26 de Octubre 2011
Dos de las tres zonas más afectadas por la fuga nuclear estarán rehabilitadas en un plazo de dos a tres años, según el OIEA
Madrid( ABC.es)– A las autoridades japonesas les faltan almacenes transitorios de residuos radiactivos, cuando «técnicamente es muy fácil construirlos». Y es que «la aceptación social de las soluciones es imprescindible», ha afirmado Juan Carlos Lentijo, director de protección radiológica del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que ha estado en Japón del 7 al 15 de octubre dirigiendo la segunda misión del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Lentijo y su equipo han evaluado los trabajos de recuperación tras el desastre de Fukushima. Actualmente, Japón solo tiene un almacén para residuos de baja y media radiactividad, y es de carácter privado.
Aun así, según Lentijo, Japón ha trazado una directriz «seria, solvente y clara» de «rehabilitación» (descontaminación). Las «prioridades están bien establecidas». Se actúa primero en las escuelas, trayectos infantiles, centros públicos y núcleos urbanos. Se va de las zonas de menor a las de mayor contaminación. El peligro era «el sobreconservadurismo», «la obsesión por descontaminar todo», cuando lo importante no era la contaminación sin más, sino «la dosis» radiactiva aceptable.
El plan del Gobierno nipón prevé tener limpias las áreas con una radiactividad de más de 20 milisievert al año para el mes de agosto de 2013, y las zonas con un nivel más bajo para marzo de 2014. En el plazo de dos años se quiere tener descontaminado el 60% de las zonas habitadas por niños y el 50 por ciento de las áreas generales (resto de la población). Actualmente hay un área de unos 1000 kilómetros cuadrados con una contaminación mayor de 20 milisievert (zona comprendida entre los radios de 20 a 30 kilómetros de distancia a Fukishima).
Aquí, el 75 por cierto es bosque, el 10 por ciento tierra para el cultivo de arroz, otros diez por ciento suelo para otros tipos de cultivo y el cinco por ciento restante, zona urbana. Hay otra superficie de 1.800 kilómetros cuadrados (a partir de los 30 kilómetros de distancia de la planta nuclear) con una contaminación mayor de 5 milisievert. Son territorios estos entre diez y veinte veces menos contaminados que los equivalentes en su día de Chernobil.
Parada fría
Técnicamente los tres reactores dañados de Fukushima están en situación de «parada fría», es decir, con temperaturas por debajo de los 100 grados centígrados, y estables. Se espera que a finales de año el Gobierno nipón haga una declaración oficial al respecto.
Los elementos radiactivos que casi en exclusiva contaminan en Japón son el cesio 137 (vida media de treinta años) y el cesio 134 (vida media de dos años). El yodo 131, que surgió al principio, ya casi ha desaparecido, puesto que tiene una vida media de ocho días. Lo mismo ha ocurrido con otras materias radiactivas, como el estronio y el telurio. El cesio, el material contaminante casi en exclusiva en Japón, tiene una pega, y es que se adhiere mucho a las paredes, y no «migra» ni aunque llueva. La ventaja: que se queda en un punto y no sigue extendiéndose. En Fukushima, aunque se fundieron los reactores, la explosión no fue dentro de los mismos. En Chernobil, la explosión sí fue en el interior del reactor, por lo que hubo contaminación también de plutonio y uranio, con vidas medias mayores que las del cesio. Ha habido confusión por clasificar a los dos accidentes con la misma nota de gravedad: 7.
Los japoneses han elegido unos 14 ó 15 proyectos para probar la eficacia del trabajo de descontaminación que están haciendo. Por ejemplo, en patios de colegios, quitando la primera capa de tierra del suelo radiactiva y enterrándola.
La segunda misión de la OEIA ha recomendado a Japón que evite el «sobreconservadurismo» o «sobreprotección de las medidas adoptadas», y que introduzca criterios y evaluaciones más realistas. También ha pedido la reducción de los residuos y que se favorezca su almacenamiento transitorio y final. Por último, que se mejore la señalización a la entrada de zonas de confinamiento de la población.