Argentina, Litio

El Gobierno activa la Mesa del Litio y se ilusiona con extraer 350.000 toneladas anuales

05/04/2021
La industria del litio representa una “gran oportunidad” para el desarrollo de energías renovables y movilidad sustentable a nivel mundial. Argentina es la tercera productora de litio y la tercera reserva de ese mineral en el mundo. El Gobierno está interesado en “desarrollar el sector y sumar la industrialización de este recurso”, tal como informó ayer el Ministerio de Desarrollo Productivo.

Según datos de la Secretaría de Minería, que está bajo la órbita de Desarrollo Productivo, en nuestro país hay dos minas de litio en operación, una en construcción y 17 proyectos avanzados. En ese total de 21 proyectos de extracción posee recursos por 93 millones de toneladas. Los 10 de mayor escala suman el 86% de los recursos que se identificaron hasta ahora.

Las estimaciones oficiales dicen que, una vez avanzados, la producción podría alcanzar 350.000 toneladas anuales. Estas actividades se encuentran principalmente en el noroeste argentino. En el sector de litio las inversiones acumuladas entre 2017 y 2020 totalizaron U$S 1.118 millones y el empleo se ha duplicado en los últimos 3 años. A junio 2020 se registraban 1.474 empleos directos y casi 3.000 indirectos, tal como informó la cartera productiva.

Los proyectos de inversión de este mineral a nivel local pueden representar un aporte relevante para las provincias de Catamarca, Jujuy y Salta, que albergan los recursos, en especial en las zonas donde se encuentran los salares. Estos poseen un peso importante en la estructura exportadora de estas regiones, especialmente en el caso de Jujuy y podrían incrementarse sensiblemente en las tres provincias al concretarse los proyectos que actualmente se encuentran en marcha.

En este sentido, Argentina está impulsando ese sector estratégico para el crecimiento a largo plazo de la economía y el desarrollo de una industria que promueva “la explotación sustentable y medioambientalmente sostenible de este tipo de actividades extractivas”, afirmó el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, recientemente. Además resaltó: “Tenemos que desarrollar energías renovables como proyecto industrial y la manera de que sea sustentable es con industria nacional, con empleo nacional, al mismo tiempo que trabajamos en una agenda federal de industrialización verde”.

El litio es el protagonista excluyente de la actual revolución tecnológica a partir de su utilidad para el desarrollo de baterías para dispositivos móviles como celulares, tablets y laptops. Este mineral clave en la fabricación de sistemas de almacenamiento de energía más eficientes, limpios y ligeros, dio un impulso vital a la aparición de vehículos híbridos y eléctricos.
Las inversiones en el sector

El crecimiento de esta industria está generando un gran interés de empresas, que en las últimas semanas anunciaron inversiones y proyectos productivos para integrarse con actores locales y desarrollar en el país toda la cadena de valor.

En ese sentido, el Grupo BMW, el fabricante alemán de automóviles y motocicletas de alta gama, anunció que realizará una inversión de más de U$S 300 millones para la extracción de litio en Catamarca para luego producir baterías para los vehículos eléctricos. El grupo automotriz alemán eligió a la minera estadounidense Livent ya que estudios ambientales y sociales indicaron que esta empresa emite 25% menos de gases de efecto invernadero (GEI) que los métodos tradicionales de producción de litio, que tiene un uso y manejo eficiente del agua y no realiza agregado de químicos nocivos en su producción.

Además, el Gobierno firmó un memorándum de entendimiento con directivos de la empresa china Jiankang para promover la instalación de una fábrica de baterías de litio en Argentina, y una planta de fabricación de vehículos de transporte urbano de pasajeros de movilidad sustentable en el país, es decir, buses eléctricos. Esta firma integra el Grupo Gotion High Tech y es uno de los líderes mundiales en la producción de baterías para vehículos eléctricos.

“Hay condiciones para que Argentina asuma un rol de liderazgo en materia de electromovilidad, con un marco legal robusto que estamos diseñando”, afirmó el Presidente Alberto Fernández en el último Foro Económico Mundial de Davos, que se realizó a fines de enero. Nuestro país, junto con Bolivia y Chile, integra el “triángulo del litio”. Se trata de una región que posee salares con niveles de concentración que hacen que su explotación sea sumamente rentable en relación con otros depósitos.
La agenda que viene

Con el objetivo de impulsar el desarrollo de este sector clave para el NOA y la industrialización de materias primas dentro del país, el martes el Gobierno realizará la Mesa Sectorial del Litio. Este encuentro reunirá a los gobernadores de Jujuy, Gerardo Morales; de Catamarca, Raúl Jalil; de Salta, Gustavo Sáenz, entre otros funcionarios nacionales y provinciales.

En tanto, el próximo miércoles Kulfas participará, vía Zoom, de la iniciativa del Triángulo de Litio del Wilson Center. “La industria argentina del litio y su papel en la energía renovable mundial”, es el eje de la reunión. En ese encuentro, copatrocinado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se expondrán las distintas iniciativas y acciones que está llevando adelante nuestro país para impulsar la industria del litio. También hablarán el embajador en Estados Unidos, Jorge Argüello; el secretario de Minería, Alberto Hensel; algunos gobernadores y el CEO de Livent, Paul Graves.
https://eleconomista.com.ar/2021-04-el-gobierno-activa-la-mesa-del-litio-y-se-ilusiona-con-extraer-350-000-toneladas-anuales/

Chile, Litio

Un Parque Nacional en grave peligro: Explotación de oro y litio amenazan el Nevado Tres Cruces

En Reportajes
16/03/2021
Ubicado en la región de Atacama, el Parque Nacional Nevado Tres Cruces está compuesto de distintos ecosistemas que lo categorizaron como tal en 1994. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para protegerlo del extractivismo. Proyectos de explotación de oro en las inmediaciones de su corredor biológico y de litio en el salar de Maricunga lo establecen como un territorio amenazado donde se transgreden los derechos de la naturaleza.
Por OLCA*, OCMAL** y RESUMEN


Laguna Santa Rosa, parte del complejo lacustre e hidrológico del Salar de Maricunga, y del Parque Nacional Nevado 3 Cruces

El modelo extractivista implantado en Chile ha conllevado el auge de conflictos socioambientales en distintos territorios del país, producto de no solo los gravísimos impactos en los ecosistemas, sino también por la nula participación vinculante de las comunidades. Así, la defensa de bienes comunes y la imperiosa necesidad de desarrollar una justicia ambiental han sido parte de las banderas de lucha que la población ha levantado frente al avance de distintos proyectos de intervención.

En este sentido, la minería ha tenido un rol central en el norte del país. La explotación, persistente y defendida bajo acuerdos público-privados, ha conllevado la vulneración de diversos ecosistemas, afectando la calidad de vida de las comunidades que los habitan y siendo estas mismas las que han visibilizado los nocivos efectos del modelo.

Ejemplo de aquello es a lo que se enfrenta el Parque Nacional Nevado Tres Cruces, complejo ecosistema que se encuentra amenazado por la intervención de la minería del litio y el oro, siendo este último el que ya cuenta con antecedentes judiciales que lo vieron comprometido por su explotación, y que hoy se enfrenta a la resistencia de las comunidades en el salar de Maricunga.

Cerca de 60 mil hectáreas: el Parque Nacional Nevado Tres Cruces

Ubicado en la región de Atacama el Parque Nacional Nevado Tres Cruces es uno de los tantos ecosistemas presentes en la provincia de Copiapó. Según la información existente en su ficha de CONAF, se encuentra dividido en dos sectores que, en total, abarca 59.081,87 hectáreas; la parte norte contempla el sector de la laguna Santa Rosa, mientras que la sur la laguna del Negro Francisco, ambos reconocidos sitios Ramsar.

Ambos sectores se unen por un corredor biológico, que no se encuentra bajo protección en la legislación actual, por lo que ha sido un espacio intervenido directamente por el sector minero.

Bofedales, lagunas y fauna como 3 tipos de flamencos y las parinas forman parte de este gran ecosistema que posee el Parque Nacional y que convive con otros cercanos como lo es el salar de Maricunga, los volcanes Nevado Tres Cruces y Ojos del Salado. Así, el comprender la relación entre ecosistemas del mismo territorio se torna fundamental para contemplar las implicancias de los proyectos -en curso y latentes- que intervienen en este frágil territorio.


Al lado izquierdo Imagen referencial del Parque Nacional Nevado Tres Cruces, al lado derecho el parque con el Corredor Biológico que aún no es protegido (fuente: CODEMAA).

Para Roberto Vergara, presidente de la Asociación Guías de Turismo de Atacama, la situación en la que se encuentra el Parque Nacional es única en el país. En sus palabras, el espacio cuenta con «islas de terrenos privados, de mineras extractivistas, dentro de las hectáreas de protección y preservación de las especies nativas de esta zona y las especies migrantes«.

Esta situación es vital de comprender debido a que el Parque Nacional comparte la cuenca hidrográfica de la cual también forma parte el salar de Maricunga y las lagunas anteriormente mencionadas, según lo declara su plan de manejo fechado en 1997, tres años después de su creación.

Por ende, los proyectos que se emplazan en dichas «islas de terrenos privados», como también en el resto de la cuenca, afectan a la totalidad del ecosistema. A modo de ejemplo, Vergara reflexiona acerca de los proyectos de explotación del litio en Maricunga, los cuales, en sus palabras, van a «afectar directamente la zona sur del salar que es donde está la laguna«, comprendiendo como un «sistema en conjunto» la totalidad del territorio que contemplan las lagunas, los bofedales y el salar.

Sin embargo, no es una situación exclusiva del momento actual, sino que, indica Vergara, «la amenaza es real, constante y no es nueva«.

Kinross en la mira: la avaricia del oro

En el norte del país, espacio fuertemente intervenido por la minería, el oro es objeto del modelo extractivista desde hace décadas. Uno de estos casos se encuentra liderado por la empresa Kinross, compañía de capitales canadienses que se encarga de la extracción de oro en distintos lugares del mundo como Rusia, Ghana, Brasil y Chile.

