Brasil, Internacional, Latinoamerica

Minería y desastres van de la mano

Por Darío Aranda.18/02/2019, Página12
El Programa para el Ambiente de Naciones Unidas (Pnuma-ONU) confirmó el registro de 104 desastres de diques de colas desde 1990 hasta 2016. Entre las responsables figuran la multinacional Vale, que produjo el alud de Brasil, y la BHP Billiton (Inglaterra-Australia)

Más de cien muertos, 200 desaparecidos y un pueblo sepultado bajo miles de toneladas de barro tóxico. Es el desastre de la minera Vale en Brumadinho (Brasil), ocurrido en enero pasado. Pero no es la única tragedia de la megaminería, que acarrea cientos de «accidentes», muertos y gravísimos hechos de contaminación. Datos de Naciones Unidas afirman que desde la década del 90 la megaminería provocó al menos 100 «fallas-accidentes», 27 de ellos «muy graves» (con más de 20 muertos). En Argentina, los derrames de Barrick Gold en San Juan y la contaminación de Minera Alumbrera en Catamarca son las mayores preocupaciones.

El Programa para el Ambiente de Naciones Unidas (Pnuma-ONU) confirmó al menos 104 desastres de diques de colas (gigantescos basureros mineros) desde la década del 90 hasta 2016. El informe, publicado en 2017, se titula «Dique de colas: la seguridad es no accidente», de 70 páginas.

El informe procesó información desde 1915 hasta 2016 y contabilizó en total 289 «fallas» de diques mineros. 43 fueron «muy graves», con más de 20 muertos y/o derrame de más de un millón de metros cúbicos.

El antecedente directo a Brumadinho es el colapso del dique de la mina Samarco en noviembre 2015 (en la localidad de Bento Rodíguez, también en Brasil), con 17 muertos y 200 desaparecidos. Las empresas responsables fueron las multinacionales Vale (Brasil) y BHP-Billiton (Inglaterra-Australia).

En Agosto de 2014, en Canadá, colapsó el dique de colas de la mina Mount Polley (de la empresa Imperial Metals) y provocó el mayor desastre minero de la historia de ese país. Derramó más de 25 millones de metros cúbicos de desechos mineros en el lago Polley.

En 2014 la multinacional Grupo México (del magnate Germán Larrea) provocó el mayor desastre minero del país con su minera Buenavista del Cobre, en la ciudad de Cananea. Derramó 40.000 metros cúbicos de sulfato de cobre, contaminó tres ríos a lo largo de 250 kilómetros y dejó sin agua a más de 22.000 personas.

Marcelo Giraud es integrante de la Asamblea Popular por el Agua de Mendoza, geógrafo y estudioso de los efectos de la mgaminería. Afirmó que los desastres de la multinacional Vale en Brasil no son excepciones. «Sabemos que la empresa Vale o el estado brasileño no son particularmente más irresponsables que el resto. Vale actúa como todas las otras empresas transnacionales de su tipo y el gobierno de Minas Gerais y Brasil no son ni más ni menos corruptos o irresponsables que los demás de América Latina», aclaró.

La Asamblea de Jáchal (San Juan) escribió una carta abierta a las víctimas de Vale en Brasil. Recordó el derrame de Barrick Gold en la mina Veladero en 2015 (más de un millón de litros de solución contaminada que llegaron a ríos) y también resaltó la situación de Samarco en 2015 (Brasil): «Ambos hechos no sólo están impunes, también siguen contaminando, y lo hacen con la complicidad de gobiernos. La primarizacion de la economía es tan brutal e impiadosa que podemos asegurar que Sudamérica enfrenta un nuevo saqueo histórico. Y acá estamos nosotros, resistiendo a la destrucción de nuestras vidas».

En Catamarca funciona desde hace más de 20 años Minera Alumbrera (empresas Glencore Xstrata, Goldcorp y Yamana Gold). Su mineraloducto (un gran caño que lleva el concentrado a lo largo de cientos de kilómetros) tuvo al menos media docena de roturas y derrames. La compañía reconoció la filtración del dique de colas (que contamina napas subterráneas). Y desde hace años los vecinos de Catamarca (muchos de ellos nucleados en la Asamblea El Algarrobo, de Andalgalá) alertan sobre el posible colapso del dique de colas (enorme basurero de 30 hectáreas y 150 metros de profundidad). El gobierno provincial, que siempre impulsó la actividad minera y defendió el accionar de Alumbrera, dice que no hay riesgos. Pero nunca permitió el ingreso de peritos independientes para examinar el yacimiento. El mismo accionar del gobierno de Brasil ante la minera Vale.

Horacio Machado Aráoz forma parte del muy reducido grupo de académicos que vive en los territorios afectados por el extractivismo (Catamarca), camina junto a las asambleas socioambientales (forma parte del Colectivo Sumak Kawsay) y no teoriza desde escritorios de la ciudad. Investigador del Conicet, en su tesis doctoral «Naturaleza mineral. Una ecología política del colonialismo moderno», analizó los peligros y riesgos de la minería.

