KENICHI MURAKAMI: El gerente general en Chile del consorcio japonés Pan Pacific Copper, integrado en un 66% por JX Nippon Mining & Metals y en un 34% por Mitsui Mining & Smelting, proyecta cifras positivas para la compañía, tanto para las operaciones en las que la firma es copropietaria, como para sus nuevos proyectos y exploraciones.—¿Cuáles son los planes que tiene la compañía en el negocio minero local? —En Minera Escondida formábamos parte de un consorcio de inversionistas japoneses, el que originalmente también integraban Mitsubishi Corporation y Mitsubishi Materials. Como grupo teníamos un 10% de participación en ese proyecto, hoy es del orden del 12%, pero lo que corresponde a JX Nippon Mining es un 3%. En Collahuasi tenemos un 3,6% y en Pelambres nos corresponde un 15%.
Para el futuro siempre estamos buscando nuevas opciones para invertir, pero es difícil porque las mineras son renuentes a compartir propiedad en tanto los precios del metal se mantengan altos. Es algo muy delicado, ahí tienes el caso de Codelco y Anglo American. De todas maneras, nos proyectamos de manera positiva en el país, porque existen importantes reservas de cobre y otros minerales, tiene un sistema político estable y porque existen personas capacitadas, con un buen nivel educacional.
—¿Cuál es la perspectiva del consorcio de los problemas que existen en Collahuasi, los que han derivado en fuertes caídas en la producción?
—No estoy en posición de hablar sobre eso porque compartimos propiedad, pero puedo decir que Collahuasi está en proceso de resolver sus problemas mediante un equipo liderado por Xstrata y Anglo American. Tenemos informes y reportes permanentes de lo que se está haciendo ahí por parte de Mitsui. Creemos que todo va a mejorar, es parte de la historia intrínseca de la minería el resolver permanentemente problemas.
—También han incursionado en otros proyectos de manera individual, ¿cuál es hoy la situación de Caserones y Vicuña?
—Vicuña está en fase de exploración aún. Se necesitan mayores indagaciones y estudios para hablar de un posible desarrollo. Es muy temprano para hablar de niveles de potencial productivo. Caserones ya es una realidad. La inversión es en torno a los US$3.000 millones y calculamos que empezaremos con la producción de cobre en noviembre del 2013. Para el 2014 ya alcanzaremos una máxima producción con 150.000 toneladas de concentrado de cobre y al menos 3.000 toneladas de molibdeno al año. Esperamos por esta operación tener ventas totales en torno a los US$1.000 millones anuales al precio actual del cobre. Junto a esto, esperamos llegar a unas ventas totales por US$2.000 millones, incluyendo nuestros porcentajes de participación en otros proyectos.
—¿Existen nuevos prospectos en la carpeta de la empresa?
—Tenemos algunos bloques de exploración entre la Primera y la Cuarta regiones. Creemos que hay potencial, pero es muy temprano aún para definir algo concreto. De todas maneras, mientras los precios del cobre permanezcan altos, en torno a los US$3 la libra, como creemos, y haya una buena situación económica mundial, existirá un gran potencial para el surgimiento de nuevos proyectos.
—¿Cómo enfrentan el problema del suministro de agua?
—Debido a que nosotros usamos agua fresca del entorno de la mina, compensamos a la población de Copiapó y Caldera con el suministro de agua desalinizada. Tomamos esta opción porque bombear el agua desalinizada desde el mar a la mina representaba un costo demasiado alto. Este es un problema constante y estamos evaluando a futuro la posibilidad de traer agua desde Argentina.
—¿Cuánto representa la energía como costo para ustedes?
—Calculo que el costo de la energía debe estar entre un 15% a un 20% del valor actual de una libra de cobre. En Chile el costo por MW solía ser cercano a los US$100, ahora eso se incrementó a US$200 o incluso US$300. Esto, definitivamente, afecta la competitividad.
COSTOS. El costo de la energía debe estar entre un 15% a un 20% del valor actual de una libra de cobre, dijo Murakami.