Fundada en 1993, Kinross se instala en Chile considerándose como la empresa minera líder respecto a la explotación de oro a escala internacional. Compañía que, reiterativamente en su sitio web, señala que promueve un trabajo responsable y sustentable. Sin embargo, los antecedentes dan cuenta de lo contrario.


Kinross a escala internacional | Imagen: @KinrossChile

Actualmente la transnacional canadiense cuenta con tres proyectos que se vinculan, necesariamente, con el Parque Nacional Nevado Tres Cruces: uno en operación, otro en trámite y un tercero paralizado.

El primero de estos es conocido como «La Coipa», perteneciente a Minera Mantos de Oro y ubicado a 140 kilómetros al noroeste de Copiapó, cuyas actividades fueron suspendidas en 2013 debido al «agotamiento de sus reservas económicamente explotables». Sin embargo, en febrero de 2020 la empresa dio a conocer la reapertura de la explotación proyectando una producción de 690 mil onzas de oro.

La mina a cielo abierto está acompañada, a la fecha, del desarrollo de estudios de otros territorios adyacentes a «La Coipa» para su eventual explotación. Asimismo, se encuentra ubicada al noroeste del Parque Nacional Nevado Tres Cruces y, a la vez, del salar de Maricunga.

Esto es fundamental al momento de considerar la crisis hídrica que afecta al territorio. Ya en 2012, una investigación del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA) señalaba que «el Salar Maricunga, reserva hídrica central para abastecer a la cuenca, está en este momento proporcionando su agua para satisfacer las necesidades industriales de la mina La Coipa», lo que da a conocer el aprovechamiento de bienes comunes en pos de la actividad económica.

Asimismo, la misma instalación provocó la contaminación del acuífero que le rodeaba tras la filtración de tranques de relave, escenario que comparte con que, en 2008, la minera Mantos de Oro fue «el segundo emisor más grande de mercurio en Chile«, contaminación que ha sido centralmente denunciada pero sin ser profundamente abordada por la política pública.


Ubicación de La Coipa (círculo rojo) a un costado de Salar de Maricunga y Parque Nacional Nevado 3 Cruces | Imagen: Google Maps, editada

Respecto a proyectos que no ha podido materializar -pero que se encuentra en trámite- existe «Lobo Marte», ubicado en la franja Maricunga a 160 kilómetros al este de Copiapó, y que busca explotar oro el lugar por cerca de 15 años de vida útil contemplados en su planificación, materializándose su construcción para el año 2025 pese a aún estar desarrollando su estudio de factibilidad.

Las alarmas se encienden, y aún se encuentran latentes, debido a la cercanía que este proyecto tiene con el Parque Nacional Nevado Tres Cruces, donde tras la revisión de su mapa, señalado en su sitio web se visualiza en las cercanías del corredor biológico que, como se ha indicado anteriormente, no se encuentra bajo protección en la legislación actual, pero forma parte del frágil ecosistema.


Ubicación de Lobo Marte (círculo rojo) a un costado del Parque Nacional Nevado 3 Cruces | Imagen: Google Maps, editada

Sin embargo, el antecedente más conocido sobre Kinross, que afectó directamente al ecosistema del Parque Nacional, data del año 2009 y que mantiene, a la fecha, paralizada la faena.

Se trata de la Minera Maricunga, ubicada a 170 kilómetros al este de Copiapó y que comenzó sus faenas en 1996, siendo adquirida por Kinross la mitad de la operación en 1998, y el restante en 2007. Dos años después, en 2009, la compañía canadiense informó la desecación de un humedal que comprometía el Corredor Biológico Pantanillo-Ciénaga Redonda, el cual forma parte del sitio Ramsar que incluye la laguna del Negro Francisco y laguna Santa Rosa, pero que fue obviada por los organismos estatales, entre ellos la CONAF.

Sin embargo, fue en 2016 cuando el Consejo de Defensa del Estado (CDE) interpuso una demanda de reparación por daño ambiental respecto a los efectos que trajo «al ecosistema de la vega Valle Ancho, en particular, a su biodiversidad y componentes asociados«, siendo condenada por el Tribunal Ambiental de Santiago.


Minera Maricunga | Fotografía: Kinross Chile

El fallo dado por el Tribunal señaló que el motivo del daño -que secó parte importante del humedal altoandino- «radica en la extracción de aguas subterráneas, lo que a su vez significó el incumplimiento de sus resoluciones de calificación ambiental tanto respecto a los efectos que ello podía ocasionar en las vegas, como en cuanto a las medidas que debía adoptar ante impactos no previstos».

Pese a que la transnacional enfatizaba en la utilización legítima de los derechos de aprovechamiento de aguas, el Tribunal indicó que estos dejan de ser legítimos «cuando vulnera normas jurídicas o permisos vigentes«. En contraparte, el mismo Tribunal rechazó una segunda demanda interpuesta contra la minera, referido a su responsabilidad sobre la vega Pantanillo, la cual forma parte del mismo corredor. Pese a las pruebas presentadas, se declaró el plazo prescrito.

Así, la mina a tajo abierto se encuentra, bajo el concepto de la empresa, en una etapa de Paralización Temporal Parcial desde fines de 2016. Sin embargo, la etapa se considera de suspensión y busca acomodar sus obligaciones ambientales presentes en su Resolución de Calificación Ambiental (RCA).

En conversación con Cesar Pizarro, jefe de la Sección de Conservación de la Biodiversidad del Departamento de Áreas Protegidas de CONAF Atacama, este explicó que «la desecación de vegas viene a ser algo super complejo porque hay una reacción en cadena, una vega de altura como Pantanillo va desencadenando un efecto a las vegas que están más abajo. Actualmente estamos monitoreando la situación».

Sin embargo, al consultarle si como CONAF tenían algún monitoreo de la extracción de agua por parte de mineras en el Parque Nacional, el representante de CONAF señaló que es la DGA la que está a cargo de ese monitoreo. Frente a la pregunta de si existían evidencias de que la Laguna Santa Rosa esté disminuyendo su área producto de la extracción de agua por las mineras, Pizarro respondió que aún no han podido llegar a conclusiones, y que están en un proceso de sofisticación satelital de su sistema de monitoreo para tener más datos al respecto.

Pizarro señaló enfáticamente en que estaban haciendo todo lo posible por proteger el Parque Nacional, sin embargo la conversación con él da cuenta de la poca capacidad fiscalizadora y de monitoreo que tiene la CONAF respecto a los cuerpos de agua y la intervención que realiza minera Kinross en la zona.


Ubicación de Minera Maricunga (círculo rojo) | Imagen: Google Maps, editada

Además de la condena del Tribunal de Santiago por la extracción indiscriminada de agua hasta secar los complejos ecosistemas -humedales-, en 2019 se dio inicio a la formalización de la transnacional luego que comunidades Colla presentaran una demanda por el delito de daño ambiental, llevándose a cabo en el Tribunal de Garantía de Copiapó.

Actualmente, la formalización se encuentra en un «proceso de conciliación» entre ambas partes, mientras que Kinross presentó, el mismo 2019, una demanda contra la comunidad Colla Río Jorquera por «actuar de mala fe». Ambos, procesos que mantienen la tensión en el territorio.


Pozos de extracción de agua de Kinross en pleno Parque Nacional

La supuesta transición: el litio en Maricunga

El salar de Maricunga es un ecosistema ubicado a 168 kilómetros al noroeste de Copiapó, siendo el salar más austral de Chile y cuya parte sur se encuentra dentro del Parque Nacional Nevado Tres Cruces, siendo incluida en el Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado y formando parte de un ecosistema mucho más amplio y complejo.


(Fotografía: Salar de Maricunga | Fuente: visitchile.com)

Entendido como un espacio frágil, único y muy sensible a los cambios bajo los que puede ser sometido, Maricunga se encuentra hoy en la mira de tres proyectos que lo comprometen como parte de la clamada «transición energética» liderada por la alianza público-privada promovida por los gobiernos postdictatoriales.

Dos son los proyectos de extracción que apuntan a Maricunga como un ecosistema a intervenir. Uno de estos corresponde a Proyecto Blanco, liderado por la empresa Minera Salar Blanco S.A. que cuenta con capitales estadounidenses, chilenos y australianos, con una inversión de más de US$500 millones.

Las empresas que confluyen en este proyecto son Lithium Power International Limited (australiana), Minera Salar Blanco SpA (chilena) y Li3 Energy Inc (estadounidense), siendo representadas legalmente Cristóbal García-Huidobro Ramírez, presidente de Minera Salar Blanco (MSB), quien fue Director Ejecutivo de la Hidroeléctrica Totoral S.A. entre 2011 y 2015, mismo periodo de tiempo donde comunidades mapuche de Rupumeica, Curriñe y Maihue denunciaron malas prácticas de la empresa que presidia, señalando que «le ha ofrecido millones de pesos a la gente de la comunidad para que acepten la llegada del proyecto hidroeléctrico».

El proyecto en cuestión contempla tres fases de elaboración, proyectando una vida útil de 24 años y una producción de hasta 78 mil toneladas de metales al año, trabajando una superficie de 4.700 ha.

Para esto, considera la extracción de salmuera desde pozos utilizando 209 l/s dependiendo de la estación del agua, pudiendo aumentarla a 315 l/s, trabajando con bombas de pozo profundo de hasta 200 metros que permitirán su transporte hacia las instalaciones de homogenización y, posteriormente, evaporación.


Mapa referencial del proyecto | Captura de pantalla de recurso del SEA

Por su parte, el segundo proyecto de extracción se titula Producción de Sales Maricunga, liderado por la empresa SIMCO SpA donde convergen capitales chilenos y taiwaneses, representados legalmente por Alejandro Puelles Ocaranza en representación del Grupo Errázuriz, el cual se encuentra encabezado por Francisco Javier Errázuriz Ovalle, hijo del polémico político y empresario Francisco Javier Errázuriz Talavera («Fra Fra») vinculado a diversos casos de corrupción económica e incluso de trata ilegal de personas.