De los casos de América Latina detalla el derrumbe en la mina El Soldado (Chile, 1965), con un saldo de 154 víctimas fatales. El colapso de la presa de la Planta Otapara (Perú, 1996) provocó el derrame de relaves sobre el río Acarí (Arequipa). La rotura del dique de la División Andina de Codelco (Chile, 2000), con un derrame de 5300 metros cúbicos de relaves provocó muerte de ganado y anegamiento de cultivos. La fractura del dique de la mina Cerro Negro (Chile, 2003), con derrame de 50.000 toneladas de lodos tóxicos que contaminaron cursos de agua.

Recordó que el colapso de los diques de colas no son los únicos peligros de la megaminería. Agregó a la lista las filtraciones subterráneas de esos diques, la falla en las tuberías, el derrame de sustancias químicas, el transporte de sustancias tóxicas y la contaminación del aire producto de las explosiones, entre otras.

A pesar de los numerosos desastres con muertos y contaminación, gobiernos y empresas siguen publicitando la actividad como «minería sustentable».

Brasil

“Las medidas de seguridad de Vale no han funcionado”, dice el CEO, a medida que crecen las dificultades

(Brumadinho – MG, 26/01/2019) Região atingida pelo rompimento da barragem de Brumadinho – MG.
Foto: Isac Nóbrega/PR

“Vale reconoce humildemente que, sea lo que sea lo que hemos estado haciendo, no ha funcionado”, expresó Fabio Schvartsman, ante los legisladores de la Cámara Baja de Brasil que están investigando la tragedia.
Mundo
14 de febrero del 2019
(Reuters) Los procedimientos de seguridad de la minera brasileña Vale no han funcionado, dijo este jueves el presidente ejecutivo de la compañía, respondiendo a las preguntas de los legisladores luego de que una de las represas de la compañía colapsó el mes pasado con la pérdida de cientos de vidas.

La compañía, que todavía está lidiando con las consecuencias del colapso en 2015 de una represa cercana de la que es copropietaria, enfrenta varias investigaciones sobre el desastre del 25 de enero en la ciudad de Brumadinho en el estado de Minas Gerais.

“Vale reconoce humildemente que, sea lo que sea lo que hemos estado haciendo, no ha funcionado, ya que la represa se ha derrumbado”, dijo el CEO Fabio Schvartsman a los legisladores de la Cámara Baja de Brasil que están investigando la tragedia.

La ruptura de la presa de Vale contaminó el río Paraopeba y mató al menos a 166 personas, de las cuales casi 200 siguen desaparecidas, según la información más reciente de los rescatistas.

El precio de las acciones de la compañía ha sido golpeado y sus problemas están aumentando.

Vale dio prioridad a las ganancias sobre la seguridad de sus trabajadores en la represa, dijo en una opinión el Fiscal General Adjunto, João Pedro de Saboia Bandeira de Mello Filho, enviado a la corte suprema y visto por Reuters este jueves.

Vale refutó ese argumento, señalando que la represa tenía todos sus permisos y que la compañía invirtió constantemente para mejorar la seguridad allí.
Regulador de valores abre investigación

Mientras tanto, el regulador brasileño de valores, CVM, está investigando a los principales ejecutivos y miembros de la junta de Vale por el colapso de la represa, informó este jueves el diario Valor Econômico.

La CVM está investigando cualquier incumplimiento de las leyes de valores sobre el incidente, y tiene el poder de imponer multas e impedir que los ejecutivos trabajen en compañías que cotizan en bolsa en Brasil.

La investigación es paralela a investigaciones civiles y penales.

El caso de CVM comenzó el 28 de enero, tres días después de que la presa Córrego do Feijão de Vale explotara, dijo el periódico Valor, citando documentos relacionados con la investigación.

El regulador confirmó a Reuters este jueves que inició dos investigaciones administrativas en Vale después del colapso de la represa, pero se negó a dar más detalles.

Vale no tuvo un comentario inmediato sobre las investigaciones de la CVM.

El CEO Schvartsman argumentó que Vale no debería ser condenado por el colapso.

“Es una gema brasileña que no puede ser condenada por un accidente que ocurrió en una de sus represas, por muy grande que fue la tragedia”, dijo.

http://www.mch.cl/2019/02/14/las-medidas-seguridad-vale-no-funcionado-dice-ceo-medida-crecen-las-dificultades/

Brasil

Fiscalización de dique de la minera Vale, colapsado en Brasil, encontró problemas con drenaje y control

El reporte de la firma alemana TÜV SÜD, encargado por la minera brasileña Vale el año pasado, realizó 17 recomendaciones para mejorar la estabilidad de la estructura y estaba fechado en septiembre de 2018, según publica Folha de S. Paulo.
Brasil, Negocios e industria

Minera Vale
Publicado el 5 de febrero del 2019

(Reuters) Un reporte encargado por la minera brasileña Vale SA el año pasado sobre la estabilidad de un dique de relaves que colapsó el 25 de enero certificó que la instalación era sólida, pero presentó observaciones sobre sus sistemas de drenaje y control, reportó el martes el diario Folha de S. Paulo.

El reporte de la firma alemana TÜV SÜD, al que Folha tuvo acceso, según indicó el diario, realizó 17 recomendaciones para mejorar la estabilidad de la estructura y estaba fechado en septiembre de 2018.

Entre los problemas identificados había fisuras en los canales de drenaje. El estudio recomendó además la instalación de un nuevo sistema de control que pudiera registrar deslizamientos mínimos en el suelo, según Folha.

