Bolivia

Auríferas consumen 120 toneladas de mercurio por año

La contaminación e ilegalidad en operaciones mineras persiste en Bolivia.

La contaminación e ilegalidad en operaciones mineras persiste en Bolivia. Los impactos en el medioambiente y en la salud de las personas inmersas en esta actividad son permanentes y la alerta crece dado que solo en Bolivia, las actividades auríferas demandan 120 toneladas de mercurio por año.

El experto en minería, Héctor Córdova, manifiesta que es indudable que todas las operaciones mineras provocan un impacto ambiental irrecuperable, pero “en nuestro país, las que más daño causan son las operaciones auríferas que recuperan el oro con mercurio. Estadísticas, tanto del ministerio de Medio Ambiente como del Observatorio internacional del mercurio, muestran que el consumo de mercurio en el país está por encima de 120 toneladas por año”.

Este dato ubica al país entre los más contaminadores con este elemento, dado que el mercurio entra al biocircuito a través del agua de los ríos y de los peces que lo consumen involuntariamente.

La minería aurífera se ha expandido en los últimos años en áreas de La Paz y Beni a orilla de los ríos. Muchos de los hoy mineros migran de una fracasada y devaluada actividad agrícola que no les permite generar los suficientes ingresos.

El mercurio se usa para separar y extraer el oro de las piedras en las que se incrusta. Se adhiere al oro formando una amalgama que facilita esta separación.

Datos a nivel mundial establecen que el 15 % del oro se extrae de forma artesanal, en pequeñas minas donde en la mayoría de ellas se usa el elemento del mercurio. Los mineros que lo usan se arriesgan a envenenarse, envenenar a sus hijos y contaminar el suelo y los ríos.

En Bolivia aún se carece de mecanismos adecuados para el control de este uso arbitrario y se ha determinado que solo unas 250 cooperativas cuentan con licencia ambiental, de las más de 1.800 que operan en todo el país. Es decir que un 85 % no cuentan con este documento fundamental para sus operaciones. (Agencias)
https://www.eldiario.net/noticias/2020/2020_02/nt200212/economia.php?n=12&-auriferas-consumen-120-toneladas-de-mercurio-por-anio

Bolivia

Coroneles de la Policía denuncian acuerdos entre Yuri Calderón y Evo Morales durante los días de conflicto

05/02/2020
Nuevas revelaciones surgen sobre el conflicto que se vivió en el país en los últimos meses de 2019. Dos coroneles de la Policía Boliviana contaron que hubo acuerdos a los llegaron el excomandante de esa institución Yuri Calderón con el expresidente Evo Morales, entre ellos el pago de un bono de incentivo, el permitir que los mineros alineados con el Ejecutivo hagan uso de dinamitas en sus movilizaciones y, en cambio, obstaculizar la movilización de los líderes cívicos de Chuquisaca y Potosí.

El coronel Jorge Campos, actual jefe de la Interpol en Bolivia, contó que el domingo 27 de octubre, 15 días antes de la renuncia de Morales, fue convocado el Estado Mayor de la Policía a una reunión en la residencia presidencial. Lo hizo en el programa AM Fides, conducido por el periodista Jhon Arandia.

Empero, dijo que dicho encuentro fue suspendido y se determinó que habría una reunión en la que solo participarían los miembros del Estado Mayor de Coordinación y a la que asistirían algunas autoridades del gobierno, como el exministro Carlos Romero.

“Dos horas y media después el general Calderón nos informó que había tenido una reunión con el hermano Evo, así lo llamaba, y que estaba contento con el trabajo que habíamos hecho hasta ese día, de dispersar las manifestaciones; y dijo también que nos iba a proporcionar un bono (…) y preguntó cómo se podía configurar ese bono, como estipendio o bono de acuartelamiento, pero un miembro del Estado Mayor le dijo que no estaba bien porque estaba tratando de comprar la lealtad de los policías”, desveló.

Calderón también les habría dicho que el conflicto concluirá en pocos días ya que «recibirían ayuda» de los sectores afines al Movimiento Al Socialismo (MAS), en especial de los mineros.

Según su versión, el entonces comandante de la Policía también le habría instruido al Director Nacional de Tránsito que no permita el paso de los cívicos de Sucre y Potosí que pretendían llegar a Santa Cruz, pero que sí deje pasar a los mineros que venían en buses a La Paz, a respaldar al Gobierno.

Los coroneles, que presentaron audios como pruebas de sus afirmaciones, también hicieron referencia al día en el que los mineros lanzaron dinamitas durante sus movilizaciones en el centro paceño, con la protección de la propia Policía.

“Las operaciones policiales donde permitimos la participación de civiles como los mineros, le hicimos notar esa preocupación al Subcomandante General que había un malestar y que deberíamos parar eso para evitar el repliegue de nuestro personal, pero me indicó que eso no era lo importante, que había otras cosas que tratar”, contó el coronel Jhony Tapia.

Según Campos, Calderón les prohibió durante la reunión que sostuvieron que cuestionen algunas decisiones, advirtiéndoles que no era una petición de informe, limitando el tiempo de su alocución, sin darles derecho a la réplica.

Tapia dijo que debido a ese tipo de determinaciones, los efectivos de su promoción se reunieron y determinaron sumarse al motín iniciado por las bases policiales y se replegaron a sus unidades, “preocupados por el riesgo de perder la democracia”.

El 8 de noviembre, efectivos de la Unidad Táctica de Operaciones Especiales (UTOP) se amotinaron en Cochabamba, dando pie a que los comandos en el resto de los departamentos asuman similar decisión.

Dos días después, el domingo 10 de noviembre, Morales presentó su renuncia a la Presidencia, al igual que Álvaro García Linera a la Vicepresidencia. Morales dijo que fue víctima de un golpe de Estado político, cívico y policial. (05-02-20)

Coroneles de la Policía denuncian acuerdos entre Yuri Calderón y Evo Morales durante los días de conflicto

Bolivia

Conflicto: excomandante policial ordenó operativo junto a mineros

País
Mineros afines al MAS protagonizaron enfrentamientos en La Paz
Carmen Challapa Cabezas
04/02/2020

Cuatro coroneles denunciaron que el excomandante general de la Policía Yury Calderón y el subcomandante general Jhony Donato Coronel ordenaron que las “operaciones policiales sean ejecutadas con la participación de civiles (mineros)” durante los conflictos de octubre y noviembre pasado.

Esta acusación penal fue presentada por los coroneles Jorge Campos López, Jhony Tapia Vargas, José Luis Pereira y Jaime Zurita Trujillo.

La querella presentada refiere que, en la reunión del 1 de noviembre en instalaciones del comando general de la Policía, se instruyó reprimir a los sectores con la participación de organizaciones civiles de mineros, quienes portaban dinamitas, solicitud objetada enérgicamente por los miembros del Estado Mayor General. Esto fue confirmado a Los Tiempos por uno de los funcionarios policiales denunciantes.

Los directores nacionales de las diferentes unidades de la Policía, en reuniones del Estado Mayor, reflejaron su malestar por el direccionamiento existente durante la época de conflictos.

En esta reunión con el subcomandante general y el estado mayor de coordinación, se hizo notar que “la Policía perdió el control, y para nadie es desconocido que estamos demasiado parcializados con el Gobierno”.

Uno de los directores nacionales explicó que después de un cabildo popular que se celebró en inmediaciones de la cervecería nacional en La Paz, surgió una orden para “encubrir” el accionar de un sector minero afín al Movimiento Al Socialismo (MAS).

“Había una línea de contención que estaba actuando muy bien; llega un momento donde por una orden se abre fila el personal policial, salen unos mineros lanzan dinamita, vuelven a su lugar y la Policía retorna a su posición de resguardo. Eso es un delito, estamos permitiendo que se comentan delitos en nuestras narices, eso es complicidad”, expresó uno de los jefes policiales según un audio al que accedió este medio.

En esta reunión, también se cuestionó el proceder del entonces comandante la Policía en Cochabamba, Raúl Grandy, “Hay una inacción por parte del Comandante Departamental, o actúa en complicidad con los movimientos sociales a quienes les deja prácticamente a su libre albedrío”. Pese a esto, desde el Comando General no se tomó ninguna acción, según el audio.

Cochabamba y Santa Cruz son los departamentos claramente parcializado, eso se nota, hasta por megáfono se da a conocer que es parte de esa “organización”.

En cuanto al proceder del Comandante Departamental de Santa Cruz, refieren que con la intervención de 150 policías se pudo haber evitado las dos muertes registradas en Montero el 31 de octubre.

Ordenó que las operaciones policiales sean ejecutadas con participación de civiles (mineros)

ADVIRTIERON SOBRE EL MOTÍN POLICIAL

El Alto Mando Policial pasado tuvo conocimiento del malestar en filas policiales durante el conflicto de octubre y noviembre. Los directores nacionales advirtieron sobre la situación, según un audio.

“Estamos a una decisión para que se inicie un motín, policías de diferentes rangos están organizados. Estamos viendo lo que el Gobierno quiere que veamos”, increpó otro jefe policial.

El pleno del Estado Mayor pidió a Yury Calderón apegarse a la Constitución y ser imparcial, y no dejar que la institución policial siga siendo manipulada.

“Seguro le van a querer cambiar, pero ahí todos nos pararemos, no podemos permitir que se mate al pueblo. Debemos pasar a la historia en las páginas doradas, no en las negras”.

