Todos sabemos que históricamente Oruro y Potosí han sido y son regiones mineras. Antes de la colonia ya se realizaba actividad minera en pequeña escala con fines artesanales. Con la llegada de los españoles la actividad minera se intensifica y se expande en muchas regiones de América Latina. En 1825 Bolivia nace como república libre y soberana, pero en la práctica hereda toda una estructura colonial (político, económico, cultural), por lo que la actividad minera se convierte en el pilar y sustento de la economía boliviana. Hasta la actualidad la minería, desde la percepción de las autoridades y el sector minero, se constituye en la actividad más importante de estas dos regiones y se ha enraizado el lema: «Hemos sido mineros; somos mineros y seguiremos siendo mineros».
La dependencia minera limita la diversificación económica.