Perú

Carta abierta al presidente Vizcarra sobre minería de uranio en Perú

Señor Presidente de la República

Lima, 16 de agosto 2018.

Presidente Martín Vizcarra, según la Agencia Reuters, Usted acaba de anunciar en Pucallpa “que dentro de seis meses su Gobierno probablemente apruebe leyes para poder explotar un reciente hallazgo de litio y uranio, eliminando un obstáculo clave para una mina de 800 millones de dólares planteado por la canadiense Plateau Energy Metals”[1].

La Minería de Uranio ha sido Prohibida en varias Sociedades

Cuando en el Congreso del Perú procesábamos la vacancia del corrupto PPK, usted se hallaba de embajador en Canadá. Allí debe haberse enterado de la bien fundada resistencia a la explotación de minas de uranio, por los efectos nocivos al ambiente y a la salud de las personas que dicha explotación genera.

Al respecto, le recuerdo que Canadá es uno de los mayores exportadores de uranio, teniendo normas y una institucionalidad ambiental más eficiente que la peruana. Sin embargo, el gobierno de la Columbia Británica –luego de estudios rigurosos de su comunidad científica– decretó la moratoria de todas las exploraciones mineras. Igualmente, así lo hizo el gobierno de la provincia de Nueva Escocia la que además ha prohibido la explotación de dicho mineral. La provincia de Quebec también tiene moratoria para minería de uranio, desde el año 2012.

Los Engaños de la Industria Nuclear

Seguramente, como a mí, a usted le habrá llegado también mucha información de las bondades de la energía del uranio. Recuerdo haber visitado Canadá hace unos años y, en las calles, unas jóvenes regalaban propaganda en favor de la energía nuclear, indicando “que era limpia y que resolvería los problemas del cambio climático pues no emite CO2”. Información que omitía los miles de toneladas de energía fósil y los millones de m3 de agua que demanda la extracción del uranio en extensos suelos que apenas tienen microgramos de dicho mineral o del transporte de uranio desde el lugar de extracción a los lejanos centros de enriquecimiento radiactivo.

Señor Presidente, hablar de uranio implica no dejar de evaluar la huella ecológica desde la producción en mina hasta la construcción de las centrales radiactivas y la energía fósil que se gasta en el enfriamiento de los millones de metros cúbicos de aguas calientes del proceso, sin las cuales las centrales nucleares se convierten en un infierno emisor de mortal radiación. No olvidemos casos como los de Three Mile Island, Pensilvania (1979), Chernobil (1986) y más recientemente Fukushima (2011). Casos que obligaron a otros países como Alemania, Suecia, Bélgica y Holanda a realizar importantes anuncios para cerrar las centrales nucleares y a dejar de usar la energía nuclear.

Sin embargo, la industria desea vendernos una “idea ambientalista” en torno al uso de la energía nuclear que sería una “solución” frente al cambio climático. Ahora, piden que olvidemos la problemática ambiental generada por los residuos radiactivos. Los lobbies españoles señalan que “no es tiempo de preocuparse ahora por ellos, sino de abastecer la creciente demanda energética de una creciente población”. Así, la cuestionada industria de energía nuclear, en vez de entender la necesidad de adaptabilidad ante el cambio climático, sabotean en España las normas y los incentivos estatales para el desarrollo de energías mucho más limpias o de menor impacto ambiental.

La Inaceptable Minería de Uranio

Hace varios años visité una mina de uranio cerca de Berlín. Lo explotó la empresa Wismut. Allí se explotó una mina de uranio que la Unión Soviética impuso por razones de seguridad de Estado en tiempos de la guerra fría. La mina apenas tenía dicho mineral, pero igual los líderes comunistas decidieron explotarla para no depender del uranio procedente de las minas de África o de países considerados sus enemigos. El fin de explotar el uranio en Wismut no era tanto energético cuanto militar. Limpiar esa mina ahora le cuesta a la Unión Europea aproximadamente dos billones de euros y tardará limpiarla cerca de dos décadas. Hasta el lecho del río está siendo dragado para remover sedimentos contaminados criminalmente. La gente del pueblo cercano y sus trabajadores presentaban tasas muy elevadas de varios tipos de cáncer, pero sobre todo de tipo pulmonar. Después de varias décadas de que la mina había dejado de operar todavía se puede ver cómo los desechos incandescentes, cual lava volcánica, debía ser mojados con equipos especiales que utilizan millones de m3 de agua para poderlos enfriar y luego movilizarlos a la zona de entierro o encapsulamiento de escombros radiactivos.