Bolivia

Embajada alemana asegura que su país sigue interesado en industrialización del litio

Stefan Duppel, embajador de Alemania en Bolivia, aseguró que hará todo lo posible para llevar a buen puerto el proyecto, que fue cancelado durante el Gobierno del expresidente Evo Morales. El país tiene una de las mayores reservas del mineral
Ernesto Estremadoiro Flores
Pese a la ruptura de la sociedad entre la empresa alemana ACI Systems y Yacimientos de Litio de Bolivia (YLB), el Gobierno de ese país sigue interesado en el proyecto para desarrollar una planta de producción de baterías de litio.

El embajador de Alemania en Bolivia, Stefan Duppel, dejó la puerta abierta a cualquier negociación para reencaminar el proyecto, tras conocer la intención del Gobierno de Jeanine Áñez, de seguir con la iniciativa.

La administración del expresidente Evo Morales, decidió anular el consorcio, en medio del descontento social causado por el fraude electoral del 20 de octubre y las demandas regionales de Potosí, que exigía que los recursos generados por el litio beneficien al departamento.

“Alemania acoge con beneplácito la intención del Gobierno boliviano de continuar nuestra asociación bilateral YLB y ACI Systems sobre el litio. Reafirmo el interés de mi país para seguir adelante con el proyecto”, fue el mensaje que posteó el diplomático desde su cuenta de twitter.

El mensaje también aplaca los rumores de que Alemania cortaría todo tipo de apoyo al actual Gobierno, versión compartida en el portal alemán heise.de (Telepolis) en una nota titulada: Berlín detiene conversaciones de inversión con el gobierno de facto en Bolivia.

“Son infundadas las noticias que sostienen que el Gobierno alemán interrumpió las negociaciones sobre la promoción y protección de inversiones. Este tema sigue siendo importante y será abordado en su momento. Estoy convencido de que podremos encontrar una solución conjunta”, sostuvo en otro mensaje.

Un asesor de la empresa alemana en Bolivia, que pidió no ser citado, señaló que la firma alemana sigue interesada en el proyecto dado que se trabajó por 32 meses en el diseño de este plan.

En octubre de 2019 tanto YLB y ACI Sytems crearon un consorcio que tenía previsto invertir $us 1.300 millones en un complejo de alta tecnología en el salar de Uyuni, cuyo producto principal serían las baterías de iones de litio. Según el acuerdo, YLB tendría el 51% de las acciones de la empresa conjunta.

La fuente dijo que en el ámbito político se manejó información poco acertada, como la que el Estado no recibirá ningún beneficio económico con esta planta.

Pero sostuvo que Bolivia obtendrá un 51% de las utilidades netas, que genere esta empresa. Además, recibirá el 25% de las utilidades brutas de la Empresa Mixta a través del Impuesto sobre las Utilidades de las Empresas (IUE), y por el 12,5% de impuesto de las transferencias.

Se buscó un contacto telefónico con el ministro de Energías, Rodrigo Guzmán, pero no contestó su equipo móvil.
https://eldeber.com.bo/165736_embajada-alemana-asegura-que-su-pais-sigue-interesado-en-industrializacion-del-litio

Bolivia

Bolivia: el dilema entre Derechos Humanos y extractivismo

El pasado 5 de noviembre, Bolivia volvió a rendir el Examen Periódico Universal (EPU) sobre Derechos Humanos de las Naciones Unidas, esta vez en su Tercer Ciclo. Pese a ciertos logros, la cantidad de países que realizaron recomendaciones y observaciones aumentó con relación a la última versión, en 2014.

El EPU es un mecanismo cooperativo de examen, creado en el año 2007 por el Consejo de Derechos Humanos, para de evaluar la situación de los Derechos Humanos en los 193 países miembros de la ONU y verificar si los Estados cumplen sus obligaciones y compromisos asumidos voluntariamente al firmar y ratificar los instrumentos de Derechos Humanos para lograr mejores prácticas.

Para Bolivia se desarrollaron dos EPU: en 2009 y 2014. La tercera ronda del EPU para Bolivia se dio el 5 de noviembre.

En la intervención inicial de Alto Nivel, liderada por el ahora exministro de Justicia, Héctor Arce, se resaltaron algunos progresos sobre a los derechos de los pueblos indígenas.

Sin embargo, el Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), señala que el Estado Plurinacional de Bolivia, en dicha intervención, “omitió mencionar sobre el respeto a los derechos de defensoras de Derechos Humanos y del medio ambiente, la violación del derecho a consulta previa de los pueblos indígenas o el etnocidio de pueblos indígenas en aislamiento voluntario”.

Más países hicieron recomendaciones

En cada una de las tres rondas del EPU, el número de países que realizaron recomendaciones fue aumentando paulatinamente. En la primera ronda fueron 57 países. En la segunda ronda, el año 2014, fueron 76. Para esta tercera ronda fueron 91 países que realizaron observaciones y recomendaciones, o sea 14 nuevos países.

Debido a lo que el Estado boliviano omitió reconocer, y al aumento de países con recomendaciones, el CEDIB considera que “Bolivia reprobó el examen de Derechos Humanos de la ONU”.

Entre los 14 que hicieron recomendaciones por primera vez están países de África, las Américas, Europa, Asia y Oceanía, que se enfocaron, en gran medida, precisamente en la situación de derechos humanos de pueblos indígenas y quienes abogan por sus derechos. Entre ellos destacan Canadá, Alemania, Austria, Francia, Bélgica, Perú, Nicaragua y Namibia.

Recomendaciones

Durante el dialogo, el Reino Unido y Alemania formularon preguntas al Estado Plurinacional de Bolivia, particularmente acerca de los pueblos indígenas afectados por la explotación de recursos naturales, resaltando casos como Jach´a Marka Tapacarí Condor Apacheta, Choquecota Marka del Suyu Jacha´a Carangas, Marca Quila Quila, Takana II y Takovo Mora. 

El CEDIB agrega que también indagaron sobre planes para introducir una legislación integral sobre la contaminación causada por metales pesados, “​​ya que los niveles de emisiones de mercurio que generan las actividades mineras siguen en aumento”, y por medidas para “lidiar con la impunidad generalizada en caso de violencia a minorías”.

Por su parte, Dinamarca recomendó ajustar el marco legal del sector de minería e hidrocarburos de acuerdo con el convenio 169 de la OIT, incluso mediante la reforma de la ley de Minería 535 y el Decreto Supremo 2298 para garantizar el derecho al consentimiento libre, informado y previo.

En tanto, Suecia recomendó la revisión de la Ley 351 y el Decreto Supremo 1597. Estas normas ya habían sido denunciadas por el CEDIB y otras ONGs en Bolivia por considerar que “restringen los derechos de la sociedad civil a la reunión y asociación pacíficas”.

El país escandinavo también se centró en estas normas porque dificultan el cumplimiento de que los defensores de los derechos humanos y los derechos ambientales, incluidos los críticos con las políticas y opiniones del gobierno, puedan realizar sus actividades sin intimidación.  En el mismo sentido, la República Checa insistió en las recomendaciones del ciclo pasado relacionadas con la protección al trabajo de periodistas, defensores de derechos humanos, pueblos indígenas y ONG.

Interpelación de la sociedad civil boliviana

Para la tercera ronda del EPU fueron 50 organizaciones de la sociedad civil (ONG, representaciones de pueblos indígenas y otras) que suscribieron un informe sobre la situación de los Derechos Humanos, actividades extractivas y grandes infraestructuras, a través de la conformación de la Alianza por los Derechos Humanos y el Medio Ambiente (Adhma).

Entre las organizaciones que aglutina la Adhma destacan la Asamblea permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), la Coordinadora de Defensa y Autodeterminación de los Pueblos y del Medio Ambiente (CODAPMA), CENDA, Jubileo, Infante, CEDIB, Probioma, Fundación TIERRA, Somos Sur, CIPCA, Cáritas Tarija, CONTIOCAP. Además de la Capitanía Tacobo Mora, Comunidad Caigua (Aguaragüe), Subcentral Tariquía, y varios otros.

El informe de estas organizaciones para el EPU 2019 mostró los avances, retrocesos o estancamiento de los derechos laborales y humanos (trabajo forzoso, trabajo infantil, derechos de las mujeres, etc.), e incorporó un informe específico sobre Pueblos indígenas y medio ambiente, que llamó la atención de nuevos países de la ONU.

El documento presentado analizó 23 casos de violación de derechos humanos: 6 en el sector minero, 7 en el hidrocarburífero, 3 en relación a infraestructuras, de los cuales 16 afectan territorios indígenas. Y realizó sus propias recomendaciones concretas en cada una de las violaciones. En unos años se conocerán nuevos avances y retrocesos.

Fuente:https://elpais.bo/bolivia-el-dilema-entre-derechos-humanos-y-extractivismo/?fbclid=IwAR3JcgNn3ITueYbdJDdGO-OnwGEVsspTtO757bAl6pUchC-geNUQekMEn7o
Bolivia, Litio

Cuál es el futuro del litio en Bolivia tras la salida de Evo Morales

La salida de Evo Morales y el posible triunfo de un movimiento de derecha en las próximas elecciones en Bolivia sembró las dudas sobre el futuro de la extracción y producción de litio, un mineral clave para la nueva generación de dispositivos electrónicos y protagonista del proyecto económico para el altiplano.

La ola de nacionalizaciones del líder cocalero, iniciada hace más de una década y enfocada inicialmente en los hidrocarburos, también alcanzó el “oro blanco”, con un plan dividido en tres fases a mediano y largo plazo: la extracción del carbonato de litio, el despliegue de procesos industriales a través de alianzas con firmas internacionales y, finalmente, la producción local de baterías de litio.