Vale dijo en un comunicado que había seguido las recomendaciones del informe, que dijo era “de rutina”.

El desastre en el dique de relaves del yacimiento de mineral de hierro Corrego do Feijao, en el estado brasileño de Minas Gerais, provocó la muerte de 134 personas. Otras 199 siguen desaparecidas y hay pocas expectativas de encontrarlas vivas.

El reporte parece contradecir un comunicado de TÜV SÜD del 26 de enero, el día después del desastre, que afirmó que “de acuerdo al conocimiento que tenemos en la actualidad, no se hallaron daños” durante su inspección de la represa.

Los problemas con el sistema de drenaje podrían ser centrales en las pesquisas sobre las causas de la tragedia. Un funcionario ambiental dijo a Reuters que la evidencia sugiere que el colapso fue causado por la licuefacción.

http://www.mch.cl/2019/02/05/fiscalizacion-dique-la-minera-vale-colapsado-brasil-encontro-problemas-drenaje-control/

Brasil, Perú

¿No era que la minería ya no contamina?

05 de febrero de 2018
José de Echave, Cooperacción
Imagen: Clarín
Muchas veces se escucha decir a las empresas que la minería moderna no contamina. Que los graves impactos ambientales que se ven sólo corresponden a operaciones antiguas, las del siglo pasado. Que la tecnología lo garantiza todo y todo lo soluciona. Que los mejores estándares ambientales son aplicados por las empresas, sobre todo las que actúan a nivel global. Lamentablemente, la realidad nos muestra que eso no es cierto.

La semana pasada, el 25 de enero, recibí un correo electrónico de nuestro colega Danilo Chammas, de Brasil: “Siento comunicarles que hoy se rompió otro dique de colas de Vale en Brumadinho, Minas Gerais, Brasil, justo en la misma municipalidad donde hicimos nuestro encuentro hace dos meses. Hemos recibido noticias no confirmadas de que hay víctimas fatales y también de que se ha afectado el rio Paraopeba, importante fuente de agua de la región metropolitana de Belo Horizonte, capital del Estado de Minas Gerais”.

Es cierto, un par de meses atrás un conjunto de instituciones nos reunimos precisamente en Brumadihno para analizar la problemática de la minería y sus impactos ambientales y sociales en la región. Se eligió esa zona, precisamente porque en noviembre de 2015 otra presa, operada por la empresa Vale y su socio BHP Billiton, colapsó en la localidad de Mariana en Minas Gerais, provocando lo que hasta ese momento era el peor desastre ambiental de la historia de Brasil.

En su mensaje, Danilo comentaba que todo indicaba que, como en el caso de Mariana, ocurrido tres años atrás, también “había víctimas fatales” en Brumadihno. Lamentablemente, con el transcurrir de las horas y los días, las cifras de desaparecidos y de personas fallecidas no dejaba de aumentar reporte tras reporte. Al momento de escribir este artículo se habla de 300 desaparecidos y 60 personas fallecidas ya confirmadas.

Haciendo historia: entre Mariana y Brumadinho

¿Qué pasó en Mariana en 2015? Una presa de residuos mineros, propiedad de la empresa Samarco Mineradora, de Vale y BHP Billiton, dos gigantes de la minería mundial, colapsó, rompiéndose el dique de contención, lo que provocó que todo el material tóxico convertido en lodo caiga sobre el distrito de Bento Rodrigues y lo termine literalmente enterrando.

En ese entonces fueron 19 personas fallecidas, un número de desaparecidos enterrados bajo el material tóxico que hasta ahora no ha sido del todo precisado y más de un millón de personas afectadas. Si bien en un inicio sólo el distrito de Bento Rodrigues fue afectado, con el transcurrir de los días se pudo constatar que el derrame de los residuos tóxicos también impactó a otros distritos cercanos en un radio de 60 kilómetros de la ubicación del dique.

Las investigaciones sobre el caso Mariana establecieron que la cantidad de residuos que se desbordaron era una clara evidencia que las operaciones en la zona habrían sobrepasado largamente la capacidad de la presa. Además, informes previos habían llamado la atención por la superposición de las áreas de influencia de vertederos y de la presa, que generaban una sinergia de impactos de las operaciones de la empresa Samarco. Sin embargo, ni la empresa, ni las autoridades encargadas de la supervisión tomaron medidas de prevención. Los más de 60 millones de metros cúbicos de residuos tóxicos contaminaron 600 kilómetros de ríos, llegando incluso hasta el Océano Atlántico.

Luego de tres años, nuevamente vuelve a pasar una tragedia similar en la misma zona y con un mayor saldo de pérdidas de vidas humanas. ¿Qué es lo que ha provocado esta nueva tragedia como consecuencia del colapso de un dique? En la mina de Feijão en Brumadinho se explota hierro que se extrae con agua. Una vez extraído el hierro los residuos líquidos son almacenados en represas que se ubican en el entorno de la mina. Cabe señalar que en todo el Estado de Minas Gerais existen más de 400 represas similares.

