En el segundo trimestre, en tanto, los costos de la firma aumentaron 4,7% respecto de los tres primeros meses de este año.
Como parte de su proceso de internacionalización, que desarrolla a través de asociaciones con empresas de exploración, Antofagasta Minerals (AMSA) volverá a invertir en Perú, país que la compañía abandonó en 2006, cuando su matriz Antofagasta PLC se desprendió de los proyectos que mantenía ahí en sociedad con la brasileña Vale.
En su reporte de producción correspondiente al segundo trimestre el brazo minero del grupo Luksic informó que a fines de junio firmó un joint venture con la junior canadiense Lara Exploration, en virtud del cual AMSA podrá acceder a un 75% de la propiedad del proyecto de oro y cobre denominado Sami, que está ubicado en el sur de Perú.
Lara, que también es socia de AMSA en Brasil, informó que la chilena tiene la opción de invertir hasta US$ 6 millones durante cuatro años y que inicialmente tendrá un 55% de esta iniciativa que durante el primer año demandará desembolsos por US$ 500 mil.
En paralelo a su regreso a Perú el brazo minero del grupo Luksic continúa fortaleciendo su presencia en México, que es otro de los distritos en los que la empresa ha focalizado su atención. Es así que hace algunas semanas estableció una alianza estratégica con Riverside Resources para explorar cobre en Sonora del Este.
Aumento de costos
En su reporte Antofagasta Minerals dio cuenta de una producción total de 364.100 toneladas de cobre fino durante el primer semestre de este año, lo que representa un alza de 8,4% respecto de igual lapso de 2012. Sin embargo, durante el segundo trimestre este ítem experimentó una baja de 2% respecto de los primeros tres meses de este año.
En materia de costo de caja (cash cost) y también observando el período abril – junio, la compañía informó un alza de 4,7% pues este factor subió de US$ 1,72 por libra en el primer cuarto del año a US$ 1,80 por libra en el segundo trimestre, “principalmente debido a los mayores costos de la energía de Los Pelambres”, explicó la empresa. Lo anterior se debe a que desde fines de 2012 la mayor operación del grupo se encuentra sin contratos eléctricos y debe comprar su energía en el mercado spot a costo marginal.
El costo de efectivo neto (net cash cost), por su parte se ubicó en US$ 1,37 por libra durante el segundo trimestre, lo que implica un incremento de 18,1% comparado con el primer cuarto del año y refleja, dijo la empresa, los menores volúmenes de oro y molibdeno producidos y también la caída en los precios de estos subproductos.
En el reporte llama la atención la situación puntual de Michilla, la más antigua de las faenas de AMSA, que al cierre del segundo trimestre mostró un costo de US$ 3,43 por libra, superior al precio promedio del cobre que en dicho período fue de US$ 3,24 por libra, de acuerdo con el informe de la empresa. Esta diferencia podría no afectar mayormente el resultado de Michilla, conocedores del mercado señalan que esta producción podría haberse pactado a precios superiores a la cotización actual del metal rojo.