Bolivia, que cuenta con las mayores reservas de litio en el mundo junto a Chile y Argentina, se prepara para dar el salto a la producción industrial de este metal clave en la industria electromotriz, liderada por China. Precisamente, en este llamado “triángulo de litio” está cerca del 80% de las reservas mundiales y donde mayor esfuerzo se espera para satisfacer la demanda. En tanto, la producción mundial de este metal no ha parado de crecer en los últimos años. En 2018, aumentó un 23%, a más de 85.000 toneladas de litio (equivalentes a unas 446.000 toneladas de carbonato de litio), según el informe anual “Mineral Commodity Summaries”, del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Y en febrero pasado, Bolivia logró certificar sus reservas de litio de 21 millones de toneladas, principalmente en las regiones potosinas del Salar andino de Uyuni, la mayor pastilla salina del mundo, Coipasa y la laguna de Pastos Grandes.

A partir de 2015, Bolivia entró en la segunda fase, con la construcción de infraestructura industrial en Uyuni, gracias a las millonarias inversiones y préstamos de firmas chinas.

 

Sin embargo, el proceso para la tercera fase no ha sido sencillo. La experiencia de la técnica usada en Chile no era aplicable para los desiertos bolivianos, donde hay una alta concentración de magnesio que debe ser separado. Las limitaciones de ACI Systems, una pequeña empresa alemana que ganó la licitación para la industrialización, complicó la tarea. Y este año, se sumó el factor social. En Potosí, el departamento más pobre del país y sede de las reservas, las organizaciones civiles exigían conocer los detalles del acuerdo y lograr una mayor participación en las regalías.

En las protestas se hizo visible la figura de Marco Antonio Pumari, activista que hoy es uno de los precandidatos a la presidencia de Bolivia. Ante el creciente caos social de las últimas semanas, el gobierno de Morales resolvió abolir el contrato con ACI Systems.

La imagen de Pumari se vio afectada en las últimas horas por la difusión de un audio que revela que le pidió USD 250.000 al líder cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, para ser su compañero de fórmula en los comicios, por lo que la incertidumbre es grande en cuanto sus opciones políticas y el armado de las candidaturas para los próximos comicios. ¿Ganará un gobierno que cambie de rumbo con respecto a la política de Morales? ¿O se mantendrá el recelo hacia las firmas extranjeras?

Tras la renuncia de Morales, el ex presidente uruguayo José “Pepe” Mujica llegó a deslizar una comparación entre el litio y el petróleo como supuesto motivo para el movimiento opositor que reclamaba su salida. “¿Cómo el mundo occidental le puede permitir a un indio que maneje el litio?”, ironizó.

Expertos consultados por O Globo de Brasil descartan que los yacimientos de litio hayan sido un tema determinante para la caída de Evo, pero coinciden en señalar que hay un margen para cambiar la doctrina acerca del “oro blanco”.

Javiera Barandián, profesora de política ambiental de la Universidad de California, consideró probable que haya “modificaciones y ajustes” a las regulaciones para la industria, pero aclaró que estos cambios demorarían y ve difícil que sea algo “radical”. Según apuntó, aunque el esquema de Morales haya sido criticado, también fue exitoso.

Por su parte, Thea Riofrancos, una politóloga especializada en litio de la Providence College (Rhode Island), dijo al periódico brasileño que es posible que Morales haya intentado una jugada estratégica al cancelar el contrato con la empresa alemana, buscando mejorar las condiciones del acuerdo. Además, apuntó que el mercado del litio ya no es tan atractivo como hace unos años, y consideró posible que el mercado boliviano se abra a la exploración de otras empresas extranjeras. “Si cualquier partido que no sea el MAS (Movimiento al Socialismo) es elegido, la estructura regulatoria será alterada«, vaticinó.

Utilizado sobre todo en la fabricación de baterías recargables de ion litio para vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos, el carbonato de litio, un polvo blanco fino como harina de repostería, también se usa para fabricar cerámica, vidrio y hasta medicinas. Con el 63% del mercado de baterías, China es el principal consumidor de este metal, frente al 23% de Estados Unidos.

Días atrás, la canciller del gobierno interino de Bolivia, Karen Longaric, dijo que corresponde “fortalecer” las relaciones con China, pero también reconducirlas, redireccionarlas y velar por los intereses del país protegiendo los recursos naturales.

 

Fuente:https://www.infobae.com/america/america-latina/2019/12/09/cual-es-el-futuro-del-litio-en-bolivia-tras-la-salida-de-evo-morales/

Bolivia

Bolivia: el dilema entre Derechos Humanos y extractivismo

El pasado 5 de noviembre, Bolivia volvió a rendir el Examen Periódico Universal (EPU) sobre Derechos Humanos de las Naciones Unidas, esta vez en su Tercer Ciclo. Pese a ciertos logros, la cantidad de países que realizaron recomendaciones y observaciones aumentó con relación a la última versión, en 2014.

El EPU es un mecanismo cooperativo de examen, creado en el año 2007 por el Consejo de Derechos Humanos, para de evaluar la situación de los Derechos Humanos en los 193 países miembros de la ONU y verificar si los Estados cumplen sus obligaciones y compromisos asumidos voluntariamente al firmar y ratificar los instrumentos de Derechos Humanos para lograr mejores prácticas.

Para Bolivia se desarrollaron dos EPU: en 2009 y 2014. La tercera ronda del EPU para Bolivia se dio el 5 de noviembre.

 

En la intervención inicial de Alto Nivel, liderada por el ahora exministro de Justicia, Héctor Arce, se resaltaron algunos progresos sobre a los derechos de los pueblos indígenas.

Sin embargo, el Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), señala que el Estado Plurinacional de Bolivia, en dicha intervención, “omitió mencionar sobre el respeto a los derechos de defensoras de Derechos Humanos y del medio ambiente, la violación del derecho a consulta previa de los pueblos indígenas o el etnocidio de pueblos indígenas en aislamiento voluntario”.

Más países hicieron recomendaciones

En cada una de las tres rondas del EPU, el número de países que realizaron recomendaciones fue aumentando paulatinamente. En la primera ronda fueron 57 países. En la segunda ronda, el año 2014, fueron 76. Para esta tercera ronda fueron 91 países que realizaron observaciones y recomendaciones, o sea 14 nuevos países.

Debido a lo que el Estado boliviano omitió reconocer, y al aumento de países con recomendaciones, el CEDIB considera que “Bolivia reprobó el examen de Derechos Humanos de la ONU”.

Entre los 14 que hicieron recomendaciones por primera vez están países de África, las Américas, Europa, Asia y Oceanía, que se enfocaron, en gran medida, precisamente en la situación de derechos humanos de pueblos indígenas y quienes abogan por sus derechos. Entre ellos destacan Canadá, Alemania, Austria, Francia, Bélgica, Perú, Nicaragua y Namibia.

Recomendaciones

Durante el dialogo, el Reino Unido y Alemania formularon preguntas al Estado Plurinacional de Bolivia, particularmente acerca de los pueblos indígenas afectados por la explotación de recursos naturales, resaltando casos como Jach´a Marka Tapacarí Condor Apacheta, Choquecota Marka del Suyu Jacha´a Carangas, Marca Quila Quila, Takana II y Takovo Mora. 

El CEDIB agrega que también indagaron sobre planes para introducir una legislación integral sobre la contaminación causada por metales pesados, “​​ya que los niveles de emisiones de mercurio que generan las actividades mineras siguen en aumento”, y por medidas para “lidiar con la impunidad generalizada en caso de violencia a minorías”.

Por su parte, Dinamarca recomendó ajustar el marco legal del sector de minería e hidrocarburos de acuerdo con el convenio 169 de la OIT, incluso mediante la reforma de la ley de Minería 535 y el Decreto Supremo 2298 para garantizar el derecho al consentimiento libre, informado y previo.

En tanto, Suecia recomendó la revisión de la Ley 351 y el Decreto Supremo 1597. Estas normas ya habían sido denunciadas por el CEDIB y otras ONGs en Bolivia por considerar que “restringen los derechos de la sociedad civil a la reunión y asociación pacíficas”.

El país escandinavo también se centró en estas normas porque dificultan el cumplimiento de que los defensores de los derechos humanos y los derechos ambientales, incluidos los críticos con las políticas y opiniones del gobierno, puedan realizar sus actividades sin intimidación.  En el mismo sentido, la República Checa insistió en las recomendaciones del ciclo pasado relacionadas con la protección al trabajo de periodistas, defensores de derechos humanos, pueblos indígenas y ONG.

Interpelación de la sociedad civil boliviana

Para la tercera ronda del EPU fueron 50 organizaciones de la sociedad civil (ONG, representaciones de pueblos indígenas y otras) que suscribieron un informe sobre la situación de los Derechos Humanos, actividades extractivas y grandes infraestructuras, a través de la conformación de la Alianza por los Derechos Humanos y el Medio Ambiente (Adhma).

Entre las organizaciones que aglutina la Adhma destacan la Asamblea permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), la Coordinadora de Defensa y Autodeterminación de los Pueblos y del Medio Ambiente (CODAPMA), CENDA, Jubileo, Infante, CEDIB, Probioma, Fundación TIERRA, Somos Sur, CIPCA, Cáritas Tarija, CONTIOCAP. Además de la Capitanía Tacobo Mora, Comunidad Caigua (Aguaragüe), Subcentral Tariquía, y varios otros.

El informe de estas organizaciones para el EPU 2019 mostró los avances, retrocesos o estancamiento de los derechos laborales y humanos (trabajo forzoso, trabajo infantil, derechos de las mujeres, etc.), e incorporó un informe específico sobre Pueblos indígenas y medio ambiente, que llamó la atención de nuevos países de la ONU.