Según el procurador Carlos Eduardo Ferreira Pinto, quien tuvo a su cargo la investigación del caso Mariana, lo ocurrido en Brunadihno “era lógico que iba a suceder” ya que este tipo de represas continúan funcionando sin ningún tipo de control riguroso: “una presa se rompe porque le entra agua a sus estructuras y eso ocurre por el descuido de la empresa, la falta de fiscalización de las autoridades y las consultoras independientes”. Alessandra Cardoso, asesora política del Instituto de Estudios Socioeconómicos, dijo en una entrevista para la BBC, que el hecho de que la represa llevara inactiva tres años, sin recibir residuos, habría desgastado la estructura. Para Cardoso, cuando una mina o represa paraliza sus actividades, “la tendencia es que la empresa dé menos atención” a los criterios de seguridad.

Como se puede apreciar, los especialistas aluden a posibles negligencias, ausencia de controles, fiscalización y normas que se han venido relajando en los últimos años. El procurador Ferreira Pinto que finalmente fue apartado de las investigaciones de Mariana, señala: “las autoridades continúan dando autorizaciones para la construcción de represas, al mismo tiempo que se flexibilizan los controles y las regulaciones”.

Esta situación se ha agravado con la llegada al poder del presidente Bolsonaro el pasado 1 de enero, y su apuesta por mayores flexibilizaciones de las regulaciones ambientales y licencias automáticas para los proyectos de inversión. Al estilo Trump, en la campaña, Bolsonaro amenazó varias veces con retirarse del acuerdo de París y apostó por la reducción de multas por violar las leyes ambientales. Incluso ya en el gobierno, el presidente brasileño, como en su momento lo hizo Alan García en el Perú, se refirió a los pueblos indígenas en la Amazonía como “obstáculos al desarrollo y la economía de su país”, señalando al mismo tiempo que se flexibilizarían los trámites para agilizar las inversiones en la Amazonía.

Lo cierto es que este dramático caso ha puesto en debate en Brasil la manera cómo se viene desarrollando la minería y cómo se construyen las represas que se multiplican e implican enormes riesgos. Lo que es más preocupante para organizaciones de las poblaciones afectadas e instituciones que trabajan temas ambientales, es que en el propio Estado de Minas Gerais se siguen debilitando las regulaciones ambientales.

¿Cómo estamos por casa?

Lamentablemente, para los peruanos todo lo que viene pasando en Brasil es historia conocida. Leyes que flexibilizan los controles ambientales, debilitamiento de la institucionalidad ambiental, autorizaciones de proyectos mineros en zonas de alto riesgo y también hemos tenido casos de presas que colapsan. Aún está en la memoria el colapso del dique de la presa que contenía desechos tóxicos de la empresa minera Caudalosa Chica que contaminó en junio del 2010 la cuenca que comprende los ríos Huachocolpa y Opamayo, hasta la localidad de Lircay, en Huancavelica. También están los miles de pasivos ambientales que afectan a poblaciones enteras y que siguen sin ser remediados, como ocurre, por ejemplo, en Hualgayoc, Cajamarca.

En el caso peruano, los riesgos no sólo se acrecientan por la fuerte presencia de instalaciones mineras a lo largo y ancho del territorio, inclusive en zonas de alto riesgo y próximas a centros poblados, las débiles políticas, etc., sino también por ser un país sísmico que genera un altísimo riesgo.

Hace unas semanas en esta revista denunciamos que un nuevo proyecto minero -Ariana de la empresa Southern Peaks Mining- iniciaría la fase de construcción precisamente en todo el ecosistema hídrico donde se produce el trasvase de aguas hacia la cuenca del río Rímac, lo que permite el abastecimiento de agua para los 10 millones de personas que vivimos en la ciudad de Lima. Varios de los componentes del proyecto Ariana -como la planta de beneficio y el depósito de relaves- se encuentran a menos de 50 metros de los bofedales, canales de conducción, pozos de captación de aguas subterráneas, lagunas, manantiales o puquiales, donde se produce el trasvase de aguas.

De hecho se ha alertado de la posible rotura de la presa de relaves de Ariana:
el oficio de la empresa Enel del 18 de mayo de 2018 señala claramente que en la zona donde se acumularían los relaves “la geología es de caliza pizarrosa muy fracturada (material permeable y cárstico)” y que “hay una falla geológica muy fracturada por la que se filtra un gran chorro de agua”. Por ello, Enel asegura que debido al proyecto “la geotecnia del túnel podría verse comprometida”. Otro caso preocupante es el depósito de relaves de Tamboraque que se ubica a escasos metros del río Rímac.

Se deberían sacar lecciones de este terrible hecho en Brasil. La minería del siglo XXI sigue generando desastres ambientales de envergadura que sólo se pueden prevenir con controles rigurosos, fiscalización y exigentes políticas ambientales. Lamentablemente, hasta ahora seguimos caminando en sentido contrario y haciéndole caso a las empresas que exigen mayores desregulaciones. Estamos avisados.
Fuente: José de Echave, COOPERACCION

Brasil

Río contaminado por derrame minero afecta alimentación de indígenas brasileños

El pueblo indígena de São Joaquim de Bicas queda en Brumadinho, en el estado brasileño de Minas Gerais, aguas abajo de donde una presa se rompió el viernes 25 de enero, dejando 84 de muertos y casi 300 desaparecidos.

Luego de la catástrofe, la población tuvo que reprogramar sus hábitos alimenticios, ya que el río del que su vida depende está contaminado por los desechos de minería.