Como punto a considerar, es importante señalar que los mencionados ya cuentan con antecedentes sobre la vulneración de derechos de agua luego que en 2014 la Sociedad Contractual Minera Compañía de Salitre y Yodo Cala Cala, conocida como Cosayach, parte del grupo económico, fuera condenada, señalaron los medios, por mantener en funcionamiento 38 pozos habilitados «sin que tales acciones se encontraran amparadas en ningún derecho de aprovechamiento o título legítimo».

La inversión de US$350 millones contempla una superficie de más de 2 mil ha, proyectando la producción de 50 mil toneladas de metales en 24 años de vida útil. En este sentido, durante su fase de operación las salmueras extraídas se distribuirán: 130 l/s en piscinas de evaporación solar, 130 l/s en la planta de LIOH y 15 l/s de uso de agua industrial, provenientes del núcleo salino Maricunga.

Ambos proyectos, a la fecha, se encuentran frenados por diferentes recursos legales presentados por las comunidades de los territorios que se verán eventualmente afectados.


Mapa referencial del proyecto | Captura de pantalla de recurso del SEA


Corredor biológico que une el salar de Maricunga con la laguna Santa Rosa

En tercer lugar, Maricunga cuenta con un proyecto de exploración realizado por la Corporación Nacional del Cobre de Chile (CODELCO) titulado Exploración Salar de Maricunga que fue ingresado los últimos meses de 2020.

En este, CODELCO busca recolectar información hidrológica sobre el salar, la cual le permitirá evaluar los bienes comunes presentes en el ecosistema con proyección, específicamente, a la cantidad de litio existente.

Con una inversión de US$15 millones, la exploración se realizará a 171 km al noroeste de Copiapó, desarrollándose en 10 meses de vida útil y considerando, entre otras cosas, la construcción de 16 pozos, de una estación meteorológica y la realización de tres pruebas de bombeo.


Mapa referencial del proyecto | Captura de pantalla de recurso del SEA


Salar de Maricunga

Ecosistema(s) amenazado(s)

El Parque Nacional Nevado Tres Cruces es comprendido no sólo como un ecosistema en sí, sino como un articulador de estos. La biodiversidad, la relación de las comunidades con el territorio y las dinámicas propias de la naturaleza dan cuenta de una interconexión fundamental a comprender al momento de realizar proyectos de intervención, cuestión que el empresariado, a la fecha, no ha priorizado.

Y es que la fragilidad ecosistémica que busca proteger el Parque Nacional -mediante su categoría como tal- se ha visto abruptamente intervenida con anterioridad y hoy, nuevamente, está en la mira del modelo extractivista. Las «islas de terrenos privados», una delimitación flexible y la avaricia empresarial sobre el bien común del agua y metales del territorio son aspectos que ya son una realidad, de la cual se proyecta una intervención aún más profunda.

En ese sentido, Lesley Muñoz Rivera, integrante de la comunidad indígena Colla Comuna de Copiapó y del Observatorio Plurinacional de Salares Andinos, y Roberto Vergara, presidente de la Asociación Guías de Turismo de Atacama, concuerdan en un punto esencial: el comprenderlo como un sistema en conjunto.

Así, las comunidades -por ejemplo, Colla- han exigido la participación de las consultas amparadas por el derecho internacional bajo el Convenio 169 de la OIT, considerando que pese a que las instalaciones de los proyectos de litio se encuentren al norte del salar, una perspectiva ecosistémica empuja a considerar también sus efectos en la zona sur, considerando la relación que se genera en base a la cuenca del lugar, así como también se exige sobre los proyectos liderados por Kinross en el corredor biológico.


Ubicación de múltiples intervenciones en el ecosistema | Imagen: Google Maps, editada

Horizonte: justicia ambiental, derechos de la naturaleza y planificación ecosistémica

El intempestivo y constante avance del extractivismo en Chile ha significado el auge de una crisis socioambiental que ha afectado tanto a la naturaleza como a las comunidades que habitan los territorios.

Bajo una lógica de usurpación e intervención de los bienes comunes, el empresariado ha dejado gravísimas consecuencias y agudizado una crisis latente sin hacerse responsable de aquello y, en el mismo sentido, sin considerarlo para proyectos futuros.

Así, el auge de las resistencias en distintas escalas ha ido progresivamente tomando forma por parte de la población que se ha visto amenazada. Ante la nula consideración de los derechos de la naturaleza, son las comunidades las que han posicionado las problemáticas medioambientales en base al respeto irrestricto que se debe tener con los territorios, como también con las culturas, tradiciones, actividades y formas dignas de vida que se desarrollan en estos.

Como respuesta a un modelo extractivista que ha perdurado durante décadas, la agenda gubernamental -y privada- ha virado hacia una supuesta transición de carácter «verde». Sin embargo, dicha etiqueta promovida por el neoliberalismo ha mostrado ser solo la continuación y adaptación del modelo existente; una afirmación de la destrucción e intervención de los ecosistemas con fines económicos particulares.

El caso del Parque Nacional Nevado Tres Cruces da cuenta de aquello: una nula comprensión, tanto del empresariado como de la política pública, de la complejidad de los ecosistemas, que se aleja del horizonte de justicia ambiental que las comunidades han buscado instalar.

De esta forma, en la defensa de los territorios se ha enfatizado en la importancia de una planificación territorial con enfoque ecosistémico que contemple esta mirada amplia, profunda, vinculante y dinámica, con una planificación territorial con enfoque por cuenca hidrográfica; contraria a la mirada parcelada, tal como ha sido durante décadas, la misma que agudiza, sistemáticamente, la crisis socioambiental actual.

Al cierre de esta nota, se intentó tomar contacto mediante los correos que los titulares y representantes legales señalaron en sus fichas de los proyectos de litio. Sin embargo, no se ha tenido respuesta.

* Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales

** Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina

El presente escrito forma parte de una serie de notas de una investigación que se encuentra en curso titulada «MARICUNGA AMENAZADO: Ambición, extractivismo y resistencias frente al litio», la cual tiene como objetivo sistematizar la situación a la que se enfrenta el ecosistema del salar de Maricunga ante el avance de la explotación del litio en el territorio.
https://resumen.cl/articulos/un-parque-nacional-en-grave-peligro-explotacion-de-oro-y-litio-amenazan-el-nevado-tres-cruces

Chile, Litio

La urgente transición postextractivista en Chile: El caso de Maricunga y el Litio

25/03/2021
La crisis medioambiental ha sido utilizada por el empresariado y los Estados como una justificación para avanzar en nuevas formas de extractivismo bajo una «tonalidad verde». En este escenario, la eventual explotación del litio en el Salar de Maricunga da cuenta de la urgencia de desarrollar una transición postextractivista que irrumpa y trastoque el modelo actual bajo pilares como la gestión comunitaria y el ordenamiento ecosistémico, junto a la consagración y desmercantilización de los derechos humanos y de la naturaleza.
Por OLCA*, OCMAL** y RESUMEN
El avance de la agenda extractivista en Chile ha sido una constante histórica que se profundizó llegada la dictadura cívico-militar. A través de la instauración del neoliberalismo y la vulneración de los derechos de la población y la naturaleza. Todo para darle continuidad a la ganancia económica de un pequeño grupo de empresarios nacionales y transnacionales; cuestión que se ha reforzado en la postdictadura.

Sin embargo, la crisis medioambiental que azota a escala mundial producto de la violenta relación promovida por el modelo ha encontrado una no tan nueva presentación bajo la cual reordenarse. Con una «tonalidad verde», la elaboración de alianzas público-privadas han tenido como horizonte promover una supuesta «transición» hacia un modelo más «amigable» con los ecosistemas.

Contrariamente, ha sido bajo el mismo paradigma, que se ha impulsado la continuación y profundización del extractivismo planteando como objetos nuevos bienes comunes en materia minera y energética. En este sentido, lejos de alterar la estructura actual, solo se afirma la inseparable relación que existe con este modelo.

Tal es el caso del litio, metal utilizado, entre otras cosas, para la fabricación de baterías de dispositivos como computadores, celulares y autos eléctricos (electromovilidad), formando parte de las piedras angulares que buscan explotarse bajo esta agenda política impulsada por los gobiernos chilenos -más aún desde 2014 hasta la fecha-, proyectando la duplicación de su producción para 2025, para lo cual sería necesario intervenir territorios ubicados al norte del país que cuentan, además de la experiencia histórica de la explotación minera, con una crisis hídrica que se vería agudizada mediante la extracción de grandes cantidades de agua desde los salares altoandinos.

Este escenario ha puesto énfasis en la importancia de avanzar en propuestas que permitan dar término al modelo extractivista, dando paso a una transición hacia una nueva forma de relación con los ecosistemas. Así, el postextractivismo se instala como una opción y necesidad urgente, una que debe ser abordada multidimensionalmente y que, en el caso de la eventual explotación del Salar de Maricunga, presenta importantes aspectos a considerar en el debate público.

Salar de Maricunga


Mirar desde Maricunga

Ubicado a poco más de 160 kilómetros al noroeste de Copiapó en la región de Atacama, el Salar de Maricunga se levanta como un frágil ecosistema a una altura de cerca de 4 mil metros sobre el nivel del mar.

Con una biodiversidad donde abundan vicuñas, guanacos, flamencos, gaviotas andinas, bofedales y humedales andinos, la parte sur de Maricunga forma parte del Parque Nacional Nevado Tres Cruces, integrando una gran cuenca hidrográfica y, por ende, teniendo una férrea relación con otros ecosistemas que son parte del Sistema Nacional de áreas Silvestres Protegidas (SNASPE) como la Laguna Santa Rosa y la Laguna Negro Francisco.