El documento presentado analizó 23 casos de violación de derechos humanos: 6 en el sector minero, 7 en el hidrocarburífero, 3 en relación a infraestructuras, de los cuales 16 afectan territorios indígenas. Y realizó sus propias recomendaciones concretas en cada una de las violaciones. En unos años se conocerán nuevos avances y retrocesos.

 

Fuente:https://elpais.bo/bolivia-el-dilema-entre-derechos-humanos-y-extractivismo/?fbclid=IwAR0dhFtzu3EuPojSL5ROdHYV_7ve6_n8q-TTC6EgR0MlSR6Pqzess8n45wA

Bolivia, Litio

Detrás del Golpe: la industrialización del litio en Bolivia

Alrededor del 85% de las reservas de Litio en el mundo se encuentran en el denominado “Triángulo del litio” compuesto por Argentina, Bolivia y Chile. Esas reservas se encuentran en condiciones de explotación únicas y por ese motivo permiten costos de procesamiento y producción mucho menores a los de los combustibles fósiles.

Venimos adelantando que el  el litio se constituye en la actualidad como recurso natural estratégico al consolidarse como:

1) Factor clave en el cambio de matriz energética: el litio se necesita para la confección de acumuladores eléctricos que permiten contener la energía generada mediante recursos renovables, ya que esta es intermitente y fluctuante, por lo que debe ser acumulada.

2) Determinante en la modificación del patrón tecnológico, ya que las baterías que denominadas ion-litio serán el motor que impulsará la movilidad de los próximos años mediante los autos eléctricos. Además estas baterías son utilizadas en casi todos los dispositivos electrónicos portátiles como celulares, y computadoras.

También mencionamos que, en el caso del litio, no se rompe la dinámica de los recursos naturales en general: el litio se consume en los países del  “centro”, pero es expropiado de los países de la “periferia” mediante su explotación por grandes multinacionales. Esto da cuenta del clásico esquema dependiente de producción de manufacturas y productos industriales con agregado de valor para los primeros, y exportación de materias primas para los segundos, dinámica que ha atado a nuestros países al “subdesarrollo”

Entonces, si el litio emerge como factor clave para garantizar la transformación de la matriz energética y del patrón tecnológico y las mayores reservas del mundo se encuentran en los países del denominado triángulo del litio, resulta simple comprender que el tablero de la geopolítica mundial estará atravesado por la disputa por los recursos naturales estratégicos, al constituirse estos como elemento esencial  de poder, porque permiten modificar o sostener el status quo vigente.

Importa aclarar que la dinámica del sistema internacional actual está signada por una transición hegemónica de los polos de poder, caracterizada por la pérdida de poder relativo de Estados Unidos, frente al crecimiento de la República Popular China.

La avanzada china mediante el proyecto de “una franja-una ruta” supone grandes amenazas a los Estados Unidos en su rol de potencia, por lo que debe garantizar su hegemonía, al menos en el plano regional, para disputar poder en el escenario internacional. Es por eso que, desde que Donald Trump asumió el poder, la potencia del norte vuelve a utilizar la Doctrina Monroe como instrumento de política exterior para con los países de América Latina y el Caribe; buscando revitalizar la hegemonía sobre lo que considera su zona geopolítica de influencia inmediata, es decir su “patio trasero”. América Latina y el Caribe se constituye, para el país del norte, como la región clave en términos geoestratégicos, geoeconómicos y geopolíticos para sostener su poder en occidente.

De estas afirmaciones se deduce rápidamente, que todas las acciones ejecutadas desde nuestros países, tendientes a poner en cuestión la hegemonía que Estados Unidos necesita consolidar en la región, estarán en el foco de la política exterior del país del Norte.

Mediante la utilización de todo tipo de instrumentos de política ya sean judiciales, financieros, económicos, diplomáticos, militares, comunicacionales, culturales, de inteligencia; o a través de instituciones de crédito como el FMI u organismos multilaterales como la OEA, buscará subyugar la voluntad de los países de América Latina y el Caribe a sus deseos. Necesita a la región controlada y actuando en pos de sus intereses.

Frente a esto, adquiere importancia lo mencionado al principio de esta nota: el litio se constituye como factor clave en el cambio de matriz energética y de patrón tecnológico, es decir, se constituye como factor de poder para liderar la disputa geopolítica por los recursos naturales y garantizar la consolidación de la actual transición hegemónica.

Bolivia posee las mayores reservas de litio en salmueras en el mundo, en el Salar Uyuni y, a  diferencia de lo que ocurre en Argentina y Chile, donde el recurso se encuentra en manos de multinacionales que responden a intereses foráneos, en Bolivia es el Estado Plurinacional el que controla de forma soberana el recurso y lo explota de acuerdo a los intereses nacionales. Este hecho supone, sin lugar a dudas, tensiones con Estados Unidos, ya que claro está, las políticas implementadas por Evo Morales, distan mucho de las que las que el país del norte desea para Bolivia.

Y es que el triunfo Evo Morales Ayma en 2006, supuso el inicio del proceso que pretendía poner fin a la opresión y subordinación del pueblo boliviano a los intereses de grandes corporaciones y potencias.

En relación a los recursos litiferos, el proceso de nacionalización e industrialización comenzó en 2008, cuando Evo decidió otorgar entidad a la histórica demanda de las comunidades mineras bolivianas: que los recursos evaporíticos del Salar Uyuni se exploten  por el Estado. Desde la época de la colonia hasta su constitución como Estado Nación los recursos naturales de Bolivia eran explotados por las grandes potencias mediante sus diversos instrumentos extractivistas . Esa explotación por supuesto poco tenía en cuenta los intereses de las comunidades locales.

Es así, que el proyecto de industrialización del Salar Uyuni, fue presentado por los movimientos sindicales campesinos que decidieron elevar la demanda al nuevo Presidente. El mismo suponía alcanzar la producción de carbonato de litio y cloruro de potasio mediante la creación de una empresa pública y estatal.

Así, una demanda popular se transformó en una política de Estado.

Formalmente el proceso se inició en el 2008 con la Sanción del Decreto 29.496 que eliminaba el régimen concesional y otorgaba estatus Nacional la explotación de los Recursos Evaporíticos del Salar Uyuni. A esto se le sumó la Ley Nº 3720 que devolvía a la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL) la posibilidad de  participar directamente en toda la cadena productiva con las funciones de prospección y exploración, explotación, concentración, fundición y refinación, comercialización de minerales y metales y administración de las áreas fiscales (1)

En 2008 mediante la resolución Nº 3801  se aprueba el Proyecto de Desarrollo Integral de Salmueras del Salar Uyuni y la instalación y puesta en marcha de una Planta Piloto para el procesamiento de litio (2). Además ese mismo año se crea  dentro de la estructura de la COMIBOL, la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE) antesala para la creación, en 2017, de la empresa pública, estatal y nacional Yacimientos Litiferos Bolivianos.

El proceso de nacionalización y afianzamiento de los recursos naturales como propios, entendiendo esto como clave para la elaboración y ejecución de una política exterior soberana, continuó con la aprobación en 2009 de la Nueva Constitución Política del Estado (3), donde los recursos naturales son declarados de carácter estratégico e interés público.

Para llevar adelante el proceso de industrialización se diseñó la Estrategia Nacional de Industrialización de los Recursos Evaporíticos (4) que contemplaba tres fases a través de las cuales el Estado boliviano comenzaría a controlar toda la  cadena de valor de producción del litio.

Fase 1:Esta fase suponía la producción de commodities de litio y potasio a escala piloto.  Fue concretada con éxito cuando se inauguró en enero de 2013 la Planta Piloto de Carbonato de Litio en LIppi LIppi.

Fase 2: Producción industrial  de Carbonato de litio, Cloruro de Potasio y sulfato de Potasio. Esta fase suponia la construcción de  la infraestructura y condiciones necesarias para que el el Estado Boliviano produzca commodities de litio y potasio a escala industrial.

Con esto se esperaba que el Estado Boliviano tenga total control y conocimiento del procesamiento y producción de los recursos del Salar Uyuni. Esto le permitiría, una vez consolidado, insertarse en el mercado mundial del litio sin depender ni de los recursos, ni de las maquinarias, ni de las inversiones, ni de la técnica, ni de las condiciones de las grandes multinacionales. El litio de los salares bolivianos se explotaría desde y para ese mismo país.

Ya en 2017 mediante la sanción de la Ley Nº 928 se creó la Empresa Pública Nacional Estratégica Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB),  en reemplazo de la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE). La ley afirmaba que “Yacimientos de Litio Bolivianos, era responsable de realizar las actividades de toda de la cadena productiva: prospección, exploración, explotación, beneficio o concentración, instalación, implementación, puesta en marcha, operación y administración de recursos evaporíticos, complejos de química inorgánica, industrialización y comercialización” (5)

El cambio de institucional de GNRE a YLB implicó el traspaso de tutela de la entidad, del Ministerio de Minería y Metalurgia, al Ministerio Energías de Bolivia. Este hecho da cuenta de la comprensión de lo que mencionamos al principio, de que el litio resulta clave en la transformación de la matriz energética, al ser el recurso que permitirá la confección de baterías de ion-litio necesarias para los autos eléctricos y la fabricación de acumuladores energéticos.

La creación de YLB  además permite además avanzar en la Fase 3 del proceso de industrialización inicial: Fabricación industrial de materiales catódicos  y baterías de litio.

En relación a esto último importa aclarar que son pocos los países que cuentan con los recursos científicos, tecnológicos y técnicos para la fabricación de baterías y materiales catódicos, por ese motivo una de las disposiciones de esta tercer fase es que el proceso de fabricación de estos materiales con alto nivel tecnológico-científico, se realice en alianza con un socio estratégico.

