Más de 60 campesinos de los corregimientos de San José, Remance, San Juan y Los Hatillos de San Francisco de Veraguas en Panamá, aglutinados en la Red Ecológica, Social y Agropecuaria de Veraguas RESAVE, y miembros del Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero M4 asistieron y rechazaron la reapertura de la Mina Remance en el Foro Público para el Estudio de Impacto Ambiental categoría III.
Esta concesión minera fracaso en la década de los 90, cuya aprobación fue bajo otro instrumento legal para los estudios de los impactos que genera la actividad extractiva. Esta actividad dejo serias secuelas a la salud, agua y producción de los poblados, nuevamente es objeto de negocio y producción mineral como el oro, plata y otros.
El foro tuvo como hábito, la notificación a tambor batiente, la ausencia de representes del Ministerio de Comercio e Industria MICI, Autoridades Locales y otros representantes gubernamentales. En el mismo participaron consultores que realizan los estudios y promotores mineros. El foro tuvo dirigido por miembros de la Autoridad Nacional del Ambiente ANAM.
Luego de dos horas intensa de debate y polémicos señalamientos, por la falacia neodesarrollista y prepotencia de quienes presentan el objetivo del proyecto minero, los campesinos decidieron levantarse y retirase del recito de la Juan XXIII en el Distrito de San Francisco de Veraguas.
Estas comunidades fueron víctima de las consecuencias de la extracción minera, cuando se evidenciaron derrames de sustancias tóxicas que contaminaron ríos y quebradas provocando la muerte de peces, camarones y otras especies. Además, de la infértil tierra, que dio la migración de campesinos con la esperanza de producción agrícola en otras áreas de la provincia. Muchos fueron los afectados en materia de salud, que en aquellos tiempos la negligencia del Ministerio de Salud, no dio seguridad y seguimiento a los casos denunciados.
Nuevamente los mineros, pintan su discurso de promesas y garantías, para sacar de la pobreza y exclusión a los pobladores, exponiendo nuevas formas de extraer los minerales con responsabilidad y tecnologías que un campesino no comprende por el alto conocimiento que se requiere para objetar el proceso extractivo y estudios de esta megainfraestructura.
El contrato de concesión esta bajo la operación de la empresa Greenfield Resourses Inc., que tiene los derechos exclusivos de 2, 400 hectáreas, según lo estipulado en la notificación para el foro.
Los campesinos, rechazaron el proyecto minero, pero sustentaron otro tipo de desarrollo, sin generar impactos negativos por doquier, y que la inversión para la explotación, por el contrario debe ser para proyectos de desarrollo sustentable entre el ambiente y la gente.
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