Colombia

Alcaldía y Concejo de Cajamarca no han llegado a acuerdo tras consulta minera

El pasado 26 de marzo se conocieron los resultados de la consulta popular minera en Cajamarca, en la cual más de 6.000 habitantes votaron a favor del NO en los proyectos de minería a gran escala en esa zona del occidente tolimense.

Sin embargo, casi un mes después, la Alcaldía y el Concejo de Cajamarca no han establecido el mecanismo para que por un acuerdo se fijen los parámetros de los proyectos mineros con la decisión de la comunidad.

El comité promotor del NO manifestó que esperan la próxima semana poder reunirse con el alcalde Pedro Marín con el fin de analizar acciones para que se respete esa votación del pasado mes de marzo, así lo dice una de los promotores Robinson Mejía.

Si no se llega a una concertación, se buscaría la realización de un cabildo abierto para que la comunidad sea escuchada por los concejales y autoridades de Cajamarca.

Fuente:http://caracol.com.co/emisora/2017/04/22/ibague/1492881084_324366.html

Colombia

Trayectoria socio-técnica de las relaciones entre extractivismo y desarrollo sostenible: el caso de la Colosa en Colombia

La minería a gran escala denominada sostenible es hoy una de las caras más visibles de lo que algunos autores denominan la reinvención del desarrollo y su promesa de progreso para el caso Latinoamericano.

Si bien en la región este tipo de proyectos se critican sistemáticamente por sus consecuencias ambientales, culturales y geopolíticas, nos enfrentamos actualmente ante un fenómeno en el que el desarrollo no muere, sino que se está reinventando en discursos, prácticas y artefactos denominados de desarrollo sostenible, que es posible rastrear desde una mirada sociotécnica.

A partir de un estudio de caso relativo a un proyecto de minería de oro a gran escala en fase de exploración denominado La Colosa en el municipio de Cajamarca (Tolima, Colombia), este artículo busca entender cómo las relaciones entre desarrollo sostenible y extractivismo tienen implicaciones para el caso colombiano en términos ambientales, económicos y de inclusión social.

 

Introducción

El desarrollo dejó de ser entendido solo como crecimiento económico hace más de cuarenta años, desde que la teoría de la dependencia fue enunciada en la década de 1960. Años después, autores como Escobar (1998), Esteva (1992, 2009), Feenberg (1991) y Sachs (1992), entre muchos otros intelectuales, explicaron cómo las ideas de desarrollo y Tercer Mundo se inventaron con el fin de llevar a cabo la dominación cultural, social, económica y política de los países que en aquellos años fueron llamados “países periféricos”. Entre los postulados de estos autores, el desarrollo tiene por fin último implementar un modelo global de vida social que, buscando el crecimiento económico, nos lleva entre otras consecuencias a la inevitable degradación ambiental (Escobar, 2005, 2014).

Incluso nociones que parecen reconocer esta contradicción, como el desarrollo sostenible (Carpenter, 1991; Rees, 1990), en la medida en que soporta la idea que conjuga una visión universal de crecimiento económico (Nisbet,1981; Burns, 1990 en Gudynas, 2011) con la de tecnología predecible y autónoma (Winner, 1987), sigue manteniendo el precepto de desarrollo por etapas universales, donde dichas etapas están ligadas a la sofisticación tecnológica que garantiza una integración social y la prosperidad.

Fuente:http://movimientom4.org/2017/04/trayectoria-socio-tecnica-de-las-relaciones-entre-extractivismo-y-desarrollo-sostenible-el-caso-de-la-colosa-en-colombia/

Colombia

Acuerdan veeduría para conciliar actividad minera en Jericó

El diálogo y la veeduría serán la clave para avanzar en este conflicto de intereses que tienen los habitantes de Jericó y de la provincia de Cartama con la multinacional minera AngloGold Ashanti.

En el corregimiento Palocabildo, del municipio de Jericó, Suroeste antioqueño, los campesinos volvieron a rechazar de manera pacífica la instalación de plataformas de perforación de la empresa AngloGold Ashanti para la explotación de oro; sin embargo, a diferencia de otras ocasiones, esta vez las comunidades se sentaron a dialogar con representantes de la multinacional minera para llegar a unos acuerdos que parecían imposibles hace unos días.