En abril de 2018, la empresa alemana ACY Systems fue seleccionada por reunir las mejores oportunidades económicas, tecnológicas y de mercado; luego de que el Estado boliviano definiera las condiciones que mínimamente debería cumplir la empresa o el consorcio, para ser seleccionado para la fase III en carácter de socio estratégico de YLB (donde se destaca que se mantenga la participación mayoritaria estatal -51%- y garantizar mercado para los productos producidos por la asociación en territorio boliviano, en especial las baterías de ion-litio). El acuerdo entre la empresa boliviana y la empresa alemana tenía como finalidad la instalación de una planta de producción de materiales catódicos y baterías de ion-litio.

El acuerdo entre Bolivia y Alemania ha suscitado múltiples debates y en ese sentido resulta importante aclarar que el mismo, lejos está de implicar sesión de soberanía en la explotación del litio en Bolivia. Tal y como afirma  Luis Alberto Echazú A. Gerente de Yacimientos de Litio Bolivianos “¿qué hará la empresa alemana? Pues aportará tecnología, mercado y financiamiento para que la empresa mixta conformada por YLB (Yacimientos de Litio Bolivianos con mayoría del 51% y ACI Systema con el 49% CONJUNTAMENTE procesen un residuo denominado salmuera residual, para producir en primer lugar Hidróxido de Litio, un producto industrial de alto valor comercial y a partir de él, un segundo complejo industrial de alta tecnología, conformado por una planta de materiales catódicos (nanotecnología = Sulfatos hidratados de Cobalto, Níquel y Manganeso y Fosfato de Hierro de altísima pureza, prácticamente puros) y finalmente las celdas y el ensamblado de baterías de ion Litio, todo esto en Bolivia. Toda esta cadena industrial es obtenida entonces a partir de un residuo, la llamada salmuera residual. Pero, ¿será que esta salmuera residual se entregará a la empresa alemana? Absolutamente NO. Esta salmuera será VENDIDA, no a la empresa alemana para que se la lleve a Europa, sino a la asociación o empresa mixta en la cual la empresa boliviana YLB tiene la mayoría accionaria y por tanto recibirá la mayoría de las utilidades. Además esta venta genera ingresos para YLB, y por ello debe pagar la regalía correspondiente, para Potosí.

Tenemos entonces que YLB vende como propietaria y empresa matriz, la salmuera residual a su empresa subsidiaria, la empresa mixta, que compra el producto. Como ya vimos este producto no sale de Bolivia, es transformado en productos de alto valor que serán exportados a Europa.

¿Puede ser esto caracterizado como una entrega del salar? Absolutamente NO. La empresa alemana no tiene ningún derecho sobre extensión alguna del salar de Uyuni, así como ninguna otra empresa privada nacional y menos extranjera puede ni podrá tenerlo. No hay entrega alguna, pero sí industrialización en Bolivia de los recursos evaporíticos del salar de Uyuni, que se mantiene y mantendrá como propiedad soberana del pueblo boliviano.” (6)

Además del acuerdo firmado con Alemania, Bolivia a través de YLB, firmó este año un acuerdo preliminar con el consorcio chino TBEA-Baocheng para construir plantas industrializadoras de litio en los salares de Coipasa y Pastos Grandes. Esta planta procesaría un tipo de salmuera que produce Litio Metálico. Este es un producto de alto valor de un uso en tecnología de punta que pocos países fabrican, a través de este acuerdo, Bolivia se constituye también como uno de los pocos países en el mundo en producirlo.

Importa entonces mencionar la relevancia de este acuerdo, ya que China es en la actualidad el mayor productor de vehículos eléctricos mediante su empresa BYD que ha desplazado de este puesto a la norteamericana TESLA. Es además el mayor consumidor de carbonato de litio del mundo así como también de los productos industriales derivados de este recurso. La dinámica industrial y tecnológica se concentra en ese país,  es el mayor exportador de autos eléctricos y controla el mercado de baterías de litio y de acumuladores eléctricos.

En Junio de 2019 el presidente Xi Jinping y Evo Morales mantuvieron una reunión donde entre otras cosas las dos naciones acordaron establecer una asociación estratégica en cuatro niveles:

-Fortalecer la confianza política mutua, apoyando los intereses centrales de cada uno e intercambiando experiencias sobre gobernanza.

-Expandir la cooperación en el marco de la Ruta de la Seda.  Esto incluye el establecimiento conjunto de un nuevo modelo cooperativo con la integración de los sectores de inversión, comercio y servicios, así como la búsqueda de un equilibrio comercial con el desarrollo de varios proyectos como agricultura, manufactura, energía renovable e infraestructura.

-Mejorar la cooperación en sectores como la cultura, la educación, el deporte, los medios de comunicación, el turismo y la preservación del patrimonio cultural para profundizar los intercambios entre personas.

-Promover la coordinación multilateral en el marco de las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible y el cambio climático, para salvaguardar los derechos de los países en desarrollo.  Esto incluirá la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales y la construcción de una comunidad con un futuro compartido para la humanidad. (8)

-Sin lugar a dudas el acuerdo entre China y Bolivia es una alianza estratégica muy importante y significa enormes potencialidades; siendo, por supuesto, una molestia para los Estados Unidos, que ven en dicha alianza una “avanzada china” en lo que considera su zona de influencia directa.

A todo este proceso se suma que, recientemente, salió a la venta el primer automóvil eléctrico fabricado 100% en Bolivia. La empresa Quantum ubicada en Llajta, Cochabamba, es la compañía que ha desarrollado este vehículo, uno cuya batería y ensamblaje se fabricó totalmente en el país.

Como hemos detallado en el Informe Nº1 (9), la fabricación de autos eléctricos se encuentra en el centro de la disputa por el control del cambio tecnológico. Pocos Estados llevan adelante este proceso, que por supuesto otorga enormes ventajas a quien asuma su control y justamente por eso se encuentra en el centro de la disputa entre Estados Unidos y China.

Detengámonos un minuto en la dimensión de este hecho: un país latinoamericano controla sus recursos naturales y los explota de acuerdo a sus necesidades. Además de eso y sin ningún tipo de “ayuda” de los Estados Unidos se inserta en el mercado de litio como un actor clave. Y no lo hace exportando commodities mineros sin ningún tipo de agregado de valor como Argentina y Chile, sino que fabrica baterías, acumuladores y autos eléctricos, tecnología de punta.

Históricamente en nuestros países, todos los procesos, como este, que desde la estructura del  Estado han pretendido poner fin a la subordinación ejercida por Estados Unidos, han sido boicoteados por esta potencia mediante el uso de diversos instrumentos de poder.

Echar luz sobre estos procesos nos permitirá comprender fácilmente que el golpe consumado contra Evo Morales es consecuencia de la acción de diversos sectores de la sociedad civil y de las FFAA y seguridad que, en su estado de subordinación y sometidas a un total imperialismo cultural fogoneadas muchas veces por organismos de inteligencia, accionan en pos de intereses que no les corresponden ni pertenecen, y que permiten la perpetuación de un sistema opresivo, injusto y desigual.  Esos organismos de inteligencia operan en el extranjero acorde a los intereses de Estados Unidos mediante mecanismos de desestabilización local, construyendo escenarios de fragilidad y vulnerabilidad que permitan ejecutar políticas directas para poner fin a aquellos procesos que signifiquen una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. (10)

La OEA viene actuando como el instrumento que garantiza los intereses de Estados Unidos en la región. En esa línea se destaca el papel desempeñado este ultimo año en los diversos conflictos politicos de America Latina. Los casos más notorios son:

-Desconocimiento del presidente electo en Venezuela Nicolás Maduro y reconocimiento de Juan Guaidó para tal cargo.

-Respaldo a Lenin Moreno frente a masivas protestas del pueblo ecuatoriano en contra de las políticas neoliberales implementadas por este último.

-Respaldo y legitimación hacia Sebastián Piñera en Chile, a través del silencio frente a la violencia institucional ejercida directamente por el gobierno chileno contra las movilizaciones efectuadas por el pueblo, contra las políticas neoliberales.

Estos hechos, sumado al papel ominoso de la OEA  en todo el proceso electoral boliviano, da cuenta de la vocación injerencista de la potencia norteamericana a través de este organismo. Pone en evidencia que lejos de ser un instrumento para garantizar la paz en la región, es utilizado para consolidar los deseos de EEUU en América Latina y el Caribe.

El  saludo de Trump al accionar de los militares bolivianos da cuenta también de que el Golpe era una acción programada que pretendía poner fin al proceso de insubordinación que desde el  2006 venía llevando adelante la Bolivia de Evo Morales.

Y es que incluso respetando a la auditoría de la OEA, cuyo informe no brinda datos certeros, y llamando a elecciones nuevamente para garantizar la paz en Bolivia, los sectores entreguistas y cipayos del país, en alianza con las Fuerzas Armadas, instaron a la renuncia de Evo Morales, a lo que se le sumó la ejecución de múltiples acciones de violencia contra todos  y todas los dirigentes políticos del MAS.

Bolivia logró consolidarse como un actor fundamental en el mercado mundial del litio y estaba preparado para dar el gran salto y  establecerse como líder del cambio de matriz energética y patrón tecnológico en la región latinoamericana y caribeña. Sin embargo el golpe de Estado ha detenido el  proceso. El martes nos enteramos que en un parlamento sin quórum y solo con diputados opositores a Evo Morales, Jeanine Añez se autoproclama presidente de Bolivia, a pesar de no contar con las condiciones constitucionales para hacerlo.

Además el mismo domingo 9 de Noviembre, las acciones de la empresa Estadounidense TESLA, cuyos productos se fabrican a base de litio, aumentaban exponencialmente, tendencia que continuó estos días.

