Fueron 17 horas de incertidumbre, tensión y adrenalina pura. Ya desde la mañana, tras la reunión del bloque kirchnerista, que contó con la ausencia de su titular, Miguel Ángel Pichetto -todo un signo político-, las voluntades a favor del dictamen de mayoría que anteayer había sacado la comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable no se consensuaron como a los oficialistas locales les hubiera gustado. Pero, tampoco el bloque radical y sus aliados lograron homogeneizar sus decisiones a favor de la media sanción de Diputados (el acuerdo Filmus -Bonasso).
A pesar de las versiones que circularon ayer desde temprano, sobre la posibilidad de elegir de cada proyecto los puntos más destacados -la llamada tercera vía- con el paso de las horas dicha opción de desvaneció porque las opiniones se diversificaron y con este clima comenzó también el tratamiento de presupuestos mínimos para los glaciares, ocho horas después del inicio de la sesión en la Cámara Alta.
Lo característico del encuentro fue la ausencia de los legisladores y la imagen que más predominó en el recinto fueron sus bancas vacías por momentos; es que los senadores iban y venían para negociar posturas, acordar intereses y frenar o apoyar lobbies.
Cuando el salteño Juan Pérez Alsina y Daniel Filmus oficiaron de miembros informantes de los dos dictámenes en cuestión, menos de 20 colegas los escucharon atentamente, y así siguió todo hasta entrada la madrugada, hora en que sólo la mitad de los 34 oradores anotados había expresado su opinión.
Mientras que por la tarde se imponía por 5 o 6 votos la iniciativa original del Senado, pasada la medianoche el resultado daba prácticamente un empate, y a medida de que cada senador se expedía sobre el tema en cuestión, las sorpresas no tardaban en aparecer y las «fugas» de algunos miembros de los bloques se confirmaron.
Los tres sanjuaninos, Roberto Basualdo, Marina Riofrío y César Gioja, en ese orden, participaron activamente en la sesión; el exponente de Producción de Trabajo habló temprano y confirmó que no iba a votar a favor de ningún dictamen, como lo había anunciado con anterioridad, Riofrío hizo hincapié en la «antinomia innecesaria» y en la importancia de que el proyecto votado tenga precisión terminológica, y Gioja fue contundente al afirmar que San Juan no iba a delegar sus derechos (ver nota).
El reñido tratamiento provocó mucho nerviosismo e impaciencia en la Cámara Alta, cuya sesión también contó con la presencia de distintas entidades, desde cámaras hasta ambientalistas, mientras que en los alrededores del Palacio Legislativo, más precisamente en la Plaza de los Dos Congresos, un grupo de ciudadanos mantenía la vigilia con velas blancas, expectantes por el resultado final.