“Instalamos la mesa que se había pactado hace una semana. Hubo delegados de todas las partes: alcaldía, secretaría de Minas de Antioquia, ministerio de Minas, miembros de la comunidad y representantes de la empresa. Conocimos de parte de la multinacional cuál es el cronograma de intervención que tienen en la zona, para qué necesitan entrar al territorio, entre otras inquietudes”, explicó a EL COLOMBIANO Jorge Andrés Pérez Hernández, alcalde de Jericó.

Agregó que “el otro objetivo era hablar con los campesinos, para explicarles hasta dónde era legítimo su derecho a la protesta, su participación pacífica y que las vías de hecho no eran la forma de encontrar una salida a esta situación”.

El mandatario local confirmó que crearán un comité técnico, tipo veeduría, con los diferentes actores para hacerle seguimiento —con Derechos Humanos, Personería y Defensoría del Pueblo— al accionar de todas las partes en Palocabildo.

“La comunidad estuvo de acuerdo y la empresa también aceptó la veeduría. Por ahora, sigue siendo unánime el rechazo de la comunidad a estas acciones de la AngloGold Ashanti, debido a que está en riesgo el recurso hídrico”, enfatizó el alcalde de Jericó.

Entienden los temores

Al respecto, la empresa AngloGold Ashanti respondió que entiende los temores de la comunidad respecto a la minería, pero sostiene que en los más de 10 años que llevan en el territorio, no hay daños en el medio ambiente ni contaminación en el agua.

Igualmente, les manifestó a los pobladores de Jericó y de demás municipios de la provincia de Cartama que en ningún momento pretende instalar plataformas de perforación de manera ilegítima y sin consultarlos a ellos.

“Por políticas sociales y de derechos humanos, siempre socializamos con los dueños de los predios donde hacemos los estudios, informamos las actividades que vamos a desarrollar en busca de su aprobación por escrito. En caso de no contar con dicha aprobación, no se realiza la actividad”, indicó la multinacional en un comunicado oficial.

Rechazo a las vías de hecho

La multinacional minera reiteró que la mejor forma de resolver inquietudes y llegar a acuerdos bilaterales es a través del diálogo, razón por la cual rechazan algunas protestas que, según la empresa, no han sido del todo pacíficas.

“Las ocasiones en que nos han impedido realizar las actividades, no han sido siempre pacíficas. A pesar de la negativa, hacemos un llamado al diálogo respetuoso, donde busquemos soluciones para el progreso de todos”, comentó la empresa minera.

A excepción de casos aislados, la empresa aclara que han encontrado en Jericó armonía y cordialidad. Además resaltaron que sus empleados, contratistas y proveedores son de la zona. Reconocen que, aunque la minería es polémico, la comunidad jericoana los ha tratado con respeto y que este tratamiento ha sido recíproco.

Fuente:http://www.elcolombiano.com/antioquia/en-jerico-acuerdan-veeduria-para-conciliar-actividad-minera-KA6354518

Colombia

Minminas: AngloGold Ashanti podrá continuar en Cajamarca, Tolima

Para el ministro de Minas, Germán Arce, el voto de los habitantes de Cajamarca es de carácter local y no afecta el desarrollo minero del país.

«Eso tiene obviamente unas implicaciones en lo que las autoridades locales van a tener que hacer para poder recibir ese mandato, llamémoslo político».

El funcionario advirtió que la decisión de no permitir la explotación minera no es retroactiva y AngloGold Ashanti podrá continuar en el municipio.

«Si la compañía viene con una solicitud de licencia, la autoridad ambiental tendrá que procesarla en el marco de la ley, porque hay que garantizarle derechos».

Actualmente, hay 19 títulos de explotación minera en Cajamarca, otorgados entre 2006 y 2009. EL ministro aseguró que lo ocurrido en Cajamarca no afectará la inversión extranjera.

«Este es el primer año en que vamos a tener tres grandes proyectos mineros en fase de ejecución, después de 20 años».

Aunque la comunidad rechazó la minería, está en manos de la Agencia Nacional de Licencias Ambientales determinar la viabilidad de los proyectos mineros en Cajamarca.

Fuente:http://www.noticiasrcn.com/tags/mineria.