Los peces en el río Paraopeba son la principal fuente de alimento para los miembros de la tribu Pataxó Hã-hã-hãe, que viven al final de un camino de tierra. Los habitantes de la aldea también se bañan y lavan las ropas en sus aguas.

Pero, después de que una presa de desechos de la mina Corriente del Frijol estalló, soterrando comunidades y transformando las aguas claras del río en un flujo marrón barroso, los cerca de 80 habitantes de la aldea Pataxó se han visto obligados a reubicar a sus familias.

Aunque no hay ningún Pataxó Hã-hã-hãe hasta el momento, entre los 84 muertos confirmados o los 276 desaparecidos, temen que el desastre pueda ser el fin de su estilo de vida.

“El jueves yo estaba aquí lavando mis ropas, bañando a mis hijos, y ahora no puedo ni tocar el río”, dijo Sot de Ionara, conteniendo las lágrimas, señala el portal. “Nuestros corazones están muy tristes por saber que nada puede ser hecho”.

El sufrimiento de los Pataxó Hã-hã-hãe coincide con el momento en que el actual Gobierno señala que quiere eliminar los reglamentos para la minería y reducir las protecciones que las comunidades indígenas disfrutan actualmente. Para los críticos, la ruptura de la represa revela los riesgos de estas directrices.

La Fundación Nacional del Indio (Funai) dijo estar comprometida a ayudar a la aldea, garantizando el suministro de agua potable, entre otras medidas. Pero la confianza en las autoridades es baja tras la tragedia.

“¿Crees que una minera cualquiera se preocupa por eso? ¿Crees que un alcalde cualquiera se preocupa por esta área? “, indicó Sot de Aigoho. “Ellos sólo aman el dinero y la minería”.

En el segundo dique que se revienta en tres años en Minas Gerais, los rescatistas encontraron los cuerpos de 84 personas sin vida, pero se teme que pueda haber muchas más víctimas del lodo tóxico.

La minera Vale, dueña de la represa en la que se almacenaban aguas residuales, confirmó que había trabajadores en el área que resultaron afectados por una gran corriente de lodo tóxico.

“El rescate y la atención a los heridos se está realizando en el lugar por el Cuerpo de Bomberos y Defensa Civil, aunque no hay confirmación sobre la causa del accidente“, expresó Vale en un comunicado.

En el escrito anuncian la activación de un plan de emergencia. “La prioridad absoluta de Vale, en este momento, es preservar y proteger la vida de los empleados y los integrantes de la comunidad”, comunicó la empresa.

Catástofre ambiental y humana

El incidente se produce tres años después de que la ruptura de los diques de la minera Samarco provocara una gran catástrofe ambiental de Brasil, la cual ocasionó 19 muertos por un vertido de residuos minerales.

El 5 de noviembre de 2015, el dique cedió liberando 32 millones de metros cúbicos de barro que arrasaron varias localidades en el sureste del país, siendo el más afectado el pueblo de Bento Rodrigues.

Fuente: https://www.elciudadano.cl/pueblos/rio-contaminado-por-derrame-minero-afecta-alimentacion-de-indigenas-brasilenos/01/30/#ixzz5eEwotTcw

Brasil

Un especialista en minería advirtió que otros diques mineros podrían romperse en Brasil

Según Luiz Jardim Wanderley, de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro , «en aproximadamente el 10% de los diques del estado de Minas Gerais no se ha certificado la estabilidad o no hay suficiente información sobre seguridad»

Otros desastres como el Brumadinho podrían ocurrir en Brasil, teniendo en cuenta que casi el 10% de las 450 represas del estado de Minas Gerais carecen de condiciones de seguridad satisfactorias, advirtió Luiz Jardim Wanderley, especialista en minería de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro (UERJ).

Un dique de la mina Corrego do Feijao, operada por el gigante minero Vale, se rompió el viernes pasado en Brumadinho (a 60 km de Belo Horizonte) y provocó una descomunal marea de lodo que arrasó con todo lo que había en su camino, con saldo provisorio de 60 muertos y casi 300 desaparecidos.

En 2015, la rotura de otro dique, del que Vale era copropietario, tuvo lugar en el municipio de Mariana, a 120 km de Brumadinho, dejando 19 muertos y el peor desastre ambiental de Brasil, con la contaminación del Río Doce, que llevó los residuos hasta el océano, a 650 km de distancia.

_¿Cómo evalúa el riesgo de un nuevo desastre como los de Mariana y Brumadinho en Brasil?

Probablemente tendremos otros casos, que podrían ser de una amplitud menor, pero también peores. En aproximadamente el 10% de los diques del estado de Minas Gerais [donde ocurrieron estos dos desastres] no se ha certificado la estabilidad o no hay suficiente información sobre seguridad.

Así que se puede decir que una cantidad relativamente grande de presas con condiciones de seguridad inadecuadas permanecen en servicio en ese estado.

—¿A qué se puede atribuir estos problemas de seguridad?

Cuando los precios de las materias primas cayeron [en 2015-2016, años en los que Brasil experimentó una recesión histórica], las empresas tuvieron que hacer recortes en el presupuesto, lo que pudo afectar a áreas como la seguridad y el mantenimiento.

Hay que esperar a la investigación, para saber si Vale ha reducido sus controles sobre los diques, incluso después de la catástrofe de Mariana.