Pese a su fragilidad ecosistémica, Maricunga se encuentra actualmente amenazado por la explotación del litio propulsada por el empresariado nacional y transnacional. Al ser el segundo salar en importancia de reservas de litio luego del de Atacama, se ha colocado en la mira y generado la proyección, incluso, de proyectos a plazo en base a la mercantilización de los bienes comunes, cuestión respaldada por la agenda impulsada por el gobierno.

Actualmente, tres son los proyectos que amenazan con intervenir el salar sustentándose en el litio:

1. Una exploración liderada por CODELCO, cuyo objetivo sería recopilar información hidrogeológica, además de realizar una evaluación preliminar del metal presente en formato salmuera.

2. Una extracción (Producción Sales Maricunga) encabezada por SIMCO SpA en 2.202 hectáreas con una inversión de US$350 millones, buscando producir 5.700 toneladas anuales de carbonato de litio, 9.100 de hidróxido de litio y 38.900 de cloruro de potasio.

3. Una extracción (Proyecto Blanco) liderada por Minera Salar Blanco S.A. con una inversión de US$527.000.000, utilizando 4.700 hectáreas y proyectando la producción de 20.000 toneladas anuales de carbonato de litio y 58.000 de cloruro de potasio.

Sin embargo, el Salar de Maricunga cuenta con intervenciones previas como también con proyectos que se realizarían en la cuenca hidrográfica y/o en los ecosistemas con los cuales dialoga. Estos estarían principalmente relacionados con la explotación de oro liderados por las empresas Kinross y Fenix Gold. La primera, con antecedentes en el territorio por sus instalaciones «Minera Maricunga» y «La Coipa», explotaciones que ya han afectado gravemente al ecosistema completo como también a las comunidades, provocando, en el caso de la primera, la sequedad de humedales altoandinos y generando daños irreparables a la vega Valle Ancho ubicada en el corredor biológico Pantanillo-Ciénaga Redonda; concretamente, la extracción de agua subterránea por las faenas de Minera Maricunga secó el humedal del lugar, afectando a todo el ecosistema de la cuenca, incluyendo su biodiversidad. Asimismo, La Coipa presentó en 1994 la filtración de tranques de relave, contaminando el acuífero con mercurio e impactando al ecosistema completo; sin embargo, el hecho fue obviado por la política pública pese a la gravedad del hecho.

En este contexto, la misma transnacional canadiense busca instalar durante los próximos años su proyecto «Lobo Marte», el cual conllevaría faenas en las inmediaciones del mismo corredor biológico que une los dos polígonos del Parque Nacional Nevado Tres Cruces. Con un promedio de producción de 6,4 millones de onzas de oro, casi 2 millones más de lo que señalan en su propio sitio web, el proyecto se encuentra actualmente bajo un estudio de factibilidad, el cual espera terminar a fines de 2021, dando paso a su materialización mediante obras de construcción para el año 2025 y, su primera producción, para 2027, con una vida útil de 15 años en un ecosistema donde Kinross ya cuenta con historial respecto a graves daños medioambientales.


Ubicación de múltiples intervenciones en el ecosistema | Imagen: Google Maps, editada

De esta forma, el observar desde Maricunga la profundización del extractivismo mediante la mercantilización del litio permite comprender no solo los graves y notorios efectos en el ecosistema, sino también el modo en el que las comunidades se relacionan con este y cómo se torna fundamental una mirada ecosistémica de los conflictos socioambientales.

Y es que estos se han levantado por la resistencia en los territorios contra quienes buscan intervenirlos. En este caso, la eventual explotación del litio tiene como antecedente el peso histórico de la minería en el norte del país; uno en el cual nunca se ha considerado verdadera y vinculantemente a las comunidades.

Movimiento en ciernes: la defensa irrestricta

Es precisamente el peso histórico de la minería lo que abunda en el relato de quienes han apostado por resistir al avance de los proyectos de mercantilización del litio. Dicha situación, consideran, es una continuación del modelo extractivista y no una alternativa, como lo ha intentado mostrar tanto el empresariado como también el gobierno de turno, conceptualizando proyectos como «extraordinariamente importante».

De esta forma, existe una caracterización del movimiento en ciernes que se está constituyendo en defensa del Salar de Maricunga, el cual ha logrado frenar momentáneamente el avance de los proyectos de esta índole, entregando una experiencia nutritiva a considerar para la elaboración de un horizonte verdaderamente postextractivista.

Una de estas tiene relación con la composición de la resistencia, la cual se nutre desde su heterogeneidad. Esta situación, la cual se vive en su momento de ciernes, ha permitido la inclusión de distintas y distintos actores en la defensa del territorio, lo cual decanta en la convivencia de interpretaciones y relaciones que se tienen para con el ecosistema. Desde los pueblos originarios, las y los habitantes de las comunas hasta personas y organizaciones que desarrollan el rubro del turismo nutren el momento que viven los espacios de resistencia.

En esta línea, dicha composición también ha permitido converger múltiples visiones desde lo tradicional y social con el salar. La memoria que existe en las comunidades ha permitido, en este sentido, reconocer formas de relacionarse, e incluso proyecciones que no cuadran en el modelo extractivista, enfatizando en la importancia de que este sea superado.


Laguna Santa Rosa, parte del complejo hidrológico del Salar de Maricunga, y del Parque Nacional Nevado 3 Cruces

Asimismo, dicha convergencia de visiones y relaciones también reflejan la comprensión del entramado de ecosistemas que existe en el territorio. Lejos de una visión parcelada, el movimiento en ciernes ha sido capaz de identificar -a partir de sus conocimientos situados- lo fundamental que es la mirada ecosistémica de la problemática, contemplando no solo el Salar de Maricunga amenazado, sino que el resto de territorios como lo es el Parque Nacional Nevado Tres Cruces y el sitio Ramsar que se encuentra en el corredor biológico que une ambas secciones del Parque Nacional.

Es desde esta relación donde la mirada situada y el peso histórico del conflicto toma aún más relevancia. Pese a presentarse como proyectos -actualmente frenados institucionalmente-, las comunidades que se relacionan con el Salar de Maricunga ya conocen las consecuencias de la explotación minera en el territorio. En este sentido, la agudización de la crisis medioambiental aumentaría, indican desde los territorios, considerando que para la extracción de litio se recurriría a sacar grandes cantidades de agua para su posterior procesamiento, decantando eventualmente en graves consecuencias para la cuenca hidrográfica completa, de la cual forma parte Maricunga.

Este conocimiento situado, el cual nace desde los efectos de la minería del oro, boro y la explotación bajo la cual ya se encuentra el Salar de Atacama por la minería del litio, ha permitido consolidar una resistencia del movimiento que apunta profundamente a los derechos de la naturaleza.

De esta forma, no se reniega de lo «normalizado» que pudiera estar en el territorio la llegada de proyectos extractivistas; por el contrario, esto es utilizado como argumento para frenar su intervención.

Así es como, con estos elementos que centran la resistencia en la defensa de los ecosistemas comprendiendo no solo su fragilidad, sino también lo expuesto que han estado durante décadas al modelo extractivista que busca profundizarse bajo un supuesto «paradigma verde», las redes de organización en ciernes han construido un abanico de expresiones para poder frenar su avance.

Y es que la comprensión del momento por el que transitan es fundamental. Al no ser aún una problemática conocida ampliamente por la población (local ni nacional), las comunidades han avanzado en acciones profundas y a plazo, perspectivando la importancia de su crecimiento en número.

En este contexto, la heterogeneidad de actores/as que componen al movimiento han permitido el despliegue a través de distintas herramientas de movilización que abordan las vías con y fuera de la institucionalidad. La elaboración de acciones de protestas, el proyectar un turismo que tribute a exponer la problemática, la intervención en las instancias municipales y la elaboración de recursos para frenar los proyectos dan ejemplo de aquello: una multiplicidad de formas de resistencia, aún en forma muy primigenia, pero fortaleciéndose.

Esta caracterización del movimiento permite comprender y enfatizar en aspectos esenciales que se consideran desde las comunidades en búsqueda de alternativas al extractivismo. El caso de Maricunga representa, por ende, un fenómeno que transparenta la dinamicidad de la resistencia; aquella que, aún en ciernes, proyecta la importancia de que la población valide su relación con los ecosistemas, priorizando la existencia de estos por sobre una profundización del modelo.

Horizonte postextractivista: gestión comunitaria, perspectiva ecosistémica y justicia ambiental

Una verdadera salida del extractivismo es una tarea urgente y que parte de las comunidades la han asumido como tal. En este sentido, la construcción de un horizonte postextractivista está relacionado con un proceso de transformación que cumpla con diversas características que permitan establecer modificaciones estructurales y no cambios parciales o solo de conceptos.

Este escenario también ha intentado ser cooptado por las mismas matrices extractivistas del empresariado. En el caso de Maricunga, se logra observar un proyecto liderado Grupo Errázuriz (el mismo vinculado al proyecto de extracción «Producción de Sales Maricunga») que busca extraer «litio verde» bajo la premisa de generar litio sin extraer agua, para lo cual instalará una planta piloto; caso similar al proyecto liderado por SQM.

Sin embargo, una transición hacia el postextractivismo conlleva irrumpir profunda y medularmente las relaciones que existen actualmente con los ecosistemas. Para esto, el caso de Maricunga deja diversas orientaciones para abordar un proyecto que supere el modelo actual.

En primer lugar, es primordial avanzar en una planificación territorial con enfoque ecosistémico de forma transversal en múltiples territorios -no solo algunos-, teniendo en cuenta las características y dinámicas particulares que promuevan la elaboración de ordenamientos y tomen en cuenta los derechos sociales y los de la naturaleza mediante un uso racional de sus componentes. En este sentido, la situación que afronta el Salar de Maricunga vuelve a enfatizar en este punto mediante una mirada que pareciera ser considerada solo por las comunidades y negada por el empresariado, expresándose tanto en la parcelación de las consultas y participación ciudadana, como en el desarrollo de estudios incompletos sobre los ecosistemas que se verían alterados. Con un Estado que tampoco cuenta con las herramientas para contrastar los estudios presentados por las empresas.