Estados Unidos necesita hacerse de los recursos naturales estratégicos que hay en la región para consolidar  su hegemonía a nivel regional de cara a la disputa hegemónica global actual. Frente a esto, el pueblo boliviano debe proteger su soberanía y tutelar que las políticas nacionales, soberanas y estratégicas que ha logrado conseguir en esta materia los últimos años, no sean sometidas al control de intereses extranjeros.

Fuerza a Evo Morales y a todo el pueblo boliviano.

Notas:
1- Sobre la Ley Nº 3720 ver http://www.mineria.gob.bo/juridica/20070731-16-26-44.pdf
2-Sobre la Resolución Nº 3801 ver https://www.ylb.gob.bo/resources/normativa_legal/02_rd_3801.2008.pdf
3-Sobre la Constitución Política del Estado ver https://www.oas.org/dil/esp/Constitucion_Bolivia.pdf
4-Para ver más sobre la Estrategia Nacional de Industrialización de Recursos Evaporíticos: http://www.revistasbolivianas.org.bo/pdf/rmym/n7/n7a08.pdf
5-Para ver más sobre la Ley Nº 928: https://www.ylb.gob.bo/resources/normativa_legal/04_ley_928.2017.pdf
6-Nota completa disponible en: https://cenack.com/los-detractores-de-la-industrializacion-del-litio/
7-https://www.ende.bo/index.php
8-Nota completa disponible en: https://news.cgtn.com/news/3d3d414d35496a4d78457a6333566d54/index.html
9-https://cenack.com/informe-no-1-cambio-de-matriz-energetica-y-patron-tecnologico-la-importancia-estrategica-del-litio/
10- Nota completa disponible en:https://cenack.com/la-doctrina-militar-estadounidense-los-organos-de-inteligencia-y-su-injerencia-en-el-extranjero/

Bibliografía utilizada:

-Bruckmann Mónica. 2011. Recursos Naturales y la Geopolítica de la Integración Sudamericana.

-Castello Andres y Kloster Marcelo. 2015. Industrialización del Litio y agregado de valor local. Buenos Aires. CIECTI.

-Fornillo Bruno. 2019. Litio en Sudamérica. Geopolítica, Energía, Territorios. Buenos Aires. Editorial El Colectivo. CLACSO.

-Fornillo Bruno. 2014 ¿A qué llamamos recursos naturales estratégicos? El caso de las baterías de litio. Revista Estado y Políticas Públicas Nº 3. Año 2014. ISSN 2310-550X pp 79-89

-Montenegro Bravo, J. C. El modelo de industrialización del litio en Bolivia. Revista de Ciencias Sociales, segunda época, año 10, nº 34, Bernal, Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes, primavera de 2018, pp. 69-82, edición digital.

-Nacif Federico y Miguel Lacabana. 2015. ABC del Litio Sudamericano: Soberanía, Ambiente, Tecnología e Industria. Buenos Aires. Centro Cultural De la Cooperación. Universidad Nacional de Quilmes.

-Sabino Vaca Narvaja y Zou Zhan. 2018. China, América Latina y la geopolítica de la Nueva Ruta de la Seda

 

Fuente:https://www.clacso.org/detras-del-golpe-la-industrializacion-del-litio-en-bolivia/

Bolivia

25N Desde los territorios denunciamos la violencia medioambiental que amenaza con destruir nuestros tejidos de vida

Hoy 25 de Noviembre las defensoras de la Madre Tierra nos pronunciamos contra toda forma de violencia hacia las mujeres.

Desde el Colectivo CASA y la Red Nacional de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra nos pronunciamos en este nuevo 25 de noviembre para la eliminación cualquier forma de violencia contra las mujeres. Entendemos también que son las mujeres jóvenes, pobres y de pueblos indígenas las que se encuentran expuestas a mayores márgenes de vulnerabilidad. Desde la defensa del Medio Ambiente y los Territorios, consideramos que los megaproyectos y otras formas de despojo están violentando no solamente la tierra, sino los cuerpos de millones de mujeres encargadas de la reproducción de la vida en contextos comunitarios. Por eso nos sumamos a la denuncia de la violencia medioambiental que denuncian las defensoras de la Madre Tierra y nos acuerpamos con las hermanas de todo el mundo en este esfuerzo para lucha contra el sistema de despojo capitalista y patriarcal.

Fuente: Colectivo Casa.
Argentina, Bolivia, Chile, Litio

La fiebre del litio amenaza a las culturas indígenas de los desiertos de sal andinos

La extracción de este metal alcalino para las baterías de los coches eléctricos requiere enormes cantidades de agua. Argentina, Bolivia y Chile son los más afectados.

No hace falta ser experto en energía para darse cuenta de que es imperativo buscar alternativas a los combustibles fósiles, entre otras cosas, porque estamos llegando al principio del fin de la producción de petróleo, pero sobre todo porque los efectos destructivos que provocan –agotamiento permanente de fuentes de agua, deforestación, inundaciones, vertidos tóxicos, incendios, huracanes, subida de los niveles del mar,  etc.–  son cada vez más palpables para la mayoría de la población mundial.

Una de las soluciones tecnológicas para paliar los deletéreos efectos de la economía del petróleo es la producción de automóviles eléctricos.  El estado de California, por ejemplo, planea reducir la emisión de gases en un 40% hasta llegar a niveles inferiores a los de 1990. Para ello, proyecta crear una serie de incentivos financieros y de regulaciones que permitan que en el 2030 haya 4.2 millones de autos eléctricos en su parque automovilístico.  En Europa algunos estados como Holanda tienen objetivos incluso más ambiciosos y aspiran a tener un parque automovilístico 100% eléctrico para el 2030.

Con semejantes incentivos estatales, los principales productores de autos mundiales –Ford, Toyota, Nissan, General Motors, BMW, etc.– hace tiempo ya que llevan experimentando con vehículos híbridos y modelos eléctricos, pero ninguna de ellas iguala en ambición ni en grandilocuencia tecno-utópica a la californiana TESLA y a su capitán de industria Elon Musk. Como Steve Jobs en su día, Musk,  portada incluso de revistas de entretenimiento como Rolling Stone,  es idealizado o vilipendiado como el auténtico gurú de una secta que podría salvarnos del apocalipsis ecológico sin renunciar a la comodidad de nuestros vehículos utilitarios. De las paredes de la gigafactory de Tesla en Nevada cuelga un cartel enorme que reza: “Para acelerar la transición mundial a la energía sustentable”.

TESLA produce automóviles eléctricos de lujo con la promesa de alcanzar niveles de producción masivos y precios al alcance de las clases medias. Pero, como el iphone en su día, los automóviles TESLA son mucho más que un automóvil: son el futuro, “un sueño hecho realidad”, como le escuché decir a una de sus usuarias californianas. Los modelos TESLA poseen, entre otras cosas, reconocimiento facial , capacidad de estacionarse automáticamente y, eventualmente, autonomía para operar sin control humano. Además de sus vehículos eléctricos, Musk ha producido en Australia la batería de litio más grande del mundo con 100 megavatios de potencia para abastecimiento eléctrico doméstico, planea fabricar camiones eléctricos para el transporte de mercancías pesadas e incluso lanzar automóviles que alcancen la luna.

Con estos mimbres resulta casi imposible restarse al optimismo tecnológico que promueve Musk, o, si no se comparte su visión futurista, al menos no reconocer la necesidad de iniciar lo antes posible una transición hacia el uso de energías alternativas al petróleo, a ser posible renovables y más limpias. Sin embargo, antes de aceptar las nuevas soluciones tecnológicas que se nos ofrecen, deberíamos, por una cuestión de ética esencial, preguntarnos de dónde vienen los materiales que hacen posible el uso de estas nuevas energías en la producción de vehículos limpios.

En este caso la pregunta puede ser bastante simple y, a la vez, bastante esquiva. La funcionalidad de los vehículos eléctricos depende de la capacidad de fabricar baterías relativamente livianas. Hoy por hoy esto se consigue fabricando baterías de litio, las mismas que también hacen posible que la batería de nuestros celulares y computadores funcione sin estar conectada a una fuente de red.  La pregunta entonces es: ¿De dónde viene el litio y qué efectos tiene su minería en las comunidades donde opera?

El litio está bastante concentrado en ciertas áreas geográficas. Hay litio en roca en Australia, en Carolina del Norte (Estados Unidos) y en algunos lugares de China, pero la forma más barata de extraer litio es mediante evaporación en salares (lagos de sal formados tras un prolongado periodo de erupción volcánica). Hay salares en Tíbet y en Nevada (Estados Unidos), pero la mayoría de las reservas mundiales de litio –entre el 80% y el 85% dependiendo de los expertos—están en una zona transandina que se extiende a través de las fronteras de Argentina, Bolivia y Chile e incluye los salares de Atacama (Chile), Hombre Muerto, Olaroz y Salinas Grandes (Argentina) y Uyuni y Coipasa (Bolivia) entre otros muchos de menor tamaño. Se trata de cuencas endorréicas (cerradas al flujo de los ríos y otros cauces de agua) que oscilan entre los 2,400 y los 4,000 metros de altitud y que presentan índices de precipitación muy bajos y de radiación muy altos. O dicho más prosaicamente: hace mucho calor en el día, mucho frío en la noche y hay muy poco agua para la vida en general.