Por ahora, no tenemos idea de la magnitud de la tragedia de Brumadinho. Más de tres años después, no sabemos realmente el alcance exacto de la de Mariana, que sigue afectando la vida cotidiana de las orillas del Rio Doce.

—¿Qué podemos esperar del gobierno de Jair Bolsonaro en términos de prevención de riesgos?

Este gobierno no parece dispuesto a reforzar los controles para la preservación del medio ambiente y el comportamiento de las empresas. Considera que las empresas operan de manera responsable, por sí mismas, lo que no es el caso, como hemos visto.

 

Fuente:https://www.infobae.com/america/america-latina/2019/01/28/un-especialista-en-mineria-advirtio-que-otros-diques-mineros-podrian-romperse-en-brasil/

Brasil

El desastre ambiental de Brasil deja expuestos los costos de la minería a cielo abierto

Mucho dice el lenguaje cuando algo quiere ser ocultado.

Desde hace días, los medios hablan de la rotura de una represa en Brasil como si se tratara de un embalse como el lago San Roque, por citar uno que conocemos todos.

Lo que cedió en Minas Gerais, y sepultó el pueblo de Brumadinho -siempre son los pobres los que pagan con su vida-, fue el dique de colas de la minera Vale, principal productora de óxido de hierro y níquel en el mundo. Un dique de colas no es un embalse para sembrar truchas o hacer turismo. Es el basurero en el que se depositan los residuos de la minería a cielo abierto. Por cada 1000 kilos de mineral se generan 850 kilos de desechos. Bajo ese lodo tóxico yacen los más de 300 desaparecidos de un pueblo que ya no es.

La minería es segura y sustentable, braman quienes la defienden, acusando a quienes la cuestionan de impedir el progreso. La historia los desmiente.

La misma Vale, en 2015 y a pocos kilómetros del sitio de esta catástrofe, fue protagonista del -hasta hoy- mayor desastre ambiental de la historia del Brasil.

Hace diez años, en Bolivia reventó el dique de colas Abaroa y contaminó el río Pilcomayo.

Dos sucesos prácticamente dieron por terminada la minería a cielo abierto en Europa. En 1998, la rotura de un dique de colas en Huelva, que derramó 4500 millones de litros de barro tóxico sobre una reserva natural. Y en 2000, el desastre de Baia Mare en Rumania. «No quedó nada vivo», dijeron los biólogos cuando la mancha de 40 kilómetros llegó al río Danubio, a 2000 kilómetros de la minera.

La minería a cielo abierto, esa modalidad tecnológica que se impuso en los últimos 25 años, consiste en volar una montaña, separar los minerales en una sopa de sustancias químicas y disponer los residuos en un dique de cola. Y muchas veces, abandonarlo, como en la minera La Concordia en Salta que desde hace 22 años viene contaminando. Obligando a quienes viven aguas abajo a permanecer implorando que no se rompa.

Somos líderes en seguridad, decían los directivos de Vale mientras hacían simulacros de emergencia en Brumadinho.

 

Fuente:https://www.infobae.com/opinion/2019/01/29/el-desastre-ambiental-de-brasil-deja-expuestos-los-costos-de-la-mineria-a-cielo-abierto/

Brasil, Comunicados OCMAL

Brumadinho: otro crimen de la minería en medio de la impunidad

Con profundo pesar y gran indignación hemos tomado conocimiento del nuevo crimen sufrido por   comunidades y ecosistemas en Minas Gerais, Brasil.Nuevamente VALE, la empresa otrora estatal brasileña, responsable de la ruptura de un dique de colas con innumerables costos humanos y ambientales.

Quienes vivimos y trabajamos preocupados de los efectos negativos de la minería en América Latina despertamos cada día con la esperanza de no ser, otra vez, testigos de un nuevo crimen minero. Cada día nos esforzamos para que no se desarrolle un nuevo proyecto minero, pues éste encierra las amenazas de lo vivido el 5 de diciembre de 2015 en Mariana con 19 muertos, más de un millón de afectados y 600 kilómetros de río contaminado.

Y ahora, el 25 de enero recién pasado en Brumadinho, se suma a los muchos más a través de la historia reciente.

El Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina OCMAL estuvo presente en la conmemoración de los 3 años del crimen de VALE y BHP en Mariana.
Vimos entonces cómo un pueblo abandonado, aun con muestras de la avalancha de barro tóxico formado por las lamas de los desechos de la minería, se erguía como testigo de la impunidad en que operan empresas mineras en América Latina.
Familias esperando aún reparación, vivienda, apoyo, reconocimiento de víctimas de los desastres provocados por la minería.
Justamente la presencia de OCMAL en el municipio de Brumadinho en noviembre de 2018 fue un acto de apoyo y solidaridad con las comunidades que luchan por evitar la ampliación de la mina, cuyo dique de desechos ha causado el reciente crimen socioambiental.Vemos con tristeza e indignación la impunidad que acompaña al poder corporativo minero en nuestra región debilitando nuestras frágiles democracias y capturando a los Estados con cooptación y corrupción.
Vemos también con esperanza que estos crímenes sirven para demostrar cada vez mas, y ojalá de una vez por todas, que la minería no es una alternativa para nuestros ricos países que a costa de saqueo y agresión terminan siendo pobres y devastados.