Por otra parte, el crear espacios para que sean las mismas comunidades quienes elaboren la construcción de alternativas que vayan más allá del extractivismo es fundamental para una transición justa donde desde los territorios la organización sea percibida como un proceso vinculante.

Para esto, el dar término a los cerrojos institucionales, no solo de la dictadura cívico-militar sino también de la postdictadura, es una acción fundamental y a realizarse en un corto plazo. Tras el inicio del Estallido Social en Chile, se ha visibilizado aún más la urgencia de dar término a los cercos que prohíben cambios estructurales del modelo extractivista. Así, el proceso constituyente es comprendido como una oportunidad para abrir un debate nutrido desde las propias comunidades.

De esta forma, no solo se torna fundamental avanzar en los proceso de desmercantilización de los derechos sociales y la consagración de los derechos de la naturaleza, sino también proyectar cambios que se relacionen con la institucionalidad ambiental.

En este sentido, la transición postextractivista contempla un entramado diverso y complejo de fenómenos, donde la participación activa y vinculante de las comunidades que habitan y se desarrollan con los ecosistemas es fundamental. Esto conlleva, necesariamente, la elaboración de espacios de gestión comunitaria que tengan un importante grado de participación y no sean meramente consultivos, sino con una gran capacidad de incidencia.

Del mismo modo, la justicia ambiental es un aspecto que también urge en el proceso de transición, donde lejos de una mera «condena económica», el empresariado responsable de alterar los ecosistemas se haga cargo de los efectos que han traído consigo sus proyectos en los territorios. Asimismo, es fundamental que dentro de la misma planificación ecosistémica se consideren los antecedentes de quienes lideran los proyectos de intervención, ejercicio que actualmente es obviado y tomado solamente por las comunidades en resistencia.

A modo de ejemplo; en el caso de Maricunga dos líderes de los proyectos de extracción -Francisco Javier Errázuriz Ovalle y Cristóbal García-Huidobro Ramírez- cuentan con antecedentes respecto a condenas por usurpación de aguas y denuncias desde comunidades mapuche, respectivamente. Antecedentes que parecieran no considerarse de parte de los órganos estatales, los mismos que han facilitado el avance de sus proyectos de mercantilización del litio.

De este modo, la transición postextractivista en Chile está fuerte e intrínsecamente vinculada a cambios estructurales que posicionen el bienestar de los pueblos y la naturaleza por sobre la profundización del neoliberalismo. Lejos de ser un tránsito parcelado, el cambio debe ser estructural y vinculado a todos los territorios; solo una mirada ecosistémica, que contemple estos y otros tantos antecedentes en el debate, permitirá la salida del modelo en crisis.

Una «transición verde» que tenga al litio como su piedra angular para desarrollar la electromovilidad y las «energías renovables», pero que siga profundizando el extractivismo, la desigualdad social (donde los más ricos acaparan la mayor cantidad de energía y recursos) y la histórica subordinación colonial de los países pobres frente a las grandes potencias mundiales, no será ningún cambio a la crisis climática que vive el planeta.

De esta forma, el impulso de los países industrializados bajo una supuesta «transición verde» conlleva una profundización del extractivismo en los territorios, fenómeno donde Chile, y el litio, son un claro ejemplo de aquello. Lejos de lo que pudiera considerarse desde una perspectiva ecosistémica, dicho impulso pareciera ser justificado por el propio empresariado nacional y transnacional, presentándolo como algo fundamental para realizar una reorientación de la explotación de los bienes comunes en el actual contexto de crisis climática.

Así, vislumbrar este vínculo entre la falsa «transición» y la profundización del modelo extractivista, permite establecer una perspectiva crítica ante el avance de una amplia gama de proyectos que se presentan bajo esta etiqueta. La minería de tierras raras en las comunas de Penco y Santa Juana en la región del Biobío dan cuenta de aquello: una política que utiliza el concepto «verde» como máscara para intervenir los ecosistemas, vulnerar los derechos de la naturaleza y justificar el accionar extractivista.

Una salida a la crisis socioambiental podría tener sentido, cuando no solo se pongan por encima las soluciones desde el desarrollo tecnológico y del gran empresariado, sino que desde una participación activa de las comunidades, con un diálogo de toda la sociedad que busque crear una nueva forma de relacionarnos con nuestro medio ambiente, en donde la justicia socioambiental y el respeto de los derechos humanos y de la naturaleza estén al frente de la discusión.

Al cierre de esta nota, se intentó tomar contacto mediante los correos que los titulares y representantes legales señalaron en sus fichas de los proyectos de litio. Sin embargo, no se ha tenido respuesta.

* Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales

** Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina

El presente escrito forma parte de una serie de notas de una investigación que se encuentra en edición titulada «MARICUNGA AMENAZADO: Ambición, extractivismo y resistencias frente al litio», la cual tiene como objetivo sistematizar la situación a la que se enfrenta el ecosistema del salar de Maricunga ante el avance de la explotación del litio en el territorio.

https://resumen.cl/articulos/la-urgente-transicion-postextractivista-en-chile-el-caso-de-maricunga-y-el-litio

Argentina, Litio

Salta: Arena Minerals adquirirá un gran proyecto de salmuera de litio de alta ley

Arena Minerals Inc. firmó un memorando de entendimiento vinculante con LITH-ARG Acquisition LLC para adquirir el 100% del proyecto de salmuera de litio Sal de la Puna.
05/04/2021
Eduardo Morales, presidente ejecutivo de Arena, comentó: “La adquisición de Sal de la Puna es el primer e importante paso en la ejecución de nuestro modelo de negocio. El proyecto presenta muchas ventajas distintas que nos permiten ser optimistas sobre un cronograma de producción más corto, en particular una geoquímica favorable similar a aquellas en las que hemos trabajado en el pasado, cuerpos de salmuera previamente definidos y grandes extensiones de tierra. El proyecto tiene el potencial de definir un gran recurso de salmuera de alta ley que sea susceptible de producir productos de cloruro de litio (“LiCl”) junto con nuestro activo Antofalla, que se encuentra a solo 180 km al sur. Que Arena pueda adquirir un activo de tal calidad es un testimonio del departamento de la compañía tanto en su experiencia en litio como en su asociación recientemente anunciada con Ganfeng Lithium, un líder global en la industria ”.

Proyecto Sal de la Puna

El proyecto Sal de la Puna cubre aproximadamente 11.000 hectáreas de la cuenca Pastos Grandes ubicada en la región Puna de la provincia de Salta, a una altura promedio de 4.000 metros sobre el nivel del mar. El proyecto alberga una gran parte del salar Pastos Grandes adyacente y al sur del proyecto Pastos Grandes de Millennial Lithium (TSX.V: ML) de 12,700 hectáreas y el proyecto Pozuelos-Pastos Grandes de Litica, que comparte la parte norte del mismo salar. Litica es una subsidiaria de los principales productores de petróleo y gas de América Latina, PlusPetrol SA, que adquirió LSC Lithium en 2019 dándoles la propiedad de sus activos de litio en Argentina. El proyecto Sal de la Puna también se encuentra 50 km al norte del proyecto de Lithium X Energy Corp., que se vendió por US$265 millones en 2018.

Los operadores actuales han invertido aproximadamente US$22 millones en la propiedad, incluidos aproximadamente US$13 millones en obras completadas en Sal de la Puna durante los últimos 5 años. El trabajo incluyó la perforación de tres pozos, incluido un pozo de bombeo a unos 600 metros por debajo de la superficie, pruebas de bombeo, estudios sísmicos y geofísicos TEM. La perforación se llevó a cabo en una parte del Alma Fuerte, uno de los nueve concesiones controladas controladas en su totalidad por la compañía.

Con base en la perforación completada en 2018 y 2019, Centaur completó una estimación preliminar de recursos que cubre una sección de la parte sur del proyecto de salmuera de litio Sal de la Puna. La estimación resultó en un recurso de salmuera indicado de 500.000 toneladas de carbonato de litio equivalente y un recurso de salmuera inferido de 300.000 toneladas de carbonato de litio equivalente (“LCE”). La ley de recurso promedio para ambas categorías se estimó en 450 mg/l Li. Se encontraron grados más altos dentro del acuífero, incluidos los resultados de una prueba de bombeo de 72 horas que promedió 533 mg/l de Li. El proyecto cuenta con extensos terrenos suficientes para la construcción de campos de pozos y estanques de evaporación.

Arena está tratando este recurso mineral como histórico. Una persona calificada no ha trabajado lo suficiente para clasificar esta estimación histórica como recursos minerales actuales y la compañía no está tratando la estimación histórica como un recurso mineral actual para el Proyecto Sal de la Puna. Arena planea realizar trabajos adicionales en la propiedad antes de completar una estimación actualizada de recursos minerales. La perforación anterior se centró en la parte occidental del reclamo Alma Fuerte, cubriendo solo una pequeña parte de los bloques del reclamo. Los estudios geofísicos han identificado cuerpos de salmuera potenciales más allá de los perforados. Como tal, la Compañía cree que el Proyecto presenta una excelente oportunidad para identificar un recurso significativo que se ajuste al objetivo de establecer uno o más activos, cada uno capaz de un LCE de 5,000 a 10,000 toneladas por año.

El MOU y la HOA

El MOU cede a Arena LITH-ARG el derecho de adquirir el 100% de Centaur Resources Holding Pty Ltd («Centaur»), que posee el 100% del proyecto de salmuera de litio Sal de la Puna. LITH-ARG tiene el derecho de adquirir Centaur de conformidad con un Acuerdo entre LITH-ARG y la empresa matriz de Centaur, Centaur Resources Ltd. («CRL») con fecha del 10 de septiembre de 2020 (la «HOA»).

