La Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Senado de la Nación aprobó el proyecto de remediación ambiental en la ex mina de uranio de Los Gigantes, cuyos desechos tóxicos se filtraron en la década del ochenta a la cuenca del lago San Roque. La premisa de los trabajos será evitar cualquier tipo de derrame que pueda producirse sobre los afluentes del embalse y además se prohibió que el complejo sea utilizado como «un basural de desechos nucleares».
Según pudo conocerse, la remediación se llevará a cabo con la participación y la fiscalización de organismos independientes nacionales e internacionales y de la Secretaría de Ambiente de la Provincia. Para ello, se impulsará nuevamente el Programa de Remediación de Material de Uranio (PRAMU) del gobierno nacional que se encontraba paralizado en los últimos años. El proyecto dispone además la prohibición expresa de autorizar futuras explotaciones en el lugar y/o trasladar residuos tóxicos al mismo, una de las demandas que tenían los vecinos de Punilla.