En Canadá y España algunos expertos en impactos de la industria nuclear me expusieron amplia información sobre la materia. En ese contexto uno de ellos me dio un consejo: “tenga Usted bien en cuenta: si se mete con la minería de uranio lo hará a su vez con la industria militar, evalúe si está dispuesto a meterse en eso y cuide mucho más su seguridad personal”, evidentememte conocía de lo que había sido capaz la transnacional minera Newmont – Buenventura – Yanacocha cuando su empresa de seguridad privada realizó la operación de reglaje, interceptaciones y puso en peligro la deguridad de los defensores ambientales de la ONG Grufides en lo que se conoció como la operación de espionaje y demolición “Operación Diablo”[2].

Muchas Voces no Atendidas

Durante los años 2006 a 2007 leí mucha información sobre el proceso de explotación de uranio y los impactos de este tipo de minería y la industria nuclear. Igualmente hablé muchas veces en público, di algunas conferencias sobre minería que incluía preocupaciones por la minera de uranio en Macusani, Puno, y hasta escribí en el diario La República un breve artículo sobre el tema denominado “Ecología de Paz” y comentaba el pedido del Papa Benedicto XVI a frenar el armamentismo nuclear. En diciembre de 2007 escribí así: “el mensaje (papal) nos habla de desarrollar una prudencia cuyo objetivo debe ser fortalecer la «alianza entre ser humano y medio ambiente que ha de ser reflejo del amor creador de Dios, del cual procedemos y hacia el cual caminamos». El Papa llamaba a la tarea fundamental de «sentir la tierra como nuestra casa común» la que debe ser puesta al servicio de todos, adoptando «la vía del diálogo en vez de tomar decisiones unilaterales».

Con relación al problema específico de las demandas energéticas de los países más desarrollados, el mensaje papal denunciaba que: «Los países emergentes tienen hambre de energía, pero a veces esta hambre se sacia a costa de los países pobres que, por la insuficiencia de sus infraestructuras y tecnología, se ven obligados a malvender los recursos energéticos que tienen». Es más, sobre el armamentismo, el Papa iba más allá al sostener que: «Es verdaderamente necesaria una movilización de todas las personas de buena voluntad para llegar a acuerdos concretos con vistas a una eficaz desmilitarización, sobre todo en el campo de las armas nucleares (…). Soy consciente de que al renovar esta llamada me hago intérprete del deseo de cuantos comparten la preocupación por el futuro de la humanidad». Comentando esos llamados yo concluí mi artículo afirmando que “en Perú, la iglesia debiera llamar correspondientemente a una movilización contra la minería radiactiva que se pretende instalar”[3].  Probablemente por casualidad, fue el último artículo que escribí, pues luego la dirección del diario me comunicó que mis columnas no iban más.

Presidente, usted no ignora los Grandes Problemas de la Minería

Presidente Vizcarra, usted conoce los daños y los beneficios que puede causar la minería metálica. Siendo gobernador regional de Moquegua, usted tuvo a la todopoderosa e impune Southern como su vecina y socia de negocios familiares a través de la empresa C y M Vizcarra S.A.C.[4] , cuyo gerente general es su hermano César Vizcarra Cornejo. Entiendo que en su gestión logró utilizar el canon minero para resolver temas educativos; sin embargo, no logró hacer frente a la grave escasez de agua que afecta a las poblaciones y los agricultores que siguen reclamando sin ser atendidos, ni a la problemática por calidad de agua, producto de actividades mineras en la zona.