Según el MOU, LITH-ARG acuerda ceder todos los derechos, títulos e intereses de la Asociación de Propietarios a Arena en contraprestación por el pago de Arena a LITH-ARG oa su dirección de (a) 49.345.314 acciones ordinarias de Arena (las «Acciones de Contraprestación» ) (b) 18.384.519 warrants de compra de acciones, cada uno de los cuales da derecho al tenedor a adquirir una acción ordinaria de Arena a un precio de US$0,16 por acción ordinaria durante un período de 24 meses después del cierre (los «Warrants de contraprestación») (c) pagos en efectivo de US$1,98 millones.

La Asociación de Propietarios (según lo asignado) dispone que Arena puede comprar a CRL todas las acciones de Centaur Resources Holdings Pty Ltd., una compañía holding australiana que a su vez posee todas las acciones en circulación de Centaur Resources PG SAS, la subsidiaria argentina y propietaria de las afirmaciones de salmuera de litio. CRL ha confirmado en el MOU que Arena puede comprar Centaur directamente en lugar de comprar este holding intermedio. La HOA establece que el precio de compra total restante para la adquisición es de aproximadamente US$14,4 millones. LITH-ARG ha realizado pagos iniciales según la HOA por un total de US$3,5 millones desde la firma de la HOA en septiembre de 2020.

Las transacciones contempladas por la HOA están sujetas, entre otras cosas, a la ejecución de un acuerdo definitivo entre Arena y CRL que reemplazará a la HOA, el cual debe ser completado antes del 24 de junio de 2021. Como parte de las discusiones sobre el acuerdo definitivo, CRL y Arena están considerando estructurar alternativas que reducirían el desembolso de efectivo por parte de Arena requerido para completar la transacción.

Las transacciones contempladas por el MOU y la HOA están sujetas a la recepción de las aprobaciones regulatorias correspondientes, incluida la aprobación de TSX Venture Exchange.

La información técnica contenida en este comunicado de prensa ha sido revisada y aprobada por William Randall, P. Geo, quien es una Persona Calificada según se define en NI 43-101. Como presidente y director ejecutivo de la empresa, el señor Randall no se considera independiente.

Acerca de Arena Minerals Inc.

Arena es propietaria del proyecto de salmuera de litio Antofalla en Argentina, que consta de cuatro reclamos que cubren un total de 6.000 hectáreas de la parte central del Salar de Antofalla, ubicado inmediatamente al sur del proyecto Antofalla de Albemarle Corporation. Arena ha desarrollado una tecnología de procesamiento de salmuera patentada utilizando reactivos de tipo salmuera derivados del proyecto Antofalla con el objetivo de producir productos de litio de grado de batería más competitivos.

Arena también posee el 80 por ciento de la propiedad Atacama Copper, que consta de dos proyectos que cubren aproximadamente 7.000 hectáreas dentro de la región de Antofagasta de Chile. Los proyectos se encuentran en altitudes bajas, dentro de campamentos mineros productores en áreas ricas en infraestructura, ubicadas en el corazón del principal distrito minero de cobre de Chile. Fuente: Bnamericas.com

Salta: Arena Minerals adquirirá un gran proyecto de salmuera de litio de alta ley

Argentina, Internacional, Litio

Argentina se convertirá en el segundo proveedor de litio para BMW

01/04/2021
Livent obtiene litio de un recurso de salmuera en el norte de Argentina / Cortesía de BMW Group

La automotriz alemana BMW firmó un contrato con la minera estadounidense Livent por USD 334 millones (285 millones de euros) para extraer litio del Salar del Hombre Muerto, en la provincia de Catamarca, en el noroeste de Argentina.

El acuerdo convertiría a Argentina en el segundo proveedor de litio de BMW a partir de 2022, detrás de Australia (tras haber firmado un contrato en 2019).

El Grupo BMW está centrada en acelerar su expansión de la e-movilidad y estima que en 2030, al menos la mitad de las ventas mundiales de la empresa procedan de vehículos totalmente eléctricos.

“Argentina ocupa un lugar privilegiado aportando el litio que necesitamos para alcanzar los objetivos que BMW Group se propuso”, dijo Alexander A. Wehr, presidente y CEO de BMW Group Latinoamérica.

La firma alemana asegura que Latinoamérica ocupa un lugar estratégico en el desarrollo de la electromovilidad para BMW Group.

En América Latina los vehículos híbridos y eléctricos ya representan un 10 % de las ventas totales; “de igual forma hemos desarrollado importantes iniciativas enfocadas en infraestructura como los corredores eléctricos de México y Brasil”, comentó el ejecutivo.

La minera estadounidense Livent suministrará el litio directamente a los fabricantes de células de batería del Grupo BMW a partir del año próximo. Livent emplea un método innovador, que enfatiza el uso sostenible del agua y minimiza el impacto en los ecosistemas y comunidades locales. La compañía también contribuirá con datos importantes al estudio de la minería de litio sostenible iniciado por BMW Group.
Estudio

BMW Group y BASF encargaron un análisis científico del uso del agua de diferentes métodos de extracción de litio en América del Sur a la Universidad de Alaska Anchorage y la Universidad de Massachusetts Amherst a fines de 2020.

El estudio proporcionará a las empresas una base científica para tomar decisiones más informadas sobre la minería sostenible de litio en América Latina. Los resultados del estudio deberían estar disponibles en el primer trimestre de 2022.

Argentina se convertirá en el segundo proveedor de litio para BMW

Latinoamerica, Litio

El extractivismo del litio en América Latina

Cambio16
28/03/2021
Stefan Armborst (Asociación BONA ONA) [email protected]
El litio es un elemento químico alcalino. En su forma pura, es un metal blando, de color blanco plata, que se oxida rápidamente. Litio es un elemento altamente inflamable y ligeramente explosivo cuando se expone al aire. Es corrosivo y genera gases tóxicos cuya inhalación es nociva para la salud humana, puede provocar daños en la piel y edemas pulmonares cuando se ingiere.

Este mineral muy reactivo se emplea especialmente en aleaciones conductoras del calor, en la sal de las baterías eléctricas. Economistas especializados calculan que dentro de 8 o 10 años, el litio va a constituir el elemento esencial de conservación de energía a nivel mundial. Y actualmente, 29 por ciento del volumen total del litio extraído en el mundo se emplea para la producción de baterías de litio, por su alto grado de capacidad de almacenamiento y de duración. Del 100% extraído de esta materia prima, el mayor consumo se da en China 39 %, Corea del Sur 20 %, Japón 18 % y Estados Unidos 6 %.[2]

Aunque el litio es el mineral que más abunda en la superficie de la Tierra, el cálculo de las reservas mundiales de este mineral se rige por los costes de extracción, los que, a su vez, están determinados por la tasa de retorno energética (TRE), es decir, el cociente entre la energía obtenida y la energía invertida para ello.
¿Cuáles son las formas rentables para las empresas que se enriquecen con la extracción del litio?

Por un lado, está la producción en depósitos mineralógicos naturales de litio enquistado en formaciones rocosas, la cual se practica, sobre todo, en Australia de donde, hasta ahora, se obtiene más de la mitad del volumen total de litio vendido en los mercados globales. Estas megaminas a cielo abierto suponen un destrozo ambiental enorme y el uso de ingentes cantidades de agua a la que se mezcla con reactivos químicos para realizar el proceso de lavado, con nefastas consecuencias para la vida y reproducción de las comunidades rurales que habitan en el territorio afectado.

Por otro lado, en América Latina, concretamente en la zona triangular transfronteriza entre Chile, Bolivia y Argentina, según cálculos recientes, se encuentran reservas de litio en las grandes zonas de salinas de los Andes, las cuales suponen el 85 % de las reservas mundiales. Estas cuencas hidrográficas se llaman salares cuando están secas, y salmueras cuando están líquidas. En ambos casos, contienen altísimos porcentajes de todo tipo de sales y minerales evaporados y sedimentados. Esta forma de extracción requiere igualmente grandes cantidades de agua, lo que fomenta el estrés sobre el sistema hidrológico, la contaminación con las sustancias tóxicas mezcladas para el proceso de aislar y extraer el litio.

“Estas cuencas hídricas, de por sí delicadas, pueden verse en peligro, al secarse vertientes, ojos de agua y ciénagas o humedales, que son de vital importancia para el desarrollo de las economías locales de subsistencia”[3]

El auge especulativo del mercado mundial del litio y sus consecuencias

¿Cómo se explica ahora el gran auge especulativo alrededor del carbono de litio, que es el estado en que este mineral es principalmente comercializado, si en 2019 su producción mundial cayó un 20 por ciento quedando una cuarta parte de la producción sin ser vendida en el mercado? Aquí entra en juego el esperado boom de los coches eléctricos y de las infraestructura e instalaciones de energías renovables, como supuesto sustento de una “transición verde”.

Según estimaciones de economistas y actores centrales, tales como el Banco Mundial, los requerimientos de la completa digitalización de la economía y de la sociedad, el auge de las energías verdes y la electrificación del transporte privado y público por carretera harán duplicar la demanda de este mineral estratégico para 2025.

