Los días 27 y 28 de octubre, ambientalistas acampan en la localidad de San José de Vinchina, a 100 km de la Reserva Provincial de Usos Múltiples Laguna Brava, con el propósito de presentar oposición al desarrollo de la minería en el área protegida —situada en el extremo noroeste de la provincia de La Rioja.
Laguna Brava es un sistema de lagunas altoandinas ubicadas por encima de los 3000 m s. n. m. con abundantes poblaciones estivales de aves acuáticas endémicas y cuya superficie total cubre unas 405.000 hectáreas.
Entrevista con Marcelo Garrott (41), miembro de la Asamblea Ciudadanos por la Vida de Chilecito.*
P: El 2 de febrero de 2003, Laguna Brava fue nombrado Sitio Ramsar (Humedal de Importancia Internacional). El artículo 3 del tratado de Ramsar —que en la Argentina entró en vigor en septiembre de 1992— establece que las partes deben favorecer la conservación de los humedales incluidos en la lista creada ad hoc. Sin embargo, bajo el régimen de conservación de las Reservas Provinciales de Uso Múltiple —al cual fue incorporado Laguna Brava en 2006— se debe amalgamar en esas áreas el mantenimiento de las condiciones naturales con el uso extractivo de los recursos.
Garrott.—Laguna Brava tiene una significación muy importante para la gente del oeste riojano. Su economía está basada en el agua de deshielo que proviene de los picos nevados de la Cordillera; Laguna Brava es una parte fundamental. Sin duda, la gente de esos pueblos está convencida de que el desarrollo agrícolo-ganadero y el turismo pueden ir de la mano para no sufrir el éxodo masivo que se está produciendo en casi todas las poblaciones del interior de la provincia. Están quedando sólo niños y ancianos, porque la población con edad para trabajar busca nuevos horizontes; tienen que ir hasta la capital a trabajar en la administración pública o en alguna pequeña fábrica. Por un lado, el Gobierno pregona que quiere promocionar el turismo; por el otro, está prácticamente destruyendo la laguna, hábitat de flamencos rosados y con una fauna propia que solamente se encuentra en ese lugar. La gente, conocedora de la zona, se está oponiendo totalmente a sacar minerales, sobre todo litio, que es el que mayor demanda está teniendo.
P: El 30 de enero, Osisko y Minera El Portal (MEP) —su subsidiaria— actualizaron el estado de su proyecto de exploración a raíz de las protestas iniciadas en Alto Carrizal (véase Alerta por filtración de documentos): anunciaron que MEP no había intentado realizar tarea alguna en Famatina y expresaron que tampoco existía la intención de avanzar en una operación minera, pero sí una importante estrategia de comunicación para ofrecer respuestas científico-técnicas a los mitos propiciados sobre la actividad. ¿Pudo la empresa plasmar con éxito ese plan o fue sólo pura fantasía sobre el papel?
Garrott.—La campaña de comunicación nunca se hizo ni se hará, pero no es que las comunidades no reciban a nadie; conocemos la realidad de San Juan, la realidad de Catamarca (véase Destrucción del campamento de la ruta 60), que son las provincias hermanas que limitan con La Rioja y nos abrazan. Las asambleas lo tienen asumido: La Rioja es un sitio al cual todavía la minería no ingresó. En Catamarca se pueden imponer los discursos de las mineras; se manejan con patotas, con gente reclutada entre las barras bravas: es una forma nueva de romper la resistencia, que acá no existe, pero que les dio resultado. No es que nosotros estemos equivocados; hay suficiente información, suficiente trabajo de base, ocho años de concientización. Nosotros tenemos el cerro a no más de 15 km: cuando baje el polvillo de una eventual explotación, nos va a terminar perjudicando a todos. La mayoría de la gente trabaja en la administración pública; si bien los sueldos se pagan a término, somos una de las tres provincias que tienen los sueldos más bajos. La empresa, en connivencia con el Gobierno, apuesta a producir un ahogo en la población, creando las condiciones para que la única actividad salvadora sea la minería.
P: En este marco, el 6 de mayo sus equivalentes de Famatina decidieron levantar el campamento de Alto Carrizal —establecido el 2 de enero para impedir la exploración de los potenciales recursos mineros de la zona—, dejando en el lugar sólo una guardia dadas las extremadas condiciones climatológicas presentes durante los meses más duros del año (véase Campaña de invierno en Famatina). No obstante, poco después la asamblea de Chilecito decidió instalar una tienda para protegerse del frío estacional del invierno. ¿Produjo este episodio una fricción entre las asambleas, si bien individualmente cada una tiene características propias que la definen?
