En materia de minería –actividad que genera resistencia en algunos sectores de la sociedad– el gobierno dejó en claro ayer dos cosas. Una es que Uruguay no puede renunciar a ese recurso. Lo otro, es que no se moverá una piedra por parte de Aratirí sin autorización ambiental. De todos modos, el contrato con esa compañía que reservó 15.000 hectáreas en cuatro departamentos para explotar yacimientos de hierro, se firmará sin que se haga público su contenido.
Al mismo tiempo se irán procesando los permisos ambientales.
De no concederse los permisos por parte de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), el contrato caerá. Para la oposición, el hermetismo con que el gobierno maneja el tema es una falta de transparencia. Desde el gobierno se rechazó esa acusación y se afirmó que se actúa en base a derecho y estableciendo garantías para resguardar el interés del país.
Casi en forma simultánea a que los ministros, Roberto Kreimerman (Industria, Energía y Minería) y Francisco Beltrame (Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente) llegaban al Parlamento para informar sobre el acuerdo que se negocia con Aratirí, el presidente José Mujica se preguntó desde su audición en M24 “si puede el Uruguay renunciar a esos recursos. La respuesta es no”, afirmó.
“Tenemos que ser prudentes. Tenemos que ser diversificados. No debemos poner los huevos en la misma canasta. Tenemos que sostener la agricultura y multiplicar la forestación y la logística. Hay que incorporar la minería como un recurso. Convivir con todo eso. Siempre hay mercados buenos y malos para muchas cosas. Si somos diversificados, podemos afrontarlo”, aseguró Mujica.
Desde la oposición, sobre todo el convocante de los ministros, el senador colorado Ope Pasquet, se reclamó que el acuerdo con Aratirí sea conocido públicamente antes de firmarse. “Firmar primero es ponerle una enorme presión a la Dinama. El director de la Dinama dijo el año pasado que recibe presiones de la sociedad y del gobierno”, recordó Pasquet.
Sobre ese punto los representantes del Poder Ejecutivo se limitaron a señalar que el texto se dará a publicidad “una vez terminada la negociación” con Aratirí, según lo dijo en sala el ministro Kreimerman.
El diputado Ivan Posada (Partido Independiente) propuso entonces que al menos se le permita a un representante de cada partido de la oposición acceder a las cláusulas reservadas, pero no recibió ninguna respuesta.
En medio de la negociación del contrato, el ministro Beltrame reveló que el 14 enero la Dinama intimó a Aratirí a presentar información adicional. Se le reclamó un análisis de impacto urbano, otro de impacto ambiental, sobre la terminal portuaria y el plan de cierre.
La empresa también deberá aportar información sobre el mineroducto que construirá para exportar su producción desde Rocha. Una vez que se presente esa información se estará en condiciones de pedirle a la empresa el informe ambiental primario que será la base para el llamado a una audiencia pública, dijo Beltrame.
“El compromiso es brindar todas las garantías a todos nosotros y a las generaciones que vendrán. El contrato garantizará y no condicionará los procesos de control ambiental del proyecto Valentines”, aseveró el secretario de Estado.
El senador nacionalsita Carlos Moreira preguntó si “después de firmado el contrato, la Dinama se va a animar a decirle que no, a algo de Aratirí”.
La duración de la concesión a Aratirí, aspectos vinculados a las garantías que debe aportar, y datos geológicos que faltan son los aspectos que resta ajustar para firmar el acuerdo con la compañía de capitales de la India que tiene su sede en Londres, dijo a El Observador el ministro Roberto Kreimerman.