La actividad minera es una industria del desecho. Por cada 7 kilos de cobre se produce una tonelada de desechos tóxicos. Por cada gramo de oro se producen 3 toneladas de desechos peligrosos.
Es una industria del desecho masivo porque transforma el subsuelo en relaves tóxicos, sopas químicas, montañas de veneno.
Junto con sentir y solidarizar con el pueblo de Minas Gerais, llamamos a reconsiderar la minería como opción económica para nuestros pueblos.
La tecnología, arma secreta de la arrogancia tecnocrática minera, no evita los crímenes de los que somos testigos. La responsabilidad minera no previene, no mitiga, no compensa.
Exigimos por el bien de las comunidades y los ecosistemas y finalmente por la seguridad y supervivencia del planeta: no más desechos mineros en América Latina.
OCMAL expresa su solidaridad a las víctimas y sus familiares, los/as trabajadores/as y moradores de las comunidades afectadas, asi como a los/as defensores/as de la tierra y el ambiente en Minas Gerais.

Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina

OCMAL

Brasil

Avalancha desentierra debate minero en Brasil

Mientras los rescatistas siguen buscando entre el barro a los 305 desaparecidos tras la rotura el pasado viernes de una presa de residuos mineros cerca del municipio sureño de Brumadinho, al sureste de Brasil, las preguntas en torno a las causas comienzan a hacerse en voz cada vez más alta.

Para responderlas, en principio, es necesario entender en qué consistía la estructura –propiedad de la multinacional brasileña Vale– que colapsó, desatando 12 millones de metros cúbicos de desechos mineros que, hasta el momento, dejan 58 muertos. El episodio no es nuevo. Hace 3 años otra presa de la misma empresa cedió. El torrente de lodo dejó 19 víctimas mortales e incontables desaparecidos en esa ocasión.

Un negocio riesgoso

Como explica Julio Fierro, investigador geoambiental quien ha asesorado al ministerio del Medio Ambiente en Colombia, el principal desafío de la minería de metales es qué hacer con los inmensos desechos que genera.

Casi la totalidad de las toneladas de roca que son pulverizadas hasta tener el grosor de un cabello humano, con el fin de extraer los gramos del metal en cuestión, terminan convertidas en un “lodo tóxico” cargado de los metales que no son utilizados, como níquel, arsénico entre otros.

El dilema, tras este proceso, es cómo almacenar esos desechos. Pese a que en los últimos años se han buscado alternativas que drenen el agua de los desechos y lo reúnan de forma más segura, la opción más común, de acuerdo con Jorge Eduardo Cock, exministro de minas y energía, “es juntar todo ese lodo en una especie de represa como la de Brasil”, llamadas presas de cola o relaves.

“Se trata de estructuras poco resistentes, de varios pisos, que se van construyendo una sobre otra”, señala Fierro. Una debilidad acentuada, de acuerdo con Tadzio Coelho, sociólogo brasileño e investigador de asuntos mineros de la Universidad Federal de Maranho, por la precaria fiscalización que se hace de las condiciones de seguridad de este tipo de diques “en las que los organismos investigadores dependen de la información aportada por la propia empresa”.

Todos estos factores confluyen, de acuerdo con el exministro Cock, en estructuras sobre las cuales “es imposible asegurar que no van a romperse”. En bombas de fango tóxico a la espera de ser detonadas por la erosión del lodo sobre las paredes de la estructura, las lluvias o los sismos.

 

Fuente:http://www.elcolombiano.com/internacional/avalancha-tras-ruptura-presa-en-brumadinho-abre-debate-sobre-mineria-en-brasil-JB10110595
Brasil

Lloramos con la Madre Tierra lágrimas de barro y sangre

¡No a la impunidad!

La Red Iglesias y Minería llora junto a las víctimas del crimen socioambiental de Brumadinho, Minas Gerais (Brasil)

Estamos escribiendo hoy desde esta comunidad violada, que conocemos bien y que hoy volvemos a visitar, después de haber celebrado con ella varias veces en el caminar, la vida y la resistencia frente a la expansión de la minería.

Escribimos también desde las muchas comunidades latinoamericanas afectadas por la violencia arrogante del extractivismo, abrazadas hoy silenciosamente a la pequeña Brumadinho, en lágrimas.

Estamos solidarios con las familias de las víctimas y las comunidades de fe, que tendrán el duro desafío de reconstruir la esperanza. Nos unimos también a la Arquidiócesis de Belo Horizonte, que con las palabras del Evangelio definió la tragedia como “abominación de la desolación”, refiriéndose a los “absurdos nacidos de las ganancias y el desprecio al otro, a la verdad y al bien de todos”.

Seguimos acompañando y asesorando a las iglesias comprometidas en los territorios heridos por la minería y en todos los conflictos abiertos entre empresas extractivas y comunidades (Solo en Brasil hay más de 70 Diócesis donde fueron mapeados estos conflictos).

La impunidad consolida el crimen

La empresa VALE S.A., junto a la BHP Billiton, es la responsable de 19 muertes y de la contaminación de toda la cuenca del Río Doce, el 05 de noviembre del 2015. La repetición del mismo daño, tres años después, con un rastro de muertes mucho más graves, es la confirmación de la incapacidad de gestión y prevención de daños, desinterés y conducta criminal.