La revista Forbes, que rebautizó la zona con el nombre de «Arabia Saudí del Litio», describe en estos términos el Salar del Atacama:

«Nada crece en el corazón del Salar de Atacama, esta antigua cuenca lacustre, 700 millas al norte de Santiago, debe ser el lugar más seco del planeta, una tierra baldía, cubierta de una costra de rocas de sal que se parece a una plasta de vaca […]. Si no fuera por la preciosa salmuera que burbujea 130 pies por debajo de la superficie, los humanos se mantendrían alejados del Salar de Atacama».

Se trata de un gesto típicamente colonial: ver el territorio vacío para evitar hacerse cargo de los potenciales impactos ambientales y humanos que pueda causar la actividad emprendida por un agente foráneo como la minería del litio. Sin embargo, si el periodista de Forbes hubiera sido un poco menos bárbaro, se hubiera informado de que en los oasis que bordean el Salar de Atacama viven comunidades indígenas, según el registro arqueológico, al menos desde el 8,000 AD. De hecho, el pueblo atacameño o Lickan Antay –gente de la tierra en kunza, su lengua– fue capaz de levantar toda una civilización en mitad del desierto más árido del mundo, domesticar la llama y otros camélidos para utilizarlos en sus largas caravanas transandinas, emplear el fruto del chañar y del algarrobo (dos de los pocos árboles que crecen en estos parajes) para aportar proteína a su dieta y fabricar “aloha”, un licor utilizado en ceremonias y ritos. En los Oasis del Salar de Atacama se cosecha hoy alfalfa, maíz, papas y habas; en sus huertos sigue habiendo árboles frutales que reciben agua a través de un escrupuloso sistema de uso comunal del agua que convive con el turismo ecológico y otros emprendimientos comunitarios. Y por si todo eso fuera poco además han sobrevivido a las distintas olas de colonialismo desde la llegada de los españoles hasta el presente.

Por eso, las malas noticias para los inversionistas de Forbes y para el optimismo tecnológico del norte es que, lejos de ser una tierra baldía, el Salar de Atacama, como el resto de territorios del llamado triángulo suramericano del litio, sigue habitado por las comunidades ancestrales Aymara, Quechua, Kolla y Lickan Antay que son, según derecho consuetudinario, los legítimos dueños del territorio, los que lo siguen haciendo florecer respetando sus ciclos de regeneración mediante todo un sistema ritual de pagos a la tierra y respeto a la naturaleza.

A diferencia de los occidentales, estos pueblos indígenas, que se consideran los herederos directos de los Incas, no ven la naturaleza como un objeto exterior a ellos del que pueden disponer a capricho o destruir, sino como un ser vivo. Verónica Chávez, de la comunidad de Santuario de Tres Pozos en Salinas Grandes (Argentina), cuenta que el Salar es un ser vivo con sus venas de agua y sus ciclos de regeneración que atraviesan la estación de las lluvias hasta secarse y hacer brotar la sal que se cosecha después, en la estación seca, como una planta más. Por eso cuando llegaron las mineras del litio a explotar el Salar, el efecto en ella fue demoledor: “Por lo que yo vi, era que gente venía sin conocimiento, no les importaba nada el destrozo de nuestra Mamita Pacha, le tiraban ácido, le rompían la venita de agua, ¡hacían todo un desastre! Y para mí es un dolor eso, porque ella es una mamita para mí, a una madre no se le hace eso”.

Conviene, no obstante, no idealizar ni romantizar a los pueblos indígenas de los salares. En la cuenca de Salinas Grandes, Argentina, han logrado parar, de momento, la explotación del litio, pero unos kilómetros más al este, en Olaroz y Laguna Guayatayoc, las comunidades Lickan Antay han firmado un acuerdo con la minera Orocobre (proveedor principal de litio para Toyota). Lo mismo sucede en el Salar de Atacama donde la norteamericana Rockwood Lithium, subsidiaria del gigante minero Abermale, tiene convenio con la mayoría de comunidades indígenas. A veces estos convenios se firman por intereses, porque las comunidades tienen necesidades de infraestructura o fuentes adicionales de ingresos y, otras veces, se hace a regañadientes, porque si van a sacar el mineral de la tierra es mejor que quede algo en las comunidades. Pero en todos los casos, los pueblos indígenas quieren lo mismo: que se aplique el convenio 169 de la OIT, que haya consulta previa, libre e informada; en el caso de la cuenca de Salinas grandes, sus 33 comunidades incluso tienen un protocolo llamado Kachi Yupi, huellas de sal en quechua, que estipula cómo llevar a cabo esta consulta.

La realidad, sin embargo, no parece dispuesta a respetar la voluntad de estos pueblos indígenas. La presión que ya existía sobre el litio se está incrementando exponencialmente porque si para una batería de teléfono móvil hacían falta 3 gramos de litio, para un auto eléctrico hacen falta casi 20 kilos, más de 50 si se trata de uno de los rutilantes modelos de TESLA.

Con el cambio de ciclo político en Argentina y Chile parece que se han abierto las puertas definitivamente para la explotación sin límites del llamado oro blanco de los salares. Mauricio Macri en Argentina está otorgando licencias de explotación sin consultas y sin muchas cortapisas, hay en la actualidad hasta 63 proyectos aprobados en las provincias de Salta, Jujuy, Catamarca y La Rioja. Del mismo modo, en Chile, con la llegada de Sebastián Piñera al poder, la minera SQM –una de las más corruptas de la región, privatizada durante la dictadura de Pinochet y vendida a su yerno Julio Ponce Lerou, envuelto hoy en escándalos de financiación política ilegal– acaba de llegar a un acuerdo con el Estado chileno para retomar y aumentar la explotación de litio en el Salar de Atacama. Paralelamente, Elon Musk visita clandestinamente el país para explorar la posibilidad de abrir una megafábrica de baterías de litio en Chile con gran regocijo de las clases dirigentes.

Estos movimientos entre bambalinas, sin duda, hacen que las comunidades indígenas se sientan amenazadas. Saben que la minería del litio extrae grandes cantidades de salmuera y agua que luego se secan al sol en mega piscinas, son conscientes de que viven en cuencas cerradas cuyas fuentes de agua están interconectadas y pueden llegar a secarse definitivamente haciendo la vida en el salar inviable. Como explica Sandra Flores, de la comunidad de Coyo en Atacama, esta posibilidad se vive como un potencial genocidio cultural. En sus propias palabras:

La extracción de este metal alcalino para las baterías de los coches eléctricos requiere enormes cantidades de agua. Argentina, Bolivia y Chile son los más afectados.

No hace falta ser experto en energía para darse cuenta de que es imperativo buscar alternativas a los combustibles fósiles, entre otras cosas, porque estamos llegando al principio del fin de la producción de petróleo, pero sobre todo porque los efectos destructivos que provocan –agotamiento permanente de fuentes de agua, deforestación, inundaciones, vertidos tóxicos, incendios, huracanes, subida de los niveles del mar,  etc.–  son cada vez más palpables para la mayoría de la población mundial.

Una de las soluciones tecnológicas para paliar los deletéreos efectos de la economía del petróleo es la producción de automóviles eléctricos.  El estado de California, por ejemplo, planea reducir la emisión de gases en un 40% hasta llegar a niveles inferiores a los de 1990. Para ello, proyecta crear una serie de incentivos financieros y de regulaciones que permitan que en el 2030 haya 4.2 millones de autos eléctricos en su parque automovilístico.  En Europa algunos estados como Holanda tienen objetivos incluso más ambiciosos y aspiran a tener un parque automovilístico 100% eléctrico para el 2030.

Con semejantes incentivos estatales, los principales productores de autos mundiales –Ford, Toyota, Nissan, General Motors, BMW, etc.– hace tiempo ya que llevan experimentando con vehículos híbridos y modelos eléctricos, pero ninguna de ellas iguala en ambición ni en grandilocuencia tecno-utópica a la californiana TESLA y a su capitán de industria Elon Musk. Como Steve Jobs en su día, Musk,  portada incluso de revistas de entretenimiento como Rolling Stone,  es idealizado o vilipendiado como el auténtico gurú de una secta que podría salvarnos del apocalipsis ecológico sin renunciar a la comodidad de nuestros vehículos utilitarios. De las paredes de la gigafactory de Tesla en Nevada cuelga un cartel enorme que reza: “Para acelerar la transición mundial a la energía sustentable”.

TESLA produce automóviles eléctricos de lujo con la promesa de alcanzar niveles de producción masivos y precios al alcance de las clases medias. Pero, como el iphone en su día, los automóviles TESLA son mucho más que un automóvil: son el futuro, “un sueño hecho realidad”, como le escuché decir a una de sus usuarias californianas. Los modelos TESLA poseen, entre otras cosas, reconocimiento facial , capacidad de estacionarse automáticamente y, eventualmente, autonomía para operar sin control humano. Además de sus vehículos eléctricos, Musk ha producido en Australia la batería de litio más grande del mundo con 100 megavatios de potencia para abastecimiento eléctrico doméstico, planea fabricar camiones eléctricos para el transporte de mercancías pesadas e incluso lanzar automóviles que alcancen la luna.

Con estos mimbres resulta casi imposible restarse al optimismo tecnológico que promueve Musk, o, si no se comparte su visión futurista, al menos no reconocer la necesidad de iniciar lo antes posible una transición hacia el uso de energías alternativas al petróleo, a ser posible renovables y más limpias. Sin embargo, antes de aceptar las nuevas soluciones tecnológicas que se nos ofrecen, deberíamos, por una cuestión de ética esencial, preguntarnos de dónde vienen los materiales que hacen posible el uso de estas nuevas energías en la producción de vehículos limpios.

