El extractivismo depredatorio de la minería deja escasos beneficios y muchos lastres.
Ahí, al lado de la gigantesca e inconclusa obra del túnel de la Línea -que naturalmente proyecta impactos ambientales sobre zonas quindianas y los páramos del entorno cafetero-, el proyecto de explotación de oro en el municipio de Cajamarca (Tolima) conocido como la mina La Colosa, es desarrollado por la multinacional surafricana Anglo Gold Ashanti y sería la mayor mina de oro en América Latina, con un estimado de 28 millones de onzas de oro, con los riesgos de un apocalipsis ambiental.
Los estudios disponibles y las pruebas realizadas sugieren que el oro está superficialmente disperso en un área de 515 hectáreas en la zona de reserva natural. Por ende la técnica de explotación acogerá el método de “cielo abierto”, consistente en raspar la capa vegetal con maquinaria pesada. Una vez despejado el suelo, instalarán explosivos que luego, al accionarse, aflojan la tierra.
En los 15 años previstos para su explotación, la Anglo Gold Ashanti habrá utilizado alrededor de 1‘000.000 de toneladas de explosivos. Además, en este proceso se utiliza cianuro, mercurio y otros químicos altamente tóxicos que causan graves daños a las fuentes hídricas y, por supuesto a los habitantes de la región. El extractivismo depredatorio deja escasos beneficios y muchos lastres.
¿A qué modelo de desarrollo le apuntó Uribe Vélez al otorgar licencias a granel, a espaldas de la ciudadanía? Los pobladores, que tendrían derecho a beneficiarse de los recursos con los que la naturaleza los dotó, han terminado desplazados, ilusionados con espejitos de bienestar y conformes con las migajas de las regalías, buena parte de las cuales se «esfuma» en los entresijos de la corrupción territorial. AngloGold Ashanti adquirió una mayoría de concesiones mineras en Colombia durante el gobierno de Álvaro Uribe. Según el catastro minero, la empresa tiene en Colombia 504 títulos mineros y 3074 solicitudes.
Los habitantes de Cajamarca (30 mil), han sido afectados por costos en su condición de usuarios de la cuenca hidrográfica del río Coello (cerca de 1 millón de personas) y en últimas, todos los colombianos (en esta cuenca se producen 30 mil hectáreas de arroz con riego al año y está localizado en el distrito de riego más desarrollado del país. Además, en su entorno se aprecian importantes atractivos turísticos, ubicados en el Parque Nacional de Los Nevados y las cumbres heladas del Quindío y del Tolima.
La preocupación alrededor de este proyecto no sólo ha impulsado la movilización dinámica y consciente de sus habitantes y de las ONG ambientalistas, sino que ha propiciado una pacífica y entusiasta reacción desde la política organizada para enfrentar presiones, hasta llegar a la consulta popular del domingo 26 de marzo, en que le dijeron ¡NO! a la explotación minera depredatoria en su territorio: 97,92 por ciento de la votación se inclinó por esta decisión, mientras que sólo el 1,21 por ciento votó por el sí. Ha pretendido la ciudadanía con su valerosa voluntad política privilegiar la preservación del recurso hídrico, la riqueza biológica y el acervo genético de la especies de fauna y flora, frente a la explotación minera en zonas claramente incompatibles que generarían graves, irreparables e irreversibles daños a los recursos naturales del país y al patrimonio público de la Nación.
El ambientalista y autor del impactante video Wilson Alberto Reyes Gaona, se preguntó: De continuar la explotación de la mina: ¿Qué pasará con los ríos Coello, Bermellón, y las decenas de quebradas que abastecen el sistema de riego de El Espinal y de Calarcá, en el Quindío? ¿Qué pasará con el milenario bosque de niebla, su biodiversidad y las especies en vía de extinción que allí habitan? ¿Qué pasará con los millones de toneladas de tierra impregnadas con cianuro que dejará la multinacional tras de si? ¿Acaso es sostenible esta actividad que mata la naturaleza, esteriliza los suelos y aniquila la vida? Ahora la lucha de los cajamarcunos es por la indemnización económica por la Anglo Gold.
Fuente:http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/alpher-rojas-c/cajamarca-pueblo-valeroso-72530