Colombia

Gremio minero teme que, tras consulta popular, los ilegales se apoderen de zona minera

La mina La Colosa está ubicada en el departamento del Tolima, en el municipio de Cajamarca, donde la gente fue a las urnas. Comprende 515 hectáreas.

Para la Asociación Colombiana de Minería lo que pasó en La Colosa genera más de una preocupación.

«Creemos que uno de los riesgos que ya se ha visibilizado es que un depósito de esos, de ese tamaño descubierto va a generar una presión muy grande sobre los mineros ilegales», precisó Santiago Ángel, presidente de la Asociación Colombiana de Minería

Para el gremio minero, el resultado de la consulta popular envía un mensaje negativo a todo el sector.

«Yo creo que la palabra es incertidumbre. Esto genera incertidumbre, genera preocupación, genera nerviosismo y precisamente esto verá afectada la inversión minera que ya venía cayendo de manera muy dramática y muy importante, precisó Ángel.

En por lo menos diez municipios de Colombia se está analizando realizar alguna consulta popular .

Colombia

Consejo de Estado ratificó suspensión de proyecto minero del Cerrejón en La Guajira

El alto tribunal determinó que se debe hacer consulta previa frente al proyecto del desvío del cauce del Arroyo Bruno.

El Consejo de Estado dejó en firme la suspensión provisional de la licencia ambiental otorgada a la sociedad Carbones del Cerrejón Limited para desviar el cauce del Arroyo Bruno, en el municipio Albania (La Guajira). El alto tribunal consideró que las autoridades deben adelantar un proceso de consulta previa con la comunidad Wayúu, que habita en la zona.

La Sala consideró que las autoridades y empresa demandas debieron valorar el posible impacto de acuerdo al significado ancestral de los terrenos en controversia, la contaminación ambiental que genera la explotación de carbón a cielo abierto y la crisis que enfrenta el departamento de La Guajira por la falta de agua.

En el debate jurídico se consideró que las autoridades ambientales que le dieron la licencia al proyecto debían tener en cuenta la posible afectación de los intereses de esta comunidad Wayúu no podían descartarse por el simple hecho de que esta esta se encontrara asentada fuera del área de influencia del proyecto.

El Consejo de Estado le ordenó a la Dirección de Consulta Previa del Ministerio del Interior, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) y la empresa minera deberán concertar con el grupo indígena antes seguir adelante con este proyecto, a 500 metros del tajo La Puente, que hace parte de la mina de carbón que esta firma opera en este departamento  del Caribe.

La sociedad Carbones del Cerrejón Limited había obtenido la licencia ambiental para adelantar los trabajos, luego de que la Dirección de Consulta Previa del Ministerio del Interior estableciera que, según visitas en terreno y material fílmico y de audio, el desvío del cauce del arroyo no afectaría a la comunidad aborigen que interpuso la acción de tutela, por lo que no era necesaria la consulta.

Sin embargo, en mayo del 2016 una acción de tutela fallada por el Tribunal Administrativo de la Guajira ordenó suspender provisionalmente los efectos jurídicos de dicha autorización, hasta que no se revisara nuevamente y de manera exhaustiva la probable afectación de los derechos de la comunidad La Horqueta 2.

Tanto el tutelante como los accionados impugnaron la decisión, lo que llevó al Consejo de Estado a pronunciarse. Así las cosas, la Sección Cuarta de la corporación estableció que no solo era necesario ratificar la suspensión de los efectos jurídicos de la licencia ambiental, sino que además ordenó adelantar el proceso de consulta previa, al encontrar probado que los aborígenes sí se verían eventualmente afectados por el desvío del cauce del arroyo Bruno.

Fuente:http://www.elespectador.com/noticias/judicial/consejo-de-estado-ratifico-suspension-de-proyecto-miner-articulo-674579

Colombia

Enterrados en el carbón

Las consecuencias de la explotación minera en la Guajira la cuentan miles de niños y adultos que sufren por falta de agua, desnutrición y enfermedades pulmonares. Por abandono del Gobierno, y una ambición desproporcionada de grandes multinacionales, más de 14.000 miembros de la comunidad Wayúu han perdido la vida en los últimos ocho años y 20 ríos, arroyos y acuíferos están secos.

