La Corte Suprema dio la razón a la minera Los Pelambres en cuanto a los derechos de aguas afloradas “fortuitamente” en el terreno de su concesión. La empresa, Antofagasta Minerals, de propiedad de la familia Luksic, celebró a través de un comunicado de prensa, pero aun así la determinación genera dudas y preocupación en organizaciones ambientales.
La Primera Sala de la Corte Suprema de Santiago acogió el recurso de casación presentado por Minera Los Pelambres, a través del cual se reconoce el derecho de propiedad sobre las aguas halladas en la concesión minera de la compañía.
El fallo se enmarca en la multa que en 2009 la Dirección General de Aguas (DGA), interpuso en contra de la empresa por implementar un sistema de captación de agua en el sector del túnel La Guardia, de propiedad de la compañía, y que fue construido para el paso de su sistema de transporte de relaves y recuperación de aguas industriales.
Desde la empresa aseguran que esto sienta un precedente para la industria, estableciendo que el Código Minero prevalecería por sobre el Código de Aguas al reconocer “el derecho de aprovechamiento de un particular sobre aguas afloradas fortuitamente en una concesión minera de su propiedad”.
Los abogados que trabajan con la Comunidad de Caimanes, principalmente afectada por el trabajo de la minera de los Luksic no quisieron referirse al tema, al no conocer en detalle los efectos de la apropiación de la llamada “Aguas del Minero”.
Sin embargo, Sara Larraín, directora del Programa Chile Sustentable, aseguró que no hay claridad del origen de estos recursos hídricos, en tanto estos fueron “hallados” o “alumbrados”.
“No habla, o al menos no está claro, según lo que se dice en la prensa, de que son aguas alumbradas por la empresa, es decir que la empresa hizo -ex profeso- un túnel o un pozo para sacarla, en ese caso no son aguas halladas, sino aguas alumbradas. Habría que revisar en el caso del fallo a qué se está refiriendo, si son aguas halladas en un pozo que hizo la empresa, o simplemente, es que la empresa estaba haciendo un tranque o un canal y le aparecieron aguas”, explicó la ecologista.
Sara Larraín agregó que esto amerita una revisión tanto del Código de Aguas como del Minero, sobre todo en cuanto a las particularidades con que este último cuenta.
“Hay muchas críticas incluso a estas aguas halladas tradicionalmente, y hay muchos sectores que plantean que el sector minero debiera atenerse a las características y a los requisitos de todo el resto de los sectores productivos, el agrícola, las hidroeléctricas, las industrias de alimentos, etc. En el sentido de que si se encuentran aguas, aunque no hayan sido intencionadas, aunque sea halladas, debieran dar cuenta a la autoridad y solicitarla”, agregó.
Cabe mencionar que el proyecto de Antofagasta Minerals ha generado una pérdida masiva de agua a la localidad de Caimanes ubicada en la provincia de Choapa, Región de Coquimbo, lo que ha derivado en diversos procesos legales entre la empresa, el Estado y la comunidad.