El gobierno de PPK ha brindado las facilidades al proyecto Río Blanco en Huancabamba, mientras que, por otro lado, diversos sectores de Ayabaca y Huancabamba se oponen a toda inversión minera. Hay cosas raras. Toca a la población y prensa, por esto, hacer preguntas a la empresa y comunidades. Un tema para el que pocos tienen tiempo, o no quieren tocar.
Hace varias semanas retomé la escritura de unas crónicas que pretendo publicar. Trata sobre la expedición extraviada de un grupo de trabajadores de la empresa minera Río Blanco Cooper en las montañas de Huancabamba y Piura; y su posterior búsqueda por parte de rescatistas militares, exmilitares, policías, comuneros y civiles pagados. Una expedición, por lo tanto, que hasta hoy sigue desempolvando un conflicto social bien despierto en la serranía.
Esta es la historia. El jueves 16 de julio de 2015, por la tarde, recibo un mensaje desde las oficinas de la municipalidad de Ayabaca: 3 días antes un grupo de mineros había aparecido por el caserío Cabuyal; les habrían castigado los ronderos en otro caserío llamado Portachuelos y pronto fueron enviados a Huancabamba por una carretera en Pacaipampa desde Curilcas. No se supo más de ellos.
El caso era misterioso -hasta hoy-, pese a que por días se armó un comunicado, por parte de la empresa, en el que trataba de explicar el extravío de 4 personas y de los otros que fueron castigados. En suma, la búsqueda era por Orlando Pastrana Quezada, un ingeniero geólogo y líder de la expedición; la comunicadora cajamarquina Aleida Dávila Montes; el egresado en geología Manuel Herrera Peña, huancabambino, y Segundo Tacure, quien era conocido como “primito“.
Cinthya Robles Martínez, evaluadora del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) terminó un reporte preliminar a las 3:30 de la tarde en su oficina de la calle Rodín en San Borja, Lima. “Una de las personas extraviadas estaba enferma (fiebre)”, versa en el documento. Era el mismo día en el que el informante de Ayabaca empieza a contarme parte de la historia. ¿Quién era el enfermo?
La expedición perdida
Poquísimas personas lo sabían. Una de ellas era Hipólito Cruchaga, por aquel entonces jefe de Indeci-Piura, quien tenía el reporte de Robles Martínez y me contacta y comenta la situación el 17 de julio en la mañana, cuando Rio Blanco Cooper ya había filtrado a todos los medios del país su comunicado y entre las bases ronderiles empezaba a cuajar la idea de que allá arriba, en la montaña de Cerro Negro, 4 personas tenían pocas posibilidades de vivir.
Otra de las personas enteradas de aquello era el comandante de la Policía Nacional del Perú (PNP), Miguel Orozco, en esos meses de 2015 comisario en Ayabaca. Él se entera el miércoles 15 de julio, oficialmente, a través de una denuncia verbal impuesta en el Departamento de Investigación Criminal (Depincri) en Piura.
Orozco y el superior Segundo Castillo –conocido en la búsqueda como Lupo– iniciaron, entonces, una faena interrogatoria por los senderos y caseríos de la comunidad de Yanta, donde mucha gente es “antiminera”. Ser antiminero es un término usado especialmente para determinar a las personas contrarias a la minería en su zona… Aquí la ensalada del asunto.
Políticas, marchas y disposiciones
Dos años después de aquella faena de búsqueda y rescate, el gobierno actual ha brindado facilidades al proyecto Río Blanco Cooper, cuya acción está sobre terrenos de las comunidades de Yanta, en Ayabaca, y Segunda y Cajas, en Huancabamba.
En diciembre de 2016, durante el CADE Ejecutivos de Paracas (Ica), el presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) citó al proyecto minero Río Blanco como uno de los prioritarios en el país. Luego de este anuncio, conversé con el ministro de Energía y Minas, en ese tiempo Gonzalo Tamayo, quien indicó que va a “ser un proceso paulatino y de diálogo con la gente de la zona”.
Los representantes de la empresa Río Blanco Cooper, por su parte, aseguraron que sus labores no están en los páramos de Huancabamba y Ayabaca. El 5 de junio pasado, cientos de personas, entre comuneros y agricultores, recorrieron las principales calles de Ayabaca e hicieron un plantón en la Plaza de Armas de esa provincia en protesta de la actividad minera, que atentaría contra el medioambiente. Los manifestantes -de Huancabamba también- se reunieron desde las 8:00 a.m. para exigir al Gobierno Central que se respete la consulta vecinal del 2007 en la que el “NO” a la minería se impuso.
En ese contexto, pesa sobre la relación entre Río Blanco y las comunidades una serie de muertes por las que aún se busca explicaciones. No solo los tres de Cerro Negro, sino un conjunto más de víctimas de años anteriores al 2015. Más allá de las declaraciones de PPK o del gobernador de Piura, Reynaldo Hilbck, lo que se cuece en la serranía debería ser tema importante para el debate semanal, la corresponsalía periodística y las preguntas de la gente a la empresa y comunidades protagonistas.
Hace unas semanas, se desarrolló en la UNP un debate llamado “Riesgos e Impactos del Proyecto Minero Río Blanco y Alternativas de Desarrollo Sostenible”. ¿Con qué propósitos?
El sobreviviente
Durante una exposición de Río Blanco en Piura –sobre sus acciones posibles en Ayabaca/Huancabamba- tuve un brevísimo intercambio de miradas con Manuel Herrera Peña, uno de los sobrevivientes de aquella expedición trágica en Cerro Negro. No quise preguntarle, pero verlo me provocó una vorágine de recuerdos sobre las horas de rescate y corresponsalía en la montaña. Es, sin duda, uno de los actores principales en todo esto.
Recordé, por ejemplo, que la Policía Nacional, el Ejército y la Fuerza Aérea buscaban a los otros extraviados con información que Manuel Herrera brindó al ser hallado en una cabaña cerca de Cabuyal. Recordé que en esa cabaña conversé durante horas con el grupo de policías que lo ubicó; recordé la bravura de ese Cerro Negro, ese ventarrón gélido, los caminos empinados, el lodazal del páramo, los pajonales, las historias de la gente de Yanta, las pocas horas de sueño y el material gráfico de esa cobertura desde varios de los pueblitos más alejados al norte del Perú. Y reparo, entonces, en ese conflicto que pocos quieren tocar.
Fuente:http://eltiempo.pe/ayabaca-huancabamba-conflicto-saltando-la-sierra-piura-gc/