En los últimos cien años, el Estado no desarrolló un emprendimiento minero de clase mundial y, en esta gestión, no se está perforando ni un metro para encontrar nuevos yacimientos.
Bolivia no está abonando el terreno de la industria minera con grandes inversiones. En los últimos cien años, el Estado no desarrolló un emprendimiento minero de clase mundial y, en esta gestión, no se está perforando ni un metro para encontrar nuevos yacimientos que, una vez descubiertos, tardarían entre 10 y 12 años en comenzar a producir, concluyeron el fin de semana un grupo de expertos de Canadá, Perú y Bolivia reunidos en un coloquio.
A ese panorama preocupante se suma la persistente baja del precio internacional de los minerales (fin del súper ciclo), la falta de definición de la nueva Ley de Minería que se discute desde hace siete años y las versiones de que la carga impositiva para empresas que tienen contratos con Comibol subiría del 67% al 91% si la norma otorga a la estatal una participación del 55% en las utilidades generadas por operadores privados.
Esas fueron algunas conclusiones a las que llegó el Coloquio sobre Minería auspiciado por la Embajada de Canadá en Bolivia, el Foro Minero y la Fundación Pazos Kanki. El invitado especial fue Glenn Nolan, vicepresidente de la compañía Noront Resources, jefe indígena de la Primera Nación Missanabie Cree y presidente de la Asociación de Prospectores y Desarrolladores Mineros de Canadá (PDAC, por la sigla en inglés), que es la más importante del mundo por su tradición de organizar congresos mineros cada dos años en Toronto con cerca de 30.000 participantes.
Al encuentro asistieron el exvicepresidente de la República, Víctor Hugo Cárdenas; los exministros del área Dionisio Garzón y Jorge Espinoza, el expresidente de Comibol, Héctor Córdoba, el presidente del Colegio de Geólogos, Osvaldo Arece; representantes de la minería mediana y cooperativizada y expertos en minería como Enrique Arteaga, Guillermo Cortez, Carlos Barragán, Colin Little, Alfredo Mamani de Perú, entre otros.
Baja natalidad minera
Jorge Espinoza, perito en minería, abrió el telón del debate señalando que en Bolivia una de las preocupaciones estructurales es que existe un «bajísimo índice de natalidad» en relación a las actividades de prospección y el nacimiento o creación de nuevas minas debido a que en el último siglo se fundó una solo yacimiento de clase mundial, Minera San Cristóbal, y otra mediana, San Bartolomé.
Los especialistas y el expresidente de Comibol confirmaron que en Bolivia, el 2012, se perforaron menos de 3.000 metros en búsqueda de minerales y el 2013 no se perforó ni un solo metro. Comparativamente, en otras naciones como Canadá, se abren, al año, millones de sendas con diamantina para encontrar nuevos yacimientos, apuntaron.
Canadá es un país de tradición minera e invierte miles de millones de dólares en prospección. Según Nolan, al momento, su país cuenta con 10 nuevas minas que comenzarán a desarrollarse en los próximos nueve años; otras 12 de zinc que se activarán en ese mismo tiempo, una de diamante en Quebec y unas cuatro en el Norte Ártico. Dijo que de 1.000 descubrimientos, una sola se convierte en mina en 10 años entre la prospección, perforación, planificación y operación.
Inestabilidad de políticas
A su turno, Dionisio Garzón, exministro de Minería del gobierno de Carlos Mesa (2004-2005) complementó que además de la falta crónica de prospección en el país, hay otro problema: la carencia de estabilidad en las políticas públicas del sector. «No trabajamos en serio, cada cinco años se cambian los escenarios y las normas pasando de un Estado productor a uno controlador y de un Estado que trata de controlar todos los componentes de la minería, donde lo privado no toca pito».
Al respecto, el jefe indígena canadiense afirmó que «la estabilidad política es clave para todos los sectores comprometidos en minería: comunidades indígenas, Estado, empresas y cooperativas. Considerando que una mina tarda entre 10 y 12 años en desarrollarse, si hay inestabilidad política, ese horizonte se amplía más allá de lo previsto».
«Si no se toman recaudos hoy en materia de prospección y captación de capitales externos frescos y tecnología, la Agenda Patriótica 2025 que prevé erradicar la extrema pobreza en Bolivia con la generación de nuevas inversiones de hidrocarburos y minería, se quedará sin frutos», opinó el analista Henry Oporto.
Sobre inversiones
Nolan, señaló que como una señal de que el llamado «súper ciclo» de precios altos de la minería se acabó, en su país cerca de 600 empresas mineras junior (que levantan financiamientos de las bolsas internacionales) saldrán del mercado, es decir, que éstas no podrán vender acciones de proyectos mineros que tienen en sus carteras.
Henry Oporto, moderador del Coloquio, sociólogo de la Fundación Pazos Kanki y coautor del libro «Los dilemas de la minería», señaló que lo anterior nos lleva a la reflexión de que Bolivia debe competir en un mercado internacional muy adverso para captar inversiones, al advertir que «lo irónico es que en Bolivia se va en contra ruta a ese contexto porque no es responsable que Comibol exija el 55% de participación en las utilidades lo que llevaría a un govermenttake del 91%.
«Si a ello se agrega la reinversión para mantener las operaciones, entonces, la situación es más negativa. Y para cualquier inversionista, por muy novato que sea, esa condición es inaceptable», advirtió Oporto al señalar que el mensaje de Glenn Nolan es que muchas empresas pequeñas y medianas en Canadá (alrededor de 600) han cerrado operaciones.
«Bolivia puede captar inversión externa. Pero la competencia es dura porque muchos países se disputan esos recursos. Y como estamos ahora, el país no recibirá nada porque los impuestos altos hacen escapar la inversión. Peor aún con la inseguridad jurídica y política existente», opinó.
Entonces, dijo que para capturar inversiones en minería hay que ser un país competitivo en impuestos, en seguridad, en buenas leyes y en un ambiente de negocios adecuado.
Bolivia tiene un gran potencial minero pero que se requiere de una garantía integral para que las inversiones externas lleguen.