Esta es la denuncia que hacen el italiano Nicoló Filippo Rosso y la norteamericana Dania Maxwell en la exposición ‘Enterrados en el Carbón’, que está en la Galería Klenner-Valenzuela. Allí queda consignado el impacto ambiental y social que tiene esta práctica que deja de ser un asunto que va mucho más allá de mera economía.

La Guajira es rica en recursos como el carbón, el gas y la sal, pero en términos hídricos, la escasez es lo único que abunda. Y el drama es real, ya que “mientras el Cerrejón -que es la mina de carbón a cielo abierto más grande del mundo- consume 34.9 millones de litros de agua por día, para los Wayúu el acceso al agua potable cada vez es más difícil”, dice Rosso.

La tierra seca amenaza la vida de 150.000 habitantes, un costo humano demasiado alto. Y esto, más la degradación del tejido agrícola, es lo que muestra el trabajo de Rosso y Maxwell.

*Galería Valenzuela-Klenner: Cra. 5 # 26 B – 26 barrio La Macarena, Bogotá. Lunes y viernes: de 10:00a.m. a 12:00p.m y de 2:00pm a 6:00pm. Sábados: de 10:00a.m. a 12:00p.m. La exposición estará hasta el 15 de abril.

Fuente:http://www.semana.com/cultura/galeria/exposicion-nicolo-filippo-rosso–y-la-videografa-dania-maxwell-sobre-el-carbon-en-la-guajira/521710

Colombia

Los brasileños detrás de la explotación ilegal de oro en Colombia

Ciudadanos de ese país dominan un negocio ilícito que deforesta las selvas, cambia el curso natural de los ríos y los envenena con mercurio. Más de 20 han sido arrestados, pero la depredación sigue. ¿Qué pasa?

Los helicópteros Black Hawk aterrizaron en lo que hasta hace pocos años era un pedazo de selva virgen, pero que ahora parecía un desolado paisaje lunar. En pocos minutos decenas de uniformados de la Unidad Nacional contra la Minería Ilegal –Unmi–, miembros de la Dijín, fiscales y procuradores descendieron en el sitio conocido como Acandí Seco, cerca de una vereda de Río Quito en el Chocó. Eran las ocho de la mañana del pasado 22 de febrero. Se desarrollaba la más reciente operación contra el grave y creciente problema de la minería ilegal en Colombia.

En el lugar las autoridades encontraron 19 dragas, 10 excavadoras y otras máquinas utilizadas para esa actividad. “El costo de la maquinaria destruida a estas organizaciones criminales es de 51.000 millones de pesos aproximadamente. Cada semana obtenían ganancias por 3.200 millones de pesos producto de esa explotación ilícita de yacimientos mineros auríferos. Parte de ese dinero iba para las arcas de varios grupos armados que delinquen en la zona”, explicó a SEMANA el coronel Juan Francisco Peláez, comandante de la Unmi.

Esta operación se sumó a las 689 efectuadas solo en 2016 en contra de 2.281 minas ilegales en todo el país. En ese periodo, las autoridades destruyeron 152 máquinas y 509 dragas e incautaron 229 retroexcavadoras al igual que decenas de volquetas y motobombas usadas por estos explotadores.

Durante tres días los uniformados y fiscales estuvieron en el sitio. La investigación que duró varios meses les permitió a las autoridades establecer que al frente de esa explotación estaba un brasileño conocido en la zona como Chico, a quien buscan afanosamente.

A primera vista puede parecer exótico que un ciudadano de Brasil encabece una compleja y millonaria explotación de oro en mitad de la selva chocoana. Sin embargo, para las autoridades esto ya no es una novedad. De hecho en el último año han capturado 21 brasileños, la gran mayoría en varias zonas de Chocó. Es claro que lo que en un principio parecía algo aislado en realidad esconde una tendencia criminal: la presencia de estos extranjeros al frente de ese tema ilegal en el país.

“En Brasil las leyes y la legislación contra la minería ilegal se endurecieron durante los últimos años. Eso produjo la llegada de muchos brasileños a Colombia en donde empezaron a trabajar en esa actividad ilegal aprovechando que las normas no son tan fuertes como en su país”, explica el coronel Peláez.

