Por contrapartida, ayer se inició el trámite ambiental de la reapertura de la mina Jerónimo por parte de Yamana Gold.
Una vez que la Tercera Sala de la Corte Suprema decidió invalidar el procedimiento de aprobación de la central termoeléctrica Castilla, la duda cayó sobre los proyectos mineros que dependían de su abastecimiento eléctrico para iniciar obras.
Dicho y hecho. A la fecha, ya son cuatro los proyectos que han anunciado el aplazamiento o la suspensión de la inversión por distintas razones, pero principalmente por el déficit energético que se espera para Atacama y que también afectará el flujo de agua, porque la mayoría de estas iniciativas consideraba la instalación de plantas desalinizadoras, que consumen energía en altos volúmenes.
Es el caso de Relincho, de Teck; de San Antonio, de Panaust y Codelco; de San Antonio, de Codelco y ahora de Cerro Casale.
En total, estas cuatro iniciativas suman una inversión de US$11 mil millones, cerca de un tercio del desembolso proyectado para la zona durante toda la década.
Pero no todo son malas noticias para la minería de la Tercera Región.
Ayer, la minera Yamana Gold ingresó a tramitación un proyecto para reabrir la operación Agua de la Falda, que fue cerrada en 2002 y que involucra recursos por US$423 millones.
El proyecto constituye una reapertura de dicha explotación minera modificando el método de explotación subterráneo empleado hasta la fecha de cierre, e incorpora procesos metalúrgicos, la cual es distinta a la de antaño, según se extrae del documento ingresado al servicio de Evaluación Ambiental.