Garrott.—Hay que retrotraerse al momento en el que se produce el corte: se convocó a todas las asambleas de la provincia para decidir entre todas qué hacíamos, porque la gente de Famatina decía que no conseguían movilizar. Como nosotros estamos a menos de 40 km, tratamos de que el espíritu de lucha no decaiga, porque cuando nos relajamos avanza la minería. El corte fue consensuado entre todas las asambleas; a nosotros nos cayó como un balde de agua fría que unilateralmente decidan levantarlo. Si bien nosotros respetamos las metodologías, creemos en las palabras y en los acuerdos. Hubo compañeros que dejaron todo para estar ahí; se dijo que había muchos foráneos, jipis, drogas y alcohol, cuando nada de eso era cierto. Nosotros consideramos a Famatina como una escuela de lucha: a lo largo y ancho de la Cordillera hay un modelo extractivista que nos está condenando. Hoy nos tocan la Laguna Brava.
P: En julio se dio a conocer una decisión judicial que suspende el cumplimiento del convenio firmado entre EMSE (Energía y Minerales Sociedad del Estado) y Osisko porque podrían haberse estado realizando tareas exploratorias que atenten directamente la existencia de los glaciares de la región. El Gobierno respondió de inmediato mostrando un decreto —en teoría firmado en mayo— que prorroga el inicio del plazo para que Osisko lance los trabajos de prospección hasta tanto los contratistas no corran riesgos. ¿Echa por tierra esta situación cualquier posibilidad de la compañía de contar con alguna perspectiva de explotación?
Garrott.—Acá se está jugando el futuro político del gobernador. Tuvo un nocaut fuerte: el hecho de que anuncie en un finca privada la explotación minera en el Famatina y que la gente se le pare a los días; fue un golpe muy grande. Él quedó conmovido por lo que pasó en enero; lo de este juez fue otro golpe duro. Lo que el gobernador hizo fue salir a decir en un diario que él maneja que había firmado un decreto en mayo al cual nadie tuvo acceso. Nadie tiene la seguridad de que ese documento exista, y ninguna de las asambleas pudo llegar a tomar contacto con ese instrumento. Por los medios insisten en que va a haber una campaña de concientización, como si en dos años nos fueran a convencer de algo. Tenemos la certeza de lo que nosotros sabemos desde hace más de ocho años. Las comunidades ya tomaron una decisión: defender el terruño y arriesgar su vida, ofrendarla en caso de que sea necesario. No es apocalíptica la visión; si esto lo hubieran hecho diez años atrás, quizás hubiesen convencido a la gente de algo que no es cierto. Ahora ya no lo pueden hacer.
P: Otra de las cuestiones planteadas tiene que ver con informes que advierten sobre el posible abastecimiento con agua a operadoras mineras situadas al otro lado de la Cordillera. El artículo 3 del Protocolo Complementario del Tratado de Integración y Complementación Minera suscrito por la Argentina y Chile el 20 de agosto de 1999 no expresa dudas: subraya con mucha claridad que ambos países permitirán a los inversionistas el uso de toda clase de recursos naturales necesarios para el desarrollo del negocio minero.
Garrott.—Hay un río en La Rioja, el río Blanco, que es controvertido: el gobernador dijo que lo va a recuperar para la provincia, pero se lo va a dar a las mineras que están en Chile a cambio de la finalización del camino que cruza a ese país por el Paso de Pircas Negras. El bien más escaso que tenemos en La Rioja es el agua, así que no podemos andar regalándosela a las mineras. Yo me pregunto si cuando se firmó este tratado dijeron: “Señores, acá se rompen las fronteras de los estados y se funda el estado minero; estamos sometidos a las voluntades, las leyes y al antojo de las mineras”. Son bienes comunes más que recursos. En el momento en que esto se firmó, a nadie le importaba nada; ahí es cuando se produjo la mayor entrega del patrimonio.
P: Entre tanto, los movimientos territoriales riojanos aseguraron que la minería a gran escala no será posible en la provincia y realizaron una importante observación: existen personas que subestiman la trascendencia de su lucha. Algunos observadores más perceptivos, en cambio, ya la consideran un fenómeno histórico único…
Garrott.—En este tipo de movimientos habrá algún compañero que pueda tener una ideología más de izquierda o de derecha, pero tiene claro que está militando en una asamblea porque ningún otro espacio le brindó la posibilidad de cambiar lo que quiere cambiar. Estos movimientos han marcado un hito, una nueva forma de hacer política. No se trata de una vanguardia iluminada ni de líderes elegidos a dedo: las asambleas son una construcción desde el llano. Usando los términos “ecologistas” y “ambientalistas” de forma despectiva, estas asambleas sufren la descalificación, como si no hiciéramos una lectura de la situación política. Provincias como La Rioja funcionan como feudos, y la gente, harta de todo eso, se está manifestando fuertemente. No es que una asamblea mueva a todo un pueblo, sino que es el pueblo el que está tomando conciencia y se va organizando de una forma diferente.
* Por el Observatorio de Conflictos por los Recursos Naturales (OCRN) en alianza con Acción por la Biodiversidad.