En este caso la pregunta puede ser bastante simple y, a la vez, bastante esquiva. La funcionalidad de los vehículos eléctricos depende de la capacidad de fabricar baterías relativamente livianas. Hoy por hoy esto se consigue fabricando baterías de litio, las mismas que también hacen posible que la batería de nuestros celulares y computadores funcione sin estar conectada a una fuente de red.  La pregunta entonces es: ¿De dónde viene el litio y qué efectos tiene su minería en las comunidades donde opera?

El litio está bastante concentrado en ciertas áreas geográficas. Hay litio en roca en Australia, en Carolina del Norte (Estados Unidos) y en algunos lugares de China, pero la forma más barata de extraer litio es mediante evaporación en salares (lagos de sal formados tras un prolongado periodo de erupción volcánica). Hay salares en Tíbet y en Nevada (Estados Unidos), pero la mayoría de las reservas mundiales de litio –entre el 80% y el 85% dependiendo de los expertos—están en una zona transandina que se extiende a través de las fronteras de Argentina, Bolivia y Chile e incluye los salares de Atacama (Chile), Hombre Muerto, Olaroz y Salinas Grandes (Argentina) y Uyuni y Coipasa (Bolivia) entre otros muchos de menor tamaño. Se trata de cuencas endorréicas (cerradas al flujo de los ríos y otros cauces de agua) que oscilan entre los 2,400 y los 4,000 metros de altitud y que presentan índices de precipitación muy bajos y de radiación muy altos. O dicho más prosaicamente: hace mucho calor en el día, mucho frío en la noche y hay muy poco agua para la vida en general.

La revista Forbes, que rebautizó la zona con el nombre de «Arabia Saudí del Litio», describe en estos términos el Salar del Atacama:

«Nada crece en el corazón del Salar de Atacama, esta antigua cuenca lacustre, 700 millas al norte de Santiago, debe ser el lugar más seco del planeta, una tierra baldía, cubierta de una costra de rocas de sal que se parece a una plasta de vaca […]. Si no fuera por la preciosa salmuera que burbujea 130 pies por debajo de la superficie, los humanos se mantendrían alejados del Salar de Atacama».

Se trata de un gesto típicamente colonial: ver el territorio vacío para evitar hacerse cargo de los potenciales impactos ambientales y humanos que pueda causar la actividad emprendida por un agente foráneo como la minería del litio. Sin embargo, si el periodista de Forbes hubiera sido un poco menos bárbaro, se hubiera informado de que en los oasis que bordean el Salar de Atacama viven comunidades indígenas, según el registro arqueológico, al menos desde el 8,000 AD. De hecho, el pueblo atacameño o Lickan Antay –gente de la tierra en kunza, su lengua– fue capaz de levantar toda una civilización en mitad del desierto más árido del mundo, domesticar la llama y otros camélidos para utilizarlos en sus largas caravanas transandinas, emplear el fruto del chañar y del algarrobo (dos de los pocos árboles que crecen en estos parajes) para aportar proteína a su dieta y fabricar “aloha”, un licor utilizado en ceremonias y ritos. En los Oasis del Salar de Atacama se cosecha hoy alfalfa, maíz, papas y habas; en sus huertos sigue habiendo árboles frutales que reciben agua a través de un escrupuloso sistema de uso comunal del agua que convive con el turismo ecológico y otros emprendimientos comunitarios. Y por si todo eso fuera poco además han sobrevivido a las distintas olas de colonialismo desde la llegada de los españoles hasta el presente.

Por eso, las malas noticias para los inversionistas de Forbes y para el optimismo tecnológico del norte es que, lejos de ser una tierra baldía, el Salar de Atacama, como el resto de territorios del llamado triángulo suramericano del litio, sigue habitado por las comunidades ancestrales Aymara, Quechua, Kolla y Lickan Antay que son, según derecho consuetudinario, los legítimos dueños del territorio, los que lo siguen haciendo florecer respetando sus ciclos de regeneración mediante todo un sistema ritual de pagos a la tierra y respeto a la naturaleza.

A diferencia de los occidentales, estos pueblos indígenas, que se consideran los herederos directos de los Incas, no ven la naturaleza como un objeto exterior a ellos del que pueden disponer a capricho o destruir, sino como un ser vivo. Verónica Chávez, de la comunidad de Santuario de Tres Pozos en Salinas Grandes (Argentina), cuenta que el Salar es un ser vivo con sus venas de agua y sus ciclos de regeneración que atraviesan la estación de las lluvias hasta secarse y hacer brotar la sal que se cosecha después, en la estación seca, como una planta más. Por eso cuando llegaron las mineras del litio a explotar el Salar, el efecto en ella fue demoledor: “Por lo que yo vi, era que gente venía sin conocimiento, no les importaba nada el destrozo de nuestra Mamita Pacha, le tiraban ácido, le rompían la venita de agua, ¡hacían todo un desastre! Y para mí es un dolor eso, porque ella es una mamita para mí, a una madre no se le hace eso”.

Conviene, no obstante, no idealizar ni romantizar a los pueblos indígenas de los salares. En la cuenca de Salinas Grandes, Argentina, han logrado parar, de momento, la explotación del litio, pero unos kilómetros más al este, en Olaroz y Laguna Guayatayoc, las comunidades Lickan Antay han firmado un acuerdo con la minera Orocobre (proveedor principal de litio para Toyota). Lo mismo sucede en el Salar de Atacama donde la norteamericana Rockwood Lithium, subsidiaria del gigante minero Abermale, tiene convenio con la mayoría de comunidades indígenas. A veces estos convenios se firman por intereses, porque las comunidades tienen necesidades de infraestructura o fuentes adicionales de ingresos y, otras veces, se hace a regañadientes, porque si van a sacar el mineral de la tierra es mejor que quede algo en las comunidades. Pero en todos los casos, los pueblos indígenas quieren lo mismo: que se aplique el convenio 169 de la OIT, que haya consulta previa, libre e informada; en el caso de la cuenca de Salinas grandes, sus 33 comunidades incluso tienen un protocolo llamado Kachi Yupi, huellas de sal en quechua, que estipula cómo llevar a cabo esta consulta.

La realidad, sin embargo, no parece dispuesta a respetar la voluntad de estos pueblos indígenas. La presión que ya existía sobre el litio se está incrementando exponencialmente porque si para una batería de teléfono móvil hacían falta 3 gramos de litio, para un auto eléctrico hacen falta casi 20 kilos, más de 50 si se trata de uno de los rutilantes modelos de TESLA.

Con el cambio de ciclo político en Argentina y Chile parece que se han abierto las puertas definitivamente para la explotación sin límites del llamado oro blanco de los salares. Mauricio Macri en Argentina está otorgando licencias de explotación sin consultas y sin muchas cortapisas, hay en la actualidad hasta 63 proyectos aprobados en las provincias de Salta, Jujuy, Catamarca y La Rioja. Del mismo modo, en Chile, con la llegada de Sebastián Piñera al poder, la minera SQM –una de las más corruptas de la región, privatizada durante la dictadura de Pinochet y vendida a su yerno Julio Ponce Lerou, envuelto hoy en escándalos de financiación política ilegal– acaba de llegar a un acuerdo con el Estado chileno para retomar y aumentar la explotación de litio en el Salar de Atacama. Paralelamente, Elon Musk visita clandestinamente el país para explorar la posibilidad de abrir una megafábrica de baterías de litio en Chile con gran regocijo de las clases dirigentes.

Estos movimientos entre bambalinas, sin duda, hacen que las comunidades indígenas se sientan amenazadas. Saben que la minería del litio extrae grandes cantidades de salmuera y agua que luego se secan al sol en mega piscinas, son conscientes de que viven en cuencas cerradas cuyas fuentes de agua están interconectadas y pueden llegar a secarse definitivamente haciendo la vida en el salar inviable. Como explica Sandra Flores, de la comunidad de Coyo en Atacama, esta posibilidad se vive como un potencial genocidio cultural. En sus propias palabras:

“[Explotar el litio] es terminar con una parte de la humanidad y lo que es la cultura. Eso creo que sería como…trágico, o sea… como decir tú puedes matar a la otra persona y lo matas y listo. Para mí eso es trágico, para mí sería eso, traer algo grande para que mate a los pequeños, eso sería como lo trágico, lo terrible. Es… extinguir una cultura, matarla. Qué ha costado harto vivir en este desierto, es difícil, no es fácil, y… lo hemos podido conservar muchos años… Pero no tenemos las armas para poderlo seguir cuidando, no tenemos. Si el gobierno prefiere el litio, no tenemos nada más que hacer, porque no podemos luchar con algo tan grande.  […] Pero si la luchamos, si la gente se preocupa de poder conservar el agua…”.

Es evidente que necesitamos alternativas al petróleo, pero también pensar en los desafíos que presentan esas nuevas tecnologías y hacernos preguntas incómodas: ¿podemos simplemente sustituir los autos que funcionan con hidrocarburos por autos eléctricos? ¿Qué papel debe cumplir el transporte colectivo y público en la lucha contra el calentamiento global? ¿Existen alternativas al litio como por ejemplo la batería de sodio? ¿Impiden la minería transnacional y los inversores financieros la búsqueda de alternativas al litio? ¿Estamos dispuestos a facilitar con nuestros patrones de consumo la destrucción de ecosistemas de gran complejidad y diversidad como los de los salares? ¿Queremos asumir éticamente la destrucción de culturas milenarias y modos de vida y gestión de lo social alternativos al modo de vida occidental?

 

Fuente:https://kaosenlared.net/la-fiebre-del-litio-amenaza-a-las-culturas-indigenas-de-los-desiertos-de-sal-andinos-video/?fbclid=IwAR17vWoorsisFm5QrLDuBTq_k8DYYZvT3hnDT4vvCmO9OVdcErkjrOm_hJ8