompió en la misma región, en la pequeña ciudad de Mariana, enterrando casas bajo el lodo y provocando la muerte de 19 personas.

El incidente del viernes parece de menor envergadura en comparación al desastre de 2015 en Mariana, también en Minas Gerais, tras el colapso de la represa de la mina de mineral de hierro Samarco.

La agencia de protección ambiental de Brasil, Ibama, dijo que la represa contenía 1 millón de metros cúbicos de relaves, mucho menos que los 50 millones de metros cúbicos de la represa Fundao de Samarco.

Fotos publicadas en G1 y otros sitios web de noticias locales, algunas acreditadas al departamento de bomberos, mostraban una vasta área cubierta de lodo con personas que caminaban con barro hasta los tobillos.

Los bomberos de la zona rescataron a varios sobrevivientes y los trasladaron a hospitales cercanos en helicóptero.

Un representante de la agencia de defensa civil de Brumadinho, a 10 kilómetros de la represa, dijo que estaban evacuando casas en la parte baja de la ciudad pero que los desechos no habían llegado hasta ahí.

El Instituto Inhotim, un museo de arte contemporáneo al aire libre en un parque a casi cinco kilómetros de Brumadinho, evacuó a los visitantes y cerró sus puertas por precaución.

Fuente:https://gestion.pe/mundo/colapso-represa-relaves-vale-brasil-deja-cientos-desaparecidos-256866

 

Brasil

Vale de Muerte

Es con profunda indignación que recibimos la noticia de otra tragedia provocada por la minera Vale. En la tarde de hoy (25/01/2019), dos represas localizadas en la comunidad de Corrigo do Feijão, en Brumadinho, región metropolitana de Belo Horizonte (MG), se rompieron. Todavía no tenemos información sobre el número de víctimas, pero, según los bomberos, unas 200 personas están desaparecidas. También hay informes sobre la llegada de material tóxico al río Paraopeba, afluente de San Francisco. La dimensión completa de este desastre aún no puede ser precisada.
La Articulación Intencional de los Afectadas y Alcanzados por Vale viene denunciando en los últimos años en la junta de accionistas de la empresa el peligro del reiterado proceso de reducción de costos y gastos en sus operaciones, ampliando así los riesgos e incidentes como el ocurrido en Mariana en 2015 y hoy en Brumadinho. Sin embargo, no se ha hecho nada. No se puede decir que el rompimiento de las represas, el día hoy, no era previsto o esperado: a pesar de alertada, Vale no hizo nada más que continuar con sus actividades mineras y aumentando sus ganancias.
Brumadinho Brumadinho se encuentra a 149 km de Mariana, epicentro del rompimiento de la presa de Fundão, otro crímen que implica a la minera Vale, que se llevó la vida de 19 personas y afectó a miles de personas en la Cuenca del Río Doce, las cuales padecen hasta el día de hoy y que la Vale S.A. no ha indemnizado ni reconoce su derecho como personas afectadas.
Además de la evidente responsabilidad de la empresa, entendemos que el Estado brasileño es igualmente responsable de las violaciones de derechos humanos de los afectados por el rompimiento de represas. La autorización de funcionamiento de represas de desechos mineros, que está prohibida en diversos países, la no fiscalización de sus instalaciones y la no responsabilización de las empresas mineras por los daños que causan, representan una verdadera omisión de las autoridades brasileñas que permiten que las violaciones se repitan. Incluso después de 3 (tres) años del crimen de la Cuenca del Río Doce, Vale no fue debidamente responsabilizada y lo/as afectado/as siguen luchando por el acceso a la justicia.
Y ahora, la Vale nuevamente protagoniza una nueva tragedia social y ambiental. Es urgente que las autoridades del Estado brasileño asuman sus responsabilidades y comiencen una investigación rápida, imparcial y efectiva para que este tipo de casos no se repitan. Además de promover la fiscalización de todas las represas del país, para evitar nuevas rupturas y tragedias.
Nos solidarizamos con todos lo/as afectado/as y nuevamente afirmamos que: ¡No fue un accidente!
Articulación Internacional de Afectado/as por VALE

Brasil

Bolsonaro firma decreto que abre las tierras indígenas de Brasil y la Amazonia a actividades comerciales de agricultura y minería

El mandatario además anunció el traslado de la Fundación Nacional de Indigenas (Funai) al Ministerio de Familia, Mujeres y Derechos Humanos, liderado por la polémica pastora evangélica Damares Alves.

El recientemente electo presidente de Brasil Jair Bolsonaro firmó un decreto que entrega responsabilidades al Ministerio de Agricultura sobre las decisiones vinculadas a tierras reclamadas por pueblos indígenas, significando esto mayores ventajas para la industria de la agricultura y la minería.

Desde ahora “identificar, delimitar, demarcar y registrar las tierras tradicionalmente ocupadas por los pueblos indígenas” pasa a manos de la ministra Tereza Cristina Dias, quien era la diputada que lidera a la bancada que representa los intereses de la agroindustria. 

Durante la campaña presidencial que lo llevó al triunfo, Bolsonaro comunicó que evaluaría la posibilidad de referir los asuntos de territorios indígenas al Ministerio de Agricultura, puesto que las tierras deberían ser abiertas a actividades comerciales. En la actualidad este uso está prohibido.

Desde la oposición han reclamado que esta medida de abrir las tierras indígenas a la explotación comercial provocará la destrucción de culturas e idiomas nativos. Algunos activistas ambientalistas han indicado que los pueblos nativos son los últimos “guardianes” de la gigantesca selva de Amazonia y han calificado de preocupantes estos anuncios.

Al respecto, el mandatario propuso otras modificaciones como trasladar la Fundación Nacional de Indigenas (Funai) al Ministerio de Familia, Mujeres y Derechos Humanos. Cabe recordar que esta cartera está comandada por la pastora evangélica Damares Alves conocida por declarar que los niños debían vestir de azul y las niñas de rosa, e indicar que la homosexualidad es una aberración.

 

Fuente:http://www.eldesconcierto.cl/2019/01/11/bolsonaro-firma-decreto-que-abre-las-tierras-indigenas-de-brasil-y-la-amazonia-a-actividades-comerciales-de-agricultura-y-mineria/