Como todo aventurero expedicionario, Bertrand Piccard es un pionero que hace gala de un entusiasmo que se contagia y convence. Para afrontar el desafío del cambio climático y la pérdida de biodiversidad, y acelerar la transición hacia una economía sostenible y sin carbono, ha lanzado, a través de la Fundación Solar Impulse, el reto de seleccionar 1.000 soluciones rentables para proteger el medio ambiente y convencer a los que toman las decisiones en los gobiernos y las empresas de lograr sus objetivos ambientales y adoptar políticas energéticas más ambiciosas, que son necesarias para avanzar en la recuperación económica.Visita: https://www.cambio16.com/Suscríbete a nuestro canal: http://ow.ly/Cnwf30mIBhoSíguenos en Twitter: http://ow.ly/a48U30mIBiuDale a “Me gusta” en Facebook: http://ow.ly/mZZL30mIBgWCambio16 en Instagram: http://ow.ly/cP4P30mIBjD

Son las expectativas de ganancias que están produciendo unas subidas de precios descomunales actuales. De hecho, el precio de una tonelada de ion-litio ha subido de 350 dólares en 2003 a 8.000 a 10.000 dólares en 2020[4] y las expectativas son que crezca a un ritmo todavía más acelerado.
Cómo se concretiza el gran auge del litio en el Cono Sur

Con el afán de especular en las bolsas de valores de sus respectivos países, las empresas fuera del círculo de las grandes corporaciones mineras arraigadas en las zonas de explotación (muchas de ellas provenientes de Canadá, el país líder en multinacionales extractivistas) han empezado a conseguir permisos de compra de tierras y de concesiones para actividades de exploración, muchos de ellos sin que dispongan por sí solo de las capacidades ni de tecnología ni de inversión para realizar la actividad productiva en el lugar.
Chile

Desde 1997, este país en el productor mundial número 1 del carbonato de litio. Con unas 40.000 toneladas métricas anuales, cubre la tercera parte del mercado internacional. Las razones para ello son la calidad, es decir, el grado de pureza de los yacimientos en su territorio, la tradición minera del país y la cercanía del mar que facilita el transporte marítimo. Las dos empresas Chemetall (subsidiaria de Rockwood Holdings Inc.) y la empresa estatal Soquimich (SQM) producen el 70% de todo el carbonato del litio en la franja chilena del “Triángulo de Litio”, en el Salar de Atacama.

El estado chileno declaró los yacimientos líticos un recurso estratégico de la nación, por lo cual, existen limitaciones legales en cuanto a la prolongación y ampliación de las concesiones actuales vinculando, además, las condiciones de la futura explotación a la regulación establecida por las autoridades locales.
Bolivia

Es el país en el que la minería aporta la tercera parte del PIB nacional, dispone de casi del 70% de las reservas mundiales de litio. En su departamento de Potosí está ubicado El Salar de Uyuni, el mayor desierto de sal a mayor altura del mundo, en el cual se encuentra más del 50 por ciento de estas reservas. Bolivia es además uno de los mayores proveedores de estaño, tungsteno, hierro y antimonio para Estados Unidos, y uno de los mayores de cobre, plata, oro y zinc.

En el gobierno de Evo Morales se desplegó una estrategia para utilizar la explotación del litio con criterios de control estatal. Así creó en 2017 la empresa pública Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), la que, por ley, iba a mantener el 51% del capital en todos los proyectos de inversión con participación de capitales extranjeros. No obstante, queda por ver si el proyecto nacional de industrialización basado en un neoextractivismo de tinte popular será realmente factible.
Argentina

Los obstáculos a los que se enfrentan los inversionistas del litio en los dos países limítrofes hacen que Argentina en la mira de las empresas extractivistas internacionales. Este país sigue sin regulación legal específica para el sector minero, sus yacimientos de litio están a una altura más baja y el litio que albergan muestran un menor grado de mezcla con otros minerales, todo lo cual abarata los costes de la explotación.

Al contrario de Bolivia, que hasta ahora solo ha construido una planta piloto, Argentina cuenta con 15 años de práctica en la producción de carbonato de litio en el Salar del Hombre Muerto, ubicado en la provincia de Catamarca. Además, 18 proyectos de inversión quieren empezar la explotación en los próximos 2 a 6 años en las provincias de Salta y Jujuy. En estos territorios en cuestión hay más de 40 comunidades de pueblos originarios, de los que solo 6 han dado su “consentimiento” a los trabajos de exploración y explotación del mineral.
Conclusiones

Incluso economistas de izquierda sueñan con una especie de OPEC del litio en Sudamérica consiguiendo un “desarrollo con equidad”: “Con lo cual encontrar mecanismos comunes de defensa de los intereses de la región devendrá un tema clave, por eso, no es descabellado procurar la creación de organismos supranacionales al respecto. Un suceso en esta dirección fue el llamado a conformar un ‘G-10 de la energía’ en Bolivia en mayo de 2014, al cual Argentina acudió.”[7]

No obstante, las esperanzas puestas en el sueño de un crecimiento industrial autónomo auspiciado por el estado no consideran que lo que sus economías entregan a cambio de divisas conseguidas por la venta de sus recursos naturales en el mercado global es la autodeterminación ecológica y la sobrevivencia de miles de comunidades campesinas e indígenas.
Huella ecológica global

Las élites contribuyen a aumentar la huella ecológica global a través del proyecto de digitalización total y, al mismo tiempo, son ayudantes del terricidio que arrasa con las bases naturales que sustentan la vida en sus territorios. Un ejemplo de ello son los recientes megaincendios intencionados en la Patagonia argentina cuya meta es el megacateo de minería metalífera (oro, plata y otros metales) de los suelos quemados, analizando el humo desde los satélites instalados en la órbita baja para el Wifi Global civil y militar.[8]

La profundización del extractivismo con el fin de servir la feroz codicia por los recursos naturales que sostienen el technocapitalismo digital global desconoce los límites biofísicos de un sistema planetario que está abocado al colapso.

Las alternativas al «modo imperial de vida»[9] (Ulrich Brand / Marcus Wissen) es un esfuerzo común de elaborar «contornos de un modo de vida solidario”, la formulación de y la lucha por un modo viable de producción y de vida que no va por encima de los intereses de vida de otros y de la vida que sustenta el planeta.
https://www.cambio16.com/el-extractivismo-del-litio-en-america-latina/

Litio, Mexico

Extranjeros van por 500 mil hectáreas más, ricas en litio

Braulio Carbajal
28/03/2021
Las salinas en la zona semidesértica entre SLP y Zacatecas son susceptibles de explotación de litio. Foto archivo.
Ciudad de México. Pese a que la Secretaría de Economía (SE) se ha encargado en varias ocasiones de enfriar las expectativas sobre el potencial que tiene México en la producción de litio, un grupo de empresas mineras, todas extranjeras, tienen solicitudes en trámite que quintuplican el área de concesión que ya poseen.

Según cifras del Sistema Integral sobre Economía Minera (SINEM), en México hay concesiones vigentes para explotar litio por 94 mil 740 hectáreas. Sin embargo, hay otras tantas que están en trámite, es decir, no han sido aprobadas por el gobierno, y que representan 527 mil hectáreas del territorio nacional.

Las concesiones que actualmente están vigentes, en las cuales incluso ya hay proyectos de extracción de litio en marcha, fueron concedidas en su mayoría por las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

En cuanto a las que actualmente están en trámite, éstas fueron solicitadas durante la administración pasada; sin embargo, en estos momentos están detenidas, dado que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho en múltiples ocasiones que durante su mandato no se concederá una sola concesión minera.

El mandatario ha justificado su negativa a dar nuevos permisos para la explotación de tierras debido a que en los gobiernos anteriores hubo una gran cantidad, los cuales ascendieron a alrededor de “60 millones de hectáreas del territorio nacional”. Aunque su postura al respecto es pública, el apetito de las mineras por el litio no ha cesado, pues el año pasado López Obrador aseguró que la Secretaría de Economía, que encabeza Graciela Márquez, estaba revisando casos de empresas que habían mostrado interés en la extracción de este mineral en suelo mexicano.

Ante esta situación, algunos legisladores, como el senador de Morena Alejandro Armenta, han amagado con una iniciativa para nacionalizar el litio al catalogarlo como una fuente de energía estratégica para el desarrollo económico del país.

El litio es un mineral clave para la elaboración de baterías de coches eléctricos, mercado que se espera en algunos años supere el de autos de combustión interna que usan gasolina, lo que elevará la demanda del llamado “oro blanco”, o “nuevo petróleo”.
Las interesadas

El crecimiento acelerado en el uso del litio ha provocado que la tonelada de este mineral haya disparado su precio desde los 350 dólares que costaba en 2003, a 3 mil dólares en 2009 y logrando proyecciones que estiman su costo entre 8 mil y 10 mil dólares por tonelada actualmente.

Según estimaciones de los organismos Mining Watch Canada y de la Red Mexicana de Afectados por la Minería, con base en datos del SINEM y de las mismas empresas, las 527 mil 633 hectáreas que hay en trámite corresponden a 17 concesiones que han solicitado siete compañías mineras extranjeras.

La primera en la fila es la canadiense Organimax, la cual actualmente posee cinco concesiones vigentes para explotar litio en México que equivalen a 21 mil 905 hectáreas, no obstante, tiene dos más en trámite que abarcan 303 mil 351 hectáreas.

La siguiente es Bacanora Lithium, dueña del yacimiento de este mineral más grande que hay en México producto de tener en sus manos 16 permisos que abarcan 15 mil 62 hectáreas. Sin embargo, la inglesa tiene en trámite una más que equivale a 87 mil 87 hectáreas.

En la lista hay otras dos canadienses: One World Lithium y Radius Gold, la primera tiene en trámite tres concesiones que abarcan 73 mil 547 hectáreas y la segunda otras tres equivalentes a 29 mil 769 hectáreas del territorio nacional.

Después está la australiana Infinite Lithium con dos concesiones en trámite por 20 mil 920 hectáreas; la canadiense Rock Tech Lithium, con un permiso solicitado por 11 mil 784 hectáreas y la británica Alien Metals, que solicitó cinco concesiones que representan mil 502 hectáreas de suelo mexicano.
https://www.jornada.com.mx/notas/2021/03/28/politica/extranjeros-van-por-500-mil-hectareas-mas-ricas-en-litio/

Chile, Litio

Diputados de Chile aprueban proyecto que crea royalty minero al cobre y litio

25/03/2021
Cortesía de la Cámara de Diputados de Chile.

La Cámara de Diputados de Chile aprobó con 91 votos a favor, 36 en contra y 15 abstenciones el proyecto que crea un nuevo Royalty Minero a las ventas de cobre y litio.

Desde el gobierno, el ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda, anunció que harán reserva de constitucionalidad (se acudirá al Tribunal Constitucional) ya que afirman que la creación de un tributo es una facultad exclusiva del Ejecutivo.