Muchos de ellos han adoptado como base de operaciones el municipio de Caucasia, Antioquia, donde establecieron acuerdos con bandas criminales, como el Clan del Golfo o el ELN. El pago de la vacuna acordada con estos grupos les abre acceso a las zonas selváticas para empezar su actividad ilegal, protegidos por ellos.

Preocupa mucho a las autoridades que estos ciudadanos, que tienen una vasta experiencia en minería, crearon lo que en la zona se conocen como dragones brasileños. Esencialmente son la ‘evolución’ de las tradicionales dragas usadas por los mineros ilegales colombianos. Se trata de gigantescas estructuras de más de 20 metros de largo y dos pisos de altura en las que grupos de hasta diez personas trabajan 24 horas al día. Por medio de potentes motobombas, los tubos de estos aparatos barren los lechos de los ríos en busca del oro. El daño ambiental que producen es descomunal e irreparable. Hace pocos meses las autoridades arrestaron a José Covalcante y su socio Aroudo Sousa, cerca de Itsmina, Chocó, cuando supervisaban la operación de algunos de estos aparatos y llevaban varios millones de pesos para pagarles a los grupos irregulares en la zona. El primero ya había sido arrestado en 2014, pero un juez lo dejó en libertad y continuó con sus actividades ilícitas hasta que cayó de nuevo el año pasado.

Al igual que en ese caso, varios brasileños y también colombianos han quedado en libertad por órdenes de los jueces. Uno de los vacíos de la legislación nacional permite excarcelar a los capturados por minería ilegal. En algunos casos los jefes brasileños después de ser liberados por un juez simplemente reciben una notificación de las autoridades migratorias que les ordenan salir del país en un plazo de tres días. Obviamente no se van y por eso en las operaciones es común encontrarlos una y otra vez.

Para evitar el desgaste que implica capturar a estos delincuentes, la Policía y la Fiscalía optaron por investigaciones más robustas. Con peritos ambientales y especialistas ahora documentan y prueban algo que parece obvio, pero que los jueces usaban de argumento para liberar a los detenidos. Tienen que demostrar que esa minería ilegal está directamente ligada a delitos contra el medioambiente, los cuales no son excarcelables y contemplan penas entre 8 y 20 años de prisión.

Solo el tiempo dirá si los jueces empiezan a tomar conciencia de la gravedad del asunto de la minería ilegal y evitan que estos depredadores sigan deforestando las selvas, cambiando el curso natural de los ríos y envenenado los afluentes de agua con mercurio.

Fuente:http://www.semana.com/nacion/articulo/brasilenos-dominan-la-explotacion-ilegal-de-oro-en-varias-regiones-del-pais/517420

Colombia

Y después de Cajamarca, ¿qué viene para la industria minera?

El 3,8 % del territorio colombiano es una área titulada hoy para el desarrollo minero. La cifra parece pequeña, sin embargo, la actividad está regada por gran parte del territorio nacional y cobija 4,37 millones de hectáreas.

En la actualidad son 8866 títulos mineros vigentes (derecho que se otorga a una empresa para explorar y explotar el suelo y el subsuelo). Inclusive, el Valle del Cauca, que no es una región con gran minería, tiene 310 títulos mineros vigentes que representan un área de 119.499 hectáreas, correspondiente al  5,6 % del departamento. Podríamos decir que la minería en el Valle ocupa un poco más del 50 % del área sembrada en caña de azúcar y es tres veces más el área sembrada en frutas.

Según cuentas de Santiago Ángel Urdinola, presidente de la Asociación Colombiana de Minería, ACM, el impacto económico de esta industria no es poco: son casi $3 billones al año -la mitad de lo que aporta una reforma tributaria- y genera 350.000 empleos.

Ahora, afirmó el directivo, el futuro de la minería está en juego porque surgió otro elemento de incertidumbre. “Cada proyecto no solo tendrá que cumplir con la regulación nacional sino que estaremos atados a consultas populares municipio por municipio. Hay unos 10 departamentos con consultas no solo por minería sino por hidrocarburos, gas y energía eléctrica. Hace poco se votó la consulta en Cabrera, Cundinamarca donde no dejaron desarrollar una hidroeléctrica. Esto se expandirá a todos los sectores”, predijo.