Esta responsabilidad involucra también al Estado, que otorga licencias a los proyectos extractivos y debería monitorearlos para garantizar la seguridad y la vida digna de las comunidades y del medio ambiente.

La responsabilidad del Estado es doble, porque la impunidad y la falta de reparaciones completas y suficientes para las víctimas del crimen de Marina fue una de las condiciones principales que permitieron el nuevo crimen de Brumadinho.

Puertas giratorias

Abrazados, el capital de las empresas mineras y el poder político, facilitan la instalación o ampliación de los grandes proyectos extractivos, minimizando las condiciones y las reglas de licenciamiento de los mismos. La propia “Córrego do Feijão”, cuyo depósito de desechos tóxicos se rompió, obtuvo en diciembre del 2018 una licencia ambiental para la expansión del 88% de sus actividades. En el Consejo de Políticas Ambientales del Estado de Minas. Solamente el Foro Nacional de la Sociedad Civil en la Gestión de Cuencas Hidrográficas (FONASC) votó en contra de la expansión, denunciando mecanismos “insanos” para reducir las exigencias en el licenciamiento de los grandes emprendimientos mineros.

No se pueden llamar “accidentes ambientales” a los desastres provocados por conductas irresponsables de las empresas aliadas al poder público.

Sociedad civil organizada pero no escuchada

Desde 2011 la población de Brumadinho y de la región, se manifiestan de forma organizada contra la mina, sus impactos y amenazas. El FONASC, en diciembre del 2018, escribió una comunicación oficial al Secretario Estatal del Medio Ambiente, pidiendo la suspensión del licenciamiento de la mina “Córrego do Feijão”. La articulación Internacional de los Afectados y Afectadas por la Vale denunció en la Asamblea General de los Accionistas de la Vale, en abril del 2018, “los peligros del reiterado proceso de reducción de gastos y costos en sus operaciones”, haciendo mención explícita a los diversos depósitos de desechos.

Los responsables de estos crímenes no pueden alegar justificaciones de desconocimiento. Al contrario, en nombre del progreso y del lucro de pocos, hay una descalificación sistemática de las voces diferentes.

Con energía, hacemos resonar las palabras del Papa Francisco en la Encíclica Laudato Si’: “en el debate, deben tener un lugar privilegiado los moradores locales, aquellos mismos que se interrogan sobre que es lo que desean para si y para sus hijos y pueden tener en consideración las finalidades que trascienden el interés económico inmediato” (LS 183).

Flexibilizar hasta quebrar

El recién elegido Presidente de Brasil, atendiendo a las presiones de quien financió su campaña, manifestó el plan de flexibilizar al máximo el control y licenciamiento ambiental. Criticó la supuesta “industria de la multa ambiental”; su Gobierno despojó de atribuciones a la cartera del Medio Ambiente, suspendió contratos con ONGs empeñadas en defender el medio ambiente, extinguió secretarías que trabajaban para políticas públicas contra el calentamiento global.

También los gobiernos anteriores facilitaron la expansión sin control de la minería en el país, promoviendo el Plan Nacional de Minería y reformulando, por decreto, el Marco Legal de la Minería.

Los acontecimientos recientes demuestran, violentamente, que estas políticas son un suicidio colectivo y una amenaza a la vida de las futuras generaciones.

Este modelo de crecimiento es insustentable y letal; no se puede chantajear a quien necesita empleo para sobrevivir en regiones controladas por la minería, sin garantizar al mismo tiempo seguridad, salud y bienestar social. Los problemas no se resuelven “apenas con el crecimiento de los lucros de las empresas y de los individuos”. “No basta conciliar, en un término medio, el cuidado de la naturaleza con la renta financiera, o la preservación del ambiente con el progreso. En este tema los términos medios son sólo una pequeña demora en el derrumbe. Simplemente se trata de redefinir el progreso”. (LS190,194)

Falsos Diálogos

Con frecuencia, las empresas y los gobiernos apelan a la mediación de los conflictos con las comunidades a través del “diálogo”. Buscan, inclusive, la intermediación de las iglesias, para ofrecer a estos procesos mayor credibilidad.

También institucionalmente se han invertido en mediaciones extrajudiciales y términos de ajustes de conducta para hacer más efectiva y rápida la reparación de daños y violaciones ambientales.

La falta de ejecución de las mitigaciones y reparaciones, la dejadez en prevenir nuevos desastres y la repetición de prácticas irresponsables y criminales confirman que: este tipo de propuesta no es un diálogo verdadero. Es una estrategia de las empresas para seducir a la opinión pública, garantizando una especie de licencia social para contaminar, reducir la resistencia popular y eludir que el gran capital puede convertirse a los valores de la sostenibilidad y del bien común.

Más que este “diálogo”, asimétrico e irrespetuoso, confiamos en las reglas democráticas de protección ambiental y de los derechos de las poblaciones, así como en autoridades que efectivamente monitoreen su respeto y castiguen a quien las viola. Apoyamos un Tratado Vinculante para Empresas y Derechos Humanos, en el nivel internacional, y una responsable, eficaz y rápida respuesta judicial para quienes apuestan por la impunidad o, a lo máximo, en una leve incidencia financiera de rara multas aplicadas.

¡El crimen socio-ambiental no es un accidente!

Desde Brumadinho y desde América Latina, 26 de enero, 2019

Red continental «IGLESIAS Y MINERIA»
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