Asumo, Presidente, que la Ministra del Ambiente le habrá informado de los procedimientos administrativos sancionadores que tiene la Southern, del irremediable daño hecho (y que sigue haciendo) sobre el río Torata, cuyo lecho fue convertido en botadero de desechos mineros, burlando el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y valiéndose fraudulentamente de un Informe Técnico Sustentatorio (ITS) que como admiten el SENACE y la Procuraduría del MINAM, se utilizó de manera indebida, bajo la complicidad del Ministerio de Energía y Minas y, por cierto, sin que haya ningún funcionario sancionado.

Como Congresista de la República he sostenido diferentes reuniones y conversaciones con los funcionarios del MINAM, del SENACE, del OEFA y hasta del MINEM, sobre el daño ambiental generados por las grandes mineras sobre los ríos Torata y Tumilaca. Es una obligación moral y política que usted tenga información que debiera considerar muy bien antes de auspiciar el inicio de nuevos proyectos mineros.

La inversión debe ser vista desde la justicia y la sostenibilidad ambiental, entendiendo la salud y el medio ambiente sano y equilibrado, como derechos fundamentales; por lo que no debiera someterlos o negarlos frente a los poderosos lobbies empresariales mineros.

Prevenir es Mejor que Remediar y Lamentar

Ahora bien, la minería de uranio en Puno y en Piura, no puede ser vista sólo como una oportunidad de inversión. La huella ecológica ambiental que generan sus efectos y los daños potenciales, como se demuestra en otros países como Alemania, Canadá aconsejan seguir la vía del principio ambiental precautorio.

Siete provincias canadienses que han evaluado bien los potenciales o reales daños han prohibido la minería de uranio en sus territorios y es conocido que en Estados Unidos los pueblos navajos que se vieron afectados por alta incidencia de cáncer y otros daños ambientales han conseguido de parte del gobierno federal una multimillonaria indemnización y el gobierno de la Nación Navajo han prohibido la minería de uranio en su territorio [5].

Presidente Vizcarra, está en sus manos seguir o no ese ejemplo. Recuerde además que tenemos la Ley Marco de Cambio Climático, promulgada por usted mismo. En dicha norma se plantea la importancia de adoptar medidas de adaptación al cambio climático, promover las energías limpias con enfoque de justicia ambiental y derechos de futuras generaciones, así como con enfoque intercultural que lo obliga a someter a consulta previa.

Bajo estas consideraciones, si su gobierno decide impulsar la minería de uranio en el Perú. Usted incurriría en una grave contradicción con el derecho fundamental de un ambiente sano y equilibrado.

Tarea Difícil, Lobbies y Poderosos Intereses Económicos Dominan el Congreso

Yo, desde mi trabajo congresal, seguiré trabajando por un desarrollo que no destruya y envenene nuestros aires, ríos y suelos, en este compromiso exigiré que se cumpla la legislación ambiental y no me cansaré en la defensa del derecho fundamental al medio ambiente sano y saludable. Este es también el compromiso de todos los congresistas y militantes del Frente Amplio y creemos que debiera ser también el compromiso de todos los demás congresistas y de la más amplia ciudadanía. Aunque tenemos razones para considerar que muchas veces se anteponen la indiferencia, la ignorancia o los intereses de poderosos grupos empresariales y lobbies, como ocurrió cuando en la comisión de Energía y Minas, la mayoría fujimorista envió al archivo, sin que hubiera mayor debate, el proyecto de ley del congresista Armando Villanueva (AP) que buscaba que el país (como ocurre en una inmensa mayoría en la región) tuviera una ley de prohibición de las bombillas incandescentes para dar paso a la ecoeficiente tecnología led.

El fujimorismo argumentó que la iniciativa legislativa iba “contra el libre mercado” y la “economía de los más pobres” (¡sic!). Así, sin debate, torpe y vergonzosamente archivaron el proyecto de ley. Algo similar podría ocurrir con el proyecto de ley que presenté sobre prohibición o restricciones del cianuro para las actividades mineras, restricciones que ya ocurren en muchos países y en la Unión Europea. El dictamen de prohibición de minería de cianuro está pendiente en la Comisión de Energía y Minas y corre el peligro de ser archivado con el argumento de que afectaría las inversiones mineras.