Papel de las consultas

Para los empresarios de las industrias extractivas dos cosas dejó claro la consulta popular del pasado domingo en Cajamarca, Tolima, donde la población rechazó la construcción de proyectos mineros en ese territorio en el que hay 19 títulos vigentes para explotación de oro.
Por un lado, afirma Santiago Ángel, se debe trabajar más con las comunidades y, por otra parte, surge una alerta sobre la figura de la consulta, la cual consideran “un mecanismo peligroso para el país en el sentido que genera incertidumbre porque no tiene fundamento técnico sino que es una consulta política”.

Pero para los defensores del medio ambiente es claro que la consulta popular es un instrumento de participación que se debe respetar. Por ejemplo, la profesora Natalia Pérez, miembro del Grupo de Acciones Públicas de la Universidad del Rosario, dijo que la consulta de Cajamarca es de obligatorio cumplimiento porque llenó todos los requisitos y, además, resaltó la docente que los mecanismos de participación están regulados por una ley estatutaria que prima sobre otras leyes en el ordenamiento. “Sino se cumple lo decidido por el pueblo, se podría decir que es una violación al estado social de derecho”.

Asimismo, Marcela Navarrete, directora de la Escuela de Ingeniería de Recursos Naturales y del Ambiente de la Universidad del Valle, considera que la consulta marca un precedente único en el país, aunque no se puede decir que con ella se parará la inversión minera. “Esto es una señal de alerta para el Estado que no puede seguir creyendo que todos queremos un desarrollo extractivista. Hemos llegado a tal punto de flexibilidad que las licencias ambientales son un adorno”, afirmó.

Para esta investigadora, este es el momento para que el país se pregunte cuál es el desarrollo que quiere y si este seguirá basado en las industrias extractivas.

“Si es así, habría que mirar en detalle dónde se hará la minería, fortalecer la normatividad y control”, pues considera que las reglas se han flexibilizado favoreciendo a las multinacionales.


Pero otra visión aporta la abogada Margarita Ricaurte, quien dice que “ninguna decisión adoptada por consulta popular puede ser contraria a la Constitución Política y a la ley. Conceder a los entes territoriales un derecho de disposición sobre los recursos naturales va en contravía de la Constitución, porque estos no pertenecen a los municipios, ni a las comunidades, sino al Estado”, aseguró.

A su juicio, se requiere reglamentar las consulta “aunque fuere necesario una reforma constitucional, porque la minería y el petróleo no pueden quedar en manos de los entes territoriales”.

Para Ricaurte, los títulos mineros otorgados válidamente son derechos adquiridos, aunque para ejercer los derechos de exploración y explotación se requiera de requisitos adicionales como los ambientales.
El dilema

La inversión minera en Colombia venía siendo en promedio de US$3000 millones al año. En 2016 se redujo casi a cero, luego de la crisis de precios de los minerales, pero la expectativa era de reactivación para este 2017.

El ministro de Minas, Germán Arce, luego de la consulta de Cajamarca, aseguró que no todo está dicho sobre el futuro de la minería y que viene una gran discusión en el país, abriendo la posibilidad a que, en el futuro, sí haya minería en esa población.

El funcionario afirmó que se puede hacer explotación minera bien hecha y recalcó que este año arrancan tres grandes proyectos que cuentan con el respaldo de la comunidad y tienen las licencias ambientales respectivas, lo que demuestra “que se puede explotar el recurso de manera responsable”.

Los tres proyectos son: Continental-Buriticá que comprende 69.983 hectáreas; Red Eagle en Santa Rosa con 10.000 hectáreas y Anglogold con el proyecto de Cisneros. Todos estos en Antioquia.

El presidente de la Asociación Colombiana de Minería, Santiago Ángel, recordó que el 50 % de los títulos mineros en el país corresponden a materiales de construcción y el resto está repartido entre carbón y minerales.

“Creo que las consultas populares son otro obstáculo para el desarrollo minero y es de los más grandes preocupaciones. Hay que seguir dando este debate y hemos pedido una ley de la República, que sea el Congreso el que dirima un conflicto sobre dos partes que tienen razón, comunidades y Estado, pero que deben estar armonizados y el Congreso debe dar claridad”, afirmó.