“Este es un proyecto de ley que es inconstitucional, porque busca que la Cámara de Diputados ejerza atribuciones que corresponden a la creación de un tributo, que es exclusiva del Presidente de la República”, dijo.

Por su parte, el biministro de Minería y Energía, Juan Carlos Jobet, precisó que el litio en Chile ya recauda cerca del 45% de sus ganancias por concepto de contratos e impuestos. A ello dijo, se debe agregar el estancamiento de la demanda de cobre, que ha ido perdiendo participación de mercado en los últimos 20 años. “El país lo que tiene que hacer es aumentar los niveles de producción y exportación y no impulsar una legislación express que hace daño a Chile”.

Cabe recordar que si bien la iniciativa había sido ingresada a tramitación en septiembre de 2018, solo en marzo del 2020 se dio prioridad a su discusión legislativa, la que debió ser congelada debido a la pandemia de Covid-19.

El proyecto fue presentado por Esteban Velásquez (FRVS), representante de la Región de Antofagasta, quien explicó que “lo que buscamos con este Royalty es que una parte de los recursos queden en la región, queden en la comuna y lo hacemos estableciendo este derecho a una compensación por el solo hecho de extraer cobre y extraer litio”.

Con lo anterior la idea, agregó, es no depender “de las utilidades de la gran minería como actualmente hace el impuesto específico a la minería, que no tiene mayor impacto en el PIB, que incluso en 2017 fue menor a cero”.

Durante su discusión, la iniciativa fue objeto de indicaciones, por lo que ahora debe volver a la comisión de Minería y Energía.
Royalty Minero

El proyecto de ley de regalías mineras busca agregar un impuesto ad valorem de 3% a la producción de más de 50.000t anuales de carbonato de litio y 12.000t anuales de cobre.

Los fondos del royalty minero deberían destinarse en un 50% a un Fondo de Convergencia Regional para financiar proyectos de desarrollo en las provincias y comunas, mientras que el otro 50% irá a reparar, mitigar o compensar los impactos ambientales provocados por la actividad minera en las zonas donde se encuentren los yacimientos.
Fuente: Con información de la Cámara de Diputados y CNN Chile

Diputados de Chile aprueban proyecto que crea royalty minero al cobre y litio

Litio, Mexico

México analiza ley para nacionalizar reservas de litio

México busca proteger sus yacimientos del mineral empleado para fabricar equipos electrónicos y baterías
Litio, ¿el nuevo petróleo que México podría explotar?
La Razón Online
15/03/2021
México busca proteger sus yacimientos de litio, un mineral empleado para fabricar baterías y equipos electrónicos y cuyo valor se calcula en más de 50 billones de pesos, por ello se prepara una Reforma legislativa.

La iniciativa para modificar al artículo 27 constitucional, presentada por el senador de Morena Alejandro Armenta, en septiembre pasado está en análisis y dictaminación en las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos Segunda.

El tema llamó la atención del presidente, Andrés Manuel López Obrador, porque los yacimientos de Litio en nuestro país son explotados por China, España, Reino Unido y Canadá, pero las ganancias, que representan 4.5 veces la deuda internacional de México, se las quedan casi en su totalidad.

«Ya no podemos seguir otorgando más concesiones. Vamos a ver qué importancia tiene el litio, qué beneficios tiene para la Nación, pero los recursos naturales de México tienen que beneficiar al pueblo de México», afirmó el presidente López Obrador el 11 de marzo.

El mandatario no descartó la posibilidad de recurrir a la nacionalización o expropiación, pero adelantó que no se trata de realizar estas acciones sin control.

En cambio, la iniciativa que presentó Armenta Mier no busca eliminar a la competencia de las mineras extranjeras, pero sí regular de mejor manera el mercado y revisar las concesiones que se hayan otorgado a fin de terminar con los excesos.

No estamos en contra de la inversión extranjera, estamos en contra del saqueo de nuestro país. Con la nacionalización del litio, sí se permitirían las concesiones a la iniciativa privada, pero con base en lineamientos en beneficio de México
manifestó Alejandro Armenta.

El senador de Morena reconoció que el mayor yacimiento de litio en México se ubica en el estado de Sonora, cuyas reservas se calculan en unos 244 millones de toneladas.
¿Para qué sirve el litio?

Se ha convertido en uno de los elementos químicos clave en un mundo que busca tecnologías más ligeras, con materiales resistentes y varias veces reutilizables, detalló Plinio Sosa Fernández, experto de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM.

El tercer elemento de la tabla periódica ha sido usado en diversas industrias: para tratar la bipolaridad y depresión; para obtener mejor aluminio y grasas multipropósito para lubricantes; en el aire acondicionado o para el caucho sintético.

El boom de su uso se dio por el desarrollo de las baterías que son usadas en todo el mundo para teléfonos celulares, equipos electrónicos de trabajo, para los autos eléctricos y dispositivos recargables, celdas solares o para la generación de energía eólica.

Las principales reservas de litio están en el triángulo que forma Bolivia, Argentina y Chile, naciones donde actualmente hay problemas sociales.
El sólido más ligero de todos

Surgido en los primeros minutos luego del Big Bang, el litio fue descubierto por August Arfwedson y Jöns Jacob Berzelius en 1817, quienes lo llamaron así en honor a la palabra griega “piedra”, algo irónico, porque se trata del sólido más ligero de todos.

Sosa Fernández indicó que en su estado puro el litio es muy inestable y explosivo al contacto con el oxígeno, por lo que debe almacenarse en aceite.
Con información de UNAM Global
https://www.razon.com.mx/mexico/mexico-analiza-ley-para-nacionalizar-reservas-de-litio-427133

Litio, Mexico

El litio sube…pero sin beneficios al país

La firma Mimimg Technology encontró el yacimiento más grande del mundo y el Senado busca nacionalizar este recurso
Tomado de: El Diario de Coahuila
15/03/2021
Probada su riqueza en hidrocarburos como el gas y el petróleo, que hoy están en franca decadencia, México se alista a explorar y explotar otro de sus recursos naturales: el litio.

Después de que la firma internacional Mining Technology ubicó el proyecto de Bacanora Lithium como el yacimiento más grande del mundo, con 243 millones de toneladas probadas y probables y de las cuales 4.5 millones de toneladas son de carbonato de litio, el gobierno prendió las alertas.

La declaratoria como yacimiento más grande del orbe se dio el 22 de mayo de 2019; un año y medio después, desde el Senado de la República se propuso nacionalizar el litio y regular su exploración, extracción y producción.

La propuesta llega tarde, ya que México ha entregado 36 concesiones para explorar y explotar el litio; sus concesiones son por 50 años y en su mayoría vencen entre 2060 y 2065.

Más saqueos

Además, la revelación del yacimiento más grande del mundo sólo corresponde a la mina de Bacanora Lithium, una empresa canadiense con participación china, japonesa y británica, no así al resto de los yacimientos donde se ubican las demás concesiones.

De acuerdo con el Sistema Geológico Mexicano, San Luis Potosí, Zacatecas, Puebla, Oaxaca, Baja California, Coahuila y Sonora cuentan con concesiones, las cuales suman en total 36.

Aunque al inicio de 2002 el precio del litio marcó una explosión en su valor, lo que impulsó las inversiones en dicho sector, para el periodo de 2008 a 2015 el valor por tonelada se frenó en 4.3 dólares, debido a la sobreoferta del metal.

Sin embargo, en 2019, luego de que se anunció que México poseía el yacimiento más grande del mundo, se dio un salto de 180% en el aumento de los precios, llegando a 16.5 dólares por tonelada, según diversos estudios de mercado.

En los mercados se prevé que para 2025 la tonelada de litio podría fluctuar entre 10 y 11 dólares.

Pero mientras ello ocurre, empresas que cotizan en la bolsa de Hong Hong, como las que tienen en sus manos los yacimientos de Bacadehuachi, en Sonora, han incrementado notablemente el valor de sus acciones.

Por ejemplo, Ganfeng Lithium, que cuenta con 50% del proyecto de litio en Sonora, abrió el 18 de febrero de 2021 con un valor de 142.35 puntos de su acción, días después de anunciar que se quedaba con 50% y que tenía el dinero suficiente para empezar a hacer producir la mina y entregar producto en 2022.

De las 36 concesiones que México ha entregado, todas durante los gobiernos de Felipe Calderón Hinojosa y de EnriquePeña Nieto, 10 están en poder de la firma inglesa Bacanora Lithium, con participación canadiense, japonesa y china.

Sólo la firma mexicana Alejo Monsiváis se encuentra en el terreno de las minas de litio, aunque éste ya se asoció con Zenith Mineral para explotar el llamado “oro blanco”.

Pero el gobierno también tiene sus minas. De acuerdo con el Sistema Geológico Mexicano, Los Aros y Los Picos, en Sonora; Tlaxcuapan, en Puebla, y Alondra, en Jalisco, son las minas de litio que el gobierno pretende explorar y comercializar en algún momento.

Hasta ahora, todas las concesiones están en proceso de exploración y sólo Bacanora Lithium ha dado el paso para iniciar la explotación, esperando obtener producción en 2022.

El litio se explota como carbonato de litio, del que se deriva el cloruro de litio que a su vez provee el litio metálico, que es el que se utiliza en las baterías y en la fusión nuclear.

El cloruro de litio se utiliza en la industria con aluminio, en vidrio y en cerámica.

El litio es, en suma, el combustible del futuro, pues no sólo se utiliza para los autos eléctricos, teléfonos celulares, computadoras, etcétera, también en la generación de energía fotovoltaica. Y aunque México cuenta con 36 concesiones entregadas para su explotación, en su mayoría para extranjeros, hasta ahora solo 10 entrarán en explotación.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Dossierpolitico.com en la siguiente dirección: https://www.dossierpolitico.com/vernoticias.php?artid=247358 Dossier Politico