Estos hechos me demuestran que no será fácil plantear una regulación ambiental adecuada ante la posible extracción de uranio. Sin embargo, desde mi firme posición por justicia ambiental y social seguiré luchando y convocando a más ciudadanos y ciudadanas para un desarrollo que no viole derechos fundamentales. Como sus ministros del Minam y del MEM saben, así como desde el Frente Amplio nos esforzamos por conseguir la promulgación de la Ley de Protección de Cabeceras de Cuencas (Ley 30640), la Ley Marco de Cambio Climático (Ley 30754), no me cansaré de convocar al consenso y al diálogo de las fuerzas políticas, para una mayor conciencia y compromiso legislativo ambiental. Puntualmente, en las próximas semanas o meses porque se pueda aprobar la ley de prohibición progresiva del plástico que los lobbies y el fujimorismo tienen frenada en el Congreso.

Lo Exhorto a No Privarles de Mejor Futuro a las Generaciones Venideras

Señor Presidente, somos el tercer país más vulnerable a los efectos del cambio climático. Hemos vivido en el norte del país desastres sociales producto de dichos efectos e impactos. Ahora mismo las regiones del sur vemos como nuestros niños, niñas, ancianas, ancianos y, la ganadería muere ante la falta de previsiones para enfrentar el frío inclemente. Las generaciones futuras deben heredar de nosotros un mundo ambientalmente mejor. Depende de nuestras acciones actuales garantizar que así sea. Lo exhorto, Presidente Vizacarra, a no privar de un mejor futuro a las generaciones que vendrán después de nosotros.

No debiera pues usted, Señor Presidente, insistir en su propósito de promover la minería de uranio, tal como se ha anunciado ahora en Puno pero que luego podría extenderse a Cusco y Piura donde también hay depósitos del mineral radioactivo y de los otros peligrosos metales que se hallan junto con él (radón, cesio, torio entre otros).

En todo caso, los defensores ambientales, y no pierdo la esperanza que la Academia y algunos políticos, (tal vez también algunos empresarios con conciencia ambiental), se lo exigiremos en todo espacio de diálogo democrático. Por cierto, la ministra del Ministerio del Ambiente, debiera emitir, como ente rector de las políticas ambientales, opinión clara sobre la materia, priorizando los derechos ambientales y no postergándolos o vulnerándolos por presiones de poderosos intereses económicos que se mueven detrás de la minería del uranio.

No estamos lejos de llegar a hablar de desplazados ambientales y, posteriormente, refugiados ambientales. No haga usted el camino para ello.

Me despido compartiéndole una cita de un reconocido académico canadiense, Gordon Edwards: “Hay muchas formas de producir electricidad que no necesita uranio. Hay formas de hacer isótopos médicos que no necesitan uranio. Lo único para lo que se necesita absolutamente el uranio son las armas nucleares. Si queremos que nuestros hijos tengan un futuro sostenible, si no queremos aumentar la carga sobre las generaciones futuras mediante la creación de más desechos nucleares, y si esperamos eliminar las armas nucleares del planeta, lo mejor es dejar el uranio en su lugar, en el terreno donde se encuentra. Esa es la opinión de los médicos internacionales para la prevención de la guerra nuclear (IPPNW) que, en 2010 pidió una prohibición global de la extracción de uranio”[6]. (Esta federación recibió el premio Nobel de la Paz en 1985).

¡Reflexione, en su recorrido por el país, hable y decida bien Presidente!

¡Por un Perú libre de minería radiactiva!

Marco Arana Zegarra

Congresista del Frente Amplio

Fuente:https://vozdelatierra.lamula.pe/2018/09/04/carta-abierta-al-presidente-martin-vizcarra-sobre-mineria-de-uranio-en-peru/vozdelatierra/