Tanto para los ambientalistas como para los defensores de la minería bien hecha en Colombia hay algo claro: el país debe revisar su política de desarrollo extractiva y las comunidades deben tener una mayor participación.

En el Valle

  1. Analistas consideran que el impacto social y ambiental de la minería no es despreciable para el Valle que tiene 310 títulos mineros.
  2. El 75 % de estos son de materiales de construcción, 9% carbón, 6% de calizas y 4% de metales preciosos.
  3. La ANM tiene pendientes 125 solicitudes de legalización y 5 solicitudes de delimitación y declaración de Áreas de Reserva Especial. En el Valle hay 11 Zonas Mineras de Comunidades Negras.
  4. Colombia ocupa el puesto 10 en la producción de carbón a nivel mundial. Es el primer productor de esmeraldas, el 7 de níquel y el 20 de oro.

Fuente:http://www.elpais.com.co/economia/y-despues-de-cajamarca-que-viene-para-la-industria-minera.html

Colombia

Los fallos que frenaron proyectos en Marmato y Cerrejón

Decisiones de la Corte Constitucional y consultas previas se acaban de frenar proyectos en Marmato y Cerrejón. Estos se suman a recientes decisiones de pueblos que han impedido explotar minas y construir hidroeléctricas. ¿Son justificables?

Hace una semana, el municipio de Cabrera (Cundinamarca) realizó una consulta popular para decidir sobre la construcción de proyectos mineros o hidroeléctricos en una zona de reserva campesina. Del total, 1.465 personas votaron en contra y 23 a favor, con lo cual quedó bloqueado un proyecto de Engesa para ejecutar ocho minicentrales sobre el río Sumapaz. Algo similar había sucedido el año pasado en Pijao, un municipio de Quindío que votó contra la explotación de oro en su territorio y sentó un precedente porque un fallo de la Corte Constitucional determinó que los entes territoriales sí pueden prohibir la minería.

Pero estos no son casos aislados. También hace una semana mineros artesanales ganaron un pulso contra la multinacional canadiense Gran Colombia Gold por la explotación de oro en los socavones del cerro El Burro, en Marmato (Caldas). La Corte

Constitucional les dio la razón y ordenó suspender el trabajo de la compañía mientras realiza una consulta previa. En medio de esta disputa se conoció una demanda de la multinacional contra la Nación por 700 millones de dólares, por cambios en las reglas de juego en el tratado de libre comercio (TLC) entre Colombia y Canadá.

El alto tribunal también se pronunció sobre una acción de tutela de la Comunidad Indígena Media Luna Dos, en Uribia (La Guajira), contra la Nación y Cerrejón por considerar que extraer carbón a cielo abierto afecta la salud de los pobladores de los municipios cercanos. Según los magistrados hay pruebas de afectaciones visibles e identificables que el polvillo de este mineral produce en los habitantes de la región.

Con este fallo entra en revisión la licencia para el plan de Puerto Bolívar de la compañía para facilitar el transporte y exportación del mineral. La multinacional sostiene que no ha vulnerado los derechos fundamentales de la población ya que en la zona donde

se va a desarrollar la ampliación no existe presencia de comunidades étnicas, como lo certificó el Ministerio del Interior.

Pues bien, los casos anteriores muestran la compleja situación que vive el sector minero-energético en Colombia, en el que el rechazo de las comunidades frenó grandes proyectos que podrían llevar desarrollo al país y a las regiones.

Los inversionistas creen que la situación está pasando de castaño oscuro y sostienen que las industrias extractivas están quedando en jaque. Ante la gravedad de los hechos, la Andi y siete gremios del sector, entre ellos la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), la Asociación Colombiana de Minería (ACM), Naturgas, Acolgén, Andesco, Andeg y Asocodis, le pidieron al gobierno, al Congreso, a las cortes, a los jueces, a los alcaldes y a los gobernadores trabajar

de manera más coordinada para garantizar reglas de juego claras.

Para los empresarios uno de los grandes problemas es la desarticulación entre las competencias del Estado y las entidades territoriales. Marmato es un ejemplo. En este municipio alrededor de 5.000 familias viven de explotar el oro, un oficio que han practicado durante décadas en socavones en el cerro El Burro.

