La compañía australiana Berkeley acaba de iniciar las obras para poner en marcha una mina de uranio en el municipio de Retortillo, en Salamanca, después de diez años de trabajo para conseguir las licencias necesarias. El proyecto, que ha generado un fuerte rechazo social, comenzó el pasado mes de agosto con las obras de construcción de las vías de acceso y la reconducción del fluido eléctrico que realizará Iberdrola. Además, la empresa ha encargado ya la ingeniería a Amec Foster Wheeler de la planta de procesamiento de uranio.
Berkeley Minera es actualmente el mayor explorador privado de uranio en España, con permisos de investigación en diversos municipios de Salamanca, Cáceres y Badajoz.
Tras una prolongada fase de investigación, Berkeley obtuvo el otorgamiento de la Concesión de Explotación «Retortillo-Santidad», junto con la Declaración de Impacto Ambiental favorable para la explotación del yacimiento, así como la Autorización Previa de la Planta de Proceso como Instalación Radiactiva. Simultáneamente, ha venido desarrollando labores de exploración en zonas cercanas, cuyos resultados positivos han permitido incrementar las reservas minerales explotables y estimar una mayor duración de la actividad minera en la zona.
La nueva mina permitirá la creación de 450 empleos en la zona, según explica la empresa y supondrá también otros 2.700 indirectos, según indica Berkeley.
La intención de la empresa es que los primeros envíos de uranio se produzcan en 2018 para clientes de Europa, EEUU y Asia.
La demanda de uranio se espera que se incremente gracias a la construcción de 65 nuevos reactores ya la intención de reducir las emisiones de CO2. La compañía ha recibido 20.518 solicitudes para los primeros 200 empleos que creará en un proceso en el que ha trabajado Adecco.