 

Pero en 2007, tras la llegada de Gran Colombia Gold, que adquirió en este sitio un título para explotación, comenzó un largo camino para desalojar a los mineros que estaban invadiendo dicho

terreno. Distintas entidades como Ingeominas, la Agencia Nacional de Minería y hasta el Tribunal Superior de Manizales respaldaron a Gran Colombia Gold, pero los fallos y las resoluciones nunca se cumplieron y los mineros siguieron en la zona. Aunque como se dijo atrás, para sorpresa de la compañía la semana pasada un fallo de la Corte Constitucional amparó los derechos de los mineros, pidió realizar una consulta con las comunidades indígenas y afrodescendientes, suspendió la orden de desalojo y ordenó a Gran Colombia Gold detener la explotación.

El alcalde de Marmato, Julio Vargas, ha señalado que la consulta fue lo primero que debió hacer el gobierno antes de otorgar el título, pero las autoridades sostienen que han cumplido todos los pasos y que en este caso se están protegiendo actividades de invasores de títulos mineros. Si bien los fallos judiciales buscan proteger a las poblaciones vulnerables al medioambiente, lo cierto es que se han vuelto un gran dolor de cabeza para las compañías que no saben a qué atenerse. Por eso los gremios del sector señalan que “si Colombia quiere pasar de ser un país de ingreso medio a uno de ingreso alto, debe tomar la decisión clara de crear condiciones justas y previsibles para la actividad empresarial, dentro de las cuales la certidumbre jurídica juega un papel fundamental”.

En este sentido el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, considera que con los fallos de las cortes el país puede matar la gallina de los huevos de oro porque este sector es uno de los que más aporta con impuestos y regalías. Mac Master dice que las empresas que hacen las cosas legalmente están sujetas a toda clase de normas mientras la minería ilegal sigue adelante. “Ser formal en Colombia se volvió una desventaja competitiva”, anota.

Cabe señalar que el sector minero-energético tiene un alto impacto económico, a tal punto que responde por cerca del 70 por ciento del total de las exportaciones de Colombia y genera millonarios ingresos. La incertidumbre jurídica se presenta en momentos en que se recuperan los precios de las principales materias primas -petróleo, carbón, oro-  y cuando está en picada la inversión extranjera en el sector, que pasó de 8.000 millones de dólares a menos de 3.000 millones el año pasado.

Para Santiago Ángel Urdinola, presidente de la ACM, la situación está llegando a un nivel crítico por la esquizofrenia en las consultas, que se está saliendo de cauce porque siempre aparecen nuevas comunidades que frenan los proyectos por medio de tutelas. “Estamos tocando fondo y se está llegando a un caos y anarquía por tanta ‘consultitis’”, dice.

Orlando Cabrales, presidente de Naturgas, afirma, por su parte, que es necesario promover un diálogo al más alto nivel sobre cuál es el desarrollo que quiere Colombia y para aclarar de una vez por todas los alcances y límites de las consultas, que se están convirtiendo en un poder de veto.

Para ello es necesario que el gobierno tramite una ley estatutaria que incluya un censo de las comunidades que hay en el país que se podrían ver afectadas con diversos proyectos. Pero inexplicablemente este tema, que debe tramitar el Ministerio del Interior, lleva engavetado varios años.

Francisco José Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), también ha expresado su preocupación y sostiene que sin seguridad jurídica es muy difícil que el sector sea competitivo. Pero las comunidades opinan lo contrario y aseguran que por primera vez en muchos años se les reconocen sus derechos y se les está protegiendo de los abusos de algunas compañías que han contaminado sus territorios y afectado su salud, sin ninguna clase de retribución económica.

El país tiene un inmenso reto al que le ha venido haciendo el quite en los últimos años. Debe tratar de conciliar los intereses del sector privado con el respeto a las comunidades y los ecosistemas de las zonas aledañas a los proyectos minero-energéticos. Lo peor sería cruzarse de brazos mirando cómo la minería ilegal, que no respeta nada a su paso, gana terreno y se pasa por la faja a las cortes y a las autoridades ambientales y territoriales.

Fuente:http://www.semana.com/economia/articulo/los-fallos-que-frenaron-proyectos-en-marmato-y-cerrejon/517345